La vida y ya
Pobladoras de lo posible

Como saben las pobladoras de lo posible, los sueños suelen aparecer cuando se tiene la posibilidad de imaginar a largo plazo.
12 feb 2023 06:00

Los lunes voy caminando siempre a la misma hora hacia una reunión en un local que está en una calle con pocas farolas. Enfatizo en la rutina del trayecto porque es justo en ese momento cuando cierran una tienda que está a unos cinco minutos del lugar al que me dirijo. Varios metros antes de llegar ya puedo oler el aroma que se escapa por debajo de la persiana metálica que está medio bajada para indicar que el trabajo terminó por ese día. Supongo que es un olor que a la mayoría de la gente no le dice nada o, como mucho, lo asocia a una casa con despensa o a hojas de té secándose. A mí me huele a la tienda que tenía mi tía Josefina en el pueblo en la que pasé horas jugando a ser tendera cuando era pequeña. A veces la memoria se recupera por la nariz.

Aunque en ese pueblo las mañanas todavía suenan a cencerros movidos por las cabezas de las ovejas en busca de hierba y a pies que caminan sin correr, hace mucho que las calles dejaron de ser de tierra y de adoquines.

Josefa, Josefina, Josefita, según quién se dirigiera a ella, no quería dedicarse a vender garbanzos, judías y bacalao seco al peso, como hizo su padre. Ella tenía otro sueño: quería ser maestra. Quizás por eso guardó siempre los cuadernos de cuando iba a la escuela. Cuadernos con esa letra de antes en la que cada palabra estaba escrita con el esmero de quien vive el aprendizaje como un lujo.

Nació en 1923 y, después de la guerra, comenzó una dictadura que despedazó su posibilidad de estudiar y que casi consiguió silenciar las mañanas de su padre para siempre. “Apúntalas a la cuenta de falange”, decían los fascistas cuando entraban en la tienda a robar lentejas o castañas pilongas.

Josefina no pudo cumplir su sueño de ser maestra pero, quizás de su madre, quizás de ver a toda la gente que parecía que agachaba la cabeza pero en realidad no, aprendió una forma de no rendirse. Fue maestra sin título de las niñas y niños que pasaron por la tienda que ocupaba la habitación por la que se entraba a la casa.

Me gusta esta historia porque me gustan las historias de no rendirse. Aunque sé que los sueños están fuertemente condicionados por el contexto. Mi tía Josefina no soñaba igual que yo, y ambas soñamos muy diferente que Kera, una ganadera a la que le preguntaron: si pudieses pedir todo lo que quisieras, ¿qué pedirías? Y ella dijo: una vaca. No dijo dos vacas, ni cinco vacas ni un rebaño de vacas. Dijo: una vaca.

Creo que Kera vivía en un lugar donde muchas cosas que en otros lugares se consideran imprescindibles allí no lo eran. La percepción de la escasez depende de si has nacido sobre tierra o sobre asfalto. Pero también puede ser que se acostumbró a que la palabra futuro sólo llegase hasta el día siguiente y, como saben las pobladoras de lo posible, los sueños suelen aparecer cuando se tiene la posibilidad de imaginar a más largo plazo.

Quizá todo resida en eso, en buscar la manera de que todas las personas puedan imaginar un después de hoy. En reivindicar el derecho a imaginar a largo plazo, que es lo mismo que abrir las ganas a moverse para construir un futuro deseable.

Arquivado en: La vida y ya
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

La vida y ya
La vida y ya La risa
Una vez me dijo que para ella la risa era una forma de imaginarse de otra manera, que siempre conseguía imaginar una vida mejor en los momentos en los que se reía.
La vida y ya
La vida y ya La primera vez
Nos confirmaron lo que ya intuíamos pero no supimos hacer. Lo única regla importante es romper el silencio.
La vida y ya
La vida y ya Ganas de saber más
Una de ellas dice: “Son muchos”, y se queda callada con la mirada puesta en unas piedras. Después, cuando nos alejamos del lugar, se acerca al profesor de historia. Tiene ganas de saber más.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.