We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Venta ambulante
El Rastro resucita el próximo domingo con otra cara
Después de una dura batalla entre el Ayuntamiento de Madrid y las asociaciones de comerciantes, se levanta la clausura del mercadillo. Lleva ocho meses cerrado, cinco de protestas, veintiocho manifestaciones y concentraciones, dos asambleas informativas en la vía pública, intensa presencia en redes y medios, y consultas a especialistas del área sanitaria, jurídica y de seguridad vial.
En el mes de marzo y bajo el argumento de la amenaza pandémica, el Ayuntamiento de Madrid dispuso la clausura del Rastro, este emblemático espacio que tiene 400 años de existencia y cuyo funcionamiento ni siquiera durante la Guerra Civil se había interrumpido.
Los verdaderos motivos que llevaron a la administración de Martínez Almeida a decidir su cierre permanecen en las sombras. Y previsiblemente así seguirán. Los portavoces de las tres asociaciones que representan a los vendedores —El Rastro Punto Es, Argatsana y Asiveras— que El Salto ha consultado no tienen una interpretación sobre las causas. Pedro Santos co-portavoz de las asociaciones expresa que “no sabría decirte, pero no tiene lógica, el Rastro fue el único mercadillo que ha permanecido cerrado durante todo este tiempo”. Algunos comerciantes dieron su opinión, en clave especulativa, “sabemos que se trata de un área apetecible para instalar más pisos de alquiler”, “no es la primera vez que lo intentan, Gallardón ya lo hizo en el pasado con el objetivo de ceder el espacio a ciertos sectores, que veían una oportunidad de negocio”.
Venta ambulante
El Rastro de Madrid presiona al Ayuntamiento con un nuevo proyecto para retomar su actividad
El caso es que, finalmente El Rastro volverá a ver la luz el próximo domingo 22, para consuelo de las mil familias que hasta su clausura sobrevivían de lo obtenido con la venta de productos que ofrecían los domingos a los miles de viandantes que allí se daban cita.
Los portavoces de las asociaciones apuntan el desenlace como un triunfo, resultado de una concatenación de factores. Destacan la unidad y persistencia en la lucha, la transversalidad de sus propuestas que, precisamente por ello, habrían sido bien acogidas por todo el arco mediático —tanto de izquierdas como de derechas—, el asamblearismo que les ha permitido compatibilizar múltiples puntos de vista, a veces de difícil coexistencia, y las alianzas establecidas con diversas entidades que les han dado soporte argumental, técnico, legal y sanitario.
“La primera decisión del ayuntamiento fue dejar un 12% de los puestos, luego un 33% y finalmente ha cedido a nuestra propuesta de 50% y 50% alternadamente”
Mayka Torralbo, también portavoz, hace un inventario de las instancias y especialistas que han consultado, contratado o trabado algún tipo de relación para dotarse de instrumentos que les permitieran vencer la tan tozuda —como a la vista de los resultados— arbitraria e inconsistente decisión del consistorio. “Forzados por las circunstancias, hemos consultado epidemiólogos, virólogos, urbanistas, abogados, expertos en circulación vial, técnicos en perimetrajes, vallados y aforos, una vasta red de especialistas en diferentes ámbitos, distantes de nuestra actividad cotidiana”, describe.
CONCESIONES POR AMBAS PARTES
Si bien este desenlace puede contabilizarse como un triunfo de los colectivos, no se trata de un combate donde el ayuntamiento haya perdido por nocaut. Ha sido un pulso duro en el que ambas partes debieron hacer concesiones.
Madrid
Las asociaciones de El Rastro suspenden las movilizaciones por el coronavirus
Mientras aguardan una respuesta formal del alcalde de Madrid, los vendedores de El Rastro suspenden por 14 días sus movilizaciones, con las que cohesionan sus filas e informan a la población sobre su contencioso con el ayuntamiento
En lo que atinente al consistorio, cabe decir que hay una distancia considerable entre su pretensión inicial de promover una “limpia” de calado en el mercadillo. Su propuesta original solo permitía una ínfima habilitación de los actuales 1.000 puestos censados. Finalmente ha tenido que aceptar que continúe operativa la totalidad de ellos, solo que alternándose un 50% a cada domingo. No ha quedado nadie afuera, aunque deberán turnarse, trabajando de forma alternada a cada domingo. “La primera decisión del ayuntamiento fue dejar un 12% de los puestos, luego un 33% y finalmente ha cedido a nuestra propuesta de 50% y 50% alternadamente”, afirma Pedro Santos co-portavoz de las asociaciones.
