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Culturas
Celia de Molina: “La comedia es mi forma de sobrevivir en este mundo”
Celia de Molina mandó a la mierda en el mismo día a dos popes del humor español: Santiago Segura y Florentino Fernández. Al primero, que dijo tener miedo de que hoy en día se pudiera prohibir el humor de Torrente, le recordó el miedo que deben haber sentido las actrices que se presentaron a un casting suyo y acabaron en una página porno. El segundo aseguró que si no hay más mujeres en el mundo de la comedia “no es una cuestión de sexos sino de talento” y también se llevó una respuesta viral de la actriz y guionista en las redes.
De Molina, también cómica —o “mamarracha”, en sus palabras— mostraba así su cabreo después de que dos personas responsables de La Chocita del Loro, una sala madrileña que programa monólogos de humor, justificara la ausencia de mujeres en su cartelera en que estas no tienen “nivel”, algo que hacen en un momento en el que se está consolidando una escena de cómicas que están renovando el humor sobre los cimientos de sus redes y su talento.
De Molina ha desarrollado la mayor parte de su carrera como actriz en el teatro, aunque tiene también experiencia en cine y televisión. En cine, protagonizó la película Cómo sobrevivir a una despedida junto a su hermana, también actriz, Natalia de Molina. En 2016 creó y protagonizó la webserie El Antivlog y en 2017 empezó a colaborar en el espacio de humor Late Motiv, dirigido por Andreu Buenafuente. En este momento está puliendo su primer guión de un largometraje, un guion que también tiene que ver con eso, con qué nos hace gracia y por qué.
Tú haces comedia. ¿Por qué?
Para mí la comedia siempre ha sido lo que me salva. Si no tuviera sentido del humor o no consiguiera digerir las cosas con la comedia no sé dónde estaría, es posible que no hubiera aguantado nada. Es mi forma de enfrentarme al mundo y es mi forma de sobrevivir en este mundo porque la verdad es que detrás de la comedia se suele decir que siempre hay un gran pesimista, y yo soy eso: una gran pesimista. Todo me parece absurdo, hay muchas cosas que me duelen y la única manera que tengo de poder traspasarlas o sublimarlas o simplemente sentirme cómoda en el mundo es la comedia.
¿La comedia se aprende? ¿Se estudian optativas de humor en las escuelas?
No te sabría decir. En la Escuela de Arte Dramático cuando yo estudié había comedia, pero era comedia clásica, no sé si ha cambiado el temario porque yo tengo una edad. Cuando yo lo hice era comedia clásica, entonces lo que estudiabas era la Comedia del Arte, que es genial porque a través de máscaras y de personajes superestereotipados, sacas los defectos de un personaje al máximo y eso sirve para hacer del defecto una virtud.
Entonces, sí que se aprende pero creo que la comedia no es tanto aprenderla como que tenga algo que ver con tu forma de ser, con tu forma de mirar el mundo, porque creo que la comedia es una forma de mirar el mundo y eso no te lo enseñan, eso lo ves así.
A mí a veces me pasa que estoy contando algo que es muy importante y la gente se mea, y yo me quedo pillada diciendo: “No, en serio, no estoy intentando hacer gracia”. Hay algo que yo aunque no quiera está en mí. Mi forma de expresarme, mi forma de hablar, tiene que ver con eso. Sí que puedes trabajarla, pero la comedia que yo conozco y que tengo cerca, muchos la traen de serie.
Hay un panorama muy interesante de cómicas en España en este momento. ¿De dónde han salido tantas? ¿Cómo se ha gestado esto?
Creo que esto está ligado a las redes sociales, a que hay muchas cosas que ya no puede controlar el establishment. Por ejemplo Martita de Graná: si tú eres buena, lo haces bien, lo subes desde tu casa y se vuelve viral… eso no lo puede parar nadie por mucho que quiera. Y creo que la mayoría de las cómicas que han salido en los últimos años tienen que ver mucho con algo que es imparable, algo que hacen ellas solas y traspasan gracias a las redes sociales y el mundo de internet porque realmente incluso muchas que tienen éxito como por ejemplo Estirando el chicle de Carolina Iglesias y Victoria Martín, que son fantásticas, tampoco tienen apoyo de una productora que te coge y te dice te voy a hacer esto te doy un late o una serie.
No, no vienen de los lugares tradicionales. Cuando un cómico triunfa muchas veces lo hace desde un lugar muy tradicional: salía en la tele, te daban un programa, te daban una serie. Si te fijas, entre ellas no es el caso de ninguna. Han surgido de algo que es imparable porque realmente el sistema no las apoya. No tenemos el camino fácil para nada.
