Elecciones 10N
Estados de ánimo: cinco apuntes sobre política y emocionalidad

Todo el mundo tiene sus razones, conjuga sus lógicas, enhebra sus silogismos. En este mundo menguante en recursos y futuros no faltarán los cínicos que te expliquen a las mil maravillas cómo no hay —pon aquí lo que quieras— para todos.

Democracia Not Found
Imagen de Joan CG
Sarah Babiker
6 nov 2019 10:54

“Hay que apelar a la razón”, decía hace meses un sesudo tertuliano cuyo nombre no recuerdo. “Estos políticos que apelan a los instintos, a la emoción, sacan lo peor del ser humano”, lamentaba rodeado de gente preocupada en el plató. 

La cita no es exacta y da lo mismo. La razón es lo que todos dicen tener, lo que todas reivindican como propio. Lo lógico, dicen, es esto o esto otro. Hay que hacer recortes porque no hay dinero. Hay que cerrar fronteras porque no hay sitio. Hay que bajar las pensiones porque cada vez hay más gente anciana. Todo el mundo tiene sus razones, conjuga sus lógicas, enhebra sus silogismos. En este mundo menguante en recursos y futuros no faltarán los cínicos que te expliquen a las mil maravillas cómo no hay —pon aquí lo que quieras— para todos. Y de ahí se deducen consecuencias. Nada tienen que ver los instintos en estas cadenas lógicas. 

Llevamos horas, meses, eras, balbuceando contraargumentos, reclamando la racionalidad para nosotras, diciendo: mira los irracionales, mira los viscerales, mira los bestias. Nosotros somos quienes racionalizamos el desconcierto, desfacemos bulos, expandimos causalidades. Pero por algún misterio, no convencemos. ¿Cómo puede ser si tenemos razón?  Y entonces nos inunda la impotencia, el hartazgo y la desgana.

Nosotros somos quienes racionalizamos el desconcierto, desfacemos bulos, expandimos causalidades. Pero por algún misterio, no convencemos. ¿Cómo puede ser si tenemos razón?

Hasta que de vez en cuando se levanta una ola, no sabemos muy bien cuándo ni por qué tan racionales que somos. Una puerta donde nadie la espera, un quiebre en el relato. Nos indignamos. Nos indignamos, claro, por muchas razones, pero las razones siempre están ahí para indignarnos y, sin embargo, la ola pocas veces toma forma, levanta los ánimos, salpica esperanza.

I. SOBRE LA IMPOTENCIA

Nadie le ha contestado, nos escandalizábamos el lunes tras escuchar a Abascal decir barbaridades que quedaron flotando sobre medio país pendiente del debate. ¿Cómo puede ser?, nos preguntábamos, como si contestásemos siempre a todos los suegros, colegas, vecinas, tenderos, baristas que reproducen el discurso de Abascal a cada rato. Nosotras que cuando finalmente nos atrevemos y contestamos, comprobamos como nuestras incontestables razones no pesan más para ellos que las suyas. Entonces vemos solidificarse alrededor, un sentido común impermeable —por mucho que tú pienses fuerte en contraargumentar el racismo o el miedo— y Vox que sube en las encuestas, y el barrio que se llena de desconfianza.

II. SOBRE LA DESGANA

No hablamos mucho del tema porque bastante tenemos ya con que si Vox, con que si el otoño, con que si el estrés que arrecia en los últimos meses de año, con que si los contratos de alquiler que acaban y nuevos temporadas de incertidumbre se ciernen. Si votamos el domingo, probablemente votemos lo mismo que en los últimos años, pero con entusiasmo decreciente, con disciplina de gente no tan joven. No es que no nos guste lo que dicen, lo que escriben en sus programas electorales, claro que reconocemos la oratoria de sus líderes frente al páramo partidario, pero ya están lejos y desdibujados de lo que pudieron ser, y no nos quedan ni ganas ya de repartir responsabilidades y culpas, porque desdibujadas también estamos nosotras. 

Hay una epidemia de cracs internos, los escuchas en el metro, gente quebrándose por dentro, quizás no los suficiente para caer y perderse, pero sí lo justo para no aspirar a más que a la supervivencia

III. SOBRE EL HARTAZGO

Una vez creímos que el crac lo haría el sistema, de pronto nos dimos cuenta de que quienes hacíamos crac éramos nosotros. Hay una epidemia de cracs internos, los escuchas en el metro, gente quebrándose por dentro, quizás no los suficiente para caer y perderse, pero sí lo justo para no aspirar a más que a la supervivencia, la económica, la afectiva, la social. Hay cracs de escalas distintas que dejan magulladuras de grados diversos, pero todos tienen algo en común, la muerte de una aspiración a otra cosa. 

IV. SOBRE LA INDIGNACIÓN

La indignación viaja de aquí a allá del planeta. Son esas placas tectónicas que de pronto colisionan y lo mueven todo, liberando la esperanza de reconfigurar el suelo. No hay think tank, ni ejército de asesores, ni Cambridge Analitcs que puedan dar con la fórmula para orquestar esa indignación arrolladora, de las que sacan a todo el mundo a la calle, de las que construyen fe y refugio en medio de las peores tormentas. Electroshocks en el punto vital justo donde se reactiva la dignidad individual y colectiva para afirmar y afirmarse y decir: esto es insoportable y vamos a cambiarlo.

La dignidad sacude Chile, Líbano, Argelia, Catalunya, Ecuador, Sudán; combustiona la impotencia y la desgana; siembra en el hartazgo y recolecta esperanza.

