América Latina
Ejército Productivo Obrero en Venezuela: un ejército no convencional para una guerra no convencional

Proyectos autogestionarios como el Ejército Productivo Obrero representan un intento esperanzador de superar la crisis económica venezolana desde posiciones de clase.

Primera Batalla Productiva INDORCA: reparando la red eléctrica.
Primera Batalla Productiva INDORCA: reparando la red eléctrica. Foto: Archivo EPO
27 feb 2020 08:49

Desde 2017, en Venezuela hay un ejército de trabajadoras y trabajadores que recorre el país combatiendo la crisis económica y el bloqueo. Y lo hace poniendo en marcha fábricas y otras equipaciones que llevan años totalmente paradas. No se trata de una iniciativa gubernamental ni de ninguna otra rama del Estado, sino el proyecto de un grupo de trabajadoras del este del país surgida de planteamientos políticos de clase.

Cuando varias empresas metalúrgicas de Guayana fueron abandonadas por sus propietarios, los trabajadores que se propusieron recuperarlas no encontraron otra manera de superar las duras penalidades que esto suponía. Ante el lockout, la desinversión, el saqueo y el abandono deliberado de empresas, Chávez había lanzado desde 2005 la consigna del control obrero, pero correspondía a los trabajadores inventar soluciones a los retos que implicaba volver a ponerlas en funcionamiento.

En Ciudad Guayana, Estado Bolívar, esto ocurrió especialmente a partir de 2008. CALDERYS, EQUIPETROL e INDORCA eran recuperadas por sus propias plantillas, y pronto se tenían que enfrentar a grandes obstáculos: la dependencia tecnológica, la fragmentación del tejido industrial venezolano, el bloqueo económico e incluso los sabotajes. Las dinámicas de “complementariedad” que establecieron les permitieron culminar el proceso de recuperación y empezar a producir. Después de esto, se atrevieron a llevar esta fórmula de trabajo voluntario a otras empresas: también a empresas estatales y equipaciones públicas. Hoy cuentan con 2.270 voluntarios en todo el país.

Solo el pueblo salva al pueblo

El pasado mes de julio el EPO hacía su primera presentación pública en Caracas. Compañeras de las más varias organizaciones de izquierdas tomaban asiento en el Teatro Principal, en Plaza Bolívar. Una afectuosa Amarú Riera les daba la bienvenida, y lo hacía en nombre “de los héroes y heroínas anónimas del país”, los trabajadores de Venezuela. Ella era la encargada de exponer brevemente los principios de esta joven organización.

El objetivo es reactivar el aparato productivo nacional para ganar la guerra económica. Y todo esto, con el protagonismo de la clase trabajadora

Su discurso empezaba poniendo en valor la voluntad y el compromiso del pueblo venezolano en la defensa diaria de su independencia. No es mera retórica: Venezuela vive constantemente atentados a su soberanía por los medios más diversos... excepto por la violación extranjera del territorio nacional. Por eso el chavismo tiene tan claro que vive una guerra “no convencional”. Y por eso el EPO se organiza como ejército —con un estado mayor, estableciendo capitanías para cada batalla productiva, etc.—, pero como un ejército “no convencional”: un ejército de trabajadores. Y eso porque ante la dura crisis y el bloqueo imperialista, y tal como gritaba Amarú con alegría, “solo el pueblo salva al pueblo”.

Sexta Batalla Productiva.
Sexta Batalla Productiva Ambrosio Plaza. Foto: Archivo EPO

La táctica: batallas productivas

Pero, ¿qué tipo de batallas libra un ejército “no convencional”? Batallas productivas. Cómo explica Edimar Martínez, militante del Ejército Productivo Obrero (EPO), consisten en hacer lo que haga falta para recuperar unidades de trabajo paralizadas o semiparalizadas. El objetivo es reactivar el aparato productivo nacional para ganar la guerra económica. Y todo esto, con el protagonismo de la clase trabajadora.

