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Memoria histórica
Extremadura, tierra de Esperanto, 1924-1936
Después de asistir a un mundo destrozado por el odio al extranjero y el afán de las fronteras, el domingo 13 de julio de 1924 resonaron entre las paredes del salón de actos del Liceo de Artesanos de Badajoz, en la calle Moreno Nieto, 12, las siguientes estrofas:
“Fuertes se levantan los muros milenarios entre los pueblos divididos.
Pero saltarán en pedazos las obstinadas barreras, que con sagrado amor serán derrumbadas.
Sobre un fundamento lingüístico neutral, comprendiéndose los unos a los otros,
los pueblos harán, de común acuerdo, una gran familia.”
Anarquismo
La Liga de la Enseñanza libertaria. Hacia una escuela integral, racional y mixta
Estas palabras no fueron cantadas en castellano, sino en esperanto, que había sobrevivido a los otros muchos intentos de crear una lengua universal en la babel de los idiomas. Correspondían a La Espero, La Esperanza, himno oficial del movimiento esperantista, escrito por Ludwik Lejzer Zamenhof, el creador de esta lengua, y con melodía posiblemente de Félicien Menu de Ménil, quien le había dado cierto tono militarista, a pesar del sentido de la letra.
Quienes lo entonaron aquel domingo de mediados de julio de 1924, recién estrenado el directorio militar de Primo de Rivera y aún reciente la sangre en los campos de Europa, fueron los miembros del tribunal de esta que llamaban lengua auxiliar internacional y por quienes fueron examinados de la misma. Componían el tribunal don Camilo Márquez, presidente, don Rodrigo Almada, secretario, don Luis Campos, profesor, y los señores don Gabriel Péramo, don Antonio Veloso y don Cleto Díez, vocales. Entre los examinados, que obtuvieron una calificación de sobresaliente, se encontraban los señores Remigio Córcoles, Santiago Vázquez Rando, José Mamajón Morgollón, Manuel Asensio Rastrollo y José Delgado Patilla, que “rayaron a gran altura contestando con claridad y precisión a las preguntas que el Tribunal examinador les hizo”. El numeroso auditorio, que atestaba el amplio salón del Liceo, aplaudió a rabiar, muy emocionado, al final del himno [1].
Sorprende un acto de este tipo y lo que vendría después en la capital de una provincia donde más del 60% de la población era analfabeta [2], con colegios que dejaban mucho que desear en cuanto a instrucción no ya de una lengua no nativa, sino del mismo castellano. Sin embargo, y a pesar de las dificultades que pudo acarrear el advenimiento de la dictadura primorriverista, de signo militar, para una lengua que tenía mucho de pacifismo universal, en Badajoz primero y en Cáceres después hubo sendos grupos esperantistas que lograron no solo dar a conocer este idioma, sino que instruyeron a cientos de extremeños y extremeñas en su empleo, llegando incluso a recibir subvenciones públicas para sus cursos, todo un logro que finalizó, de modo abrupto y cruel, con la llegada de la dictadura siguiente, la franquista, y el asesinato, depuración o exilio de sus principales protagonistas.
Militares cultos y progresistas. La huella de Julio Mangada
El principal promotor de la nueva lengua y de su cultura en Badajoz fue Luis Campos Suay, maestro de obras militares perteneciente al cuerpo de ingenieros, que había recalado en la ciudad fronteriza con su esposa y sus hijos después de haber estado destinado en Marruecos[3]. Muy implicado en la vida social de la capital pacense, fue también secretario de la Junta Directiva del Sport Club de Badajoz, el equipo de fútbol[4]. Como ingeniero de obras militares, destacó por su participación en la construcción del Cuartel de Menacho, levantado en las afueras de la ciudad, pasada la Puerta del Pilar, donde hoy está el edificio de El Corte Inglés. Este Cuartel de Menacho contó con un proyecto de obra formulado por el culto teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros Nicomedes Alcayde Carvajal. La dirección de las obras corrió a cargo del ilustrado comandante del citado cuerpo Francisco Franco Pineda, secundado por el ayudante de obras militares Luis Campos Suay. La coincidencia en el tiempo de construcción del Cuartel de Menacho con el estadio o campo de fútbol de Santa Marina, enfrente del cuartel, apunta a la posible intervención en la construcción de este estadio, hoy día ya desaparecido, de Luis Campos, maestro de obras y secretario del club de fútbol pacense[5].
