Pista de aterrizaje
Marisela Romero: “Las mujeres tenemos un mandato común que cumplimos a rajatabla”

La nueva obra teatral de Marisela Romero, Atávicas, fue estrenada en Elche hace un par de meses y la respuesta no fue solo un aforo completo, sino también una reflexión compartida e inevitable.

19 ago 2018 06:35

El atavismo es el comportamiento que hace pervivir ideas o formas de vida propias de los antepasados; uno de los objetivos del arte puede ser cuestionarlo. La nueva obra teatral de Marisela Romero fue estrenada en Elche hace un par de meses y la respuesta no fue solo un aforo completo, sino también una reflexión compartida e inevitable. Atávicas traspasa al espectador a través de la danza, la palabra y la esencia de testimonios de mujeres migrantes. La obra pone en cuestión por qué las mujeres son lo que son, qué libertad tienen en sus acciones cotidianas y cómo les han influido, directa o indirectamente, aquellas mujeres de quienes se han rodeado. “Me he perdido muchas veces en mi propia historia, pero mis mujeres forjaron el ser humano que ahora soy. Ellas son yo y yo soy ellas”, declara con fuerza la voz en off de una mujer venezolana antes de que se apaguen las luces y dé comienzo el primer acto.

Atávicas es una obra muy abierta a la interpretación.
Quise hacer un trabajo desde el símbolo, porque los símbolos trasladan a cada persona a un tiempo o lugar diferente. Yo, en realidad, soy narradora de cuentos, y la magia de los cuentos es que tú narras algo y cada quien se imagina lo que quiere. No hay una forma correcta de sentir la obra.

¿Crees que eso hace que llegue a más gente?
Creo que hace que llegue distinto. Lo recibes desde lo visual y desde la emoción, así que es más difícil que genere rechazo. La danza es un elemento muy importante en esto: cuando el mensaje que se da es corporal, es muy difícil no verlo. De hecho, las bailarinas y yo lloramos mucho —¡pero un llanto muy sano!— durante el proceso porque te remueve. Creo que el resultado de todo eso es que el público se deja tocar.

“En ningún caso quise generar enfrentamiento. Lo que busca la obra es que nos veamos; todas las personas debemos autorrevisarnos”
¿Y por qué es importante que lo haga?
La obra tiene una perspectiva feminista, pero yo en ningún caso quería generar enfrentamiento. Lo que buscaba era que nos viéramos. Mostrarte y mostrarme cuáles son todas esas cosas que traemos. Pero no quería buscar culpables. De hecho, un señor me confesó: “Tengo que decirte que la entendí —y salí muy contento porque la entendí— y no me sentí agredido”. Ese era mi objetivo. El relato es un “entiéndeme”, un “esto es lo que hay”, lo haya creado quien lo haya creado.

¿Es esta una forma más eficaz de revisar(se)?
No quiero decir “más efectiva” porque creo que toda forma de lucha tiene su papel. Salir a la calle por todo lo que está pasando es importante, pero creo que no podemos hacer solo eso. Hay que autorrevisarse. ¿Por qué estamos donde estamos? No es solo porque haya una sociedad patriarcal, porque ¿eso qué es?, ¿un ente? Todos formamos parte de esa sociedad. Y las mujeres repetimos sus patrones en algún aspecto de nuestras vidas, incluso las manifestantes. Lo hacemos porque tenemos ese disco en la cabeza. Y no se trata de culpar a nadie: tus abuelas vivieron lo que pudieron y como pudieron, pero tú puedes asumir otra cosa.

