Laboral
Ya te llamaremos

Nunca hubo gente tan preparada en la lista del INEM, pero debemos entender las causas. Hasta entonces tendremos que “dar las gracias” por un contrato de doce horas diarias habiendo cotizado treinta horas semanales.

Concentración en Puerta del Sol contra explotación laboral
Cientos de personas secundaron la convocatoria del 14 de diciembre de CGT. David F. Sabadell
2 jul 2019 06:52

Un grado, dos másteres, tres cursos online, cuatro voluntariados en el extranjero, cinco idiomas. ¡Que no lo llamen precariedad laboral, que lo llamen práctica del sistema! Nuestra generación, llamada Generación X, ha crecido con un aviso de peligro revoloteando por nuestro alrededor: vosotros viviréis mucho peor que vuestros padres. Lo que no sabíamos es que, además de vivir peor que ellos, seguiríamos viviendo con ellos a los treinta años.

Es erróneo considerar la situación existente como fruto de una crisis laboral, hay una crisis porque es retroalimentada por el sistema, es un uróboros continuo. Con la creciente suma de participantes en las universidades entramos en una ola llena de gente muy preparada sin un espacio donde aplicar los conocimientos aprendidos. Las matrículas universitarias siguieron siendo de alto coste, pero comenzaron a adentrarse en las clases populares, ya no eran cuatro hombres de clase alta los matriculados en las universidades, ahora era más accesible o por lo menos algo más cotidiano. Más licenciados y licenciadas, más gente preparada, más másteres... lo que no modificó en absoluto el paradigma del mercado laboral. Los puestos bajos del eslabón de la cadena debían ser cubiertos, indiferentemente de su formación. Los trabajos, en mayor o menor medida, iban a seguir siendo los mismos, solo que la formación de sus trabajadores no. Entramos en la era de la titulitis. La titulitis es un síntoma que habita en la mayoría de los jóvenes, quienes observan un futuro tenebroso y optan por la vía de la educación como medicamento contra esta enfermedad contagiosa. La universidad dejó de ser un privilegio para considerarse una necesidad. Los jóvenes comenzaron a matricularse en las universidades sin ningún tipo de interés o vocación, optando por carreras más “sencillas” para así tener un diploma guardado en el cajón del dormitorio, porque, según los altos dirigentes, “un grado es lo mínimo exigible”. El resultado de esa ecuación fue una cantidad abismal de licenciados para una oferta muy pequeña de los puestos necesarios para dicha formación. Cuatro o cinco años de estudio se verían reducidos a un simple acontecimiento plasmado en el curriculum vitae. No podríamos ir a una oficina de trabajo exigiendo un salario digno “porque tengo un título universitario” ya que correríamos el riesgo de que nos respondieron: “¿Y quién no?”.

Seguramente ninguno de vuestros abuelos, y muchos de vuestros padres, hayan tenido acceso a la universidad, pero han trabajado toda la vida. Nosotros, sin embargo, hemos tenido la suerte de poder acceder a un grado universitario, y sin embargo no encontramos trabajo. Con esto no me refiero a que no encontremos un trabajo que coincida con nuestras aptitudes; no encontramos trabajo ni de aquello de lo que supuestamente somos profesionales, ni de aquello de lo que no. El acceso a los trabajos que carecen de licenciatura para su realización se ha visto también modificado por esta misma cuestión: comprensiblemente nadie quiere contratar en su bar a un historiador que ha pasado la mitad de su tiempo, en los últimos cuatro años, en la biblioteca y no sabe diferenciar un cortado de un americano.

Corren tiempos difíciles, no cabe duda. Estamos en la era de los “contactos”, los “becarios” (sinónimo de esclavitud) y los malditos másteres creados tras el Plan Bolonia aplicado en el año 2010. El Plan Bolonia fue una estrategia para retornar a los inicios de la cuestión: que vuelvan a estudiar solo los ricos. Lo que no sabíamos de esta historia es que toda esa fiebre de la titulitis explotaría y llegaría un momento en el que todo eso daría igual: excedente de doctorados, sobrecarga de pensamientos.