El principal promotor de la nueva lengua y de su cultura en Badajoz fue Luis Campos Suay, maestro de obras militares perteneciente al cuerpo de ingenieros, que había recalado en la ciudad fronteriza con su esposa y sus hijos después de haber estado destinado en Marruecos
Su oficio como militar estudioso y practicante del esperanto responde a la dinámica acostumbrada de una parte progresista del ejército, como fue el caso de Julio Mangada Rosenörn [6], cuya influencia, como veremos, también encontramos en Badajoz. Militar varias veces encarcelado por su participación en diversas insurrecciones de carácter republicano, fundó, en 1907, la Asociación de Militares Esperantistas y en 1912 creó la revista Homaro (Humanidad). Difundió su enseñanza a través de la publicación masona Luz Española[7]. En 1935 publicó un opúsculo titulado “El fascio en el ejército”, que denunciaba las conspiraciones de las derechas, y en 1936 organizó la columna que lleva su nombre en la defensa de Madrid.
Mucho antes de que se hiciera aquel examen inicial en el Liceo pacense, ya hubo una intentona para crear un grupo en torno al nuevo idioma. Aunque no aparecía firmada, todo apunta a que Enrique Segura Otaño, militar y hombre de letras que colaboraba asiduamente con la prensa, era el autor de una crónica en la que detallaba el encuentro mantenido 20 años antes con el ya mentado Julio Mangada Rosenörn, cuando ambos estaban destinados en Jaca. Fue entonces cuando un grupo de amigos pacenses decidieron aprender el esperanto “con ese entusiasmo juvenil que en los primeros momentos se ofrece todo para consumirse enseguida”, si bien muy pronto acabó aquel chispazo original de transmitir la lengua universal [8].
Todo ello contribuyó a que hacia mediados de 1924 este grupo de pacenses -civiles y militares progresistas-, entre quienes se encontraban Camilo Márquez Hernández, presidente del Liceo, Luis Campos Suay, militar y esperantista ya experimentado, Rodrigo Almada, profesor de la Normal de Maestros y de quien luego hablaremos, Antonio Veloso, músico, Gabriel Péramo, jefe de sección de Primera Enseñanza y Cleto Díez, miembro de la Junta del Liceo, se reunieran y decidieran darle un impulso a la lengua de Zamenhof en la ciudad de Badajoz, para lo que acordaron, tras aquel examen inicial y con la ayuda de quienes habían superado la prueba, en su mayoría jóvenes estudiantes, fundar el Grupo Esperantista Pacense. Como símbolo, que imprimieron en sus tarjetas y papel de correo, figuraba la estrella de cinco puntas esperantista (la Verda Stelo), que representa a los cinco continentes. Dado que no podía constar en la impresión el color verde, la estrella, que llevaba una “E” en el centro, asemejaba en cada una de sus puntas la hoja de una planta.
Para la labor de propaganda contaron con la complicidad del Liceo de Artesanos y de un diario provincial, el Correo de la mañana, que se hizo profuso eco de sus actividades.
En consecuencia, el domingo 7 de septiembre de 1924, tras diversas convocatorias aparecidas en el Correo de la mañana, a las seis de la tarde, tuvo lugar en el salón de actos del Liceo de Artesanos la constitución oficial de la sociedad.
