Memoria histórica
De reconciliaciones, remilgos y concordias

Reconciliación es reconocer que la dictadura fue un régimen liberticida que durante casi 40 años mantuvo a España bajo bota militar y que en su haber consta más de 140.000 desapariciones forzadas.

Fosa de la Mazorra exhumación Memoria
Exhumación de la fosa de La Mazorra, Burgos, en mayo de 2011. Se recogieron los restos de 13 represaliados. 11 hombres y 2 mujeres, maniatados, vecinos de la zona de Sotoscueva, asesinadas hacia el 20 de noviembre de 1936. No CC. Álvaro Minguito
10 sep 2018 11:00

Hace unos días el monumento que recuerda a las víctimas del franquismo en Alcalá de Henares, situado a las orillas del río cerca de la Ermita de la Virgen del Val, en lo que se conoce como la Playa de los Alemanes, apareció lleno de pintadas y con la placa conmemorativa arrancada. Era la segunda vez en pocos meses —fue inaugurado el pasado mes de mayo— que el monumento recibía un atentado de este tipo. La diferencia fue que, mientras en la primera ocasión el monumento apareció lleno de cruces gamadas y célticas, en esta segunda ocasión aparecía pintada con la palabra “reconciliación”.

Este fue un hecho que me llamó mucho la atención, ya que la “reconciliación” se ha convertido en el leitmotiv de muchos para atacar de forma sistemática a la memoria histórica sin considerar, quizá, que están pervirtiendo el propio término. Por supuesto, además que atacar un monumento dedicado a las víctimas del franquismo (que en Alcalá de Henares asciende, de momento, a 286 personas) alegando reconciliación es, cuando menos, contradictorio.

La llamada a la reconciliación se produce normalmente en un contexto de reivindicación de la Transición española, presentada como un fenómeno donde españoles de los dos bandos se dieron la mano para enterrar el hacha de guerra aparecida en 1936 y que se comprometían a fundamentar una sociedad democrática nueva. Una visión maniquea del proceso histórico que se abrió con la muerte de Franco y finalizó con la aprobación de la Constitución de 1978.

Verdadera dimensión

Quizá algo que se tendría que replantear es el concepto de “reconciliación”. Como todos los problemas, se le puede poner todos los parches que se quiera, pero tarde o temprano vuelven a resurgir. Y está claro que la cuestión de la Guerra Civil y el franquismo fue algo que se cerró en falso en la Transición y que, años después sigue igual, cuando las generaciones que no vivieron franquismo se preguntan las razones de por qué su abuelo sigue en una cuneta cuando el dictador está enterrado con honores. Quizá es ahora cuando a la palabra reconciliación se le puede dar su verdadera dimensión.

Un país con tantos remilgos con su pasado, con tanto lugar común para atacar el memorialismo, debería de hacerse mirar las razones que nos han llevado a esta situación

Reconciliación es reconocer que en España hubo una Guerra Civil porque hubo un golpe de Estado por parte de un sector del Ejército y de una parte pequeña de la sociedad española que se resistían a aceptar que los tiempos habían cambiado. Reconciliación es también reconocer que ese golpe de Estado trajo un régimen dictatorial, emulador de las dictaduras fascistas que en Europa existían en aquellos momentos, que consideró como prioritario exterminar a sus enemigos políticos de una forma inquisitorial.

Reconciliación es reconocer que la dictadura fue un régimen liberticida que durante casi 40 años mantuvo a España bajo bota militar y que en su haber consta más de 140.000 desapariciones forzadas. Un régimen donde la disidencia era castigada con la cárcel, el exilio o el asesinato. Reconciliación es reconocer que bajo ese régimen el dictador se benefició económicamente y aglutinó un patrimonio procedente del expolio del que sus familiares aún hoy se benefician.

