La vida y ya
Boletos de la suerte

Le gustaba escuchar a los chicos del barrio cuando comían unos caramelos de azúcar que vendían en el mismo quiosco en el que ella compraba el boleto para el sorteo.
Administración de Lotería Matilde Hernández
Un kiosco de lotería en Carabanchel. David F. Sabadell
2 feb 2025 05:30

La rutina, como todas las rutinas, se repetía metódicamente. El viernes por la tarde iba al quiosco donde vendían los boletos para el sorteo y compraba un número. Siempre el mismo. Cada viernes.

Es verdad que no había acabado la primaria y de matemáticas sabía lo justo para desenvolverse con el cambio, pero también es verdad que otras personas que sí habían estudiado algo de probabilidad hacían lo mismo. Apostar a un número como si la lealtad de permanecer fiel a esas cifras, semana tras semana, incrementase las posibilidades de ganar. 

Si había algo que la pudiese sacar de esa situación sería más la suerte de ganar un sorteo que esperar a que una especie de revolución consiguiera que la gente como ella pudiera tener una vida digna

De todos modos no era ingenua. De hecho estaba muy lejos de serlo. Sabía cómo funcionaba el mundo y por eso pensaba que si había algo que la pudiese sacar de esa situación de precariedad hecha vida, de tener que contar las monedas una y otra vez, de colocarlas en columnas para ver si, por algo parecido a un conjuro, apareciera alguna más. Si había algo que la pudiese sacar de esa situación sería más la suerte de ganar un sorteo en el que hubiera mucho bote acumulado que esperar a que una especie de revolución consiguiera que la gente como ella pudiera tener una vida digna. 

Le gustaba escuchar a los chicos del barrio cuando comían unos caramelos de azúcar que vendían en el mismo quiosco en el que ella compraba el boleto para el sorteo. Con los caramelos les regalaban billetes de papel y, como el dulzor se esfumaba en sus bocas tan rápido como un respiro, luego se ponían a jugar a decir por turnos qué se comprarían con todo ese dinero falso: “Una moto para cuando sea más grande”. “Unas zapatillas de deporte firmadas por Mbapeé”. “Un móvil”. “Un rifle con balines”. 

Esos chicos, igual que otros, soñaban con tener las cosas que salían en las pantallas mientras sus madres, en sus casas, hacían torres con las monedas, apiladas unas sobre las otras, para ver si conseguían las suficientes para comprar lo imprescindible para ese día.

Aunque la rutina sigue siendo la misma, viernes tras viernes, ahora sabe que, si le tocara todo ese dinero, lo primero que haría sería arreglar el techo del centro comunitario y luego hacer una merienda con toda la gente del barrio

Ella también fue niña en ese barrio. También tuvo esos sueños. Ahora ya no. Aunque la rutina sigue siendo la misma, viernes tras viernes, ahora sabe que, si le tocara todo ese dinero, lo primero que haría sería arreglar el techo del centro comunitario y luego hacer una merienda con toda la gente del barrio donde los niños y las niñas pudiesen comer caramelos hasta hartarse.

Desde que comenzó a participar en la asociación de mujeres se dio cuenta de que su bienestar pasaba, necesariamente, por saber que el resto de su comunidad también estaba bien.

Arquivado en: La vida y ya
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

La vida y ya
La vida y ya Unas horas sin luz
Edu, un amigo que es conserje en un colegio público, me escribe para contarme que quienes más se angustiaron fueron las familias más vulnerables.
La vida y ya
La vida y ya Espacios de encuentro
Me contaba que, al final del día, le dolían mucho las manos y que había dejado de escribir. Que ya no llevaba el cuaderno pequeño que tenía para anotar ideas que luego se transformarían en artículos o poemas.
La vida y ya
La vida y ya Días de vacaciones
No somos conscientes de que la lluvia depende, en un porcentaje altísimo, de ellas. Sin plantas hay menos lluvia. Sin lluvia las semillas no germinan. Así funciona.
SimónPeña
2/2/2025 19:26