La Sociedad Esperantista Pacense, precursora de las Escuelas de Idiomas
En aquel acto, al que asistió un numerosísimo público, se aprobó el reglamento por el cual habría de regirse el grupo, procediéndose de inmediato al nombramiento de la Junta Directiva, que quedó constituida del siguiente modo:
Presidente: Luis Campos Suay.
Vicepresidente: Rodrigo Almada Rodríguez.
Tesorero: Remigio Córcoles.
Secretario: José Delgado Patilla.
Vocales: Antonio Veloso, Aniceto Alcaraz y Santiago Vázquez.
Nótese que en esta directiva entraban aquellos alumnos que hacía poco se habían examinado, ya samideanos [9], así como Aniceto Alcaraz Gonzalo, periodista adscrito a la administración del Correo Extremeño que estaba casado con Carmen Álvarez, hija de Teodoro Álvarez, quien en ese momento desempeñaba su oficio en la conserjería del Liceo de Artesanos.
Nada más fundarse, el Grupo Esperantista Pacense comenzó su actividad con gran entusiasmo y dedicación. El 1 de octubre se inauguraron las clases del nuevo curso, ofertadas para la ciudadanía de modo gratuito e impartidas por Luis Campos Suay en el mismo Liceo [10]. Entre su alumnado se encontraban algunas mujeres, como Pepita García, Carmencita Carut y María Salinero. Esta última sería con el tiempo maestra nacional y no abandonaría nunca la práctica y propaganda de la lengua.
Tras comenzar el curso, profesorado y alumnado realizaron un viaje de estudios en tren a Mérida, el 19 de octubre de 1924. Al frente de unos 30 excursionistas, que cogieron el mixto de las ocho y veinte, iban como profesores Luis Campos y Rodrigo Almada. Entre los viajeros y viajeras estaban las señoritas ya mencionadas, acompañadas por otras mujeres, como Luisa García de Campos y Rosa Fernández de Almada, respectivas cónyuges de los profesores acompañantes y también estudiantes, según el Correo de la mañana del 21 de octubre, que publicó una crónica.
Durante aquel viaje de estudios visitaron el Acueducto, el Anfiteatro, el Baño de Proserpina, el Museo, las Naumaquias, el Arco de Trajano, etc. Acompañó al grupo, en calidad de cicerone, Emilio Rodríguez Corchero, arqueólogo, empleado de correos y también esperantista. La visita finalizó con un almuerzo fraternal en el Hotel Comercio, en el que se brindó en esperanto por la prosperidad del idioma. Regresaron en el tren de la tarde a Badajoz, “viniendo muy complacidos de la visita”.
Rodrigo Almada Rodríguez, profesor acompañante junto a Luis Campos Suay, fue también un significado socialista. Nacido en Villanueva del Fresno, en 1891, estudió sus primeras letras en Almendralejo y cursó bachillerato en el instituto de Badajoz, así como magisterio en la Escuela Normal de Madrid, donde amplió su formación con la especialidad de Matemáticas.
Entre 1916 y 1932 fue catedrático de Matemáticas en la Escuela Normal de Badajoz. En 1919 contribuyó a fundar la Asociación de Normalistas y Maestros sin Servicio al Estado, de la que llegaría a ser presidente, una asociación provincial con carácter sindicalista que defendía los derechos de aquellos maestros y maestras que no habían obtenido plaza. [11]También fue socio de la Asociación Provincial de Magisterio.
Para captar al alumnado y como labor de propaganda, la Sociedad Esperantista de Badajoz organizó durante septiembre de 1925 una serie de charlas abiertas impartidas semanalmente a la población pacense
Había ingresado en el PSOE en la primera década del siglo, concurriendo como candidato a las elecciones a diputados provinciales en alguna ocasión. Tras las municipales de 1931 fue concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Badajoz, y representó a la Agrupación Socialista de esta ciudad en el congreso extraordinario del PSOE de ese mismo año. También resultó electo como diputado de Las Cortes y participó en la comisión de presupuestos. En 1933 se trasladó a Alicante, donde fue profesor de Paidología y Organización Escolar, en la Escuela Normal.
