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Violencia machista
Una mayoría considera que los avances en igualdad de género están bajo amenaza
Los avances del feminismo materializados en leyes que tiene como fin proteger los derechos de las mujeres, podrían estar en riesgo, al menos eso es lo que piensa un 90% de las personas en el Estado español que identifican la existencia de actores y organizaciones que tienen por objetivo erosionar estas conquistas. El 50% de estas personas identifican la existencia de estos actores con claridad, otro 37% piensa que estos actores podrían existir, aunque no puede afirmarlo con seguridad.
Los datos proceden de una encuesta realizada por el Fondo de Mujeres Calala, organización que tiene por objetivo reforzar los movimientos de mujeres y colectivos feministas en el Estado español y Centroamérica a través de la canalización de donaciones, la capacitación y el apoyo a la articulación en red. “En Calala venimos monitoreando la actuación de los grupos anti-género en España desde 2015, después de los intentos por cambiar la ley del aborto y de las acusaciones a activistas feministas por ofender los sentimientos religiosos”, explica su directora María Palomares. En todo este tiempo, desde la organización han observado cómo se ha intensificado el discurso contra el feminismo, cuestionando las leyes que protegen los derechos de las mujeres. El objetivo de la encuesta, realizada sobre una muestra representativa de mil personas, era conocer si la sociedad era consciente de este proceso.
Y si la percepción es compartida es porque parte de la experiencia, casi la mitad, un 49% de la población dice conocer casos en los que feministas son objeto de acoso o amenazas, de ellos, 6 de cada diez piensan que esta violencia es consecuencia de la polarización. Comentarios ofensivos en el espacio público, abusos y violaciones, el uso del término “feminazi”, o las agresivas críticas sobre personajes públicos, son los ejemplos en los que las personas que respondieron a la encuesta identifican la violencia.
Los ataques no se limitan a las personas que se identifican claramente como feministas sino que se hacen extensivos a “cualquier mujer que se atreva a dar una opinión pública propia, a apoyar otra mujer, o que no actúe de acuerdo con el rol de género que la sociedad espera”
Los ataques, explican desde Calala, no se limitan a las personas que se identifican claramente como feministas sino que se hacen extensivos a “cualquier mujer que se atreva a dar una opinión pública propia, a apoyar otra mujer, o que no actúe de acuerdo con el rol de género que la sociedad espera”. Algo que Palomares identifica como violencia con contenido de género, pues se les ataca por ser mujeres. El estudio tiene por fin analizar estos discursos y de qué manera afectan al colectivo atacado. Así, tres de cada cuatro (74%) personas encuestadas consideran intolerables los discursos de odio en cuanto que los identifican como violencia. Sin embargo, uno de cada diez (11%) enmarcan estos discursos en la libertad de expresión, el 8% entiende que actuar legalmente para confrontarlos es contraproducente en cuanto que los potencia, y un 7% considera que estas expresiones no son violencia y por lo tanto los tolera.
Existe bastante consenso (78%) en el diagnóstico de que las redes sociales son un terreno fértil para los discursos del odio, aunque la mitad de quienes consideran esto, ve a las redes como un espacio de amplificación de discursos que ya existen en la sociedad. El 69% señala que este clima de polarización de las redes posibilita que la violencia en el ámbito digital trascienda el ámbito de la pantalla y se materialice en un aumento de la violencia física contra los colectivos señalados por los discursos de odio.
Pero, ¿cuáles serían estos actores anti derechos? “Nos ha sorprendido que hay consciencia de que existen este tipo de entidades que amenazan las garantías para los derechos de las mujeres que hemos conseguido en este país. Nos desconcierta que a la hora de identificar a estos grupos hay poca claridad, y se apuntan a partidos políticos, tanto de izquierda como de derechas”, explica la directora de Calala a el Salto. Las formaciones políticas de derechas (60%), los grupos religiosos y las asociaciones contrarias al feminismo son mayoritariamente identificadas como los actores que estarían atacando al movimiento por la igualdad de género.
“Es importante que el apoyo social al feminismo y los valores que defiende, que el movimiento ha ido ganando en los últimos años, no se pierda. No podemos ceder el terreno ganado”
Volviendo a las redes sociales, Palomares afirma: “nos llamó la atención un elevado porcentaje de personas que afirmaba seguir a feministas en redes sociales solo para confrontar sus opiniones. Y, en relación, la cantidad de comentarios explícitos contra feministas”. Y es que entre las personas que afirman seguir a perfiles feministas en las redes sociales una de cada tres personas (30%) dice hacerlo con el fin de confrontar sus opiniones, mientras un 44% las sigue de manera casual. Solo el 22% de las personas considera estos perfiles interesantes, un 18% las sigue para recibir información que valoran, y un 14% las siguen por diversión.
La organización comparte su preocupación ante la inacción de las redes sociales en la lucha contra los discursos del odio, cuando más de la mitad de la población, según se establece en la encuesta, relaciona la escalada de violencias contra feministas con la capacidad de difusión de las redes. Así, interpelan a las plataformas para que respeten los derechos humanos y a las administraciones para que actúen con “medidas efectivas y proporcionales”.
Además, la organización considera que hay un trabajo que hacer también en la sociedad, según explica su directora a el Salto: “Para nosotras es importante que el apoyo social al feminismo y los valores que defiende, que el movimiento ha ido ganando en los últimos años, no se pierda. Por eso creemos que seguir enviando mensajes de esperanza, de cambio y de solidaridad a la población en general es muy importante, no podemos ceder el terreno ganado”. Un trabajo de comunicación “multidimensional y multicanal”, pues, “frente al ruido de las redes y las fakes news”, concluye “es importanteretomar los espacios del día a día, la escuela, el trabajo, el barrio, para demostrar por qué el feminismo es necesario y beneficioso para todas”.