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Euskal Herria
ELA cierra 2023 con un máximo de convenios firmados y todos con salarios base por encima de 1.300 euros
“A más huelgas, más y mejores convenios”. Los datos de los últimos veinte años respaldan las palabras del secretario general del sindicato ELA, Mitxel Lakuntza, que ha ofrecido una rueda de prensa junto con los responsables de negociación colectiva, Pello Igeregi, y del sector servicios, Mari Cruz Elkoro, para presentar las cifras de 2023, un año récord en firmas, afectación y subidas. En todos los convenios firmados por ELA el salario base más bajo ha sido de, mínimo, 1.300 euros brutos mensuales. El sindicato firmó 15 convenios sectoriales y 171 de empresa, dando cobertura a 159.346 trabajadoras, unos resultados que consideran que son la consecuencia positiva de haber convocado el 70% de las huelgas celebradas en la Comunidad Autónoma Vasca y Nafarroa.
Laboral
Laboral La variación salarial media en los convenios colectivos vigentes en 2023 crece por debajo de la inflación
El aumento salarial medio firmado ha sido del 6,5%, frente al 4,1% conseguido por el resto de los sindicatos —la media estatal también se sitúa en el 4,1%—. La diferencia aún es mayor en el caso de los sectores feminizados, donde el aumento se eleva al 7,8% —convenios de textil, comercio y residencias de Bizkaia y limpieza y textil de Gipuzkoa, entre otros—.
“Solo la acción sindical consigue un efecto redistributivo de la riqueza porque, por desgracia, uno de los pocos consensos de la clase política es no cuestionar los intereses de los poderes económicos”
“Solo la acción sindical, mediante la negociación colectiva y las huelgas, consigue un efecto redistributivo de la riqueza porque, por desgracia, uno de los pocos consensos de la clase política es que nadie quiere cuestionar los intereses de los poderes económicos”, ha añadido Lakuntza.
Menos horas de trabajo
La confrontación también ha tenido un impacto positivo en las condiciones de trabajo, como la jornada anual: ha habido rebajas en el 53% de los convenios firmados por ELA, desde dos horas menos en el metal de Gipuzkoa a la reducción de 80 horas para las trabajadoras de los comedores de colectividades, que dependen del convenio de hostelería de Gipuzkoa.
El sindicato valora que todo ello ha sido posible debido al incremento de las huelgas convocadas en 2022 y 2023, dado que “la actitud de la patronal no ha variado, pero cuando el número de conflictos ha aumentado, hemos conseguido que hubiera voluntad de negociar”.
“La firma de un convenio no es un fin en sí mismo para ELA, porque nuestro sindicato no acompaña los procesos de precarización de la clase trabajadora”
Igeregi ha matizado que, “la firma de un convenio no es un fin en sí mismo, porque ELA no acompaña procesos de precarización”, en una critica velada a sindicatos que firman convenios en minoría. “CC OO y UGT han firmado casi todos los convenios en los que tenían opción de firmar, aceptando, una vez más, contenidos peores y desactivando conflictos”. Los peores, a juicio de ELA, han sido los de Gestión Deportiva de Nafarroa, Asistencia Domiciliaria y Comercio del Metal de Araba y Distribución del Petróleo de Bizkaia. Desde 2016 es legal que la patronal firme un convenio colectivo con sindicatos que, solos o juntos, no alcanzan a representar al 50% de los trabajadores. Por esa grieta, “la patronal ha aprovechado para imponer condiciones de trabajo peores porque acuerda con el sindicato más barato”, alerta el informe que han presentado hoy.
La indemnización para los huelguistas de ELA se ha incrementado hasta los 1.389 euros mensuales en 2024
Huelga y caja de resistencia
Lakuntza ha defendido la huelga como estrategia y la caja de resistencia como “instrumento de solidaridad de la clase trabajadora.” ELA destina una cuarta parte de las cuotas de sus afiliadas a la caja. La indemnización mínima mensual para sus huelguistas es de 1.389 euros en 2024 (1.323 en 2023, ya que se actualiza con el IPC).
Sindicatos
Sindicalismo Caja de resistencia, estrategia para un sindicalismo de contrapoder
La estrategia de ELA de confrontación es habitualmente criticada por la patronal y el PNV, unas críticas que no hacen mella en el sindicato y sobre las que Lakuntza tiende a añadir otras aristas. Hoy ha aprovechado para emplazar a las patronales empresariales y al Gobiernos vasco y al navarro, en su papel de empresa con los empleados públicos, a que, cuando se sienten a negociar, “vengan con condiciones aceptables”. “No sé porqué no las traen, saben que tenemos capacidad de convocar huelgas y de sostenerlas”, ha concluido, antes de volver a defender la “organización” para la clase trabajadora y la caja de resistencia de ELA como “la mayor herramienta de solidaridad de este país”. ELA es el primer sindicato tanto en la CAV —41%— como en Nafarroa —23%—.
Lakuntza ha defendido también que participar en mesas de diálogo es una “pérdida de tiempo”, por lo que se alegra de haberlas abandonado al considerar que, “a la clase trabajadora, se la defiende mejor” cuando sabe qué le importa y no hay intereses de por medio. Una estrategia que defiende para todos los sectores, desde el metal hasta los más precarizados y feminizados: “El sindicalismo feminista solo consigue avances desde la confrontación”.
En total, en Hego Euskal Herria se han renovado los convenios de más de 300.000 trabajadoras —en 2022, fueron 120.000— y ha aumentado “drásticamente” el número de convenios sectoriales, pasando de 21 en 2022 a 39 en 2023, incluyendo los de mayor volumen —el del metal de Bizkaia y Gipuzkoa—.
En el Estado español, la variación salarial media en los convenios firmados en 2023 fue del 4,1%. Solo se firmaron 1.146 convenios nuevos, la cifra más baja desde que hay registro —a excepción de 2020—. Y eso que la CAV aportó el 26% de las firmas —294—. La negociación colectiva estatal aún está inmersa en el atasco que han generado las patronales para no renovar convenios y no asumir la inflación. Mientras, hay convenios nuevos que parten de salarios por debajo del SMI, como el de la hostelería de Murcia.