El ayuntamiento también ha renunciado a su pretensión inicial de eliminar la Plaza de Cascorro como espacio orgánico de El Rastro. Y ahora admite 81 puestos allí, aunque solo en las calzadas, ya que dejar libres las aceras ha sido un punto innegociable para la autoridad municipal.
Asimismo, ha cedido a la demanda de los comerciantes de que —dada su amplitud— en Ribera de Curtidores se les permita instalar puestos en doble fila, en vez de una única fila como sostenía al inicio, “y asume que Ribera de Curtidores, en vez de los 85 puestos que inicialmente preveían, va a tener 190”, explica Torralbo.
De igual modo, ha tenido que negociar en su pretensión de crear cinco “islotes” segregados entre sí, disposición espacial que —a criterio de los vendedores— desarticularía y desconfiguraría el mercadillo. En el nuevo diseño se contemplan zonas de paso y de conexión entre esas áreas. Y también ha renunciado a su idea de instalar uno de esos “islotes” en la Carrera de San Francisco, distante unos 20 minutos del núcleo central de El Rastro. “Con las ubicaciones que tendrán los puestos la Ribera de Curtidores se conformará un eje articulador, que irá desde la Plaza de Cascorro y Duque de Alba hasta Ronda de Toledo”, asegura Santos.
Además, ha debido desistir de la pretensión de que los comerciantes se encargaran de controlar el aforo, medida frontalmente resistida por la gran mayoría de los vendedores. La portavoz municipal, Inmaculada Sanz, ha confirmado que el ayuntamiento se ocupará de ello, “como no podía ser de otra manera —afirma Torralbo—, hacerlo nosotros sería ilegal y constituiría una invasión de competencias”.
Pero los comerciantes también han debido ceder a sus pretensiones maximalistas para poder llegar al acuerdo que permitirá reabrir El Rastro el próximo domingo, 22. Han tenido que aceptar que el ayuntamiento elimine varias calles del organigrama original del mercadillo y —obviamente— la supresión de los puestos que en ellas se instalaban. Fueron suprimidas, Frey Ceferino —la calle de los pájaros—, San Cayetano —la de los pintores— y tampoco habrá puestos en Amazonas, Maldonadas, ni en Mira El Sol. “En ninguna de las vías transversales, ni en el área peatonal de la Plaza de Cascorro, solo los habrá en las calzadas”, explica Torralbo, aclarando que esos comerciantes tienen su nuevo espacio garantizado en el nuevo organigrama.
El consistorio ha impuesto un perimetraje y control de aforo exclusivamente sobre el área de los puestos, dejando la circulación expedita en las calzadas donde transitarán libremente los vecinos y la gente que vaya a las tiendas fijas, “y es en este espacio fuera de control donde tememos que puedan producirse aglomeraciones que impliquen una transgresión de las normativas anti Covid”, advierte Torralbo. A pesar de la insistencia de los colectivos —apoyada en pareceres técnicos— el consistorio ha rechazado la propuesta de hacer un perimetraje conjunto del área, que incluyese tiendas y puestos —y sus clientes— así como vecinos y viandantes.
Y se ha mostrado irreductible en la decisión de suprimir todos los puestos que impliquen ocupación de áreas peatonales, que deberán quedar expeditas. Así, los comerciantes han renunciado a instalar más puestos en Ribera de Curtidores, a pesar de que la calle tiene 23 metros de ancho.
En la misma línea, el consistorio ha impuesto al mercadillo un aforo inferior al que los colectivos pretendían. El técnico en perimetrajes y seguridad vial, Raúl Valera Tena, defendió el planteo de los comerciantes de que se permitiese un aforo de 3.070 personas. Pero solo les concedieron 2.702 en total, número al que se llega sumando los aforos parciales habilitados para cada uno de los cinco “islotes” que componen el organigrama: en Campillo - Mundo Nuevo permitirán 986, en Ronda de Toledo - Arganzuela, 218, en Plaza de Cascorro, 353, etc., “estamos disconformes, hemos presentado un escrito para que nos muestren los datos en que se han basado para esto”, reclama Torralbo.
EL DIFÍCIL CAMINO DE LAS PIEDRAS
Un largo y sinuoso itinerario de propuestas y contrapropuestas ha balizado este desenlace. El proyecto inicial del ayuntamiento fue considerado por los colectivos una liquidación del espacio. Eso detonó una férrea resistencia que no se limitó a la contestación, a través de múltiples consultas con técnicos, las asociaciones se fueron armando de razones que contestaban las esgrimidas por el municipio y ofrecían propuestas alternativas.
