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Salud
Bajas por dolor menstrual y despidos nulos: un nuevo escenario laboral para las mujeres
Lucía Arnaiz tiene 26 años y lleva desde su primera regla sufriendo dolores incapacitantes. Tiene endometriosis, pero hasta los 20 años no fue diagnosticada. Entre medias, pasó por un reguero de médicos y médicas de atención primaria, por urgencias y por diferentes ginecólogos y ginecólogas para tratar su dismenorrea, como se conoce al dolor menstrual. El negacionismo era la reacción más común. “Yo soy muy delgada y me llegaron a recetar un buen puchero”, explica. Hoy, después de que el Gobierno haya aprobado el anteproyecto de la reforma de la Ley de salud sexual y reproductiva, impulsado por el Ministerio de Igualdad, que incluye bajas médicas para menstruaciones dolorosas, se alegra de que su dolor se sitúe en el centro del debate. Aunque proliferan “machitroles” que ponen en duda lo que ella ha vivido, entiende que la regla debe de salir del cajón del olvido.
“Esta nueva medida me hubiera facilitado muchos días”, explica Arnaiz, fundadora de la asociación Endomequé. “Y no es por capricho, con un dolor incapacitante no eres productiva y no tienes ganas de nada”, relata. Arnaiz ha estado muchos años combinando tramadol con naproxeno, enantyum y nolotil, un cóctel de analgésicos como menú del día. Eso sí, considera que no todas las mujeres se atreverán a coger bajas durante cuatro días una vez al mes. “Pesa el miedo a ser despedida”, valora.
Laboral
Laboral Igualdad blinda la salud menstrual con bajas laborales asumidas por Seguridad Social desde el primer día
Y, para asegurar esa situación, está el despido nulo que se puede aplicar en este nuevo derecho, tal y como explica la abogada laboralista Virginia Castillo, quien define la medida como “proteccionista” y, por tanto, “muy acertada porque amplía los derechos de las mujeres”. “Según la Ley de igualdad, si tú me despides en base a esta baja es una discriminación automática y, por tanto, es nulo y la readmisión es automática. Todas las represalias van a ser nulas y es a lo que va a tender la jurisprudencia seguramente”, explica Castillo, quien lo sitúa a la altura de las bajas por embarazo.
“Si la empresa ejecuta un despido por disminución de tu producción y, por tanto, vinculado a esa baja médica, el despido será nulo”
“Si la empresa ejecuta un despido por disminución de tu producción y, por tanto, vinculado a esa baja médica, el despido será nulo. Eso sí, si lo justifican por otras causas desvinculadas de las bajas por dolor menstrual, el despido puede ser procedente, pero claro, siempre que demuestren esas causas”, explica esta abogada.
Se plantea pues un nuevo escenario para los derechos laborales de las mujeres. En la actualidad, las trabajadoras con un dolor de regla incapacitante pueden acudir a su médico de cabecera para solicitar la baja. Eso sí, explica esta letrada de Castillo y Danés Abogados, los tres primeros días no se cobran, salvo que el convenio colectivo lo contemple. Ahora será sufragada desde el primer día al 100% por la Seguridad Social y, además, no exige un periodo mínimo de cotización para solicitarla, requisito que sí se necesita para otras incapacidades temporales como la baja por maternidad. “Es decir, automáticamente tienes una baja pagada y retribuida desde el primer día sin necesidad de haber cotizado un periodo anterior”, concluye Castillo.
El dolor menstrual existe
Pero más allá de esta nueva medida, preocupa la reacción de odio en redes que ha espoleado la reforma. “Me están cuestionando sobre mi cuerpo, sobre qué me está pasando, a través de Twitter. Me he dado cuenta de que hay bastante gente, incluso mujeres. La sociedad no recibe educación sobre los ciclos menstruales de las mujeres y todo lo que conllevan”, se queja Arnaiz.
“El dolor no se discute; si hay dolor, hay dolor, y hay que buscar el origen. Algunas veces lo encontramos, como, por ejemplo, una mujer con endometriosis, y otras veces no lo encontramos”
“El dolor no se discute, si hay dolor, hay dolor, y hay que buscar el origen. Algunas veces lo encontramos, como, por ejemplo, una mujer con endometriosis, y otras veces no lo encontramos”, explica la ginecóloga, obstetra y divulgadora Miriam Al Adib, quien recurre a la definición formal, emitida por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, para describirlo. “Es una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial. ¿Qué significa esto? Que no siempre el dolor va a estar asociado a una lesión, puede ser una lesión que exista o el daño puede ser potencial, no tienes por qué tener un daño en el tejido. Existe el dolor con lesión y sin lesión”.