La batalla productiva empieza con una fase de diagnosis, en la que un reducido grupo de militantes especialistas se desplaza a la empresa en cuestión e identifica los “nudos críticos” que paralizan los procesos. En función de las necesidades detectadas, el Estado mayor busca un equipo de profesionales de entre la bolsa de voluntarios. Lo hace atendiendo, también, a criterios de proximidad con la empresa afectada. Una vez hecho el contacto, los voluntarios piden comisiones de servicio a la empresa en que trabajan para poder ausentarse durante unos días o, en caso que esto no sea posible, solicitar permisos o días de vacaciones. La batalla productiva, que durará entre cinco y siete días, suele empezar o acabar con un fin de semana, para hacer más fácil esta coordinación.

Desde 2016 el EPO ha librado con éxito 14 batallas productivas en todo el país, reparando un total de 320 equipos y máquinas. Y todo esto sin ninguna financiación

Sergio Requena, cofundador del EPO y miembro del Estado mayor, nos explica que, desde el momento en que llegan, se organizan como un pequeño campamento militar. Se instalan en el mismo centro de trabajo, donde comerán y dormirán hasta que acabe el trabajo. Hay que optimizar el tiempo, y por eso trabajarán desde primera hora hasta que se ponga el sol. Al ocaso los equipos informan de los progresos hechos y se asigna a cada uno de ellos las tareas del día. Un equipo se ocupa de la intendencia y las comidas. Desde 2016, el EPO ha librado con éxito 14 batallas productivas en todo el país, reparando un total de 320 equipos y máquinas. Y todo esto sin ninguna financiación.

Reparando conciencias

En INDORCA, Víctor Mujica, tornero y vicepresidente, deja un momento el trabajo para hablarnos de la primera batalla productiva, la que los llevó 500 Km al noroeste, a Cumaná. Fue en febrero de 2016, en la fábrica de harina de pescado y enlatado de sardina UPSA La Gaviota, una empresa estatal totalmente paralizada por una avería del horno desde hacía dos años y medio.

“Cuando llegamos allá con el material y todas las cosas, la gente se quedan... locos, extrañados porque no saben cómo reaccionar, pues. ¿Cómo vamos a arreglarle la planta sin cobrarle nada y llevando todo? Y había un grupo que no quería. Eso, el primer día. La gente llegaba a las siete de la mañana y se iba a las diez de la mañana. Como le estaban pagando igualmente su salario... Y no estaban produciendo nada. Ya el segundo día llegaron otros compañeros y se fueron integrando. Para el tercer día todos estaban integrados. Y limpiando: a lo que nosotros estábamos reparando una máquina o algo, ellos estaban limpiando el galpón. ¡Pusieron ese galpón! Y se alegraron bastante, pues. Ya el día que pusimos todo operativo... quedaron impresionados, eso les encantó. A raíz de ahí ellos toman la decisión de arrancar la planta, ponerse a producir la sardina enlatada. Fue impresionante eso. La mayoría cambió de actitud. Y, de hecho, ellos después, que nosotros íbamos para otras empresas, ellos van también, participan en la batalla. Pertenecen al Ejército Productivo Obrero que hay ahorita”. 

En el Ejército Productivo Obrero dicen que no solo reparan máquinas sino, sobre todo, conciencias. El efecto más destacado que consigue la batalla productiva, recogido en numerosas entrevistas, es recuperar la ilusión de la plantilla, el orgullo de clase 

Por eso en el EPO dicen que no solo reparan máquinas sino, sobre todo, conciencias. El efecto más destacado que consigue la batalla productiva, recogido en numerosas entrevistas, es recuperar la ilusión de la plantilla, el orgullo de clase. Los trabajadores se sienten apoyados por otros trabajadores y en cuanto trabajadores. Y también porque pueden volver a producir: algo que aporta una satisfacción que pasa inadvertida hasta que no se echa de menos.

Más aún cuando la actual crisis económica y el bloqueo comportan a menudo la escasez para el pueblo venezolano de algunos productos básicos. Es “la moralización de la clase trabajadora” y la “integración y el reconocimiento de las trabajadoras y los trabajadores como hermanas y hermanos de clase” que podemos encontrar entre los objetivos de esta organización.