Reconciliación significa que, aunque en la Transición se pusieron muchas cosas en juego, otras se cerraron en falso y hoy han vuelto a brotar. Es una anomalía que un país, tras más de 40 años de la muerte del dictador, mantenga a lo largo de su geografía monumentos y calles a quienes dieron el golpe de Estado en 1936 y liquidaron las libertades. Es un insulto que en lo que otros países serían considerados criminales de guerra aquí sigan teniendo todos los honores. Es bochornoso que exista una Fundación Francisco Franco que honra y reivindica el legado del dictador y que defiende a pies juntillas su régimen criminal, teniendo bajo su custodia documentos que tendrían que ser de titularidad pública. Es horroroso que conduzcas por la A-6 y veas la Cruz de los Caídos, como monumento de ensalzamiento de las glorias del dictador. Es esperpéntico que en platós de televisión se dé cobertura a representantes de estas ideas para reivindicar la dictadura e insulten a los historiadores o a quienes han demostrado lo contrario de lo que ellos afirman. Quizá las televisiones deberían de reflexionar sobre a quiénes están dando cobertura, a quiénes está beneficiando esa propaganda y contra quiénes están actuando.

El Valle de los Caídos no es un monumento a la reconciliación (otra vez la palabra manida), sino un monumento a la dictadura, un honor al dictador y al fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, que para colmo se mantiene con dinero público y cuenta con la cobertura de la Iglesia católica. Un monumento construido por gran número de presos políticos del franquismo “para redimir penas” como mano de obra esclava.

Reconciliación es reconocer que lo que se destruyó en 1936 fue un sistema democrático, que con sus aciertos y errores, buscó la modernización del país. Que lo que se destruyó en 1936 fue un rico movimiento obrero que buscó el bienestar de la clase trabajadora desarrollando y reivindicando medidas que fueron pulverizadas a partir de 1939. A las ansias de transformación y cambio otros opusieron la represión y el piquete de fusilamiento.

Pero quizá no llama tanto la atención que los iniciadores y defensores de la discordia, esos que hoy defienden el franquismo y su legado, hablen de “reconciliación”. Llama mucho más la atención como los que hablan de la “leyes de concordia” y se denominan demócratas ponen todas las trabas del mundo para el desarrollo de unas políticas públicas de memoria.

Se oponen a la exhumación del dictador y acusan de “guerracivilismo” a los colectivos memorialistas. Aquí es donde entran los remilgos. Porque cuando se tiene tanto remilgo en retirar las calles a militares golpistas, en retirar monumentos a los que destruyeron la democracia y progreso, es porque quizá las molesta, y mucho, que se tomen esas decisiones.

Cuando se apela a palabras como “reconciliación” sin darle su verdadera dimensión, es que el problema de fondo no está analizado y quizá ese franquismo tiene más vida de la que pensamos

No es que sean decisiones que no interesan a nadie, como se dice. Si no nos interesa algo no hacemos caso a esa decisión y pasamos a hablar a lo que realmente nos parece importante. Pero cuando tu oposición es frontal a que Franco salga del Valle de los Caídos quizá hay algo más. Quizá es que el partido que se opone provenga, en realidad, de ese régimen y entre sus integrantes y fundadores hubiese ministros de Franco, al que tienen mucho que agradecer. Pero no deja de resultar ridículo cuando intentan sentar cátedra de Historia aquellos que la desconocen y repiten como papagayos lugares comunes que dejan fuera a toda la rica investigación que se ha llevado al respecto en las últimas décadas.

Pero quizá nos deberíamos acostumbrar a esto, porque si se es capaz de obtener un master sin asistir a clase, ¿por qué no se va a poder ser historiador aunque no sepas ni de lo que hablas? A la derecha española, que se autoproclama demócrata pero reniega del antifascismo, quizá habría que explicarle cómo personajes de la derecha europea crecieron al calor del antifascismo (a pesar del abandono que la República española sufrió por parte de países como Inglaterra o Francia). Por desgracia, los referentes de la derecha española son otros. 

Un país con tantos remilgos con su pasado, con tanto lugar común para atacar el memorialismo, debería hacerse mirar las razones que nos han llevado a esta situación. No es una cuestión de “borrar el pasado”, como dicen los apologetas del franquismo y sus adláteres o los que les siguen el juego. Borrar el pasado lo hacen las dictaduras.