El consistorio, por su parte, tuvo dificultades en articular un cuerpo argumental convincente en las cuatro propuestas que se sucedieron a la primera. A ello deben sumarse manifiestas carencias en la presentación de las mismas, hecho denunciado sistemáticamente por los colectivos. La debilidad propositiva municipal llevó al extremo de que la tercera versión que ofreciera concitó el rechazo unánime del arco parlamentario municipal, incluido Vox.
“Las asociaciones solo renunciaron a la movilización en un breve período para contribuir a la lucha contra la pandemia”
Quizá ahí se produjo un arco de inflexión en la disputa y los colectivos pasaron a ganar terreno. Las autoridades municipales, debilitadas por el fuerte revés parlamentario, respondieron con poco más que actos reflejos y empezaron a incorporar algunas de las enunciaciones propositivas de los comerciantes. Incluso asumieron el compromiso de participar en una mesa de diálogo con ellos.
Venta ambulante
El Rastro, acosado por el Ayuntamiento de Madrid
Son ya tres las propuestas presentadas por el consistorio y rechazadas por el colectivo de vendedores del Rastro, que acusa al gobierno municipal de querer desnaturalizar el espacio con la excusa de la crisis sanitaria a través de unas medidas que ahogarían a quienes allí trabajan y acabaría con muchos de los puestos. El próximo domingo saldrán a protestar.
Así las cosas y para quebrar lo que parecía un impasse en el que las asociaciones solo renunciaron a la movilización en un breve período para contribuir a la lucha contra la pandemia, el ayuntamiento presentó su quinta y última propuesta. En ella, asumía parte de las demandas de las asociaciones, al tiempo que ponía algunas condiciones.
Entonces los colectivos creyeron llegado el momento de someter este proyecto a consideración de los asociados en el que, mayoritariamente, apreciaban un único elemento claramente disonante: la insistencia en responsabilizar a los comerciantes por el balizamiento y vallado del mercadillo. Era una regresión, en anteriores ocasiones ya había aceptado que esta función la debía ejercer la autoridad pública. A pesar de ello, las asociaciones tomaron como base esta última propuesta municipal y convocaron a una votación a los comerciantes, con tres posibles respuestas:
1. Aceptar lo que proponía el ayuntamiento sin cualquier objeción. Esta posición obtuvo el 12% de los votos.
2. Aprobar la propuesta, pero rechazando la responsabilidad por el balizamiento y vallado. Fue la opción ganadora, obteniendo el 57% de los votos.
3. Rechazar de plano la propuesta municipal y continuar la lucha, manteniendo todos los puntos que defienden las asociaciones, sin negociar y ceder en ninguno. Esta posición obtuvo el 32% de los votos.
EL FUTURO ES AHORA
Las cartas están echadas, ya no hay vuelta atrás, El Rastro reabre bajo nuevas condiciones, pero las asociaciones no renuncian a su proyecto original. Aclaran que las concesiones que hicieron han sido impuestas por la circunstancia excepcional del coronavirus y aseguran que se ha firmado un documento para que, cuando termine la pandemia El Rastro vuelva a tener la configuración preexistente.
“Si no se puede vender en las aceras, en ellas no podría vender nadie, ni los vendedores ni tampoco los comercios fijos”
Quedan cuestiones importantes por definir y precisar. Por ejemplo, el ayuntamiento ha señalizado con unos triángulos rojos la localización genérica de los puestos, pero no se sabe con exactitud la localización de cada puesto. El consistorio abrirá una oficina donde se indicaría a cada comerciante el lugar exacto donde deberá instalarse. Las asociaciones han solicitado que se pinten en el suelo los números que corresponden a cada puesto ya que intentan evitar que el domingo se pueda crear una gran confusión. Otros flecos quedan pendientes, como por ejemplo con qué metodología se va a delimitar el aforo.
Por su parte, los colectivos se empeñarán, asegura Torralbo, “en recoger la basura que se genere, en mantener la distancia de seguridad y haremos pedagogía sobre los viandantes, subrayando que El Rastro es muy seguro por ser un lugar abierto. Pero también vamos a estar muy pendientes de que se cumpla la legalidad. Que no haya dos varas de medir: si no se puede vender en las aceras, allí no debería exponer nadie, ni los vendedores, ni los comercios fijos”, asegura. A partir del domingo, nuevos tiempos, nuevos acontecimientos.