Gentrificación
Corazón de cemento

“Empezó en Chueca —dice—, cuando, con la excusa de arreglar el barrio, se fue echando a los maricas, a las bolleras y a las trans para dejar entrar a los gays. No es lo mismo ser marica que ser gay. No es lo mismo ser homosexual y ser gay”.

Orgullo 2018 Madrid
La manifestación del Orgullo desde el edificio Cibeles. Foto: Ayuntamiento de Madrid
Paula Llaves
10 jul 2018 06:53
Pensaba que le habían robado Madrid.
—Yo cuando la conocí, me enamoré —me dice—. Me enamoré como no me he enamorado de nadie. Te juro que era pasión, admiración, orgullo... Ya no, ahora somos como un matrimonio aburrido que comparte piso y no se separa porque no puede permitirse pagar dos alquileres.

Cities without gays and rock bands are losing the economic development race”,  decía en los 90 el economista Richard Florida. Y nosotros teníamos, espalda con espalda, Chueca y Malasaña. Dos bocas de metro, dos barrios humildes y, precisamente por eso, libres, creativos, abiertos, inclusivos... Ya teníamos la fama y solo era necesario cardar la lana. Y, siguiendo con el refranero español, cuando las barbas de tu vecino veas cortar...

—Empezó en Chueca —dice—, cuando, con la excusa de arreglar el barrio, se fue echando a los maricas, a las bolleras y a las trans para dejar entrar a los gays.
—No es lo mismo ser marica que ser gay. No es lo mismo ser homosexual y ser gay —me dice—. 

Se enciende un cigarro y se ríe mientras lo piensa. Le invade la nostalgia, recuerda cuando Madrid era una fiesta y las calles estaban llenas, llenas, llenas de gente caminado y había ¿te acuerdas? Barrios enteros dedicados a un estilo de música, y los parques siempre estaban llenos de gente.

—Tenía sus cosas, claro. Tampoco vamos a idealizar los montones de mierda y los ríos de meadas, pero, maldita sea, éramos más modernos, la gente te miraba menos, se hablaba más... También te digo, dejaron que se nos cayese el barrio a trozos. ¿Te acuerdas de las huelgas de basura de Botella y Manzano? ¿O de cuando nos quitaron las fuentes de la calle? Eso no era gratis, eso era para que las vecinas no pudieran soportarlo y vendieran las casas a cuatro duros. Y mira, claro... Camino abonado. Les salió la jugada redonda. También te digo, se veía venir. Siempre es igual.

El gesto se le endurece, la voz se le hace amarga...
—Esto va así: tú, yo y nuestros amigos, tan fantásticos, tan formados, tan leídos y tan sensibles, somos infecciosos. Somos un virus malísimo. Y ahora, ahora nos vamos a cargar Vallecas, Tetuán, Carabanchel... Lo que pillemos. Que sí, que ya lo sé, que no somos como ellos, ¿verdad? Tú y yo no somos hipsters, no somos modernos de postal fagocitando cualquier iniciativa cultural, creativa o artística con el dinero que papá necesita blanquear de cuando especulaba... Claro que no, tú y yo somos de barrio, somos de barrio pero con ínfulas. Tuvimos la suerte de poder estudiar cuando todavía era posible pagar una matrícula universitaria, esa fue la puerta. Bueno, la rendija. Un error de cálculo que ya han corregido...
—A veces pienso que somos fruto de un exceso de soberbia. De la suya y de la nuestra. De la suya porque supongo que, en parte, estaban convencidos de que genéticamente éramos incapaces, de que las otras barreras, las del trabajo a la vez que las clases, las de los libros a precios desorbitados, nos iban a dejar a todos en la cuneta. Pero mira, se les fue de las manos. Demasiados licenciados, doctorados, con idiomas, criados en pisos de sesenta metros, tres habitaciones, un cuarto de baño minúsculo, salón con terraza, en los 90 reconvertida en ampliación del salón. Y claro, no, a ver, no iban a dejar que estos muertos de hambre dirigieran sus empresas, ya se ocuparon también de que las empresas públicas fueran sus empresas. No podía ser que la meritocracia les dejara pasar... Así que la solución fue sencilla: subir las tasas universitarias, hacerlas imposibles para nosotros, aceptables para ellos, y ampliar la edad de jubilación. Así se garantizaban que una generación entera, la tuya, la mía, se quedaba fuera del mercado laboral, condenada a trabajos de becario, mientras puestos de responsabilidad se mantienen en manos de señores que no saben abrir una tabla de excell esperando a que sus nietos terminen el máster. Ahora ya sí. Sus nietos, no los nuestros.