Que no nos engañen: el fascismo no es igual que la democracia

Una forma de borrar el pasado es considerar que durante la Segunda República todo era un caos. Un legado del franquismo muy presente en muchos ámbitos, cuando las investigaciones históricas nos demuestran lo contrario. Esos franquistas que se pasean por televisión dicen, sin ambages, que España era la punta de lanza del sovietismo y que Franco solo fue un redentor que vino a “salvarnos” cual Mesías de aquella atrocidad.

Quien en 2018 considere que estas afirmaciones son ciertas demuestra su ignorancia supina. No condenar la dictadura franquista, argumentando que “los otros también mataron” es demostrar el remilgo que se tiene y mostrar, a la vez, la complacencia con el franquismo. Votar en el congreso contra la exhumación del dictador o abstenerse da muchas pistas de lo que piensan.

Parches inútiles

Lo que ha sucedido en los últimos tiempos alrededor de la memoria histórica y todos los debates encendidos que genera demuestra que este tema se cerró en falso. Y, desgraciadamente, todo lo que se ha hecho para corregirlo solo han sido parches que no han funcionado. Esto no consiste en lo que dice el Gobierno de Sánchez sobre la creación de una Comisión de la Verdad que ofrezca una visión de la historia. La historia no puede ser unívoca y no puede haber una “verdad oficial” (eso ya se sufrió, y se sufre, con el franquismo).

Quizá la solución la han marcado historiadores con Paul Preston, que considera mucho más importante el destino de dinero público a la investigación de la represión franquista para que valoremos su dimensión. Que resignifiquemos o, mejor, creemos centros de la memoria histórica; lugares de la memoria que no puedan ser mancillados, como sucedió en Alcalá de Henares, algo que, sin embargo, se repite con frecuencia. O que en los planes de estudio entre la cuestión de la memoria histórica como trasversal. Y también, que destinen todos los fondos necesarios para conservación del patrimonio documental para que los historiadores puedan acceder a él sin ningún tipo de problemas.

Memoria histórica
Franco nunca creó el Valle de los Caídos como monumento a “la reconciliación” y otros 27 bulos

La disputa abierta en las redes sociales tras el anuncio del traslado del cuerpo de Franco desde el Valle de los Caídos ha generado un movimiento que se basa en las supuestas conquistas del régimen que el general sublevado dispuso para la población española. El politólogo Álvaro Pla ha querido desmontar esos mitos.

Que no nos engañen: el fascismo no es igual que la democracia. Tampoco hagamos sacos unívocos y demos rienda suelta a teorías que hacen aguas. El fascismo tampoco es igual que el comunismo, o que el anarquismo, o que el socialismo, o que cualquiera de las teorías políticas a las que se las quiere equiparar. Y eso, a pesar de que en nombre de la democracia, del comunismo, del socialismo o del anarquismo, se hayan cometido crímenes. Pero una cosa es que en determinado nombre se comenta un crimen repugnante y otra que en el mismo origen de tus principios esté el crimen. Ese modelo de análisis del totalitarismo de Arendt, donde metió en un mismo saco a todo, hizo más mal que bien para analizar estas cuestiones.

Por eso, cuando se apela a palabras como “reconciliación” sin darle su verdadera dimensión, cuando se hacen llamamientos a leyes de “concordia” sin poner en duda la discordia o se tienen tantos remilgos con el franquismo y tanta tolerancia (no olvidemos que el franquismo es legal en España), es que el problema de fondo no está analizado y quizá ese franquismo, ya sea sociológico o no, tiene más vida de la que pensamos. Desgraciadamente, no es una cuestión de generaciones sino de pedagogía y de educación.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Memoria histórica
No olvidamos Armas pal pueblo
Tratando de seguir el rastro y procedencia del armamento usado por la guerrilla libertaria, tanto en el estado español como en el francés.
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Más noticias
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.