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Humor
Isa Calderón y Lucía Lijtmaer: “El ‘ofendidito’ es una categoría machista que se utiliza para ridiculizar la protesta”
Isa Calderón y Lucía Lijtmaer presentan, escriben, producen y financian Deforme Semanal, un show de humor que llena teatros con un espectáculo que tiene como palabras clave “feminismos” e “izquierda”. Este martes, 13 de noviembre, estarán en el festival Mal del Cap, en Ibiza.
Isa Calderón y Lucía Lijtmaer presentan, escriben, producen y financian Deforme Semanal, un show de humor que ha conseguido algo impensable cuando empezaron: llenar teatros con un espectáculo que tiene como palabras clave “feminismos” e “izquierda”. En una invitación al festival En primera persona, del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), se dieron cuenta de que encajaban sobre un escenario. De ahí surgió una propuesta para el Teatro del Barrio, que luego pasó al Alfil. Este curso, Deforme Semanal se traslada al Palacio de la Prensa, en Madrid.
Sus guiones combinan chistes sobre cagar, costumbrismo milenial y debates de actualidad política. Lijtmaer advierte del escrutinio al que se somete a las mujeres cuando hacen humor. “A las feministas se nos exige que seamos inmaculadas y que hagamos un humor de todo el feminismo pero ni somos todo el feminismo ni representamos a todas las mujeres”, asegura. “Hay una necesidad de representación tan plural que no llegamos a todo; nosotras hacemos humor y somos cañeras pero tiene que haber más mujeres feministas haciendo humor para llegar a más diversidad ”, dicen estas humoristas.
Este martes, 13 de noviembre, estarán en el festival Mal del Cap, en Ibiza.
En vuestro último Deforme Semanal empezáis con la pregunta “¿quién es más de izquierdas, eldiario.es o Público?”. Y digo yo, ¿quién es más de izquierdas, Isa o Lucía?
[Risas]
Lucía: Nunca lo hemos pensado.
Isa: La verdad es que somos bastante de izquierdas a pesar de las condiciones que imperan en la sociedad. Pero a ver, como Lucía es periodista y está más metida en la actualidad… Tú me entiendes, Lucía…
Lucía: Sí.
Claro, pero os tengo que entender yo.
I: Es que luego las dos hemos hecho bolos para las causas en las que estamos comprometidas, como para la CNT o en causas feministas. Hemos hecho actos sin cobrar y las dos pringamos. Luego nos dirán que somos unas pijas, pero lo hacemos porque queremos.
L: Discrepamos en cosas, pero siempre lo hablamos. En el Deforme hay esa tensión.
I: Las dos somos republicanas, de izquierdas y feministas.
Esa tensión con la que jugáis en el escenario, ¿existe fuera?
I: No hay ninguna tensión entre nosotras, llevamos mucho tiempo currando juntas y tenemos muchísima conexión trabajando.
L: La tensión que ves en el show muchas veces parte de tensión positiva; discrepamos muchas veces en cómo abordar un tema y luego eso sale natural en el programa.
I: Yo soy más burra, ella es más consciente de la exposición a la que nos sometemos y de que eso queda. Y tiene razón, porque yo luego tengo unos soponcios que podría haberme evitado.
Isa, tú en un vídeo dices “me han llamado tantas veces puta que a veces me giro cuando lo oigo por la calle”. Lucía, tú me dijiste en una entrevista en El Salto que habías dejado de leer comentarios a tus artículos porque son muy agresivos. ¿Cuánto os han insultado por hacer humor?
L: Yo sigo sin leer los comentarios, a mí me lo cuenta Isa, yo le digo “filtrámelo”, porque prefiero vivir en mi burbuja donde me relaciono con gente que es progresista, tolerante, feminista. Realmente saber cómo es el mundo no es algo que me venga muy bien para escribir, para pensar.
I: Yo soy ya bastante impermeable a los insultos, me resbalan porque hemos recibido más insultos que comentarios positivos. Internet es un nicho machista por antonomasia. El otro día Lucía leyó que las mujeres reciben un insulto cada diez segundos en Twitter. Puta, gorda, infollable… todo esto es cada día. Pero a mí me molestan más otras cosas. Hoy he subido una foto en Instagram de un tío de Vox y he puesto “él nunca vendría a Deforme Semanal”. Y entonces me están diciendo que por qué doy pábulo a este tipo de gente. Y, bueno, esto lo hacen muchos columnistas hombres cada día, y muchos humoristas, y tú vienes a decirme con un paternalismo impresionante lo que puedo o no poner. Esa condescendencia me molesta más que los insultos.