Humor
Riot Comedy: un espacio de comedia seguro
Todo empezó en mayo de 2018 con un mensaje en Instagram en el que anunciaba un micro abierto de comedia hecha por mujeres. Llevan 13 funciones y en todas se han agotado las entradas.
¿Tú con quién te ríes?
Pues yo con Martita me meo, es tan auténtica que es imposible no reírte con ella. Además tiene algo muy bonito porque es un humor que atraviesa todo, creo que se ríe Paqui la del pueblo y una filósofa de Cambridge, y eso me gusta mucho porque es un humor que llega a todo y además también tiene mucho contenido.
Luego me gustan mucho Isa Calderón y Lucía Lijtmaer. Por supuesto Carolina Iglesias y Victoria Martín, Eva Soriano, Paula Púa, Goize Blanco... y seguro que me estoy dejando a alguien que me encanta.
El humor que ha tenido la puerta abierta para llegar a todas partes es un humor que siempre ofende a los mismos, un humor desde el privilegio del hombre heterosexual que se ríe de las violaciones, de la prostituta, del mariquita
Pero los jefes de La Chocita no encuentran talentos. ¿Será que buscan mal?
Yo creo que buscan lo que ellos quieren. No sé si has visto la cartelería de La Chocita del Loro pero es que es todo menos atractiva. Las palabras que dijeron son superdañinas y ellos mismos se retratan, pero es que miras la cartelera y dices: “Bueno, es que yo no iría a verlo”. Es un humor muy casposo, que está ya en otro lugar.
El humor que ha tenido la puerta abierta para llegar a todas partes es un humor que siempre ofende a los mismos, un humor desde el privilegio del hombre heterosexual que se ríe de las violaciones, de la prostituta, del mariquita. Entiendo que, en ese sentido, digan: “Pues qué chica va a entrar aquí”. Nosotras somos más rompedoras, más libres, hacemos humor desde el lugar desde el que estamos respondiendo a todo lo que nos ha pasado siempre y de repente miramos a la cara a los que nos han dicho siempre: “Tenéis que estar en casa”, “tienes que hacer esto”, “tú no puedes hablar de fútbol”. Y de repente les contestamos con gracia y no a todo el mundo le gusta, porque hay mucha gente machista en el mundo y La Chocita es machista
Cuando respondes a Santiago Segura en Twitter o a Florentino Fernández, es decir, cuando te posicionas contra ese humor casposo que representan, ¿tienes miedo de que se te cierre alguna puerta?
No lo sé, no tengo ni idea. Y, si así fuera, pues yo no siento miedo. Yo veo un artículo de algo que me parece terrible y opino. Si luego se hace viral es porque muchísima gente opina como yo y dice: “¡Hostia, claro que es asqueroso!” Pero yo solo estoy dando mi opinión. No voy a dejar de ser quién soy.
Ser feminista no es un jajaja, jijiji, y ponerte camisetas que molan, sino que a veces también es meterte en el barro. Cuando eres feminista te duelen las cosas que no te gustan, lo pasas mal, tienes que buscar la forma de ser coherente. Y si eso me lleva a no trabajar, sería una demostración más de que el mundo es muy machista. Solo estoy dando una opinión, estoy diciendo que algo que durante mucho tiempo se ha considerado normal no lo es y tiene que dejar de serlo. Y si no visibilizamos eso, pues va a seguir ocurriendo.
El guión de El Antivlog es tuyo, también tienes un guion de una serie y estás con el guion de una película. ¿Te tira más escribir que actuar?
La parte de guión está fluyendo de forma más natural, creo que me siento más cómoda de cierta manera. Ahora estoy en un proyecto —del que no puedo contar casi nada— participando como guionista en una serie. Puede que esa parte esté ganando, porque tiene más que ver con cómo veo yo el mundo, cómo me expreso y cómo siento. Es verdad que cuando explico mi forma de ver el mundo me suele mejor que cuando voy a un casting y siempre me llaman para hacer de la graciosa, de la tonta o de la amiga de. Siempre me llaman para hacer personajes muy pequeñitos o muy característicos. Sin embargo, con el guión sí que estoy sintiendo que estoy haciendo cosas que no tienen límite. De repente puedo escribir mi peli desde un lugar que me plantea el mundo de una manera muy diferente. Yo me imagino el mundo que me da la gana y encima me pagan por escribirlo. O, con la serie sobre el posparto, que se llama “Post Party”, estoy hablando de todo lo que significó para mí el parto y el posparto. En ese aspecto, tengo una libertad como guionista que como actriz no he tenido.