La sociedad esperantista de Badajoz fue aumentando en número de alumnos y alumnas. Tras la elección de una nueva Junta directiva en enero de 1925, pasó a formar parte de la misma con el cargo de secretario Nicolás de Pablo Hernández, otro significado socialista pacense y destacado esperantista, como demostró en el texto publicado íntegramente en esta lengua en el Correo de la mañana del 3 de septiembre de 1925. Publicada en forma bilingüe, hacía una crónica de la celebración llevada a cabo por la Sociedad con motivo del primer aniversario de su fundación. En ella Nicolás de Pablo se vanagloriaba de que durante el curso que había finalizado, más de 500 alumnos de Badajoz conocían ya el esperanto.
De Pablo formaba parte del ala izquierdista del PSOE. Agente de negocios, había sido desterrado a Olivenza tras participar en la huelga general de agosto de 1917. En mayo de 1932 fue tiroteado por la Guardia Civil en un mitin dado en Salvaleón, en compañía del alcalde, resultando muertos varios jornaleros que asistían al mismo. Participó en numerosas huelgas y fue miembro del comité revolucionario de Badajoz en octubre de 1934, teniendo que emigrar primero a Bélgica y luego a Rusia. Regresó para participar en las elecciones de febrero de 1936, como candidato del Frente Popular. Tras las elecciones generales fue elegido diputado. En 1936 era, también, secretario provincial de la Federación Española de Trabajadores de la Tierra y miembro de la Federación Provincial Socialista de Badajoz.
Actividades y propaganda. Éxito de la sociedad
Para captar al alumnado y como labor de propaganda, la Sociedad Esperantista de Badajoz organizó durante septiembre de 1925 una serie de charlas abiertas impartidas semanalmente a la población pacense. Las conferencias incluían, como en la impartida por Luis Campos y Rodrigo Almada en el Ateneo el día 12, el uso de proyectores, con la proyección de la vida y logros de Zamenhof[12]. En estas conferencias también participaron nuevos miembros de la sociedad, reconocidos entre la ciudadanía, como Luis Bardají López, presidente del Ateneo, quien decía haber conocido por primera vez el esperanto gracias a la enseñanza de “su llorado maestro Pi i Margall”[13], o Enrique Segura Otaño, quien hizo un estudio filológico de la lengua[14] e incidió en el carácter universalista y fraternal de la misma, por encima de las guerras y del militarismo, animando a que se emprendiese, además, la traducción inmediata de las grandes obras literarias de la historia, como El Quijote, llamando la atención sobre el hecho de que cada vez había más autores y autoras consagrados que mostraban su interés, como Tristán Bernard o Víctor Margueritte, este último escritor pacifista y feminista.
Fue tal el éxito de las jornadas, que la sociedad amplió sus aulas más allá del Liceo, donde también se siguieron impartiendo clases. El 1 de octubre daba inicio el nuevo curso, ofreciendo un variado horario para que fuera fácil acudir a formarse. Así, las clases se impartirían en el Liceo de Artesanos (Moreno Nieto,12), de siete a ocho y de ocho a nueve; en el Ateneo de Badajoz (San Juan, 11) de ocho a nueve; en la Real Sociedad Económica de Amigos del País (Hernán Cortés, 1) de tres a cuatro [15]; en la Casa del Pueblo (San Pedro de Alcántara, 14), de ocho y media a nueve y media [16]. La matrícula era completamente gratuita y no era necesario ser socio de la Sociedad Esperantista. Bastaba presentarse en las primeras horas de la noche en las mencionadas sociedades y estampar la firma en un impreso que se facilitaría al nuevo alumnado, compuesto tanto por hombres como por mujeres. El curso daba comienzo el 1 de octubre y el plazo para realizar la matrícula finalizaba el día 30 del mismo mes [17].
