Chile y los derechos humanos - 10
Los manifestantes lograron tomar la plaza durante las protestas. Julio Zamarrón

Global
Qué pasa en América Latina

Pleno verano en Europa. Tiempo en el que, habitualmente, las noticias escasean, aunque en este año seguimos dominados por la pandemia y sus consecuencias, no solo sanitarias sino también políticas y sociales. Sin embargo, América Latina está en plena efervescencia.

Mugarik Gabe

15 jul 2021 06:00

En los últimos años casi se había instalado la idea de que en América Latina se podía dar por concluido el llamado ciclo progresista y volvía a instalarse el viejo sistema neoliberal. Precisamente, ese ciclo había constituido la oposición movilizada en las calles y en las urnas contra las políticas neoliberales que durante las últimas décadas habían abocado a las mayorías sociales a un insoportable empobrecimiento y pérdida de derechos. Políticas estas que abrieron la vida y la naturaleza a los mercados, que negaron el papel regulador del estado y que entregaron los sectores económicos estratégicos a unas minorías que multiplicaron sus riquezas.

El cambio de siglo había supuesto la apertura de un nuevo ciclo en el que se trataron de revertir gran parte de esas medidas, iniciando de esta forma un periodo de cambios profundos que, entre otras, consiguió una destacada redistribución de la riqueza, además de la vuelta del estado con una importante preeminencia sobre los intereses de los mercados. Se mejoraban así las condiciones de vida de millones de personas en muchos de estos países; se recuperaba una cierta soberanía y dignidad frente al dictado de las antiguas élites y se avanzaba en transformaciones hacia nuevas sociedades más justas, participativas y democráticas, donde los caminos los marcaran las sociedades y no los mercados.

Pero como decíamos, cierto agotamiento de estos procesos, desgastes causados por diferentes desaciertos y, especialmente, el contraataque de esas élites políticas y económicas tradicionales, locales e internacionales, que habían perdido sus privilegios, asentó la idea del final del ciclo progresista. Nada más lejos de la realidad.

La vuelta a las viejas políticas neoliberales no tenía nada que ofrecer a las grandes mayorías y, sabedoras de ello, esas políticas vienen ahora acompañadas por procesos de criminalización y represión que no tratan sino de frenar la protesta social

Cierto es que en algunos países del continente se había dado una importante reversión de ese proceso iniciado con el nuevo siglo. Las derechas tradicionales y ultras habían vuelto a ocupar diferentes casas de gobierno. En unos casos mediante golpes de estado (Honduras, Paraguay), en otros a través de victorias electorales (Argentina, Ecuador) y en algún otro poniendo en marcha campañas judiciales y mediáticas que apartaran de la vía electoral a los liderazgos populares, como el caso de Brasil.

Sin embargo, la vuelta a las viejas políticas neoliberales no tenía nada que ofrecer a las grandes mayorías y, sabedoras de ello, esas políticas vienen ahora acompañadas por procesos de criminalización y represión que no tratan sino de frenar la protesta social. Así, a partir de los últimos meses del 2019 los estallidos sociales se extienden por Ecuador, Chile, Colombia, Haití, a los que se unirá pronto Bolivia, donde un nuevo golpe de estado busca frustrar el camino de cambios estructurales iniciado en 2005. El paréntesis de la pandemia no hace sino ser eso, un simple paréntesis ante la incertidumbre. Pero, como se está demostrando en las calles de Colombia, la población tiene un temor mayor a las medidas neoliberales de los gobiernos que al virus y tras unos meses de cierta parálisis, la protesta social retoma con más fuerza las demandas de medidas que reviertan la pérdida de derechos sociales, económicos y políticos para poder avanzar en cuestiones como la mejora de las condiciones de vida de esas grandes mayorías. Medidas que reviertan la entrega de los sectores estratégicos a oligarquías y transnacionales, que no den continuidad a la destrucción de la naturaleza, o que recuperen la posibilidad real de poder ejercer los derechos por parte de aquellos sectores sociales más vulnerados por la violación continua de los mismos, como las mujeres, pueblos indígenas, LGTBI o el campesinado.

