20M Vivienda

Movimientos sociales
Pensionistas y movimiento de vivienda vuelven a las calles

Unas 1.500 personas coincidieron ayer en la Puerta del Sol convocadas por organizaciones de pensionistas, sindicatos alternativos y del movimiento de vivienda. Demandan al gobierno de coalición cumplir con su compromiso de medidas justas tanto en la reforma de pensiones aún pendiente, como en la Ley de Vivienda.

Este sábado, 20 de marzo, en Madrid sindicatos alternativos y diversas organizaciones reunidas en la Coordinadora General de pensionistas de Madrid encabezaron una manifestación unitaria que recorrió el trayecto que hay entre Puerta del Sol y el Congreso de los Diputados, bajando por Alcalá y luego por Carrera de San Jerónimo. A la marcha se sumó el movimiento de vivienda, que nada más conocer la última propuesta del ministro José Luis Ábalos para la Ley de Vivienda en esta misma semana, se organizaba para volver a salir a las calles con más de 15 convocatorias en todo el Estado.

El contingente pensionista volvió a reivindicar una reforma justa de las pensiones, ya que consideran que de las habidas hasta el momento ninguna ha sido en beneficio real de las y los receptores de pensiones. Insisten en que el plan en el que trabaja el ministro de Seguridad Social José Luis Escrivá, y del que hasta el momento solo se conocen filtraciones a la prensa. Solo traerá recortes y más pobreza entre los pensionistas. “No queremos más reformas que empobrezcan a las personas”, han insistido.

“Quieren alargar más la edad de jubilación, es decir, hacer trabajar más a los mayores, y que esos trabajos no lleguen a los jóvenes. Lo que quieren descaradamente es quitar las pensiones”, piensa Pilar, jubilada que trabajó hasta los 65 años

Durante la marcha hacia el Congreso, El Salto recoge algunas voces de las participantes. Pilar viene de Leganés, a sus 70 años, va con el megáfono cantando consignas: “Aquí estamos luchando por nuestros derechos y por los que vienen detrás, que creo no saben lo que les espera”. Es consciente de que ella como jubilada —que trabajó hasta los 65 años, asegura— tiene su pensión, pero los más jóvenes tienen salarios muy precarios. “Encima quieren alargar más la edad de jubilación, es decir, hacer trabajar más a los mayores, y que esos trabajos no lleguen a los jóvenes. Lo que quieren descaradamente es quitar las pensiones”, sostiene.

“¿Vosotros habéis encontrado algún político de derechas de izquierdas, azules, naranjas, verdes, rojos, en esta manifestación?”, espeta Doris, con su suave acento ecuatoriano. “Aquí solo está la gente del pueblo peleando por un derecho. Yo tengo 49 años y a lo mejor no voy a llegar a tener pensión, pero mis hijos y mis nietos ni se las van a oler, por eso estoy aquí”. Cuenta que, aunque se encuentra trabajando, le han bajado el salario. Le parece que todo lo que se ha conseguido en derechos laborales se ha perdido de un plumazo: “Ya no hay preaviso y si le caes mal al jefe, ya no trabajas. Lo que tenemos es precariedad, y aquí donde deberían de estar, no está ni un solo político, aquí no hay nadie, solo los del pueblo”, sentencia Doris mientras sigue su marcha hacia el Congreso.

Carmen dejó de trabajar en 2005 cuando cerró la fábrica en la que estaba empleada. Tenía 45 años y un buen sueldo,  tiene una pensión decente. “Yo no estoy aquí para que me suban la pensión, estoy para que se la suban a la gente que no tiene para comer”. Reniega de los poderes que no quieren pactar unas pensiones justas, y cree que la única fuerza que puede cambiar cosas tiene solo 35 escaños. Se muestra escéptica al pensar que con casi nueve millones y medio de pensionistas,  luego en las urnas, las cuentan no le salen. “Todos los que estamos aquí cuando vamos a votar no sé qué es lo que votamos. La correlación de fuerzas no se entiende, pero bueno, hay que salir a la calle, es donde hay que pelearlo todo”, dice convencida.

La marcha de los pensionistas tuvo su parada final frente al Congreso desde donde las organizaciones convocantes dirigieron los principales mensajes de la movilización: “Que no se olviden los que están aquí detrás que los hemos puesto con nuestros votos. Y que no se olviden de que tienen la obligación de defender al pueblo y a lo público” sostuvo el portavoz de los pensionistas al iniciar las alocuciones.

“No queremos planes de pensiones privados ni planes de empresa, tampoco que se negocien con las financieras o bancos para cargarse el sistema”

Hubo un mensaje crítico hacia los sindicatos mayoritarios y se desmarcaron de las negociaciones que estos llevan a cabo con el Gobierno sobre la generalización de los planes privados que, consideran, provocará la desaparición del actual sistema público de pensiones. “No queremos planes de pensiones privados ni planes de empresa, tampoco que se negocien con las financieras o bancos para cargarse el sistema”, sostuvo el portavoz a la vez que recordó la urgencia de garantizar una pensión mínima de acuerdo a la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea.

Diversos sindicatos alternativos acompañaron también al movimiento pensionista en esta manifestación y se pronunciaron en apoyo de sus reivindicaciones. El portavoz de CGT apuntaba: “No es de recibo que no se cuente con un movimiento tan importante como este, con la fuerza que ha demostrado a lo largo de tres años que lleva en la lucha, y sí esté negociando con los sindicatos que están integrados en el sistema”. Por su parte, la representante de Alternativa Sindical de Clase señalaba en particular no perder en las reivindicaciones unas pensiones justas para las mujeres: “Estamos aquí para defender lo público sobre lo privado. Para defender una vivienda digna, para defender unas pensiones presentes y de futuro, sin brecha de género”.