Un total de cinco horas diarias de clase, ofertadas en diversos lugares y a diversas clases sociales, dan idea de la influencia de la sociedad esperantista y certifican lo que Enrique Segura había comentado en sus conferencias sobre el hecho de que 500 alumnos y alumnas aprendían entre 1924 y 1925 el esperanto en Badajoz. Podríamos considerar estos cursos como los precursores de los impartidos hoy día por la Escuelas de Idiomas.
No es de extrañar este entusiasmo y afición para aprenderlo, no solo en Badajoz, sino en el resto de España, Europa y otros continentes. A la legislación que establecía su uso, si así se prefería, en el telégrafo y otras comunicaciones, se unía su elección como lengua técnica e internacional para la navegación aérea, decisión que se tomó en el Tercer Congreso Internacional de Navegación Aérea celebrado en noviembre de 1925 en Bruselas bajo el auspicio de los aeroclubs de Francia y de España, elegido por una comisión en la que participaba el español Leonardo Torres Quevedo, destacado matemático e inventor, miembro de la Academia de Ciencias de Madrid[18]. Cabe destacar que el inglés aeronáutico o inglés para aviación (Aviation English), utilizado hoy día por pilotos y controladores aéreos, no fue impuesto para todos los vuelos transfronterizos por la Organización de Aviación Internacional hasta el año 2003.
Mientras tanto, en Badajoz la Sociedad Esperantista continúa creciendo y sus miembros participan en diversos congresos. Rodrigo Almada, su esposa Rosa Fernández y María Salinero, las dos últimas ya maestras nacionales, participan en el Congreso Mundial de Esperanto
Tras los exámenes de aquel año, que se celebraron en abril, contando como examinadores con Almada, Campos y De Pablo, el grupo esperantista pacense realizó una jira para celebrar el fin del curso escolar. El último domingo de abril fueron andando desde Badajoz hasta las inmediaciones del puente sobre el Gévora, donde pasaron un agradable día, recitando y brindando en esperanto, la lengua utilizada en todo momento entre los participantes[19]. El curso se remató con la participación de la sociedad en el VI Congreso Nacional de Esperanto en Madrid, celebrado en julio, al que acudieron representantes de Checoslovaquia, Alemania, Portugal, Hispanoamérica y varias regiones de España: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cataluña, Valencia, Navarra, Vascongadas y Extremadura, esta última representada, como decimos, por el infatigable Luis Campos Suay, como delegado de la U.E.A. en Badajoz, la Universala Esperanto Asocio. A estas alturas, el Grupo Esperantista Pacense ya era miembro de la Asociación Española de Esperanto (HEA), fundada por Julio Mangada en 1925.
Durante el curso 26-27 la sociedad incluso llegó a recibir una subvención de 150 pesetas del Ayuntamiento de Badajoz para sus actividades [20]. No tenemos datos sobre el alumnado participante durante este curso, pero sí podemos llamar la atención de que el siguiente despierta también el interés por el esperanto en la ciudad de Cáceres, en esta ocasión de mano de un adelantado y consagrado esperantista: Fernando Soler y Valls.
El esperanto en Cáceres: el papel de los telegrafistas
Fernando Soler pertenecía a una de las primeras generaciones de esperantistas. Telegrafista de profesión nacido en Albaida (Valencia) en 1873, fue autor de numerosas gramáticas, algunas de ellas para niños y niñas. También colaboró en La Suno Hispana, una de las primeras revistas en este idioma, y en las que vinieron después[21]. Mientras era Jefe de Telégrafos en Valencia, impartió numerosos cursos, organizados por la Sociedad Vegetariana de esta ciudad, que tenía su sede en la calle Tapinería, número 3[22]. Fue también fundador y presidente de la Biblioteca de Funcionarios de Telégrafos.