Para ellos la batalla productiva es una actividad “contracultural”. También porque es algo que va en contra de la cultura imperante en el tejido empresarial venezolano. En una economía dirigida durante siglos totalmente a la exportación, los lazos entre empresas son muy débiles. La batalla productiva se fundamenta en el principio de “complementariedad”. Intenta reparar la avería con la colaboración de las empresas vecinas, pidiéndoles permiso para rebuscar en su almacén, usando para la empresa averiada lo que para la otra era chatarra. De este modo combaten el aislamiento, fomentan la solidaridad activa e intentan dejar establecidas relaciones de colaboración antes de despedirse.

Es así como llevan a la práctica su ideario: “Nuestro horizonte: establecer el Socialismo en nuestro país” y, esto, fomentando el control obrero real, algo muy diferente de la nacionalización de empresas y su dirección burocrática desde el ministerio correspondiente con sede en Caracas. En palabras suyas: “Promover la gestión obrera directa y democrática del proceso social del trabajo”.

Una misma crisis, varias formas de salir de ella

Una vez contrastada su solvencia a lo largo de cuatro años, puede costar entender por qué un proyecto como el EPO no siempre encuentra facilidades por parte del Estado. Y es que, al interior del chavismo, conviven dos propuestas muy diferentes para superar la crisis y el bloqueo.

El Gobierno de Maduro, por un lado, se ampara en el primer Chávez, el que defendía la economía mixta. Y, así, opta por el fomento de la inversión extranjera —de China, Rusia, Turquía y otros países rivales de los EE UU—, las privatizaciones y profundizar en el modelo extractivista —de oro y otros minerales raros, además del petróleo—. Por el contrario, el chavismo popular reclama la vigencia del último Chávez, el del Golpe de Timón. Desde este punto de vista, las comunas, el control obrero y la democratización de la tierra son la única alternativa real para desarrollar las fuerzas productivas de un país como Venezuela, en la periferia global.

Sea como fuere, el EPO, un proyecto chavista totalmente autogestionario, no sólo está demostrando su capacidad de recuperar la capacidad productiva nacional, sino que crece exponencialmente con la sola ayuda de los trabajadores que cada día se suman a él. Hay que contemplarlo, por lo tanto, como una de las piezas que, en colaboración con otras, podría llevar a una superación real de la crisis por la izquierda.

Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

América Latina
Neocolonialismo Guatemala y el imperialismo bananero de la United Fruit Company
El monopolio bananero United Fruit Company dominó la economía y la política de varios países centroamericanos.
América Latina
América Latina Milei arrastra a Argentina a la sombra de EEUU e Israel
El presidente argentino somete la política exterior de su país a los lineamientos de Washington y Tel Aviv.
Historia
Anticolonialismo Cuando la figura de Abd-el-Krim sobrevoló América Latina
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre el pueblo rifeño del norte de África y América Latina fueron escasas, pero estuvieron marcadas por las luchas de liberación nacional y los intentos de derrotar al colonialismo en ambos continentes.
#48176
28/2/2020 9:53

Cuando el petroleo se lo pagaban caro los paises capitalistas la revolución era un exito. Ahora que pagan poco por lo mismo la revolución no ingresa y la culpa es de los demás. Igual es que nunca funciono

2
3
#48174
28/2/2020 8:01

EL SOCIALISNO VA A UN DESIERTO Y EN CINCO AÑOS SE QUEDA SIN ARENA

2
4
#48151
27/2/2020 19:12

Esto es genial! Una de las mejores noticias de Venezuela que en leído en mucho tiempo!

4
1
#48159
27/2/2020 20:57

Que el estado ha fallado y la gente gratis tiene que suplirlo? Pues que buena noticia y que pena de país están dejando

2
3
#48205
29/2/2020 5:09

Todo.es una mentira eñ regimen no solo a robado hasta eñ ultimo centavo sino que a fwdtuido venezuela

0
1
#48200
28/2/2020 23:31

El Estado no es tu papá, es tu policía.