Así, primero fueron países como México y Argentina, quienes mediante procesos electorales mostraron el hartazgo social ante, en el primero de los casos, años de neoliberalismo y de guerras internas entre el narcotráfico e intereses oligárquicos que colocan a los pueblos de México en una diana permanente. En el caso de Argentina, la vuelta por una legislatura de las medidas neoliberales de la mano del macrismo fue suficiente para traer a la memoria golpes tan brutales como el “corralito” y otras medidas económicas que hicieron que este país, que en algún momento se creyó más europeo que americano, se hundiera en el empobrecimiento generalizado de su población.

En este nuevo ciclo de protestas sociales, hay un actor que ahora retoma un lugar que algunos pretendieron invisibilizar. Los pueblos y organizaciones indígenas han mostrado su fuerza y determinación ante los genocidios a los que han sido abocados en diferentes momentos de la historia del continente

Pero, en este nuevo ciclo de protestas sociales, hay un actor que ahora retoma un lugar que algunos pretendieron invisibilizar. Los pueblos y organizaciones indígenas han mostrado su fuerza y determinación ante los genocidios a los que han sido abocados en diferentes momentos de la historia del continente. Tuvieron un rol protagonista en las últimas décadas del siglo pasado al conseguir avances legislativos y normativos importantes, tanto en el marco estatal como en el internacional. Definieron, y hoy de nuevo definen, el camino que saca a Bolivia de esas viejas políticas y articula nuevas conceptualizaciones del estado (plurinacional), de la economía (pública, cooperativa y comunitaria, además de privada) o de lo social mediante procesos de descolonización y despatriarcalización.

Pues bien, esos pueblos, aliados a múltiples sectores populares, hoy retoman su protagonismo y se hacen visibles en países como Colombia, Ecuador, Perú o Chile. Con cierta sorpresa para algunos asistimos a tiempos en los que las banderas indígenas, como la defensa del territorio y naturaleza, autodeterminación, complementariedad, Buen Vivir y un largo etcétera, penetran en la protesta social, parlamentos y convenciones constituyentes y se comparten enriqueciendo los debates y estrategias para nuevas sociedades más justas y democráticas.

Ante esta situación desde el mundo enriquecido, ese que se considera cuna de la democracia y los derechos humanos, se impone el silencio político y mediático. No interesa saber que en Colombia la protesta social ha cumplido ya los dos meses y que acumula decenas de muertes, centenas de heridos y miles de detenidos/as, además de desaparecidos y mujeres agredidas sexualmente por la policía. Y el hecho grave de que este país se ha convertido en exportador de paramilitares y mercenarios como demuestra el reciente caso de Haití. Precisamente, hablan del asesinato del presidente de este país, pero no mencionan que la protesta es continua en este país caribeño desde 2018. No se dice que en Perú, tras más de un mes de las elecciones, el Tribunal Electoral sigue sin proclamar presidente al candidato de la izquierda, ante las presiones de las derechas locales e internacionales que buscan la forma de revertir la decisión de las urnas. Y mientras se escribe este texto se inicia la campaña mediática contra Cuba.

Pero, si una imagen refunde y refleja lo que hoy ocurre en América Latina es la del nombramiento de una mujer mapuche, Elisa Loncón, asumiendo la presidencia de la Convención Constituyente en Chile. Sus primeras palabras, en un espacio aún regido por la constitución pinochetista, fueron en mapudungun, en el idioma propio. Palabras que a continuación destilaban una intención firme: “esta fuerza es para todo el pueblo de Chile, para todos los sectores, para todas las regiones, para todos los pueblos y naciones originarias que nos acompañan, para sus organizaciones, para todos y todas. Este saludo y agradecimiento es también para la diversidad sexual, este saludo es también para las mujeres que caminaron contra todo sistema de dominación, agradecer que esta vez estamos instalando aquí una manera de ser plural, una manera de ser democráticos, una manera de ser participativos”. Palabras que, aunque dirigidas a los pueblos de Chile, se suman a tantas intencionalidades expresadas en las protestas y demandas sociales en todo el continente y que reflejan que en América Latina se abre un nuevo ciclo progresista, o se da continuidad al existente. Esta discusión poco importa, pues lo importante, es que América Latina (Abya Yala) está caminando.