A finales de 1928 fue designado por la Dirección General de Comunicaciones para ocupar la plaza de Jefe de Telégrafos de Cáceres, donde fue muy bien recibido en el abril siguiente y donde dio de inmediato a conocer algunas de sus obras [23], como la muy difundida Esperanto al alcance de todos, editada por primera vez en Valencia y que todavía hoy se sigue vendiendo y utilizando para su estudio.
En mayo de 1928 Fernando Soler comienza una continuada colaboración con el Nuevo Día, periódico provincial de Cáceres, donde publica de modo asiduo una sección titulada “Horizontes nuevos. El idioma internacional”, en la que da a conocer la historia de la nueva lengua y algunos de sus rudimentos.
El Correo Extremeño también publica durante casi todo 1929 una sección semanal sobre esperanto. El 23 de febrero el provincial cacereño Nuevo Día anuncia que en breve comenzarán en un centro cultural cacereño las clases de este idioma. A finales de septiembre Fernando Soler participa en el VIII Congreso de Esperanto celebrado en Oviedo, y en octubre comienza a impartirse un nuevo curso en el Ateneo de Cáceres, que impartirá Agapito Salgado Corchado, ferroviario. Fernando Soler continúa con sus colaboraciones e implicación en la vida cultural y pedagógica de Cáceres hasta mayo de 1931, cuando es destinado a la oficina de telégrafos de Barcelona.
Mientras tanto, en Badajoz la Sociedad Esperantista continúa creciendo y sus miembros participan en diversos congresos. Rodrigo Almada, su esposa Rosa Fernández y María Salinero, las dos últimas ya maestras nacionales, participan en el Congreso Mundial de Esperanto celebrado en Amberes, Bélgica, a principios de agosto de 1928.
En 1932 la Hispana Esperanto Gazeto publica una relación de nombres de algunos de los miembros activos en la Sociedad Esperantista de Badajoz. Aparte de Rodrigo Almada y Nicolás de Pablo, a quienes Julio Mangada propone para formar parte del Instituto Español de Esperanto, en dicha nómina aparecen las ya mencionadas Rosa Fernández y María Salinero, Jaime Olivera, Manuel Sánchez, José Cisneros, Pedro González, Marcelino Fernández, José B. Santana, Ángel Cortijo, Marino García, Diego Rolland y Francisco Díaz. Todos de Badajoz.
En Cáceres se suma la Juventud del Partido Socialista, con clases en la Casa del Pueblo, mientras Agapito Salgado Corchado, todavía en 1935, sigue enseñando a diario en el Ateneo. La misma Diputación Provincial de Cáceres acuerda, en sesión celebrada el 28 de mayo de 1936, adherirse como socia protectora, con la cantidad de 25 pesetas, al XI Congreso de Esperanto que tendría lugar en junio en Barcelona [24].
Represión tras el golpe de Estado. Asesinatos, exilio y depuración
La llegada de la Guerra Civil supuso la práctica desaparición de estos grupos en Extremadura. En Badajoz los miembros de la Sociedad Esperantista corrieron una aciaga suerte, dictada por quienes subvirtieron el orden constitucional.
Nicolás de Pablo Hernández, socialista, implicado en la defensa de la provincia de Badajoz y de su capital ante la invasión fascista de agosto de 1936, se refugió el 14 de ese mes en la vecina Portugal. Días después, violando el Derecho Internacional de protección del refugio, las autoridades portuguesas le entregaron a los golpistas, junto al alcalde Sinforiano Madroñero. Ambos fueron asesinados el 20 de agosto frente a una tapia, donde está actualmente el IES Zurbarán.
Después del golpe de Estado vino un tiempo brutal. La violencia de los golpistas sustituyó a la lengua como medio de comunicación. La dialéctica de los puños y las pistolas se impuso sobre la cultura, la razón y el conocimiento
Rodrigo Almada Rodríguez, que vivía y trabajaba como maestro por entonces en Alicante, se embarcó al final de la guerra en el Ronwyn[25] con dirección a Argelia. A finales de 1940 regresó a España, sin poder ejercer su profesión. Se domicilió primero en Cuenca, donde fue rehabilitado y pudo trabajar como profesor de 1951 a 1954. Después se trasladó a Alicante, donde falleció, el 23 de agosto de 1968.