V. SOBRE LA ESPERANZA

Nada tiene que ver la esperanza con la razón. Es jueves, 7 de noviembre, hace frío en Madrid. He visto a un fascista hablar en la televisión pública del lugar donde nací. Solemne les decía a los hombres inmigrantes, que eran más propensos a violar que los autóctonos. Con su aparente respetabilidad daba razones para partirle la cara a esos niños que viajan solos porque no encuentran futuro en el lugar donde nacieron. He leído comentarios, he escuchado a gente que le cree y le aplaude. Me he perdido en elucubraciones individuales y colectivas sobre cómo contestar, he sentido la impotencia para detener estos discursos como una tara personal y social. Esa impotencia, es prima hermana de la desgana con la que iremos a votar este domingo, quienes vayamos. Busco desesperadamente chispas que nos prendan de indignación contra toda esta mierda.  

Oteo a lo lejos dignidades que prenden fuegos, conciencias y corajes en otras partes del mundo, e intento silenciar todo lo otro, huirle al ruido para estar bien atenta, bien despierta. Y así quizás, cuando llegue el momento y aparezcan las primeras señales de que el suelo se mueve bajo nuestros pies, correremos con nuestras razones y emociones a abrir la grieta, y a defenderla, y a nutrirla de ganas y esperanza. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Partidos políticos
El evitable ascenso de Vox en 2019

El año ha estado decisivamente marcado por la emergencia del partido de Santiago Abascal. Hasta cinco elecciones han puesto a prueba la crisis de representación que vive España.

Elecciones 10N
Cuando la izquierda gira al centro
Cuando las supuestas (o reales) izquierdas giran al centro pierden la capacidad de mantener vivas las esperanzas y las aspiraciones y deseos de una transformación de la realidad.
Tatiana
9/11/2019 11:21

Duele leerte querida, certera como siempre.

0
0
#42699
8/11/2019 2:11

Gracias, Sarah

0
0
#42658
7/11/2019 13:30

Pues sí, los humanos en colectividad dependemos del estado de ánimo general. Y no tenemos energía, valor ni ganas para defender una posición en retroceso.
Como seres gregarios estamos atentos a las corrientes ganadoras, aunque lo sean contra toda lógica, y esperamos de los acontecimientos la oportunidad de coger una ola. Como surferos en calma chicha, esperamos mar de fondo favorable, sin ser conscientes de que hay quien invierte su fortuna en crear turbulencias de las que pescar.
Nos basta un rayo de sol en el suburbio y no aspiramos a la playa.
Es el otoño y su melancolia que nos hace pasivos y desganados, demasiado reflexivos y exigentes.
Pero, en eso consiste la democracia: tomarse el trabajo de elegir la opción menos mala.

0
1
#42651
7/11/2019 11:59

Breve reflexión de 2 minutos sobre el aumento de la crispación en la sociedad:
https://www.youtube.com/watch?v=voa0EQEcKZ0
Espero que sirva para algo.

2
0
La vida y ya
La vida y ya La primera vez
Nos confirmaron lo que ya intuíamos pero no supimos hacer. Lo única regla importante es romper el silencio.
Argentina
Argentina Argentina, un año y medio después de Milei
Este investigador profundiza en las claves de la victoria de Milei, las principales medidas de Gobierno, el sustancial apoyo que tiene y sus perspectivas a medio plazo.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.

Últimas

Materias primas
Consumo España entra en déficit ecológico este 23 de mayo
El país ya ha consumido, a fecha de este viernes, todos los recursos naturales por año que le corresponderían en un reparto justo que permitiera al planeta regenerarse.
Opinión
Opinión Y ahora les duele Gaza: Europa ante el genocidio
Europa no ha dejado de vender armas a Israel, ni de recibir su tecnología militar; sin embargo, ahora no sabe cómo salvar al país de sus propios impulsos autodestructivos.
Madrid
Madrid Más de 200.000 personas salen a la calle contra el “abandono deliberado” de la sanidad pública madrileña
Madrid se enfrenta a la política sanitaria de Ayuso en una gran manifestación compuesta de cuatro columnas reclamando mejoras en Atención Primaria, en las urgencias extra hospitalarias, en los equipos de salud mental y exigiendo más pediatras.
Albania
Albania Albania: más de 30 años de democracia corrompida
El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Más noticias
Opinión
Opinión Sentido y senilidad
La senilidad que he estado viendo en la industria cinematográfica no se limita a la edad de ciertos directores. Es algo mayor que eso, se ha convertido en una manera de pensar, en un fenómeno cultural.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
Opinión
Opinión La hidra de la lucha por la vivienda
Un sector del movimiento de vivienda pone el foco en los grandes propietarios y los fondos de inversión para entender la actual crisis de vivienda. Otro, a la clase media propietaria. Cada enfoque lleva a estrategias distintas.
Navarra
Opinión Diez años de corralito progre en Navarra
VV.AA.
En las elecciones municipales y forales del 24 de mayo de 2015 se propagó la confianza en un futuro en el que la hegemonía conservadora del corralito foral diera paso a algo muy diferente y mejor.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.

Recomendadas

Pensamiento
Paulo Tavares “La imaginación es el primer acto político”
El arquitecto e investigador brasileño Paulo Tavares cuestiona las ideas fundacionales del pensamiento, el diseño y la ciudad occidentales en el marco de la crisis ecosocial.
Culturas
Bob Pop “Mis poemas son unas croquetas sabrosas y no congeladas”
Escritor y vedete intelectual, acaba de publicar ‘De cuerpo presente’, un poemario donde responde 27 años y un diagnóstico de esclerosis múltiple después a sus miedos ante la enfermedad en la juventud.
México
México Desenterrar el dolor: los desaparecidos de Jalisco
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el mismo que descubrió el campo de exterminio de Teuchitlán, halla un punto de venta de droga activo del Cártel Jalisco Nueva Generación con varios cuerpos enterrados.