La película cuyo guion estás terminando se llama No es universal. ¿Qué es lo que no es universal?
Después de trabajar en esto bastante tiempo he llegado a la conclusión de que nada es universal de lo que nos han dicho que es universal. Así dicho suena un poco raro. Cuándo nació mi hijo, yo escribo una serie sobre lo que significa ser madre y que tiene que ver con todo esto que nadie te ha contado. ¿Por qué a mí nadie me había dicho que las tetas duelen? ¿Por qué nadie me había dicho que no me podría levantar de la cama? ¿Por qué nadie me había dicho que a lo mejor el primer día no sentiría todo el amor del mundo por mi hijo? Te ocurren una serie de cosas y te encuentras sola, terriblemente sola, porque yo creo que el posparto es soledad total.
En ese proceso, escribo una serie, esa serie la presento. Y en uno de los sitios, el comentario de la persona que tenía que valorarlo fue que estaba guay pero no era universal. Yo en un principio pensé que la respuesta tenía lógica, pero como soy cabezona y bastante neurótica, seguí dándole vueltas y dije: “¿Qué cojones? ¿Qué es universal?”.
Empecé a investigar y encontré un texto de una activista italiana que se llama Carla Lonzi y tiene un libro que se llama Escupamos sobre Hegel en el que habla de que la igualdad es una falacia porque nosotras pretendemos ser iguales en el mundo que no hemos participado en construir. A mí aquello me voló la cabeza y había pasado también lo del tío este, y empecé a unirlo todo.
Todo lo que nos han dicho que es universal no tiene que ver con nosotras. Entonces es universal tener 20 años, estar buenísima, que seas una madre superfeliz o que las mujeres a partir de 40 años dejemos de existir
Todo lo que nos han dicho que es universal no tiene que ver con nosotras. Entonces es universal tener 20 años, estar buenísima, es universal que seas una madre superfeliz, es universal que nadie note que tienes la regla, es universal que las mujeres a partir de 40 años dejemos de existir… Todo está impregnado de un concepto de universalidad desde un punto de vista masculino blanco.
Y dije: “Con esto hago una peli”. Es una peli bastante absurda y loca sobre qué es universal y qué no lo es, hay mucho trabajo de investigación detrás y humor. Es gamberra, ácida y desternillante. Mi idea es que la gente se ría, pero que de repente te dé una hostia. Presento el mundo que yo me imaginaría que es universal frente al que realmente lo es, entonces de repente estás viendo un espejo de la sociedad.
La escribiste gracias a una residencia en la Academia de Cine… ¿Qué es eso?
La Academia de Cine lleva dos años —este curso será el tercero— ofreciendo residencias artísticas para cineastas durante nueve meses. Me presenté el año pasado, se presentan unas mil personas y seleccionan entre 15 y 20. Y las personas seleccionadas estamos durante nueve meses, y tenemos un espacio para trabajar, un mentor a —mí me tocó Anna Costa, la guionista—, te pagan un sueldo y cobras unos 1. 350 euros al mes. Te dan todo para que puedas estar durante nueve meses escribiendo tu película con todos los apoyos en la Academia de Cine, es una superbeca. En junio terminé con una primera versión y ahora estoy puliéndola para tener una con la que yo esté más contenta.
Una de las cosas que más me sorprende del mundo del guión es que la gente es muy clara con lo que cobra, mientras que me doy cuenta de que como actriz hay un silencio
Has dicho que te pagaban 1.350 euros y se agradece que los artistas digan lo que cobran, en qué condiciones materiales trabajan, porque no se suele ser muy claro con el dinero. ¿Se habla de dinero en cine? ¿Estás en algún sindicato donde se discutan estos temas?
No estoy en ningún sindicato de actores, pero sí de guionistas, en ALMA, que funciona súperbien. Y, como trabajo en ambos sitios, me doy cuenta de que como actriz hay un silencio: nadie sabe qué cobra nadie. Sí existen unos convenios mínimos pero nadie habla de dinero, al menos en mi experiencia. Y creo que eso también nos juega en contra, porque a lo mejor si empezáramos a hablar de dinero nos daríamos cuenta de que nuestro compañero está ganando el doble. Además está el caché, que depende de lo que generes, y es todo tan ambiguo que al final se queda en que nadie sabe nada.
