Política
Mi libertad y solo mi libertad

Cuando el individualismo esencialista se estructura y se recrudece en las sociedades, al final, en la apelación de libertades y derechos, estos se reducen a los propios pasando por alto, y en ocasiones por encima, de los derechos del resto.

27 may 2020 06:45

Vivimos tiempos de una polarización que tiene peor cara que la del virus que nos rodea. Una polarización que llegó antes del virus, pero que cuando el virus se vaya, y ojalá sea cuanto antes, esta no sólo no habrá disminuido, sino que se habrá acrecentado drásticamente. Lo vemos cada día que pasa. El Congreso es un ejemplo de ello, pero el problema es que las calles también. Llevamos días viendo cómo cada día salen cientos de personas adornadas con la bandera de España al grito de “libertad”, “fin de la dictadura”, “no queremos comunistas”, “gobierno asesino bolivariano”, “no queremos ser Venezuela” y tantas otras consignas similares que exigen el fin del estado de alarma tanto como el fin del gobierno. Y creo, que lejos de lo que se está haciendo, no se debería tratar de ridiculizarles.

Se cae en un error cada vez que se pretende ridiculizar y banalizar las tensiones sociales, quienes ahora vemos en las calles pueden pasar de decenas, a ser centenas y miles, mientras el resto se siguen riendo de ellos. La utilización de adjetivos que buscan caricaturizar las protestas, muchas veces, terminan reforzándolas. Al final, la estrategia es que se hable de ello.

La semana política
El miedo de los otros

La “revuelta de los pocholos” en el distrito de Salamanca, en Madrid, moviliza a familias con rentas medias de 60.000 euros anuales en un momento de conflicto entre los intereses de cada clase. La Guardia Civil advierte de posibles estallidos sociales. La batalla cultural, no obstante, tapa el debate sobre quién tiene que ganar y quién que perder en los próximos meses.

A la derecha, y sobre todo a la extrema derecha, siempre hay que tomarla en serio. Si no lo hacemos, es que no hemos aprendido nada. Resulta más interesante y oportuno tratar de analizar a qué responde el descontento, el qué o quienes lo alimentan, y qué capacidad de recorrido se le estima. Reducir las caceroladas a “cuatro niños pijos, fachas, cayetanos” y no sé qué tantos estereotipos desgastados más no hará que dejen de reproducirse.

Entonces, ¿a qué apelan estas personas? ¿Qué quieren? ¿Cuándo gritan libertad qué entienden por libertard y por qué aseguran no tenerla? ¿Cuáles son sus miedos, de donde surgen, y quienes los reproducen? Cuando el individualismo esencialista se estructura y se recrudece en las sociedades, al final, la apelación de libertades y derechos, estos se reducena los propios pasando por alto, y en ocasiones por encima, de los derechos del resto. Libertad para quitársela a otros bajo la lógica del derecho a quitar derechos. Su grito por la libertad de expresión se silencia cuando lo que se critica son sus símbolos, cuando se toca su bandera, su monarquía, los muertos de los que se apropian, su prácticas culturales y religiones.

¿A qué apelan estas personas? ¿Qué quieren? ¿Cuándo gritan libertad qué entienden por libertard y por qué aseguran no tenerla? ¿Cuáles son sus miedos, de donde surgen, y quienes los reproducen?

Una libertad que, por el estatus socioeconómico, blanquitud y heteronormatividad se les presume y que permita gritarle maricón de mierda a quien consideren, mandar a los negros a su país, escupir a las poblaciones gitanas, explotar a las señoras que cuidan nuestros hijos y abuelas, y en definitiva, maltratar física y simbólicamente aquello que desprecien. Porque sus libertades y derechos no pueden ser compartidos y los privilegios necesitan siempre cuerpos por debajo de ellos para sostenerse. Su libertad de aglomeración se traduce en una libertad para contagiar.

Pero ¿cómo se ha llegado a este punto? La pandemia y el contexto del Estado de Alarma y las restricciones que conllevan no han hecho más que acelerar y facilitar el marco discursivo desde el que pretenden establecer una realidad ficticia pero que terminan por traducir en real en sus cabezas. ¿Y cómo no iba a ser así? Las consignas de la calle se vienen escuchándose en el Congreso durante bastante tiempo.