¿Creéis que en alguno de vuestros shows ha podido haber algún votante de Vox sentado en una butaca?
L: Sinceramente, no. Pero sí ha venido gente del PP.
I: ¡Y se lo pasaron muy bien! Nos dijeron “estábamos un poco así pero nos lo pasamos bomba, nos daba igual que nos estuvierais insultando como votantes y tal”.
Empezásteis a hacer Deforme Semanal hace más o menos un año. ¿Cómo fue? ¿De repente decís: “seguro que podemos llenar un teatro diciendo muchas veces “izquierdas” y “feminismos”?
L: Ojalá hubiéramos tenido algo de conciencia de lo que estábamos haciendo para poder atribuirnos un mérito que realmente no tenemos. Empezamos porque nos llamaron a las dos para ir al CCCB, en Barcelona, al festival En Primera Persona. Y nos dimos cuenta las dos de que en el escenario funcionábamos bien juntas, que es algo que no se puede preparar ni explicar. Entonces pensamos en repetir y fuimos al Teatro del Barrio, nos dijeron que sí. No teníamos realmente preparado qué íbamos a hacer.
I: El primero fue un desastre, no calculamos bien, y el guion se nos quedó corto. El invitado no nos dio mucho juego. Luego ya reflexionamos más, alargamos los guiones, sabíamos qué preguntar. Pero nosotras no pensábamos que íbamos a seguir un año, ni cambiar a un teatro más grande. El año pasado lo hacíamos cada dos semanas pero acabamos muertas y este año lo estamos haciendo una vez al mes.
¿Cómo escribís?
I: Quedamos al principio de la semana, repasamos la actualidad, y estamos como seis días escribiendo juntas, tres horas cada mañana hasta que tenemos el cerebro frito.
L: Aunque tenemos cierta actualidad política hay algo de costumbrismo que nos llama la atención.
I: Queremos que la gente se pueda identificar pero le metemos perspectiva de género, sobre cómo los roles en la pareja afectan en una ruptura, yo qué sé.
El invitado del último Deforme ha sido Pablo Iglesias. Las dos sois periodistas: ¿me dais un titular?
L: Estaba muy nervioso.
I: Estaba acojonado. ¿O se lo hacía?
L: Yo creo que no se lo hacía, que realmente estaba nervioso. Luego hablamos de si lo haría para que no le metiéramos caña.
I: No voy a decir esta memez de que es un tío normal. Se pringó en las preguntas feministas y él hizo autocrítica, por ejemplo sobre el cartel de Nosotras. Luego aceptó que la testosterona en Podemos es flagrante.
L: A mí me pareció que nos dio más titulares de los que esperaba, por ejemplo cuando cuenta que Junqueras iba vestido como patriarca gitano porque había hecho una apuesta con un patriarca gitano que estaba en la cárcel. También me pareció heavy lo de Errejón, dijo “estamos concentrados en ganar Madrid y esta es la respuesta apolíticamente correcta que te voy a dar”...O sea, que están fatal.
I: Me sorprendió que dijera cosas positivas de gente del PP, como que Mariano Rajoy tiene sentido del humor o que Pablo Casado es un buen parlamentario. Creo que hace dos años no hubiera tenido ninguna concesión…
L: Es calculado…
I: Ya, pero nosotras éramos más bestias y de repente nos autocensuramos porque sabemos que tenemos espacio en el debate público.
¿Os autocensuráis?
L: No en el contenido sino que medimos más la forma. Realmente nos pueden denunciar por cosas que decimos.
I: ¿Sí? No digas eso… No tía, ¿tú crees? Bah, me voy tirar el rollo. El mainstream no te permite decir ciertas cosas, pero nosotras decimos lo que piensa la gente que vota como nosotras.
Mira, una cosa, este es el vídeo semanal de @IsaCalderonPB: "Con la Biblia no fomentaremos la igualdad entre hombres y mujeres" pic.twitter.com/rzhILQl2Tj
— El Español (@elespanolcom) 21 de abril de 2017
Isa, tú ya sabes las consecuencias que puede tener reírse de la Biblia por tu experiencia en El Español, donde dejaron de llamarte por un vídeo de humor sobre la Biblia. ¿Habéis probado a reíros de la bandera de España?
I: Nos hemos reído de la bandera de España en medio del Procès, cuando Madrid parecía una competición a ver quién la tenía más larga. Y también dijimos que Franco tenía que estar en un McDonalds y La Veneno en el Valle de los Caídos.
