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Feminismos
La comisión 8M del movimiento feminista de Madrid lanza su agenda para las movilizaciones de este año
“Cambiar el sistema”, esto se propone la Comisión 8M del movimiento feminista de Madrid en el manifiesto que ha hecho público ante una semana de movilizaciones por el día internacional de la mujer, que culminarán con una manifestación que atravesará el centro de Madrid de Atocha a Colón el martes 8 a las 19 de la tarde. Reivindicando el potencial de transformación que tiene la lucha feminista, sus herramientas, la capacidad de reconocer “la vulnerabilidad, la ternura y la interdependencia”, o “la mirada política que identifica en el patriarcado, el capitalismo, el colonialismo y el extractivismo” las causas de la violencia y la desigualdad, en el documento, las feministas de Madrid avisan: “Nosotras vamos a cambiarlo todo”.
El documento mapea un año más las opresiones a combatir, desde el racismo estructural, a la precariedad, desde la pobreza habitacional a la energética. Sin olvidar los feminicidios, y todas las violencias machistas. Define así mismo un sujeto político amplio que lucha por una vida digna para todas: “las mujeres precarizadas, empobrecidas y violentadas; disidentes de sexo, género y expresión de género; migradas y racializadas; gordas, discas, menores, dependientes, defendemos derechos para todas, todos los días”. Y es que, recuerdan, son múltiples los motivos para movilizarse, sobre todo en los dos últimos años de crisis pandémica, en los que han aumentado las violencias machistas, se ha incrementado la carga de cuidados, y se ha ahondado en la desigualdad.
La comisión celebra la capacidad de organización más allá de la protesta y enumera las conquistas conseguidas: la okupación de edificios para las familias desahuciadas, la reflexión colectiva, la creatividad traducida en textos, canciones, vídeos, la creación de conocimiento plural
La asamblea celebra asimismo su capacidad de organización más allá de la protesta y enumera las conquistas conseguidas desde la acción directa: la okupación de edificios para las familias desahuciadas, la reflexión colectiva, la creatividad traducida en textos, canciones, vídeos, la creación de conocimiento plural. Pero también la generación de redes que acompañan y sostienen, que protegen de los empellones del sistema y de las violencias machistas. “Aprendemos que no estamos solas y que somos diversas. Aprendemos a compartir la vulnerabilidad. Aprendemos que si nos tocan a una, nos tocan a todas, que no podemos dejar a ninguna atrás”, resumen en su manifiesto en el que reivindican “la alegría de estar juntas”, y estar ya en cierto modo viviendo en el mundo que quieren construir.
La Comisión 8M reivindica cuatro décadas de organización de las movilizaciones por esta jornada de lucha feminista, una trayectoria que se vio interrumpida el año pasado, cuando se prohibieron las manifestaciones en la Comunidad de Madrid. Una decisión que el movimiento feminista llevó a las tribunales: tres de los recursos que pusieron ante la prohibición han sido admitidos a trámite por el Tribunal Constitucional. Para las feministas la vulneración de derechos fundamentales que implicó la prohibición de la jornada de protesta, es un episodio más de la ofensiva “que busca deslegitimar y criminalizar a los colectivos, asociaciones y personas que, desde los feminismos, plantean una alternativa radical al modelo basado en el individualismo, el consumismo y la privatización que impera hoy, especialmente en la Comunidad de Madrid”.
Objetivos transversales
La comisión 8M se planta así contra las “agresiones de la extrema derecha”, “el retroceso en derechos y libertades”, el abandono institucional de las políticas contra las violencias machistas en la Comunidad de Madrid, o el incremento de la “misoginia, el sexismo y la LGTBIfobia”. Pero también enuncia un amplio rango de objetivos transversales que tiene que ver con la defensa de lo público, desde la educación a la sanidad, con viejos reclamos como la apuesta por una educación sexual y afectiva que forme en la diversidad, apuntando asimismo a una escuela intercultural que abandone el eurocentrismo y descolonice sus contenidos.Reivindican también una sanidad “pública, universal, gratuita y de calidad”, justa con sus trabajadoras y trabajadores, que garantice los derechos reproductivos y sexuales, y libre de discriminaciones. “Queremos salud, entendida como bienestar físico, mental y social, no solo como ausencia de afecciones y enfermedades”, apuntan. Y en este sentido, se rebelan contra la explotación laboral que merma la salud. “Exigimos condiciones laborales dignas para todas: acabar con las externalizaciones, la temporalidad y las jornadas parciales no deseadas; acabar con los abusos empresariales, con la explotación de las autónomas y con la marginalización de las jóvenes y de las personas con diversidad física e intelectual”, expresan en su comunicado.
“Exigimos condiciones laborales dignas para todas: acabar con las externalizaciones, la temporalidad y las jornadas parciales no deseadas; acabar con los abusos empresariales, con la explotación de las autónomas y con la marginalización de las jóvenes y de las personas con diversidad física e intelectual”, manifiestan
La desvinculación de los derechos sociales de la situación administrativa o laboral, la vigilancia del cumplimiento de los derechos de las trabajadoras en los sectores particularmente feminizados y la siempre postergada ratificación del Convenio 189 de la OIT sobre el trabajo doméstico, están entre las prioridades de la Comisión 8M en lo relativo al mercado de trabajo. “Queremos vivir plenamente todas nuestras vidas: personal, afectiva, familiar, militante y, si no queda más remedio, laboral”, concluyen.
La despatriarcalización de la Justicia, a la que quieren libre, gratuita y limpia de racismo y clasismo, el “derecho a la autodeterminación de sexo y/o género para todas”, y, en lo referente a la migración, la regularización, la derogación de la ley de extranjería, el derecho a voto para las personas migrantes, el fin de las violencias en la frontera sur, y el cierre de los CIEs se presentan como objetivos del movimiento feminista de Madrid. “Queremos un mundo sin muros, ni fronteras, ni guerras. No queremos explotar a nadie. No queremos sustentar nuestra vida sobre la explotación de otros territorios, de otras poblaciones, de otras mujeres”.
Las feministas concluyen su hoja de ruta para estas movilizaciones en un convulso 2022 recordando la genealogía del movimiento, y reivindicando las luchas feministas en todo el planeta, desde los esfuerzos de las defensoras indígenas de la tierra, a las que se enfrentan con la ultraderecha en el poder. “El movimiento feminista, en toda su diversidad, construyendo múltiples y valiosísimas alianzas, es una caja de resonancia de toda la conflictividad social, así como del deseo y el entusiasmo por cambiarlo todo, desde la convicción de que un mundo justo es posible”, concluyen antes de recordar el lema que acompañará a la manifestación la tarde del 8 de marzo: “Derechos para todas, todos los días”.