Pecamos de prepotencia, claro. Pensamos que por poner un pie en la universidad empezábamos a formar parte de la intelectualidad

Pero nosotros también pecamos de prepotencia, claro. Pensamos que por poner un pie en la universidad empezábamos a formar parte de la intelectualidad, que eso nos concedía algún tipo de dignidad que merecía ser premiada. Aceptábamos trabajos infrarremunerados en salario y sobredotados de honores. Entre 300 y 600 euros, pagando su autónomo, cobra un profesor asociado doctor. El 60% de los profesores universitarios de este país tienen ese tipo de contrato. Lo mejor de nuestra generación cobra una miseria por formar a los hijos de quienes pueden pagárselo para que dentro de unos años una plaza hecha a medida les ofrezca a sus ahora estudiantes su puesto de trabajo por el doble de salario.

O peor aún, creímos que teníamos talento, y que con eso bastaba.

—Ya lo decía Batania: “Yo tengo talento, dices, tú tienes talento, aseguras, todos tenemos talento por no decir que solo tenemos hambre. Solo es hambre lo que nos corroe, falta de todo, ambición de murciélago”.

En los años 80  y 90 y hasta en los dosmiles escribíamos fanzines y formábamos bandas de música experimental, y pintábamos, y exponíamos en bares y casas ocupadas, y proyectamos películas y hacíamos teatro a precios razonables pensando, qué ingenuos, que podíamos crear una nueva escena, que seríamos el nuevo Dadá, la nueva Internacional Situacionista, los padres del punk, que La Pepita sería nuestro Els catre gats, que el Patio Maravillas (cuando de verdad tenía un patio y estaba en el Barrio de las Maravillas) sería nuestro Montparnasse... Y no nos dimos cuenta de que no teníamos lo que hay que tener.

Sí, claro, teníamos las ganas, la educación, los afectos. Pero nos faltaban, era evidente, eso tan decimonónico: los medios de producción, la propiedad de la tierra, el techo sobre nuestras cabezas.

Y entonces fuimos nosotros, qué idiotas, los que, con toda nuestra hambre de hacer y de habitar, ocupamos esos barrios céntricos y baratos, en pisos de paredes desconchadas, en corralas con baños compartidos y con almas tendidas en las zonas comunes, y disfrutamos, claro, sonreíamos mucho entonces, dormíamos en colchones en el suelo, en casas amuebladas con cajas y ladrillos, antes de que los muebles hechos con palés fueran cosa de ricos. Aprendimos a vivir con poco y a pensar con mucho, y había una luz y un encanto y una algarabía de voces en las plazas y las opiniones se rulaban como la cerveza. Y entonces vinieron ellos.

Ellos que sí tenían lo que hay que tener y no necesitaban el talento, porque bastaba con apropiarse de nuestras ideas, comprar los edificios donde estaban nuestras casas y subirnos desmesuradamente el alquiler. A ti, a mí y al del bar de abajo. Y nos teníamos que ir, nosotros y el frutero del barrio, porque los turistas no compran en las tiendas pudiendo comer en un bar de Huertas, y desalojaban uno, dos tres patios maravillas... Y hacían lo mismo que nosotros, pero “mejor”, más limpio. Abrían tiendas donde se vendía ropa como la nuestra, pero no hecha con serigrafía casera, sino con mano de obra esclava en el sudeste asiático. Abrían tiendas de muebles reciclados a precios desorbitados, imprimían merchandising de nuestros barrios, y alquilaban, pintaban, reformaban, el café ascendía de precio, desaparecían de las calles los perros, los ancianos y los niños y la gente fea.

—Qué pena lo de la música en Madrid... El Aqualung, la Canciller, el ¾... Esa es otra. Ya no queda nada de la escena urbana, que era lo que MOLABA de Madrid. ¿Te acuerdas de la canción esa de Radio Futura? Sí mujer... “y yo caí, enamorado de la moda juvenil...”. Qué lástima. Esto ahora es como un decorado de cine. Fachadas muy bonitas, pero detrás, nada. Sacaron a la gente de la calle, cerraron los bares de conciertos y nos condenaron a esta monotonía de centros comerciales, de cadenas de restaurantes todas iguales, donde suena solo lo de siempre y sustituyeron el hablar por el comprar abriendo las tiendas 24/7. Qué barbaridad...

