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“Si muero, quiero morir bien vivo”, me dijo una de las últimas veces que nos vimos, parafraseando a Miguel Hernández. Me lo dijo sin solemnidad ni gesto serio, con la naturalidad de quien lo ha pensado muchas veces, con la sonrisa habitual en él, una sonrisa traviesa, hospitalaria, que invitaba a que tú completaras su pensamiento.
Ayer, a la edad de 79 años, falleció Gregorio Herreros, un hombre bueno, un militante de las causas nobles, un revolucionario consecuente. Los periódicos y las emisoras no hablarán de él, porque no suelen hacerlo en demasía de la gente honesta, pero Gregorio fue -de manual- una de esas personas que no luchan un día, ni un año, ni muchos años, sino toda la vida.
Nació en Puertollano en 1940, allí aprendió el oficio de metalúrgico y también, de manos de su padre anarquista, la pasión de la justicia. En 1962, como tantos trabajadores, emigró a Barcelona y se metió hasta el tuétano en el gran seísmo de las comisiones obreras, en el movimiento vecinal y la lucha antifranquista. Fue militante del PSUC y, años después, en 1979, candidato a la alcaldía de Sant Boi de Llobregat en las primeras elecciones municipales democráticas, que no ganaron por los pelos (se quedaron a 14 votos del PSC). En 1984 le despidieron de la fábrica y, junto a Feliciana, su compañera durante más de 30 años, se buscó la vida de mil maneras, trabajando de guardés, montando una granja de gallinas… En el año 1994 se instalaron en Losar de la Vera y allí vivió austeramente desde entonces. Durante todo este tiempo, tanto Gregorio como Feliciana participarán en la fundación de Ecologistas en Acción, en el desarrollo de Izquierda Unida y en cuantas luchas sociales van surgiendo.
Gregorio se metió hasta el tuétano en el gran seísmo de las comisiones obreras. Fue militante del PSUC y, años después, en 1979, candidato a la alcaldía de Sant Boi de LlobregatPero será algunos años más tarde cuando vuelva a entusiasmarse con la militancia. El 15M, las Marchas de la Dignidad, la implicación con el SAT, su apoyo al movimiento feminista, serán algunas de las causas en las que se implique… Una anécdota narrada por Feli sobre la irrupción del 15M explica muy bien qué tipo de compromiso ha practicado Gregorio y también la conmoción que supuso para él el movimiento de los indignados. A Feli, la explosión del 15M la pilló viviendo en Málaga:
“Me pareció importante hacer partícipe a Gregorio, mi compañero. Él estaba en ese momento en Orense, le llamé y le dije: “A ver, tú, revolucionario de pacotilla, ¿qué demonios pintas haciendo el Camino de Santiago y aquí toda esta juventud en pie, y tú por ahí?” Y se puso tan contento que me dijo Ahora mismo me voy a la estación y cojo el billete de regreso a Madrid. Y cuando llegó a Madrid me llamó por teléfono y no me podía hablar. Estaba tan emocionado que me decía: Feli, no te puedes imaginar lo que está sucediendo en esta plaza. Estoy leyéndome las pancartas, los mensajes que hay aquí. Y esto es algo maravilloso. Tuvo que interrumpirse tres o cuatro veces. Tenía tal emoción en su cuerpo que no podía ni hablar para contarme lo que estaba viendo”.
Pero será algunos años más tarde cuando vuelva a entusiasmarse con la militancia. El 15M, las Marchas de la Dignidad, la implicación con el SAT, su apoyo al movimiento feminista...
Cuando me enteré ayer de que había muerto busqué su rastro en las redes sociales. A fe que cumplía su promesa de apurar los goces y la rebeldía. El repudio al golpe de estado en Bolivia, “los paseos frente al ancho mar”, la lucha de los pensionistas, el recuerdo de las 13 rosas, fotos de orquídeas, las movilizaciones ecologistas (“la defensa de la ecología roja, o de y para los pobres”, como le gustaba decir) y una interpretación muy singular del O Bella Ciao, cantado en árabe por jóvenes de un coro en Omán. Gregorio, hasta el final, fiel a los suyos y a sí mismo.
“He vivido pobre, pero muy alegre”, me dijo esa mañana, uno de los últimos días que nos vimos. Y me siguió hablando de Miguel Hernández, el más grande, “que supo estar en la poesía y empuñar un fusil cuando hizo falta”. Y que, como él, murió viviendo, convertido en simiente de nuevas espigas de alegría y de lucha.
Movimientos sociales
Gregorio Herreros: “He vivido pobre pero muy alegre”
Militante integral, sensible con las luchas feministas, ecologistas o de liberación, Gregorio Herreros ha fallecido este jueves 23 de enero. Manuel Cañada le entrevistó para El Salto Extremadura.
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Se ha ido un pequeño Gran hombre ,todo energía y lucha por sus ideales, .Me he enterado este enero de 2021 .Descansa y que el mar que tanto amaba lo arrulle con sus olas descansa en paz AMiGO,cuando vea la luna pensare en los días que nos conocimos
Gracias por contarlo. Estoy profundamente triste y realmente creo que se ha ido un imprescindible. Un gran maestro de vida.