Las Kellys
El feminismo de clase nos señala el camino

La potencia de los reclamos de las trabajadoras del hogar o de las camareras de piso son una muestra de la importancia del feminismo de clase. En el trasfondo, la huelga del 8 de marzo, que puso en el centro los cuidados.


Kellys bilbao
Huelga de camareras de piso en Bilbao. Foto: ELA
3 ene 2019 12:16

En las manifestaciones de trabajadoras domésticas de principios de siglo en Pamplona, apenas se congregaba una treintena de migrantes y activistas locales. Ahora, victorias sindicales como las de las kellys en Bilbao, cuyas trabajadoras han conseguido, tras mes y medio de huelga, un aumento salarial automático del 30%, y del 48% para 2020, nos reconcilian con el ciclo político. Previamente, en Canarias, Alicante y Baleares, ya habían logrado que se reconocieran como enfermedades laborales algunas dolencias habituales de su actividad profesional. Mientras Carmen Calvo y Ana Patricia Botín disertan sobre techos de cristal y porcentajes de directivas en el IBEX35, las luchas de las trabajadoras de hogar y de las camareras de piso reducen, de facto y por abajo, la brecha salarial.

Entre tanto, el acuerdo presupuestario entre Unidos Podemos y Pedro Sánchez recoge la histórica reivindicación de cotizar en igualdad de condiciones que el resto de trabajadores, y confirma que la potencia del feminismo de clase no es mera retórica. Pero conviene recordar que ya Zapatero prometió el derecho a paro y cotizaciones justas a las empleadas de hogar, que nunca lo cumplió, y que el escollo de entonces sigue presente: no existe un sistema público de cuidados. El coste de estos servicios descansa, casi íntegramente, sobre los hombros de una clase media poco predispuesta a pagar cotizaciones dignas y descansos semanales. Una trampa más de la gobernanza progre: el feminismo institucional solo alcanzará hasta donde se lo permita el corsé de unas clases medias nativas, cuyos itinerarios laborales han podido desarrollarse, en gran medida, gracias a que en sus hogares había migrantes garantizando la reproducción social. Un candado más del Régimen del 78 que este feminismo de nuevo cuño está llamado a romper desde que iniciara su andadura a principios de los 2000.

Y en ello está. Hace dos décadas, el sindicalismo social peninsular —a través de colectivos como Territorio Doméstico en Madrid o ATH-ELE en Bilbao— inició la construcción de clase obrera feminizada y sin apriorismos. Luego llegaron las movilizaciones del 15M, y la potencia política fue acumulándose hasta el éxito arrollador del último ocho de marzo. Palabras como “patriarcado” o “micromachismos” saltaron de las cátedras de estudios de género al plató de Sálvame, ante la indiferencia mayoritaria de un activismo ocupado en digerir el “no nos representan”.

La huelga del ocho de marzo puso en el centro los cuidados y a quienes cuidan (precarias y migrantes) y, en gran medida por ello, ha entrado, de pleno derecho, en la historia del feminismo, y también en la historia de las huelgas. Es importante: necesitamos una narrativa —y una épica— que coloque los plumeros y las cofias junto a las sirenas de los cambios de turno de las fábricas. Un imaginario en el que el señor nativo con mono azul va de la mano de la ecuatoriana que pasea ancianos.

Arquivado en: Las Kellys
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Explotación laboral
Uberización La rabia contra el algoritmo se organiza en Bruselas
El Consejo Europeo ha tumbado la primera directiva sobre sus condiciones de trabajo. Los trabajadores del sector siguen su progresivo proceso de organización por sus derechos.
Laboral
Sindicalismo Seis lecciones del sindicalismo feminista
Las personas que trabajan en los sectores precarizados están encontrando formas para superar las dificultades de organización construyendo un sindicalismo integral.
Hostelería
Hostelería ¿Quién limpia tu airbnb? La otra cara del auge de apartamentos turísticos en Alicante
Solo en Alicante ciudad hay 33.000 pisos turísticos dados de alta. Mientras en la provincia el número de apartamentos turísticos no para de crecer, las encargadas de la limpieza de estos espacios ven sus derechos laborales menguados.
#28732
4/1/2019 11:02

Me extraña que el artículo sobre el feminismo de clase no esté firmado....

0
0
Hordago
4/1/2019 11:49

Está firmado como "Hordago El Salto" ya que es el editorial del medio que sale cada mes en el papel

0
1
Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Los sindicatos denuncian a la Comunidad de Madrid por exponer a sus sanitarios a “gravísimos” riesgos
Solicitan la mayor indemnización económica pedida contra una administración por no contar con un verdadero plan de prevención de riesgos laborales para atención primaria.
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Congreso de EE UU vota la “ley más peligrosa para las libertades” desde la Patriot Act
En Gaza, Cisjordania y Líbano, nuevos ataques israelíes dejan más de un centenar de muertos. En Washington, el Congreso vota una ley que permite quitar fondos a ONG, universidades y colectivos sin pruebas ni un proceso transparente.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
Más noticias
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.

Recomendadas

Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.