El propio Gobierno, tras ser votado por el Parlamento, fue considerado ilegítimo por determinados partidos sin poder sustentar tal denuncia. Antes del virus ya era señalado como un Gobierno ilegal, golpista (hasta seis golpes de Estado se han atribuido a Sánchez desde que es presidente), separatista, dictatorial y peligroso para España. ¿Si todo eso se le decía antes desde las tribunas y los medios de comunicación cómo no se va a decir bajo un Estado de Alarma (aprobado por el parlamento y recogido en la Constitución)?

Todo esto se produce bajo un marco político que se define por la supuesta ilegalidad e ilegitimidad del gobierno para gobernar estableciendo, como señalaba Pablo Casado, “una dictadura constitucional” —tras tal acusación el PP se abstendría favoreciendo tal “dictadura” en el último Estado de Alarma. Lo que ha cambiado no ha sido el relato, sino que el cambio viene por la intensificación de la defensa de este relato, de forma más rotunda, desde los medios de comunicación sirviendo como altavoz vital a las consignas lanzadas desde el Congreso y determinados tertulianos de la farándula mediática española.

La estrategia no es complicada. Se basa en la repetición. Y como dice Chomsky “Si no paras de decir mentiras, el concepto de verdad simplemente desaparece”. Existe un ejercicio por crear, de la nada, a través de la especulación, medias verdades y mentiras completas, un tipo de “ilusión de consenso” que busca “una información noticiable” y se termina de vender como “un consenso masivo” a partir de determinadas plataformas políticas, económicas y comunicativas.

La imposición a través de la repetición absurda y vacía de mantras que terminan calando en la gente ha buscado hacer del comunismo el adjetivo de toda oración

Llevamos años y años vinculando un sector de la política española a gobiernos y modelos políticos de otros continentes de forma masiva, constante, desgastante. La imposición a través de la repetición absurda y vacía de mantras que terminan calando en la gente ha buscado hacer del comunismo el adjetivo de toda oración. Sin las llamadas “cloacas del estado” no estaríamos en este punto. La misma estrategia que se usó en los Estados Unidos desde los años veinte con Alexander Mitchell Palmer y el “Peligro Rojo” parece haber sobrevivido hasta nuestros días para demonizar, instrumentalizando la palabra comunismo, todo lo que supusiera una crítica al orden establecido. Por ello, defender en ese país la sanidad o la educación públicas, como ha conseguido poner sobre la mesa de debate Berni Sanders, implica ser catalogado de comunista y socialista, y como consecuencia, asesino.

No es arriesgado afirmar que, si en España hoy la sanidad fuera privada, cualquiera que defendiera un sistema público sanitario sería tachado de comunista y castrochavista por los mismos que se atragantan constantemente con esos términos. Pero lo cierto es que el castrochavismo no existe como ideología, cuando se apela a eso realmente no se está diciendo nada.

Desde la Ciencia Política —y fuera de ella— no es posible señalar Venezuela como un sistema comunista, para ello el estado debería controlar todos los medios de producción del país. En Venezuela prima la empresa privada, hay muchos más medios de comunicación privados que públicos, y como señala un querido amigo si Ferrari no abre una sede en Venezuela no es porque no pueda sino porque no le saldría rentable hacerlo. La desindustrialización y la economía rentista del petróleo asociado a un clientelismo extremo no define al Comunismo. La censura tampoco. Igual que no lo hace la corrupción. De eso en España sabemos un poco. Pero, aun así, como bajo una orden superior, se verbalizan constantemente palabras como comunismo, bolivariano, castrochavismo, bolcheviques, unas veces separadas y otras como si fuera un revuelto de huevos (caducados).

Si hay gente que piensa que la Tierra es plana cómo no va a ser posible hacer creer que España es una dictadura bolivariana, comunista, castrochavista, aun cuando, no sepamos qué es eso ni en qué se traduce

La asociación constante de estos países con el comunismo parte del desconocimiento absoluto en lo que atañe tanto a esos países como a las teorías comunistas y/o la instrumentalización de dicho desconocimiento. Unas personas lo harán por un motivo y otras por otro, pero los políticos que reproducen este discurso de forma irresponsable tienden a acercarse más a la hipótesis instrumentalista, así como los medios de comunicación.Al reproducir conscientemente este equívoco los medios hacen añicos el derecho de prensa y la libertad de expresión que les ampara pero que les obliga a informar y no a mentir y manipular. Si todos los días te dicen que quien gobierna es un dictador es difícil que mucha gente no acabe creyéndolo, porque a partir de ahí, no es complicado buscar la forma de generar sensación de miedo, y, sobre todo, de que nos están quitando algo que nos pertenece por derecho.