“Los sindicatos alternativos estamos haciendo todo lo posible por parar todos los planes de privatización de empresa que CCOO y UGT quieren meter en los convenios colectivos”, defendió Solidaridad Obrera al tiempo que proponía ir un poco más allá, “Pensamos que la lucha tiene que estar también en los puestos de trabajo. Hay que empezar a dotarnos de la huelga también, para la defensa del sistema público de pensiones”.

Finalmente el Sindicato SI.L.V.I.A defendió que “no ha cambiado nada desde que gobernaba la derecha: siguen existiendo pensiones ridículas, con subidas ridículas. A ver si este gobierno, que se dice el más progresista de la historia, las cambia de una buena vez”.

 “No queremos planes de pensiones privados ni planes de empresa, tampoco que se negocien con las financieras o bancos para cargarse el sistema”

Bancos y fondos buitres, las inmobiliarias del país

El descontento que ha hecho salir también a la calle a las organizaciones que conforman la Coordinadora de Vivienda se refiere al nuevo incumplimiento del ministro Ábalos para regular los alquileres. Consideran que su última propuesta perdona impuestos a los grandes tenedores y por la que calculan las arcas públicas dejarían de ingresar entre el 70% y el 90% en impuestos.

Para el Sindicato de inquilinos e inquilinas, “es, sencillamente, robar los recursos necesarios para financiar la sanidad y la educación públicas de las personas que si trabajan, y de paso, favorecer a bancos y fondos buitre permitiendo que manipulen el mercado fijando oficiosamente los precios del alquiler”. El inquilinato organizado asegura que con la propuesta de Ábalos, “hecha a medida de los grandes tenedores”, sucumbe a las presiones del lobby inmobiliario por lo que consideran es  “no solo un ataque al derecho a la vivienda; también es un fraude democrático”.

Para el conjunto de las diversas organizaciones, Ábalos desoye las principales propuestas del movimiento en interés de las familias que se encuentran a punto de perder sus casas, ya sea por hipotecas o alquileres abusivos en un contexto creciente de acaparamiento inmobiliario por parte de los fondos buitres y los bancos, a quienes consideran las grandes inmobiliarias del país. Según datos sobre el efecto de la crisis en los órganos judiciales del Consejo del Poder Judicial en 2020, más de 14.000 desahucios ejecutados los fueron por impago de alquileres, y unos 4.500 por ejecución de hipotecas.

Carmen, una de las activistas más conocidas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, tampoco faltó a la cita en la mañana del sábado, esta vez disfrazada de buitre. Relataba a El Salto el estado de ánimo entre sus compañeros de lucha: “Cuando empezamos hace diez años éramos afectadas por las hipotecas, ahora hay mucha más gente afectada por los alquileres. Estamos indignadísimas porque ese poquito de esperanza que teníamos se nos ha hundido un poquito”.

No deja de expresar su preocupación cuando en el mes de mayo se acaben las moratorias de desahucios: “No vamos a tener manos para solucionar tanto problema. La que se nos viene va a ser gordísima”. Recuerda que entre las propuestas básicas de la PAH están el no desahuciar a personas sin una alternativa habitacional y que no se corten los servicios básicos por no pagar. “La gente no es que no quiera pagar, es que no puede. O come o paga, así que seguiremos luchando para hacer que esta ley de vivienda se haga ¡ya!”, zanja.

Hacia el final de la manifestación y en sintonía con el movimiento pensionista, Paloma Muñoz, portavoz de la Coordinadora de Vivienda, reconocía que muchas de las personas pensionadas allí presentes habían tenido que compartir sus casas y pensiones con familiares que habían sido desahuciados por haber sido también avalistas. “Estáis luchando por un derecho que es también para quienes venimos detrás. Después de años de trabajo todo mundo merece una retribución digna”.

Se refirió también al aumento de desahucios que sufren personas mayores por alquileres abusivos, y no poder pagarlos con pensiones tan bajas. “Alquileres que suben por un mercado que no está controlado. Pero ahora se abre un momento histórico. Podemos tener una ley de vivienda que garantice un precio justo del alquiler y un parque público de vivienda suficiente para las necesidades de la población. Así que le decimos al gobierno que deje de plegarse ante el lobby financiero y especulativo, y empiece a ponerse del lado de la clase trabajadora y de todas las familias que lo están pasando mal”.

Rebeca Tolosa, del Sindicato de Inquilinos de Madrid también participó en las alocuciones frente al Congreso: “La casa, la vivienda es un derecho a partir del cual construimos nuestras vidas y no una mercancía de especulación. ¡Necesitamos una Ley de Vivienda garantista ya!”. En un comunicado previo a la marcha, el Sindicato insiste en que el PSOE además de no estar cumpliendo con el acuerdo al que llegó con UP para gobernar —en el que se comprometía a regular los alquileres— tampoco habrían salido adelante los Presupuestos Generales del Estado si no se hubiera comprometido, como lo hizo, a incluir dicha regulación en la próxima Ley de Vivienda.

En Madrid, muchas de las organizaciones que coincidieron crearon la Alianza Vivienda, que impulsó a finales de febrero la Iniciativa por una Ley de Vivienda, formada colectivos de vivienda, organizaciones sindicales, juveniles, ecologistas, vecinales y pensionista y desde donde recaban firmas de apoyo. Creen que el ministro Ábalos da la espalda a los movimientos sociales “ignorando por completo las reivindicaciones de las organizaciones contra los desahucios, asociaciones de inquilinas/os y colectivos de personas sin hogar”.