Seas de donde seas.
Exactamente. Los testimonios del principio son de mujeres de diferentes países, con culturas muy distintas; fue un trabajo difícil que necesitó mucho respeto y tacto. Había una relación previa con las mujeres de Elche Acoge porque yo ya había trabajado con ellas en un taller de cuentacuentos. Cuando les propuse participar en Atávicas, la mayoría quiso hacerlo. Me contaron historias muy potentes, pero me di cuenta de algo: fuera de donde fuera mi interlocutora, siempre llegábamos a un punto compartido. Da igual que tu abuela haya vivido en Madagascar o en Moldavia, las mujeres llevamos un mensaje común en nuestros genes, ese mandato que se nos repite.
“Me di cuenta de que, fueran de donde fueran las mujeres que contaban su historia, siempre llegábamos a un punto común”

¿En qué consiste ese mandato?
En el “tú puedes con todo” o “eres dura”... Muchas veces no somos conscientes de que lo llevamos, pero siempre lo cumplimos a rajatabla. Aunque sea de diferentes maneras. Y la única forma de cambiarlo es ser consciente de que existe, de saber qué ‘programa’ te han dado por ser mujer. Es una palabra fea la de ‘programa’, pero en parte es así. La única forma de decir “yo no quiero esto” es saber que se puede resetear.

Mostrar que existe el botón.
Sí, es precisamente el punto al que quiero llegar en la obra. Sea lo que sea lo que vas a hacer —incluso cuando no vayas a hacer nada—, que sea una decisión libre. Y eso es el resultado de esa autorrevisión: tú haz lo que quieras, pero yo tengo la libertad de decir que no porque ahora soy consciente de todos los sí que he estado dando.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Culturas
Izaskun Mata Coloma, agitadora cultural “Estoy entre Alejandro Sanz y Evaristo”
En sus genes hay fusilados de la Guerra Civil, huelgas del metal en Tubacex, trabajadoras en fábricas de telas, orfelinatos, amas de casa, limpiadoras y camareras. Fue jugadora de fútbol y regentó una taberna. Organiza y participa en slams, y tiene un grupo de poesía musical con su hermana.
Pista de aterrizaje
Fátima Ait-Benali, inmigrante marroquí “Al final ganamos, vivimos donde queremos”
Turquía, Grecia, Albania... Tres años de travesía, penurias y adversidades. De vivir en la calle, de jugarse la vida a cada paso. Otro horizonte, un futuro. Fátima Ait-Benali dejó atrás su ciudad natal, Tan-Tan, en el sur de Marruecos, y en marzo de 2019 culminó su cruel periplo en Bilbao.
Pista de aterrizaje
Edurne Lekunberri Urmeneta, maestra “Buscamos un dolmen”
Euskaldunberri venida al mundo en 1976, su abuelo paterno fue el último vascoparlante de Ilurdotz.
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.

Últimas

Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar llegan a un acuerdo para que el SMI no tribute el IRPF
Pese a adelantar la ministra de Trabajo que se habían roto las negociaciones, finalmente las personas que cobren el salario mínimo no tendrán que declarar en 2025.
Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.
Más noticias
Notas a pie de página
Notas a pie de página Mansiones encantadas y casas sin cocina
La casa encantada como símbolo de la opresión del espacio doméstico recorre la literatura de muchas escritoras. Pero hubo un tiempo en el que algunas feministas trataron de imaginar otro hogar posible, en el que se liberase el trabajo doméstico.
Economía
Análisis Europa, ¿última defensora del liberalismo o cómplice de un orden fracasado?
El peligro no proviene únicamente de líderes externos “autoritarios”, sino de la erosión interna de la democracia bajo un sistema que pone al mercado por encima de la gente.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid El taxi advierte de que las nuevas licencias a Cabify van a “reventar el mercado”
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid da la razón a las plataformas de VTC y obliga a la Comunidad de Madrid a concederles más de 2500 nuevas licencias en la comunidad.
Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.

Recomendadas

Contaminación
Contaminación Un municipio galego demanda á Xunta pola contaminación do encoro das Conchas
A veciñanza das Conchas, na comarca da Limia, leva á Xunta ao Tribunal Superior de Xustiza de Galicia pola contaminación provocada debido á cría intensiva de gando porcino e avícola.
América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se revelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.