Por ello, indica, puede ser que los profesionales sean capaces de llegar a un diagnóstico o bien puede tratarse de un dolor funcional. “En el momento de la regla hay un proceso inflamatorio detrás asociado. Hay una serie de mecanismos que están en marcha en el sistema inmunológico donde intervienen una serie de prostaglandinas, que unas son proinflamatorias y otras antiinflamatorias. Cuando hay un desequilibrio a favor de los mediadores de la inflamación vamos a tener dolor. Ese desequilibrio puede ser por mil cosas, por malos hábitos o por estrés. Esto no es una lesión como tal, es un dolor funcional”, explica esta ginecóloga, autora del libro Hablemos de vaginas, quien hace hincapié en que “la regla no debe de doler”. “Cuando está todo bien, la regla no duele; cuando duele hay algo que está mal”, subraya.
Salud
La lucha de Lucía contra la enfermedad silenciada
La endometriosis es una enfermedad crónica cuyas causas no están claras y que afecta al 10% de las mujeres en España. Así la ha vivido Lucía Arnaiz, que el 8 de enero se sometió a una operación tras años de sufrir intensos dolores menstruales que nadie le explicaba.
La endometriosis, que padece Lucía Arnaiz desde hace más de quince años, es una enfermedad que frecuentemente se encuentra detrás de la dismenorrea. “Una de cada diez mujeres tiene endometriosis, eso sí, no todas son incapacitantes. Hay mujeres con endometriosis asintomáticas pero hay mujeres en las que la enfermedad tiene un impacto tan negativo en su calidad de vida que tienen un montón de comorbilidades asociadas”, explica Al Adib.
“Hay mujeres que necesitan esa baja. Hay mujeres con dismenorreas incapacitantes y no se les debe estigmatizar por ello. Si una persona tiene un dolor incapacitante, no puede trabajar”
Esta afección es una enfermedad crónica inflamatoria que consiste en tener el endometrio funcionalmente activo fuera de su sitio y en ese sitio genera una inflamación crónica. “El endometrio es la capa más interna del útero que es la que se engruesa por acción de las hormonas y se afina cuando se descama, que es lo que sucede cuando tenemos la regla. Cuando ese tejido está fuera de su sitio, por el estímulo de los estrógenos, se multiplican esas células, generan una reacción inflamatoria crónica y, dependiendo de cómo se distribuyan los focos de endometriosis, darán más o menos síntomas”, relata Al Adib. También habla de otras enfermedades que pueden acarrear dolor menstrual, incluso extraginecológicas, como afecciones que producen desregulación inmunológica de base o algunas enfermedades vasculares como el síndrome de May-Thurner.
Ampliación de derechos
Más allá de comentar la reforma de la ley, que reconoce que no es su ámbito, esta ginecóloga se muestra clara: “Hay mujeres que necesitan esa baja. Hay mujeres con dismenorreas incapacitantes y no se les debe estigmatizar por ello. Si una persona tiene un dolor incapacitante, no puede trabajar. Es positivo que se haya puesto en el candelero porque hay mujeres que sufren muchísimo porque socialmente quedan como las flojas, las que utilizan la regla para no trabajar… Les ponen ese estigma y, encima que lo pasan tan mal, que tengan que aguantar eso no es justo”, sentencia.
“La medida supone reconocer más derechos a las mujeres, por eso escuece”, opina Virginia Castillo. Para esta abogada es además una concesión que no está bajo el control del empresario, ni de la mutua
“La medida supone reconocer más derechos a las mujeres, por eso escuece”, opina Virginia Castillo. Para esta abogada es además una concesión que no está bajo el control del empresario, ni de la mutua. “Si tienes una enfermedad común y el médico de cabecera te da tres semanas, la mutua te llama y puede emitir un informe de disconformidad, o la empresa puede ponerte un detective privado. Aquí no va a haber esa posibilidad, están perdiendo el control. Nos están protegiendo más”, concluye Castillo.
Lucía Arnaiz pone el foco en que hay que ir un poco más allá. “Es necesario acabar con el dolor de regla por lo que hay que invertir más en investigación”, demanda. No en vano, según el motor de búsqueda Pub Med, que da acceso a la base de datos de bibliografía médica más grande que existe, se han realizado hasta la fecha 31.437 investigaciones sobre endometriosis. Para el cáncer de próstata encontramos 196.120 resultados y para la diabetes 872.656. “Si esto les pasase a los hombres, ya estaría erradicado”, zanja.