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Cine
Céntrico, bien comunicado, dos habitaciones y fantasmas que no lo son: el terror inmobiliario llega al cine
Una pareja pasa un fin de semana en Madrid para dar una sorpresa de regalo de cumpleaños a su hijo Pablo, una visita al parque de atracciones. Pero en esos días tendrán varias sorpresas y no pocos sustos, y no precisamente por el pasaje del terror. La estancia en la ciudad se verá marcada por lo que sucede en el alojamiento que han elegido, un apartamento céntrico alquilado a la familia propietaria, no a una empresa ni a una cadena hotelera, que lo ofrece para fines de semana cuando está fuera. En el piso, Pablo pronto empieza a notar presencias que enturbian la convivencia.
De este modo se pueden resumir los 19 minutos de metraje de Céntrico, una película dirigida por Luso Martínez y coescrita junto a Cristina Medina que está compitiendo por la nominación a los Goya y ya ha ganado los premios a Mejor Corto en el Festival de Cine de Elche y en la Sección Brigadoon del de Sitges. “Quizá el premio más relevante ha sido el del Festival de Cine de Terror y Fantástico de Sitges, que nos hizo mucha ilusión por ser este festival el más importante del mundo de cine de género y porque nuestra película no tiene nada de fantástico”, valora Martínez, quien precisa que Céntrico es “un juego para que te creas que es una película canónica de terror, de fantasmas, y luego proponerte que en realidad hay cosas peores que tener un fantasma en casa y que tienen más que ver con la vida real”.
El corto se basa en un relato del escritor Isaac Rosa y su reparto está encabezado por María Vázquez (Matria, Quien a hierro mata, Mataharis), Víctor Duplá (Cuéntame cómo pasó, Fariña, La unidad), Violeta Pérez (Biutiful, El patio de mi cárcel, Princesas) y, junto a ellos, Álex Crivián, Javier Tena e India Delgado. “Nuestra premisa, que está en el relato de Isaac Rosa, era subvertir el sentido de lo que te estamos contando para darle una vuelta y proponerte una reflexión diferente a la que aparentemente parecía en un primer momento. El terror y la comedia son perfectos para esta idea”, considera el director.
Así, en Céntrico han utilizado la caligrafía propia del género de terror y algunos de sus códigos clásicos —oscuridad, luces y sombras, niños que dan miedo, objetos que se mueven aparentemente solos, música incidental muy subrayada— para contar una historia de terror muy real: la que se vive en las grandes ciudades por su conversión en decorados, espacios que se visitan, pero en los que no se vive porque es imposible vivir allí. Martínez pone como ejemplo un título mítico del cine español para explicar sus intenciones: “El final de El verdugo, de Berlanga, cuando se ajusticia al reo, es un cierre casi de comedia, tiene ese punto, ese lenguaje de humor, pero lo que ha pasado es una cosa muy bestia. El interés es que te preguntes de qué te estás riendo. Buscábamos un poco eso, pero con el terror”.
Céntrico, disponible en la plataforma Filmin, se acerca al fenómeno de los apartamentos turísticos con la idea, según su director, de no resultar discursivo “con personajes que a veces sí lo son”. Martínez analiza a los tres principales y también menciona alos tres secundarios, que resultan igual de fundamentales en la historia. Ernesto, el marido de Nati y padre de Pablo, es “un poco el progre como lo retrata la derecha, el progre hipócrita que dice que viajar abre la mente y no se para a pensar si tomar un avión tiene implicaciones de orden climático, por ejemplo, o que hace el comentario de que ‘esto está lleno de turistas’ haciendo un juicio sobre otros y sustrayéndose a sí mismo de su responsabilidad”. El realizador señala que no pretenden “culpabilizar a los ciudadanos de a pie, pero sí al menos interpelar a quienes nos creemos que tenemos una conciencia de las cosas y quizá no es así”.
Pablo, el niño, es la mirada inocente hacia el sistema. “No somos especialmente originales con esto —reconoce Martínez—, es esa mirada de quien aún no ha llenado el depósito con el reverso tenebroso de la realidad, la ve con ese brillo inocente del niño que mira al Pato Donald o a Mickey en la Puerta del Sol y ve al Pato Donald y a Mickey”.
Y en cuanto a Nati, es un personaje que cree en lo que dice Pablo y que al final —atención spoiler— da un giro interesante. “Ella ha entendido, a través de los ojos del niño, que dentro de la casa no hay fantasmas ni ladrones”, revela el director. Martínez sostiene que con el final del corto ha intentado “dibujar un punto de esperanza haciendo que no todos los personajes sean indolentes”.
La película se proyecta el domingo 8 de diciembre a las 13:30 en el Teatro del Barrio, Madrid. Habrá también un coloquio con el director, la activista Laura Barrio, el periodista Sergio C. Fanjul e Isaac Rosa. Martínez considera que es “muy importante” amplificar el mensaje que quieren trasladar, “que la película sirva para continuar la conversación”, y también plantea diferencias con otros trabajos a la hora de cómo hacer que la creación artística sea parte del problema o parte de la solución, si es que ha de serlo de alguna de las dos cosas: “No es lo mismo entrar al público desde esta propuesta que desde la que hacía En los márgenes, interesante pero hecha desde el cine social canónico que mucha gente siente que le regaña o le hace sentir mal y por eso desconecta del mensaje. Nuestra pretensión es contribuir a la conversación desde la producción cultural”.