Política
Salvar al sistema

Como si se tratara de un remake de “Salvar al soldado Ryan”, la premiada película de Steven Spielberg, recibimos en los últimos tiempos el imperativo que nos llama a olvidar utopías y proyectos revolucionarios y a formar piña para salvar el modelo democrático que nos gobierna a la gran mayoría de habitantes del planeta. No hay otra opción, nos aseguran, salvo el abismo de la extrema derecha que siempre está esperando su oportunidad para imponer un régimen autoritario, que nos arrebataría todos nuestros derechos y libertades.

15m 2011
Una imagen de la Puerta del Sol, en la primera semana del movimiento 15M. Olmo Calvo
10 ene 2021 17:36

Planteadas así las cosas, es evidente que las personas con un mínimo de conciencia crítica y solidaria preferirán cualquier cosa, aunque no les convenza, antes que el fascismo. No es extraño, por tanto, que la derecha económica y política agite tan a menudo la amenaza de la ultraderecha para autoproclamarse como la garantía y salvación del sistema democrático, en el que tan bien se desenvuelven los grandes bancos y las empresas transnacionales.

Un buen y reciente ejemplo nos lo ha proporcionado lo sucedido en EE.UU. con la ocupación del Capitolio por una horda de seguidores de Donald Trump; allí (como aquí cuando el golpe de Tejero)  se ha visto cómo, tras dejar hacer para asustar un poco más a la población, el propio capitalismo y sus instituciones han cerrado filas para arropar a la vieja democracia americana, y de paso al sistema económico que permite tan excelentes resultados a las grandes fortunas.

La izquierda (lo que queda de ella) en lugar de dar alternativas que realmente lo sean, se limita a proponer pequeños retoques al modelo triunfante que no llegan tan siquiera a lo que en sus mejores tiempos defendía la socialdemocracia.

Olvidada quedó la vieja idea de coexistencia pacífica con el capital, a cambio de la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora, que tras la II Guerra Mundial permitió a las capas populares alcanzar un cierto nivel de consumo y unos servicios sociales que cubrían prácticamente al conjunto de la población. Fue lo que se llamó Estado de bienestar, pero en muchos países, como el nuestro, apenas llegamos a vislumbrarlo. Y es que los gestores del capitalismo, al ver lo bien que partidos y sindicatos habían frenado las ilusiones revolucionarias de los sectores populares decidieron acabar con sus gestos de buen rollo y dejaron al descubierto sus colmillos neoliberales. Pensaron que los derechos de los trabajadores también podían ser una porción adicional de sus beneficios y comenzaron a recortarlos para, poco a poco, llegar a la supresión de gran parte de las conquistas obreras.

La izquierda sindical y política, lejos de responder con contundencia, optó por salvar sus privilegios  y negociar lo más honrosamente posible su rendición. Privatizaciones de sectores y servicios públicos, reformas laborales, recortes de salarios y pensiones, etc. han sido el resultado de ese viraje al centro de las organizaciones que prometían llevar al proletariado a las más altas cotas de bienestar y participación en las tareas políticas.

Las clases populares quedaron desorientadas e indefensas, sin ninguna referencia a la que agarrarse. Y sin una cultura de lucha, sin propuestas revolucionarias creíbles, el espacio tradicional de la izquierda se lo vienen disputando un populismo reaccionario y xenófobo (alimentado por partidos y medios de comunicación de extrema derecha) y un conservadurismo (centro moderado y centro izquierda) que insiste en la trasnochada fantasía de que el mercado la regula todo.

No parece que la pandemia que el mundo sufre como consecuencia del rápido avance del Covid-19 ni la crisis ya notoria provocada por el cambio climático vayan a servir para que quienes nos gobiernan (desde los parlamentos o desde Wall Street) reconozcan que el mundo necesita otro modelo de sociedad y otras relaciones económicas, que no se basen en la explotación sin límites de los recursos y en la acumulación de riqueza en cada vez menos manos.

A pesar de los claros síntomas de las catástrofes que se avecinan, no vemos propuestas que puedan ilusionar de nuevo a la gente. Hasta en las democracias más consolidadas se sigue dejando a amplios sectores atrás: aumentan el paro y la pobreza, se legisla a favor de las grandes empresas y bancos, se cierran los ojos ante tragedias como la de los refugiados e inmigrantes, se esquilma a los pueblos del sur a mayor gloria del consumismo, etc.

Incluso en nuestro país, con un gobierno que se califica como el mejor de los últimos tiempos, observamos que se sigue apostando por grandes infraestructuras: trenes de alta velocidad, prolongación de la vida de las centrales nucleares, corredor mediterráneo, grandes puertos y terminales de contenedores, industria del turismo y otros proyectos que en nada van a contribuir a detener la despoblación del interior, a frenar la contaminación y el cambio climático, ni mucho menos a repartir el trabajo y la riqueza.

Si de verdad estamos contra el fascismo (nuevo o viejo) lo que habremos de hacer es crear una conciencia solidaria, defender las conquistas sociales, impulsar proyectos autogestionarios y recuperar la fraternidad internacionalista que nos hermana con todas las luchas.

Arquivado en: Política
Sobre o blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Extremadura
Extremeñismo Extremeñería presenta un portal web dedicado a Antonio Elviro Berdeguer
El sitio web recoge textos inéditos, artículos de prensa y materiales clave para entender el pensamiento extremeñista de principios del siglo XX.
#79494
11/1/2021 12:31

La peor herencia del fascismo es el "antifascismo". Amadeo Bordiga.

0
0
Sobre o blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas as entradas
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.