Universidad
Cuando se cargaron la universidad

Las protestas estudiantiles surgidas a partir del 2000 contra el Plan Bolonia ya alertaban de la mercantilización de la universidad de la que hoy derivan casos como el de Cristina Cifuentes o Pablo Casado, pero sus causas se pueden remontar a 1983.

Estamos ante una situación marcada por dos ejes principales que nos divide a nosotros como sociedad: en primer lugar la clase social. La diferencia entre la clase obrera y la clase acomodada es una continua. Actualmente podemos observar dentro de una universidad pública a personas que provienen de familias muy distintas, pero ambas estarán ante un igual de posibilidades a la hora de desarrollar la evaluación. Si bien, en el momento en el que se finaliza el grado, poco tiene que ver el camino que tomarán ambos alumnos. Hay excepciones, no cabe duda, siempre hay excepciones, pero basándonos en verdades universales encontraremos a un joven “de bien” en las grandes empresas y no sabremos qué será del chaval de Vallecas. Puede que le inculquen la gran mentira del capitalismo, de que si uno trabaja muy duro puede llegar a ser como su jefe. Puede que seguramente se lo ejemplifiquen con el famoso cuento infantil de cómo el pequeño gallego Amancio Ortega acabó convirtiéndose en el millonario explotador de Zara de hoy en día. Pero no debemos dejar de tener claro que se trata de una guerra entre clases.

El segundo eje de la cuestión es la diferencia entre géneros: las mujeres sufren una doble presión a la hora de acceder a un empleo por dos vertientes. En primer lugar, no existe paridad, son mínimas las mujeres que ejercen cargos dirigentes en las empresas debido a un sólido techo de cristal que nos bloquea el ascenso, y ya no digo nada si abordamos el duro trabajo no remunerado al llegar a casa, fruto de un desarrollo estructural patriarcal. Por otro lado, en los trabajos manuales volvemos a encontrarnos un gran impedimento al ser consideradas poco preparadas para actividades que requieran fuerza mecánica: apenas vemos obreras, electricistas, fontaneras, carpinteras...son ejercicios relegados a los hombres.

Llegados a este punto, tendremos que analizar donde yace la raíz del problema. Sabemos el resultado, es muy evidente, nunca hubo gente tan preparada en la lista del INEM, pero debemos entender las causas. Hasta entonces tendremos que “dar las gracias” por un contrato de doce horas diarias habiendo cotizado treinta horas semanales, trabajar durante seis meses en una plantilla de prácticas —por supuesto, sin cobrar— o aceptar que, si queremos un salario digno, quizás tengamos que abandonar el país. Mientras tanto tendremos a la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid asegurando que es indigno hablar de “trabajo basura” porque “es ofensivo hablar de ‘empleo basura’ “para el que está deseando tener uno”. Habría que explicarle a Isabel Díaz de Ayuso que nadie desea un trabajo basura, mal pagado (teniendo además que pagar tu cuota de autónomo). Señora Díaz de Ayuso, nadie desea ser explotado. Simplemente estamos desesperados.

Arquivado en: Becarios Laboral
Sobre o blog
Un espacio para gente que está empezando a escribir. Si tienes menos de 25 años y te apetece participar escribe a redaccion@elsaltodiario.com
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Universidad
Becas FEUGA, ¿contrato de formación o explotación laboral encubierta?

La Fundación Empresa-Universidad Gallega (FEUGA) es una de las opciones mayoritarias de los titulados al finalizar los grados. La mayoría de los que hicieron esta beca denuncian un “abandono y falta de seguimiento” por parte de la institución y, otros la identifican como “perjudicial” para los becarios y beneficiaria para los intereses empresariales.