Gracias, María González Reyes. Nos has regalado un hermoso texto sobre la unión de los que no tenemos más que lo justo para gatear hasta el día 30. En pocas palabras has dicho tanto o más, y desde luego mucho mejor porque llega al corazón de los pobres, que esos sesudos ensayos universitarios. Hablas de la igualdad entre los pobres, los parados, los sin techo, los hambrientos, los que vienen de fuera, los que son de dentro... La dificultad de todas ellas para encontrar un curro, para ser explotados vilmente. Los problemas son los mismos, la rutina y el deseo de aquello que vemos en la tele, es el mismo, los sueños son iguales, la conciencia de clase ya no tanto. Comprender que es mucho mejor "arreglar en techo del centro comunitario" que procurarse la posesión de dispositivos que nunca nos harían felices.
Salud

0
0
Israel
Israel Netanyahu acelera los planes de ocupación total de una Gaza diezmada por el hambre
El ejército israelí quiere movilizar a 30.000 reservistas para una nueva expansión de la ofensiva sobre Gaza. Las organizaciones dependientes de la ONU alertan de la hambruna y las enfermedades en un enclave en el que escasea el agua potable.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Comunidad de Madrid
Universidad pública El alumnado de la UNED denuncia el “modelo antipedagógico” tras la supresión de tutorías presenciales
El proceso de eliminación de clases se remonta a 2008, aunque ha sido este año, con el nombramiento Claudia Sevilla como directora de centros asociados de Madrid, cuando el gobierno de Ayuso “ha pisado el acelerador”.
Opinión
Opinión El rentismo es racismo
La posición de las personas migrantes y racializadas en el conflicto del alquiler nos coloca como sujetos esenciales e imprescindibles en la lucha por la vivienda.
Tren de alta velocidad
Problemas ferroviarios Llegar a tu casa a las cuatro de la madrugada o cómo pasar la tarde del domingo atrapados en un tren
La línea de Iryo Sevilla-Madrid Puerta de Atocha fue uno de los 30 trenes afectados por las fuertes demoras. Su llegada, programada a las 20:50hrs, se produjo a las 3:05hrs de la madrugada sin apenas haber dado información a sus viajeros
Reducción de jornada
Reducción de jornada Cada vez está más cerca la semana laboral de 37,5 horas
Aprobada hoy en en Consejo de Ministros, la reducción de la jornada máxima legal será tramitada de urgencia en un Congreso que exigirá medidas compensatorias.
Más noticias
Rumanía
Rumanía La ultraderechista Alianza para la Unión de los Rumanos de George Simion se destaca para la segunda vuelta
La extrema derecha rumana sale de nuevo reforzada pese a la eliminación de la carrera electoral de su otro representante, Calin Georgescu. La segunda vuelta de las elecciones será el 18 de mayo.
València
València Rechazada la querella por tortura contra Ramón, policía infiltrado en València
Un juzgado de València desestima el recurso presentado por Alerta Solidària contra la inadmisión de la querella criminal por torturas contra el agente que pasó dos años infiltrado.
El Salto Radio
el salto radio Peinando canas 2: Ganas de cantar, ganas de vivir
En el segundo capítulo de esta serie dedicada al colectivo sénior destacamos el trabajo de Irina Capriles al frente del Cor de la Universitat Oberta per a Majors de les Illes Balears.
Opinión
Opinión El apagón y la ofensiva nuclear de las derechas
El gran apagón se ha producido en medio de una auténtica guerra cultural de la derecha contra el plan de cierre de las nucleares.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña e Ourense mercaron material policial a Israel por medio millón de euros en só catro anos
O alcalde ourensán, Gonzalo P. Jácome, adxudicou un contrato por 70.000 euros días despois do sete de outubro. Abel Caballero asinou outro de máis de 200.000 euros e a alcaldesa da Coruña seguiu a estela cun contrato de 170.000 euros.