Peor suerte corrió su hermano Eduardo Almada Rodríguez, también esperantista y maestro nacional. Había sido alcalde de Villanueva del Fresno (Badajoz) y cuando estalló la guerra era maestro en Montijo (Badajoz), donde enseñaba junto a otros maestros en las técnicas de Freinet. Su afición al esperanto y a las nuevas pedagogías reflejan la existencia de una red de maestros y maestras que aparecen en núcleos aislados por toda Extremadura. Una tarde, en los primeros días de septiembre de 1936, mientras tomaba el fresco sentado a las puertas de su vivienda anexa al colegio 14 de Abril de Montijo, vinieron a buscarlo falangistas de Villanueva del Fresno y se lo llevaron a su pueblo, donde le mataron, en la zona de San Ginés. En Montijo también mataron a uno de sus compañeros, freinetista y también esperantista, Juan José García Martínez de Tejada, quien en el reverso de una tarjeta de visita apuntaba el intercambio epistolar escolar con otro esperantista de Japón[26].
Luis Campos Suay, comandante ingeniero del cuerpo auxiliar, había sido destinado en 1929 a Zaragoza, donde contribuyó a crear la sociedad “Zaragoza Esperantista”. Posteriormente, en 1935 fue destinado de nuevo a la Comandancia de Obras y Fortificación de la Base Naval de Mahón. Allí, en Menorca, le pilló el golpe de Estado fascista y se mantuvo fiel a la República. Años después, en 1941, se le instruyó un expediente de responsabilidades políticas, que fue sobreseído en 1942. Su rastro se pierde junto al de muchos otros y otras esperantistas, como el de Fernando Soler Valls, gramático cuyos manuales se siguen hoy día utilizando. Solo sabemos de él que murió en Valencia, y que fue enterrado el 25 de marzo de 1956 en la sección undécima del cementerio de esta capital, en la fosa número 278, donde yace junto a su hijo José, a quien había dedicado la publicación de su gramática, con intención de que fuera siempre “un entusiasta esperantista”.
Después del golpe de Estado vino un tiempo brutal. La violencia de los golpistas sustituyó a la lengua como medio de comunicación. La dialéctica de los puños y las pistolas se impuso sobre la cultura, la razón y el conocimiento. El periódico cacereño, La Falange, diario de la tarde, publicaba en su ejemplar del 14 de octubre de 1936 los siguientes ripios:
He reñido con mi novia
por ser una estrafalaria
y además porque era hija…
hija de la Pasionaria.
A un rojo que ha ido a Madrid
antiayer le hice un encargo
que me traiga cuando vuelva
las dos orejas de Largo.
Cuando estuvo aquí Mangada
a aprender el Esperanto
creíamos que era tonto
pero no que fuera tanto.
Estos mal llamados versos, falangistas, anunciaban lo que habría de venir después: el tiempo de unos bárbaros cuyas señas de identidad eran la represión, el salvajismo y la ignorancia, matones de uniforme y escapulario que despreciaban la riqueza y diversidad de las lenguas, así como la fraternidad del esperanto. Un tiempo de silencio que apartó de la ciudadanía pública el interés por esta lengua universal, pero que no pudo impedir que la misma se siguiera hablando y estudiando en la intimidad o en la cercanía de la amistad, tanto dentro como fuera del país, emblema de la cultura republicana y libertaria del exilio.
Hoy día, a pesar de los bárbaros, la siguen hablando miles de samideanos.
[2] Vilanovas Ribas, M. y Moreno Juliá, Xavier, Atlas de la evolución del analfabetismo en España , 1887-1981, CIDE, 1992, p. 189.