Jugáis mucho con temas de actualidad, y en la clave de algunos debates muy concretos de ciertos sectores de izquierdas. ¿Lo vuestro es humor apto para ofendiditos?
L: No puedo más con esto de los “ofendiditos”. Es una categoría falsa, profundamente machista. Primero se criminalizó el derecho a a protesta con la Ley Mordaza, y ahora ya se trata de ridiculizarla. No le llaman “ofendidito” al de la bandera de España sino a la vegana LGTB… Todo lo que engloba lo que conocemos como diversidad.
I: Exacto.
L: El “ofendidito” es una categoría que se utiliza para ridiculizar la protesta, nosotras reivindicamos ridiculizar al que te llama “ofendidito”, que es el que tiene poder.
I: Es que ellos abogan por la libertad de la expresión o la incorrección política, pero es que no están siendo incorrectos en absoluto sino defendiendo valores predominantes de la sociedad que no son para nada subversivos ni incorrectos.
L: Llaman libertad de expresión al hecho de contestarles. Pero no, si yo digo que no me gusta tu discurso no estoy diciendo que se prohíba tu discurso. Por eso no creo en esa idea de la poscensura: no pedimos que no puedas hablar sino que ejercemos nuestro derecho a decirte que tu discurso nos parece una mierda.
I: Subversivas e incorrectas somos nosotras, que somos feministas en un contexto dominado por tíos heterosexuales blancos.
L: Es que, además, cuando una contesta puede no estar ofendida, es un derecho al argumento. ¿Se exacerba? Sí. ¿Hay cosas que no deberían estar en el debate público? Sí. Como los discursos fascistas, eso hay que pararlo como sea. Es la paradoja de Popper, para que todos seamos iguales hay personas que no deben tener derecho a expresarse, pero ese es otro debate.
Humor
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Cuando os pusisteis a hacer humor feminista, ¿qué referentes teníais?
I: Hay unas argentinas maravillosas: Charo López, Malena Pichot o Ana Carolina, que además han venido al primer festival de humor feminista que se llama Princesas y Darth Vaders. Estas tías nos encantan, son bestias, radicales y no se cortan nada.
L: Y siempre me gusta ver a Amy Poehler y Tina Fey en las duplas que hacían en los Globos de Oro, me encantan como pareja.
I: O Kristen Wiig...
¿Hay un despertar del humor feminista?
I: Hay mas visibilidad y más humoristas feministas.
L: Y más atención y más conciencia, hay un despertar que se ve en las manis donde hay muchas chavalas jóvenes, cualquier feminista histórica te cuenta que eran muchos menos. Entonces hay más columnistas, más humoristas y más mujeres en todas partes.
¿En qué charcos no habéis saltado? ¿Con quién no os habéis metido todavía?
L: Yo no creo que no metamos con nadie, es ironizar. Nuestro enemigo son quienes crean discurso de odio, lo demás es todo ironía.
I: Bueno, a mí James Rhodes me cae fatal, lo detesto, es un plasta…
L: Nos gusta ironizar sobre el mundo propio, esta cosa hipster de creerte que eres muy especial…
I: También le damos mucha caña a esto milenial de la posmodernidad.
L: Estoy pensando que no nos hemos metido con Fraga.
I: Sí, hemos dicho que está vivo y en una cabaña… También hemos dicho que Cospedal tiene una habitación donde practica la taxidermia detrás de la cocina. Hemos dicho muchas cosas. Nos hemos metido sobre todo con el PP. Y con Maxim Huerta, su Instagram es superguay. O sea, que no lo es.
L: Y con Podemos.
I: Somos cínicas, porque como somos feministas estamos cabreadas.
¿No tenéis patrocinadores que os puedan amenazar con retiraros la publi?
I: Claro, y eso es muy peligroso, yo ya me he desdicho varias veces.
¿Qué cobarde, no?
I: Ya.
Bueno, por terminar con una exclusiva para El Salto. Isa siempre está bromeando con su voto. ¿A quién vota realmente Isa Calderón?
I: Jo, ¿lo digo?
L: Yo ni siquiera sé si voy a votar.
I: Eso es mentira. No quiere decirlo porque es una persona sensata.
L: No, es verdad que no lo sé pero sí tengo que decir que estoy un poco desencantada en general. Estamos en un mundo tremendamente conservador y la izquierda no puede ser tibia. Pero estamos en un mundo lleno de tibieza mientras estamos en una involución. Lo de Dani Mateo lo habían hecho antes y no había pasado nada. De repente avanza la ultraderecha y estamos discutiendo chorradas, y eso es algo que me preocupa.
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