¿Recuerdas cuando El Económico hacía honor a su nombre con platos de lentejas a doscientas pesetas?
Nos fuimos bajando a Lavapiés porque nos lo podíamos pagar. Estudiantes, artistas y migrantes fuimos ocupando las buhardillas inhabitables, los sótanos sin luz de un barrio obrero. Un barrio en el que hasta bien entrado el siglo XIX nadie con un bolso de Prada se atrevía a cruzar a las nueve de la noche. Un barrio con bares clandestinos, con flamenco y con punk y con reggae, con recitales de poesía, con teatros pequeño, con salas de conciertos, con galerías de arte improvisadas, y otra vez cometimos los mismos errores. Mira...

—¿Recuerdas cuando El Económico hacía honor a su nombre con platos de lentejas a doscientas pesetas? ¿Recuerdas el Labo y Casablanca? Ya no queda nada...

Argumosa la están comprando entera para echarla abajo. Ya se quitaron de encima a los propietarios y ya están ejecutando los desahucios de alquileres. Y nosotros, que nos pensábamos tan listos porque no caímos en el engaño de la hipoteca... Qué risa, como si no fuera obvio que cuando los pobres van ganando el partido, los ricos les cambian las reglas.

—El caso, guapa, es que ya no somos tan soberbios ni tan modernos, ni tan abiertos, ni tan creativos, porque queremos un techo estable sobre nuestras cabezas, pero no sabemos muy bien a donde irnos.
Total, que ya no sé, a lo mejor los equivocados éramos nosotros y para seguir en Madrid, o aunque sea para no discutir con ella, lo único que nos queda es olvidarnos de que una vez tuvimos talento.

—Pues eso, que por eso yo ahora defiendo la pluma, las zapatillas sin marca, el pincho de tortilla y salir en chándal. Anda, vamos a bailar esta, que tampoco es cuestión de que, además de la ciudad, nos roben la alegría.

Apaga el cigarro, lo tira en una lata y se dirige a un contenedor. Sonríe.

—La higiene es importante, por muchas razones... No te olvides que la primera excusa fueron siempre los montones de mierda, y los ríos de meadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Ayuntamiento de Madrid
Terrazas en Madrid Nuevo revés a Almeida y su Ordenanza de Terrazas: el Supremo no revisará la sentencia que la anulaba
El Alto Tribunal confirma la anulación de la Ordenanza de Terrazas (2022) del Ayuntamiento de Madrid, sentenciada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. La ciudadanía reclama una ordenanza acordada con las asociaciones vecinales.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo reclama al Ayuntamiento de Madrid que cierre y sancione los 15.200 pisos turísticos ilegales
El Ministerio de Derechos Sociales y Consumo, que dirige Pablo Bustinduy, entrega un listado de los 15.200 pisos turísticos sin licencia que operan en Madrid y pide a Martínez-Almeida que actúe contra ellos y sus propietarios.
Teatro
Teatro Un moderno ‘Romeo y Julieta’ llega con ‘Lavapiés’: gentrificación y memoria histórica en el escenario
Dirigida por Fernando Ferrer, la obra aúna la pugna entre enterrar el pasado, literalmente, o tenerlo en cuenta en el presente para tomar la mejor decisión. Se puede ver los sábados de marzo en el Teatro del Barrio de Madrid.
#31710
16/3/2019 0:39

FANTASTICA LECTURA

0
0
#20495
16/7/2018 10:04

Excel*

0
1
#20218
12/7/2018 1:51

Triste ya no hay barrios si no grandes superficies.. se a perdido todo . Se absorbe todo de lavapies.. a vallecas de vallecas a donde.. todo es abrir primark donde la gente compra como zombis . En verdad este madrid. Esta ciudad ya es zombilandia con personas xon perdon de la expresion yonkis de comprar.. de usar terrazas o de acabar en un carrefur que abre 24 horas.. o ese mc murder eterno .. ya no hay un buenos dias.. ya solo se escuchas los chasquidos de las maletas... touristas que ya no van a hoteles si no que desalojan a otres para que ellos permanezcan en una ciudad invisible..

4
0
David
11/7/2018 18:07

Muy triste, igual que en Barna pasó con Gràcia, el Born y pasará con Sants. Llamadme cobarde, pero me fui a la montaña...