Becarios
É a FEUGA unha explotación laboral encuberta?
A maioría dos que a fixeron denuncian un “abandono e falta de seguimento” por parte da institución e identifícana como prexudicial para os bolseiros e beneficiaria para os intereses empresariais.
Sobre o blog
Un espacio para gente que está empezando a escribir. Si tienes menos de 25 años y te apetece participar escribe a redaccion@elsaltodiario.com
Ver todas as entradas
Francia
Francia La izquierda vuelve a la calle para oponerse al ‘trifachito’ francés
Tras el paréntesis de los Juegos Olímpicos, hasta 300.000 personas, según los organizadores, se movilizaron en Francia contra la designación como primer ministro del conservador Barnier, fruto de un acuerdo implícito entre Macron y Le Pen.
Austria
Unión Europea Austria se prepara para la victoria de la ultraderecha
La izquierda califica como de poco creíbles los intentos de la derecha del ÖVP de distanciarse de los ultras del FPÖ. Todo indica que este último partido no solo entrará en el Gobierno sino que, por primera vez, será el partido líder de la coalición.
Palestina
Tareq Baconi “El 7 de octubre demuestra que no puede haber un sistema de apartheid indefinido sin un coste”
En su obra, ‘Hamás: auge y pacificación de la resistencia palestina’, el investigador Tareq Maconi recorre los orígenes de Hamás y su rol en la región.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Eles por diñeiro, nós por un futuro mellor: subscríbete ao Salto
Sempre que unha multinacional ou un goberno intentaron cometer un atentado medioambiental no noso territorio estivemos alí para contalo. Puidemos facelo porque a nós sostennos a nosa comunidade, pero queremos chegar máis lonxe e por iso precisámoste.
Palestina
Palestina Una marcha masiva en Londres exige el embargo de armas israelíes tras el fin de las restricciones policiales
“Exigimos a nuestro gobierno que deje por completo de armar a Israel y presione para que haya un alto el fuego ya”, declaran desde la Campaña de Solidaridad con Palestina.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN “Buscad a las Buscadoras”. El Zapatismo y la lucha por las y los desaparecidos
Las comunidades zapatistas no sólo han dado acompañamiento político y moral a las luchas por los desaparecidos en el país sino que, fieles a su costumbre, han lanzado iniciativas nacionales de construcción de alternativas por la justicia.
Análisis
Análisis Los niños en Ceuta
Deshumanizar a los niños hace más fácil cuestionar la categoría humana del resto de personas migrantes, pero también deshumaniza sin retorno a la sociedad que lo permite.
Más noticias
Análisis
Análisis Poniendo a prueba los límites de la limpieza étnica en Cisjordania
Las campañas militares de Israel, si bien no están llegando a un punto muerto, se han convertido en una guerra de desgaste. La manera de recuperar la iniciativa es abrir otro frente.
La vida y ya
La vida y ya Dormir es resistir
La fiesta tenía como objetivo ofrecer un espacio de encuentro entre las personas migrantes y los habitantes de la ciudad.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío “Con el duelo migratorio te enfrentas a muchos duelos diferentes al mismo tiempo”
Carmen Gollonet Bautista lleva 14 años en Holanda. Su historia es, como todas las de migración, a la vez única y representativa. Con ella hablamos de duelo migratorio, del “torbellino de emociones” que supone alejarte para siempre de tu tierra.

Recomendadas

O Salto medra contigo
Medramos xuntas O Salto supera o teito das 10.000 subscricións
Logo da campaña de verán, superamos por primeira vez na longa historia deste proxecto a cifra de 10.000 persoas socias, un obxectivo que nos puxemos hai sete anos.
Ence
Redes clientelares Rueda coloca como Directora de Calidade Ambiental á muller dun alto cargo de Ence en Galiza
Grupos ecoloxistas e veciñais denuncian “un conflito de intereses e unha trama familiar” entre María José Echevarría Moreno e o seu marido Antonio Casal Lago, Director Territorial da empresa produtora de celulosa.
Greenwashing
Greenwashing O ‘biomanual’ de Ence para lavar a súa imaxe en Galiza
Charlas sobre medio ambiente en colexios, escolas de xornalismo, barcos para confrarías, proxectos con universidades e publicidade para os medios. O xigante da celulosa empeza o curso financiando un imaxinario ficticio sobre a súa sustentabilidade.