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Movimiento estudiantil
El voto estudiantil será clave en las elecciones que se celebran hoy en la UPV/EHU
Tras casi 20 años con un solo bloque de poder y candidaturas únicas para ocupar el rectorado de Euskal Herriko Unibertsitatea, en las elecciones de hoy dos listas medirán sus apoyos y tratarán de hacerse con el gobierno de la universidad, la de la actual Rectora Eva Ferreira y la del aspirante Joxe Ramon Bengoetxea.
El sistema de elección por sufragio universal ponderado da a cada estamento un peso en el cómputo global de votos, independientemente del nivel de participación. Mientras el profesorado doctor con vinculación permanente, 2.326 personas, cuenta con el 56,25 % del poder de elección, el peso es del 9,59% para las 3.450 que pertenecen a otras figuras docentes e investigadoras y del 12,08% para las 1.977 personas trabajadoras no docentes. Por su parte, la capacidad de incidencia de 42.837 estudiantes es del 22,08% del total de la elección. La esperada baja participación estudiantil ha propiciado numerosos movimientos durante la campaña para tratar de atraer su atención.
Tras recoger 10.549 firmas a favor del abaratamiento de los precios de matrícula y el aumento de las becas, el estudiantado organizado denuncia que ninguna de las dos candidaturas es capaz de solucionar los verdaderos problemas estructurales que subyacen a la universidad
El principal sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak y el frente que impulsa, Unibertsitateko Indar Batasuna (UIB), han presentado los resultados de la campaña que han realizado durante las últimas semanas, en las que han recogido 10.549 firmas a favor del abaratamiento de los precios de matrícula y el aumento de las becas.
Desde la organización estudiantil valoran las actuales elecciones como “una farsa”, denunciando que “más allá de las migajas que puedan ofrecer de un lado o del otro, ni un candidato es capaz de solucionar los verdaderos problemas estructurales que subyacen a la universidad, siendo todo falsas promesas dirigidas a obtener el poder”, afirma Ibai Berezibar, portavoz de UIB.
En la presentación realizada por 150 estudiantes en Leioa, realizaron un llamamiento con sus reivindicaciones y marcando su posición contraria a estas elecciones, “ya que está claro que ni uno ni otro candidato, ni tampoco el Consejo de Estudiantes, representa los intereses del estudiantado trabajador”. En el manifiesto leído, criticaron también que durante la campaña el debate ha sido nulo o muy consonante, "parece que solo les importan cuestiones morbosas, mientras se han olvidado de hablar de los problemas de estudiantes y personas trabajadoras”. Berezibar recuerda que esto también “es aplicable a la otra alternativa, la historia nos demuestra que ningún mandato puramente institucional ha tenido la voluntad de anteponer nuestros intereses”.
UIB anuncia que, tras las elecciones y sea quien sea el equipo gobernante, impulsarán movilizaciones para defender los intereses de estudiantes y personas trabajadoras de la universidad. “Las reivindicaciones que hacemos son universales y haremos todo el trabajo que esté en nuestras manos”, señala Berezibar, recordando que “de aquí a unos meses nuestras previsiones de crecimiento y acción política se cumplirán”.
Participación estudiantil determinante
Este posicionamiento tiene relevancia ya que viene del sector que historicamente ha movilizado el voto estudiantil en uno u otro sentido, por ejemplo logrando en 2004 que el candidato de la izquierda abertzale, Iñaki Antiguedad, lograra pasar a segunda vuelta, quedando segundo entre las siete candidaturas en liza.
En aquellas primeras elecciones tras la Ley Orgánica de Universidades que instauró el sufragio universal ponderado, Antiguedad arrasó entre el estudiantado, con un dirigente de Ikasle Abertzaleak de candidato a Vicerrector de alumnado, logrando que casi el 45% de los más de 11.000 alumnos y alumnas que votaron eligieran su papeleta.
Cuatro años después el sindicato estudiantil decidió no contribuir a la victoria de Iñaki Goirizelaia, que en 2008 ganó el computo global por la mínima, 52-48%, frente a la Catedrática de Economía Aplicada Marisol Esteban. Esteban venció holgadamente en los Catedráticos y por la mínima entre el Personal de Administración y Servicios, en un contexto mucho más polarizado y movilizado, y entre los estudiantes la participación fue menos de la mitad que en 2004, con Ikasle Abertzaleak llamando a la abstención. Aún así Goirizelaia ganó entre los estudiantes, ya que 3.024 le votaron a él por 2.192 a Esteban.
La movilización estudiantil ha seguido promoviendo una abstención activa durante las siguientes elecciones, todas ellas hasta estas con una sola candidatura de consenso entre los sectores hegemónicos del profesorado, generándose una fuerte represión y disturbios en el campus de Leioa el día de la elección de Nekane Balluerka en 2016.
“Con la escisión en el bloque de poder y la existencia de dos candidaturas, la participación estudiantil puede salir de los mínimos en los que se ha situado durante los últimos años”
En estas elecciones de 2024, con la escisión en el bloque de poder y la existencia de dos candidaturas, la participación estudiantil puede salir de los mínimos en los que se ha situado durante los últimos 15 años, con solo 857 votos estudiantiles en 2020.
Una de las claves de la campaña ha sido la no intervención de la organización juvenil de la izquierda abertzale, Ernai, con menor presencia en las universidades. La situación se ha intentado resolver entre el profesorado favorable a Bengoetxea dirigiéndose a un estudiantado que vive estas elecciones como ajenas, e intentando decantar la balanza frente a los ajustados resultados esperados en el resto de estamentos.
En este objetivo, ambas candidaturas han tenido dificultades para atraer al estudiantado, sin atender a sus dinámicas de movilización, ni responder a sus preocupaciones, tales como el respeto a los espacios autogestionados en diversas facultades, abandonar la represión a sus campañas y acciones de propaganda y aportar un compromiso creíble con sus reivindicaciones políticas concretas, que son bajar el precio de todas las matrículas y aumentar el sistema de becas, en el que una gran parte de solicitantes se quedan fuera, además de otras demandas para mejorar una condición estudiantil que décadas de universidad neoliberal y tecnocrática han degradado notablemente.