3
0
Tu novia de chueca en el 96
11/7/2018 17:53

https://open.spotify.com/track/42LULk11F1Zb2gXwm2ZiNS?si=bRSG1mJhRbuil_02_Wn59A

Tu artículo es genial. Creo que esta cación es terriblemente apropiada. ;) <3

2
0
Beatriz
11/7/2018 17:39

“Que seríamos el nuevo Dadá”*, la coma sobra entre “seríamos” y “el”. Saludos.

0
0
ter
11/7/2018 17:41

Arreglado :)
Gracias!

0
0
Beatriz
11/7/2018 17:35

Algunos fallos ortográficos: “Esto va así”*, “sí, claro”*, “porque los turistas”*. Muy bonito artículo.

1
0
ter
11/7/2018 17:39

Arreglados :)
Gracias por avisar!

1
0
Erika
11/7/2018 17:15

Ojalá nuevos maricas con navajas rosas.

7
0
Zoe
11/7/2018 12:39

Llego al final del artículo con lágrimas en los ojos. Gracias por narrar tan concienzudamente lo que muches madrileñes (en mi caso de corazón) sentimos a día de hoy. Enhorabuena, compas

5
0
#20161
11/7/2018 11:24

Qué pena lo de la música en Madrid... El Aqualung, la Canciller, el ¾... Esa es otra. Ya no queda nada de la escena urbana,

Estoy flipando con tu comentario y muy contento de que pongas al tres cuartos pero jamás jugamos en esas ligas. Eramos un pequeño garito mas de esa Malasaña que se ha quedado en el recuerdo y que ya añoramos.

Gracias

2
0
#20183
11/7/2018 16:50

Esa Malasaña mágica, la hacían los pequeños garitos. Aqualung era Brodway, pero para llenar los escenarios de "brodway" antes había que llenar el 3/4, el nasty, la farmacia, el luke soy tu padre, el Soma el garage sónico... Sin cimientos no hay tejado.

1
0
#20151
11/7/2018 8:51

Un maravilloso artículo, llorica a rabiar. Los maricones apretamos los dientes y seguimos.

5
0
Paula Llaves
11/7/2018 16:46

Fijate, me autocensuré parte de uno de los párrafos (extraido literalmente de una conversación con un tipo que se autodenomina "maricón con pintas") en el que decía "Homosexual es una orientación, gay una tribu urbana y maricón, eso, chica, es activismo".

Pero no era mi intención hacerlo llorica, más bien nostalgico, pero sobre todo, consciente de que todo el fenomeno gentrificador y devorador de iniciativas sigue avanzando, y que es a la gente como nos, a quienes usan como punta de lanza.

6
0
#20139
11/7/2018 0:18

Texto genial, la verdad. Enhorabuena!

4
0
#20138
10/7/2018 23:33

Muy buen artículo. Muy bueno.

2
0
Puigthemoney
10/7/2018 22:06

Fantastico articulo. Y eso que no tengo ni pajolera idea de Madrid. Pero me ha emocionado. (Pd: aprovecho para comentar un pequeño error; es "els Quatre gats")

4
0
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
1 de mayo
1 de mayo Primero de Mayo: contra el militarismo y por la paz universal
Europa reaviva su deriva militarista. Como en 1914, el movimiento obrero se enfrenta al dilema de sumarse al consenso bélico o alzar la voz por la paz.
Más noticias
Electricidad
Apagón Pedro Sánchez: los protocolos de emergencia siguen activos y se abrirá una investigación
El presidente del Gobierno ha comparecido ante los medios de comunicación tras presidir la reunión del Consejo de Ministros para explicar las cuestiones abordadas en relación con la crisis eléctrica.
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Crisis climática
Informe Las diez empresas más contaminantes del país son responsables de un quinto de las emisiones españolas
Repsol mantiene el podio gris de empresa más contaminante que le arrebató a Endesa en 2020. Completan el top 10 de compañías más emisoras energéticas, cementeras y siderúrgicas, que copan entre ellas el 56% de las emisiones del mercado de carbono.
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña e Ourense mercaron material policial a Israel por medio millón de euros en só catro anos
O alcalde ourensán, Gonzalo P. Jácome, adxudicou un contrato por 70.000 euros días despois do sete de outubro. Abel Caballero asinou outro de máis de 200.000 euros e a alcaldesa da Coruña seguiu a estela cun contrato de 170.000 euros.
Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.