De la misma forma que se repite insistentemente que los inmigrantes son peligrosos, acaparan las ayudas sociales, son violadores y ponen en peligro la civilización europea, al final, aunque no sea cierto, habrá un porcentaje relevante que lo asuma como verdad. Todo ello facilitado porque somos una sociedad sociológica y estructuralmente racista y clasista, y, por lo tanto, propicia a asumir este tipo de tesis que nos sitúan en el plano de víctimas —personas blancas europeas víctimas de alguna suerte de racismo ficticio antiblanco en Europa. Con la posverdad y la tecnología actual, la manipulación se vuelve más fácil que nunca. Sobre todo, si tenemos en cuenta que las poblaciones jóvenes (en su mayoría) han sido educadas en unos modelos que han eliminado las capacidades críticas, que han menospreciado la filosofía y las ciencias sociales, y que terminan por centrarse en la rentabilidad y la formación de meros trabajadores.

La mercantilización de la educación busca meros técnicos que produzcan y no pregunten. En política, y en general en todos los ámbitos, la batalla trascendental suele ser la del relato, sobre todo en tiempos donde los hechos y los datos cada vez tienen menos validez. Realmente casi ninguna, porque todo es despreciable y señalable de ser mentira. Es la consecuencia de la sociedad de la tertulia en la que vivimos. De ahí que nos encontramos con movimientos sociales con cada vez más fuerza que aseguran que la Tierra es plana, y por mucho que te empeñes, no aceptarán lo contrario. Si hay gente que piensa que la Tierra es plana cómo no va a ser posible hacer creer que España es una dictadura bolivariana, comunista, castrochavista, aun cuando, no sepamos qué es eso ni en qué se traduce.

Renta básica
Y tú, ¿qué harás cuando te llegue la “paguita”?

Carta dirigida a esas personas que votaron a partidos que les han envenenado con tanto odio que han acabado odiando a las personas de su misma clase y condición.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Política
El Salto Radio Podcast | ¿Cancelar la cancelación?
Hablamos con Antonio Gómez Villar, a partir de su libro “Cancelar no es transformar” sobre malos entendidos y límites de esta acción política
Política
CIS PP y PSOE, en situación de empate técnico mientras Vox crece al calor de Trump
Durante el último mes, la llegada de Trump a la Casa Blanca, en el plano internacional, y la caída del Real Decreto-ley ómnibus del Gobierno, en el plano nacional, han acabado con la estabilidad que dominaba la situación política en España.
València
Lawfare Mónica Oltra es absuelta de calumnias contra el presidente de Ribera Salud
Alberto de Rosa, responsable de la empresa que gestiona las concesiones de sanidad pública de gestión privada, retiró su demanda un día antes del juicio, por lo que ha sido condenado a costas.
#61813
27/5/2020 14:17

La libertad de sus camellos quieren..., mucho tiempo sin sus raciones y se ponen nerviosos, esto de ser abstemio no va con ell@s...

0
0
#61786
27/5/2020 8:33

No te engañes, si el gobierno en esta crisis fuera de derechas a mismos hechos tu serias quien estaria pidiendo liberdad en las calles

2
12
#61841
27/5/2020 18:13

"Se piensa el ladrón que son todos de su condición" dice el dicho.
Más allá de eso, si hubiera un gobierno de derechas y quisiéramos salir a protestar (legítimamente, ni siquiera en un estado de alarma y sin motivo real) como están haciendo ahora, nos llenarían de porrazos y pelotazos; pero claro, se quejan de libertad...

0
0
#61868
28/5/2020 9:05

Si si pero ha sido un gobierno “progresista” quien te ha jodido

0
0
#61821
27/5/2020 15:02

Esta gente no pide libertad, piden un golpe de estado para seguir forrándose a costa del resto.

0
0
#61828
27/5/2020 15:14

La libertad no es de derechas o de izquierdas, pero en el momento que conlleva un peligro para otro deja de serlo, eso lo enseña cualquier profesor de ética, y es algún común a Kant, Sócrates, etc, etc.

0
0
#61867
28/5/2020 9:04

claro pero si no estan dentro de tus dogmas no serias comprensiva

0
0
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Más noticias
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.