[3] El Telegrama del Rif , diario independiente y defensor de los intereses de España en Marruecos, en su edición de Melilla del 5 de septiembre de 1920, daba noticia del nacimiento de un hijo de Luis Campos Suay, “maestro de obras militares de esta Comandancia de Ingenieros”.
[4] Correo de la Mañana, 14-04-1925, p. 3.
[5] La Ilustración Universal , 3/1926, Nº 26, p. 39. En ocasiones se ha señalado que los planos del desaparecido Cuartel de Menacho fueron realizados por Francisco Franco Pineda, cuando en realidad corresponden a Nicolás Alcayde, quien ya no residía en Badajoz cuando el cuartel se inauguró, en 1925.
[6] Marín, Dolors, Anarquistas, un siglo de movimiento libertario en España , Ariel, 2010, El esperanto: una lengua internacional, p. 59.
[7] Referencia de Julio Mangada Rosenörn en la página web de la Real Academia de la Historia.
[8] Correo de la mañana , 21-07-1922 y 14-11-1924. La primera crónica sí aparece firmada como E.S.
[9] Samideano en esperanto es aquel o aquella que comparte la misma idea.
[10] Correo de la mañana , 24-09-1924, p. 2.
[11] Correo de la mañana , 26-12-1919, p. 4.
[12] Correo de la mañana , 13-09-1925.
[13] Correo de la mañana , 20-09-1925.
[14] Correo de la mañana , 27-09-1925 y 29-09-1925.
[15] Posteriormente se cambiarían de seis a siete de la tarde, según consta en la petición realizada por Luis Campos Suay el 28-11-1925 a Manuel López Lago, presidente de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País. Archivo digital de la RSEEAP.
[16] Correo de la mañana , 1-10-1925.
[17] Correo de la mañana , 30-09-1925.
[18] La Montaña: diario de Cáceres , 10-11-1925, p. 3.
[19] Correo de la mañana , 4-05-1926.
[20] Correo Extremeño , 11-12-1927.
[21] En 1929 se distribuían en España más de 70 revistas en esperanto. Algunas eran de carácter religioso, como la “Espero Katolika” y “Katolika Mondo”, “Kristana Revuo”, protestante, “Espero Teozofia”, teosófica, “La Ora Epoko”, “La Nova Tago”, las de carácter científico, como la “Internacia Medicina Revuo”, “Bulteno de Internacia”, “Asocio Esperantista” e “Internacia Pedagogia Revuo”, otras para exploradores, como “Skolta Heroldo”, e incluso realizadas en braille, la lectoescritura táctil para personas ciegas, “Esperanta Ligilo”.
[22] La Libertad , 08-04-1923.
[23] Nuevo Día: diario de la provincia de Cáceres , 14-03-1929.
[24] Boletín de la Provincia de Cáceres, 22-06-1936.
[25] El 12 de marzo de 1939 aproximadamente 700 personas embarcaron en Alicante en el barco mercante de nombre Ronwyn, con rumbo a Argelia, donde fueron internados en campos de concentración. El embarque no fue gratuito. Tuvieron que pagar un alto precio por los pasajes, algunos de ellos en joyas y otros objetos valiosos.
[26] En marzo de 1935 la Asociación Esperantista Española funda la Sección de Maestros Esperantistas o Sección Pedagógica, para lo que hace un llamamiento general a todos los maestros nacionales, a través de la Hispana Esperanto Gazeto, donde se publican los estatutos de dicha sección. Como primera tarea, esta sección se pondrá en contacto con los maestros esperantistas del Japón, pidiéndoles la remisión de fotos, trabajos escolares, que hagan ver el desarrollo de la enseñanza desde a entrada del niño en a escuela hasta la salida. Con ella se elaboró una exposición que se expuso primero en Madrid y después en distintas localidades de España. Debemos a los familiares de Juan José García Martínez de Tejada el conocimiento y cesión de la tarjeta de este maestro nacional y su intercambio en esperanto con el señor Ogasañara en Japón....