Fronteras
Carola Rackete: “Un año después, continúa la criminalización de los rescates en el Mediterráneo”

La activista y capitana del barco de rescate Sea Watch 3 entró en el puerto de Lampedusa sin autorización y con 53 personas rescatadas a bordo hace un año, una decisión por la que Carola Rackete fue arrestada, aunque meses más tarde la justicia italiana le daba la razón.

Carola Rackete
Carola Rackete. Foto: Till M. Egen/Sea-Watch.org/dpa

“Hace un año, entré en el puerto de Lampedusa sin autorización, después de que mi tripulación y yo rescatáramos a 53 personas en peligro y después de que toda Europa nos defraudó durante más de dos semanas”, explica Carola Rackete, capitana del buque de rescate humanitario Sea Watch 3. Habían transcurrido 17 días de bloqueo en el mar, con 53 personas rescatadas a bordo. Ningún Estado europeo ofrecía un puerto donde pudieran desembarcar a los supervivientes.

Con el paso de los días la situación a bordo fue haciéndose más compleja, poniendo en peligro la salud de las personas rescatadas y de la tripulación, por lo que el 29 de junio de 2019 Rackete decidió entrar al puerto y amarrar el barco aún sin tener la autorización necesaria para hacerlo. Una decisión por la que fue arrestada, en un contexto de criminalización de los rescates humanitarios que continúa hasta hoy.

“Los ciudadanos deben saber que las personas que se están ahogando en el Mediterráneo no son víctimas de un accidente inesperado, se ahogan porque la UE quiere que se ahoguen, para asustar a quienes podrían intentar cruzar”

Durante el arresto, su figura se convirtió en un símbolo de resistencia al racismo institucional de las fronteras europeas, aunque también fue objeto de críticas y abucheos racistas y misóginos. En enero de 2020, el Tribunal Supremo italiano dictaminó que su arresto no estaba justificado y que tanto el rescate como la entrada al puerto se había hecho conforme a las leyes del mar. “A pesar de que el Tribunal Supremo italiano confirmó mi decisión de ingresar al puerto y poner a las personas a salvo de acuerdo con la ley marítima, la criminalización del rescate marítimo continúa; no solo en mi caso, sino también con investigaciones de otras personas que actúan en solidaridad con las personas migrantes”, denuncia la activista del Sea Watch.

Migración
Barcos desobedientes, discursos beligerantes y continuidad en las políticas migratorias

La rebelión de las ONG de salvamento en el mar marca una última etapa en el afianzamiento del Mediterráneo como una necrofrontera. Mientras, en la reconfiguración de la Unión Europea, nada parece augurar un cambio en las políticas migratorias. 

“Nuestra tripulación estaba en el mar porque sabemos que los Derechos Humanos son universales y que las leyes del mar no entienden de pasaportes”, añade, haciendo un llamamiento para que todos los ciudadanos europeos sepan lo que ocurre en las fronteras de la UE y presionen a los Estados para poner fin a las muertes en el Mediterráneo. “Todos los ciudadanos de la UE deben saber que las personas que se están ahogando en el Mediterráneo no son víctimas de un accidente inesperado o de un desastre natural. Se ahogan porque la Unión Europea quiere que se ahoguen, para asustar a aquellos que podrían intentar cruzar. Se ahogan porque Europa les niega el acceso a rutas seguras y no les deja otra opción que arriesgar sus vidas en el mar”, declara Rackete a través de un comunicado difundido por la organización alemana Sea Watch.

Rackete explica que si el movimiento #BlackLivesMatter en los EE UU exige que se recorten los fondos a los departamentos de policía, los movimientos antirracistas en Europa deben exigir lo mismo con el Frontex, la agencia para el control fronterizo

Además, explica que si el movimiento #BlackLivesMatter en los EE UU exige que se recorten los fondos a los departamentos de policía, los movimientos antirracistas y pro derechos humanos en Europa deben exigir que se haga lo mismo con el Frontex, la agencia europea para el control fronterizo creada en 2004. “Tenemos que derribar la Europa Fortaleza creada para dejar que los pobres mueran en las costas del Mediterráneo donde nadie los ve. Debe haber igualdad y libertad para todos, para vivir y moverse sin poner en riesgo más vidas”, reclama la activista. “Esta semana, el Sea Watch observó un avión de Frontex que coordinaba una devolución ilegal a Libia, y este es solo uno de los muchos casos conocidos y documentados”, denuncia la organización.

Las muertes en el mar, una cuestión de privilegios

“Esta historia, sin embargo, no debería estar centrada en mí, en absoluto”, remarca la capitana. “El enfoque recurrente sobre mí y sobre otros voluntarios de rescate como héroes es una narrativa profundamente problemática porque desvía la atención de las personas que rescatamos y crea erróneamente la ilusión de que algunas personas son únicas o diferentes”, agrega.

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“Espero que te violen”: racismo y misoginia tras el arresto de Carola

El arresto de la capitana del Sea Watch 3 se producía entre abucheos machistas, xenófobos y racistas como “espero que te violen cuatro negros”, “gitana”, “primero los italianos”, “ponedle las esposas”. Cabe preguntarnos de dónde surge este odio.

“Como la mayoría de los europeos, nosotros, la tripulación de Sea Watch, somos conscientes de una cosa: nuestros privilegios, pero si hay algún héroe en esa historia, son las personas que encontramos en el mar y que sobrevivieron a muchísimas violencias, más allá de intentar cruzar el mar en un barco no apto para navegar”, señala Rackete, y añade que “las personas que rescatamos pueden haber perdido muchas cosas en sus vidas, pero no han perdido sus propias voces y son ellas las expertas con sus propias experiencias”. “Si queremos superar el racismo estructural, debemos ponernos a un lado y escucharles”, concluye.

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