1
0
Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
Literatura
Día das Letras Galegas As poetas queer ante Luísa Villalta: “A poesía é unha ferramenta para poder cambiar o espazo que habitamos”
Afra Torrado, Cinthia Romero e Lara Boubeta, tres poetas disidentes galegas, xúntanse para reflexionar sobre o seu vínculo coa poesía, a importancia de referentes na literatura e a implicación que ten o Día das Letras Galegas.
Genocidio
Derecho internacional Sudáfrica exige que la Corte Internacional de Justicia haga explícita la orden de alto el fuego contra Israel
La campaña de exterminio sobre Rafah centra la audiencia de la Corte Internacional de Justicia convocada por solicitud de Sudáfrica. Los abogados africanos denuncian la “intención genocida” de Israel y piden un llamamiento explícito de alto el fuego.
Neocolonialismo
Francia El níquel, la batería detrás del proyecto de recolonización de Macron en Nueva Caledonia
Las protestas de la población canaca se producen contra una reforma electoral que beneficiará aun más a los colonos asentados recientemente en la isla. De fondo están los beneficios de la minería de niquel, que la metrópolis quiere acaparar.
Industria armamentística
Genocidio El gobierno niega la escala a un barco con armas destino a Israel pero sigue la incógnita respecto al 'Borkum'
El Ejecutivo niega el paso al puerto de Cartagena de un carguero que la semana que viene tiene previsto llegar al puerto de Haifa (Israel). El Gobierno defiende que el barco que ya está junto al puerto murciano transporta armas a Chequia.

Últimas

Ocupación israelí
Xenocidio Estudantes de Santiago de Compostela arrincan a primeira acampada galega en solidariedade con Palestina
Varias ducias de alumnos e alumnas universitarias concéntranse desde o martes na Facultade de Historia da USC na capital galega para protestar contra o xenocidio cometido polo Estado israelí.
Medio rural
Enerxías renovables A empresa eólica que explota o monte Acibal segue traballando malia a paralización decretada polo TSXG
A plataforma Amil sen Eólicos e a organización ecoloxista Adega demandan ao Tribunal Superior que dispoña forzas de seguridade pública na zona para verificar que tipo de tarefas están a realizarse e se cumpren co auto de paralización.
Opinión
Opinión Travestis
La literatura no puede tener como fin la propia literatura porque las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas.
Exhumación de fosas comunes
Memoria histórica Entregan los objetos del primer identificado en las fosas de Colmenar Viejo
El mal estado de conservación de los cuerpos está haciendo muy complicado identificar a los 77 cadáveres exhumados. En el caso de Florencio Elipe, el primer identificado, se repitió la prueba de ADN hasta en siete ocasiones.
Más noticias
Cómic
Publicación ilustrada autogestionada ‘La Revística’ dedica su número 8 a un especial transfeminismo
La publicación autogestionada por el colectivo de La tebeoteca de Granada dedica su póster central a la resistencia palestina e incluye un especial Pokéman para identificar comportamientos sexuales violentos y tóxicos.
Ocupación israelí
Acampadas por Palestina Encierro en Málaga contra el genocidio, el cinismo y la hipocresía
Desde hace una semana un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Málaga (UMA) mantienen un encierro en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga contra el genocidio.
Bilbao
Transporte público Los trabajadores de Bilbobus llegarán “hasta donde haga falta” con paros y huelgas
El comité de empresa denuncia “incontables incumplimientos” de la empresa BioBide y el “silencio cómplice” del Ayuntamiento de Bilbao.
Salud mental
Opinión Frente al silencio, Orgullo Loco
El 25 de mayo se celebrará la manifestación estatal del Orgullo Loco en Bilbao. Exigen el fin de la coerción en los sistemas de Salud Mental, que cesen las torturas y las drogas, el electroshock y que no aten a nadie más a la cama

Recomendadas

Movimiento obrero
Alex Gourevitch “La gran victoria del capitalismo es resignificar la idea de libertad legitimando relaciones de dominación”
Alex Gourevitch, politólogo y profesor en la Universidad de Brown, es el autor del ensayo histórico ‘La República Cooperativista. Esclavitud y libertad en el movimiento obrero’.
Palestina
Palestina Françoise Vergès: “La liberación de Palestina sería una verdadera sacudida para el mundo”
La politóloga antirracista Françoise Vergès radiografía el momento de quiebre en el que se encuentra el relato del excepcionalismo occidental que abandera Israel, y analiza los movimientos que le plantan cara desde las acampadas o el Sur global.