Sin embargo, una de las cosas que más me sorprende del mundo del guión es que la gente es muy clara con lo que cobra. Los compañeros te ayudan, el sindicato te orienta y hay muchísima más transparencia. No es una cuestión tanto de saber qué gana el otro sino de que se sienten un colectivo y saben que así apoyan al resto y eso hace que crezcan todos. Yo eso con los actores no lo he sentido
Nos vimos para hablar de mujeres y cine en el evento en directo de Sphera —un proyecto de producción de vídeo en el que participa El Salto— y hablábamos de Julia Ducournau, ganadora de la Palma de Oro por su película Titane hace unos días, el 17 de julio. Es la segunda mujer en ganar este premio en 74 ediciones del festival. Ducournau ha dicho tras ganar este premio: “No quiero que mi género me defina en absoluto”, dice sentirse incómoda con esto de subrayar que ha ganado “una mujer”. ¿Cómo te tomas estas declaraciones?
Si ella siente eso, yo ahí no puedo entrar, es libre y tendrá sus razones. Pero a nivel objetivo me parece que es lógico y que sería absurdo no decir que es una mujer. Porque es la segunda en 74 años y además no solo es la segunda 74 años y eso visibiliza el problema sino que es referente para muchas niñas,para muchas mujeres, y es indiscutiblemente importante que se hable desde ese lugar.
Me he quedado un poco fría cuando he visto la contestación, conozco a compañeras que dicen lo mismo y entiendo de dónde nace eso, pero creo que está bien hacer nosotras el ejercicio te decir: “Esto es una realidad y si no lo visibilizas no existe”.
¿Por qué no ha habido en España un MeToo entre las actrices? ¿Es posible un Time’s Up —el movimiento surgido tras el MeToo— español?
Creo que no lo hay porque no se habla y que hace falta un lugar donde las actrices se puedan sentir cómodas para poder expresarse y, a partir de ahí, a lo mejor generar un movimiento. Vivimos en una cultura en la que siempre hacemos como que no ha pasado; no nosotras sino la sociedad, hace como que no ha pasado. Y te vas a tu casa diciendo: “Pero es que para mí ha pasado”. Te encuentras en la situación de decir: “Soy yo, que estoy loca; soy yo, que soy una exagerada”. Creo que lo que necesitamos las actrices es un lugar en el que de repente se diga: “No, no vamos a hacer como que no ha pasado”.
¿No existen esos espacios?
En CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), donde soy vocal de la junta directiva, trabajamos para las mujeres en el medio audiovisual y pusimos un mail para que las mujeres pudieran escribir de forma anónima. Pero sigo sintiendo que falta algo como sociedad, tendría que pasar algo para que se sintieran cómodas hablando. Porque entiendo que no es fácil soltarlo y ya, sino que tienes que saber que vas a sentirte arropada y que no te va a pasar nada.
¿Qué ha cambiado el MeeToo?
La suerte de que fuera en Estados Unidos, que es el país que exporta al mundo entero cultura mainstream, creo que ha abierto los ojos a muchísima gente. Creo que muchos se han reconocido tanto en ellos como en ellas y al final tener un espejo es muy importante. Han cambiado muchas cosas, por ejemplo los protocolos. Luego hay una serie donde está Micaela Coel, I may destroy you, que es muy potente con el tema del abuso, ella es una de la que estás más metidas en esto del Time’s Up en Inglaterra, y están cambiando muchas cosas. Ese movimiento tan fuerte que llega desde allí de alguna forma nos ha impresionado a todos también aquí y tiene que dar fuerza.
Humor
Amigo, nos hace mucha falta Estirando el Chicle
¿Qué pinta el feminismo en tu vida?
Creo que soy feminista desde antes de saber que la palabra existía. Ser feminista me ha hecho sufrir mucho desde que era pequeña. Por ejemplo, yo no entendía lo que era el feminismo ni nadie me lo había explicado, pero en el colegio veía que quería jugar en el patio y no podía porque mientras los chicos tenían toda la pista nosotras teníamos que jugar en una esquina. Luego, cuando me creció el pecho y me salió culo, me horrorizaba ir por la calle sola. Empecé a sentir miedo y sabía que eso no les pasaba mis amigos. Y llegó un momento, al final del instituto, donde de repente vi que no era algo que solo yo sintiera sino que había muchos estudios sobre ello y empecé a leer feminismo y entender lo que era. Soy feminista, está dentro de mí y dentro de mi forma de ver el mundo.
¿Alguna peli feminista que recomendar?
Una de mis pelis favoritas del mundo mundial es Tomates verdes fritos. Todas somos Towanda en ese coche y hay que gritar mucho: ¡Towanda!