Arquivado en: América Latina Global
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

América Latina
Neocolonialismo Guatemala y el imperialismo bananero de la United Fruit Company
El monopolio bananero United Fruit Company dominó la economía y la política de varios países centroamericanos.
América Latina
América Latina Milei arrastra a Argentina a la sombra de EEUU e Israel
El presidente argentino somete la política exterior de su país a los lineamientos de Washington y Tel Aviv.
Historia
Anticolonialismo Cuando la figura de Abd-el-Krim sobrevoló América Latina
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre el pueblo rifeño del norte de África y América Latina fueron escasas, pero estuvieron marcadas por las luchas de liberación nacional y los intentos de derrotar al colonialismo en ambos continentes.
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
15/7/2021 7:44

En Latinoamérica, el Abya Yala, los pueblos se han cansado de tanto engaño neoliberal, que no ha traído más que pobreza, negocios privados, saqueo de recursos naturales, destrucción estatal, y liberalizaciónes. La verdadera democracia se encuentra en las protestas y grandes movilizaciones de los sectores populares en su conjunto.
Avance pueblo, hacia el socialismo y el poder popular!

0
0
Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
Banca
Beneficios caídos del cielo Los grandes bancos reciben 7.000 millones de dinero público mientras pagan mil de impuesto a la banca
Los altos tipos de interés que asegura el Banco de España a entidades financieras les generan siete veces más dinero que el impuesto que pagaron por sus beneficios extraordinarios en 2023.
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno vuelve a sorprender y anuncia que no se va. Sánchez se encarama como cabeza visible de un movimiento cívico contra la intoxicación política.
Gobierno de coalición
Encuesta del CIS El amago de Sánchez refuerza al PSOE a costa del espacio a su izquierda
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas refuerza al PSOE, que recupera la primera posición en intención de voto.
Cine
Cine Sydney Sweeney, el quiebre del imaginario que niega la existencia a las mujeres
En su nueva película, ‘Inmaculada’, Sydney Sweeney interpreta a nueva versión de la Virgen, una monja que se queda embarazada sin haber practicado sexo.
Análisis
Análisis Qué significan las acampadas de estudiantes en solidaridad con Gaza
La colaboración y complicidad de los gobiernos occidentales con Israel ante los crímenes que está cometiendo en Palestina han abierto una gran brecha entre instituciones y ciudadanía, y han puesto de manifiesto las contradicciones y límites del relato de Occidente sobre sí mismo.
Represión
Represión Cuatro Mossos d'Esquadra condenados por agresión, detención ilegal y falsear el atestado
La Audiencia de Barcelona dictamina que los agentes se inventaron un atestado falso en el que afirmaban que la víctima les había atacado para justificar su agresión.

Últimas

Análisis
Análisis Sánchez gana su “moción de confianza popular”
La audacia de la jugada que termina hoy con la permanencia de Sánchez en La Moncloa tiene aristas, pero le vuelve a colocar como vértice de un movimiento de regeneración que hace años pasaba por impugnar al propio PSOE.
Argentina
La Argentina de Milei Milei vuelve al Congreso entre protestas con una nueva ley para privatizar las empresas públicas
Con una reducida y negociada Ley de Bases, el Gobierno de Milei pretende obtener poderes especiales para privatizar empresas públicas y llevar a cabo la reforma laboral ultraliberal que la justicia argentina tumbó en enero.
Islas Canarias
Huelga de hambre Canarias se agota y su grito ha llegado a Madrid
El salto a la península llega tras semanas de endurecimiento de las protestas y el caso omiso de los diferentes gobiernos insulares.
Inflación
IPC La inflación interanual de abril se situó en el 3,3% y la subyacente baja hasta el 2,9%
El incremento de una décima se debe, principalmente, a la subida de los precios del gas en comparación a la caída del año pasado y al aumento de los precios de la alimentación.
Obituario
Obituario Luz Fandiño Con Luz nas prazas de Compostela
A ilusión de Luz Fandiño sempre foi que gañasen as boas, que foramos máis, que enchoupásemos o mundo de alegría, da felicidade que supón a defensa dos dereitos das máis, fronte aos privilexios duns poucos.
Palestina
Bloqueo israelí Activistas toman el embarcadero de El Retiro en favor de la Flotilla a Gaza, bloqueada por Israel
“La Flotilla, rompiendo el bloqueo”, han coreado activistas que han desplegado pancartas y banderas palestinas en el embarcadero del Retiro en un homenaje a la Flotilla de la Libertad.