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La reciente candidatura demócrata de Cynthia Nixon para ser gobernadora de Nueva York ha desempolvado una larga lista de intérpretes con aspiraciones políticas; ya se han rescatado, por ejemplo, infinitas galerías con fotos de Arnold Schwarzenegger como gobernador de California (desde 2003 hasta 2011) o de Ronald Reagan ocupando ese mismo cargo (desde 1967 hasta 1975) y siendo presidente de Estados Unidos (de 1981 a 1989).
En clave española, se ha recordado a Toni Cantó como exdiputado por UPyD (de 2011 a 2015) y actual diputado por Ciudadanos; también al televisivo Félix 'Felisuco' Álvarez, otrora actor y humorista en El Informal que desde hace casi un año comparte bancada en el Congreso con Cantó; y también se ha recordado la presencia de Pepe Viyuela en la lista de Íñigo Errejón para el Consejo Ciudadano de Podemos en 2017, al igual que su concurrencia a las elecciones municipales de 2011 en San Sebastián de los Reyes con el partido Izquierda Independiente.
Esta candidatura de Cynthia Nixon, quien ganó popularidad por su rol de la abogada Miranda Hobbes en la serie Sexo en Nueva York, ha animado el debate de si en el frívolo mundillo actoral hay hueco para la profundidad reflexiva que se le presupone a un cargo político. Está claro que las reglas del juego han evolucionado tras la elección de Donald Trump como 45º presidente yanqui, pero igualmente han constatado la asiduidad con la que se salta de las pantallas al atril... mientras que escasean ejemplos a la inversa. Así, no es fácil encontrar en la meca del cine ni alrededores a gente que dejase su carrera política para dedicarse a actuar.Destaca en primer lugar James Woods, doble nominado al Oscar (por Salvador en 1987 y por Fantasmas del pasado en 1997). Con cociente intelectual de 180 y tras haber logrado la nota más alta en el SAT (examen similar a la Selectividad), recibió una beca para estudiar Álgebra en UCLA pero la rechazó para cursar Ciencias Políticas en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés); cuando Woods estaba cerca de licenciarse, el director teatral Timothy Affleck (padre de Ben y Casey) y el prestigioso actor Jon Voight lo convencieron de que probara suerte en la interpretación a nivel profesional.En segundo lugar destaca Alec Baldwin, baluarte de toda una saga de hermanos actores. Con el espaldarazo de ser Jack Ryan en La caza del Octubre Rojo (1990) y nominado al Oscar a mejor secundario en 2004 por The Cooler, aún sigue brillando por todo lo alto en la televisión estadounidense gracias a las reposiciones de 30 Rock y a sus premiadas imitaciones de Trump en Saturday Night Live. Y es que esa vis ya se le notaba en su juventud, cuando cursó tres años de Ciencias Políticas en la George Washington University antes de irse a la New York University para formarse en arte dramático.Como tercer ejemplo destaca Elisabeth Shue, nominada en 1996 al Oscar a mejor actriz principal por Leaving Las Vegas (la estatuilla fue para Susan Sarandon por Pena de muerte). Antes, ya había gustado al gran público con sus papeles en Karate Kid (1984), Aventuras en la gran ciudad (1987), Cocktail (1988), Regreso al futuro II (1989), Regreso al futuro III (1990) y Corazones y almas (1993). Pero esa fulgurante ruta por Hollywood pudo no existir, ya que Shue inició a los 18 años sus estudios de Ciencias Políticas en el Wellesley College. A falta de un semestre para titularse, fue transferida a la Universidad de Harvard, pero sus pinitos interpretativos (algunos 'spots') dieron fruto y por ello aparcó su licenciatura; eso sí, la terminó en el año 2000, quince años después de haberla abandonado.En cuarto lugar destaca la humorista Aisha Tyler, conocida por sus papeles televisivos en Friends, 24, CSI: Las Vegas, Entre fantasmas, Archer y Mentes criminales. Con anterioridad a todo ello, se licenció de Ciencias Políticas y obtuvo un graduado de Política Ambiental a los 22 años en el Dartmouth College. Sin embargo, y pese a la reputación de Dartmouth como miembro de la llamada Ivy League, en varias entrevistas ha admitido cierto arrepentimiento por esa elección universitaria; así que se decantó por la comedia 'stand-up' y forjó su carrera catódica a base de roles secundarios pero efectivos.Y como quinto ejemplo destaca Rooney Mara, doble nominada al Oscar (por Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres en 2012 y por Carol en 2016). Después de graduarse en el Instituto Fox Lane de Bedford (Nueva York), viajó durante cuatro meses a Ecuador, Perú y Bolivia justo antes de comenzar sus estudios de Psicología y Política social internacional en la George Washington University; apenas un curso más tarde fue transferida a la New York University, donde acabó titulándose en 2010. Ese mismo año obtuvo sus dos primeros papeles serios, nada de cameos, gracias al 'remake' de Pesadilla en Elm Street y a La red social.
Woods, Baldwin, Shue, Tyler y Mara coinciden en esa breve lista de políticos, filántropos o gestores en ciernes que finalmente desviaron sus caminos hacia la interpretación cinematográfica. Los cinco modificaron sus respectivos futuros siendo veinteañeros, por lo que se antoja todavía más complicado hallar a algún político empedernido y mayor de 30 años que haya dejado tal profesión para meterse a actuar. En el imaginario colectivo de Hollywood no se recuerdan casos así y, quizá, sea éste el último nicho a explotar en la gran industria del entretenimiento.
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No sabía que tantos actores de renombre habían cursado estudios de Ciencia Política. Un artículo muy interesante.