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Censura
Robles Piquer, muerte de un censor franquista
La muerte de Carlos Robles Piquer ha tenido palabras de alabanza en los grandes medios estatales, pero ninguno habla de su responsabilidad en la censura franquista, donde recortó y prohibió obras como El Siglo de las Luces o Rayuela, y fue responsable de campaña publicitaria para justificar el fusilamiento de Julián Grimau.
El pasado viernes murió en Madrid Carlos Robles Piquer, a los 92 años. Seguramente, a mucha gente ni le suene el nombre. Desde finales de los años ochenta ocupó varios cargos lejos de la primera línea política estatal, como eurodiputado. Diplomático, político... desde la mayoría de la prensa de este país (El País, ABC y El Mundo...) se ha ensalzado su figura como “primer ministro de Educación de la Transición”, como uno de los impulsores de Alianza Popular (hoy Partido Popular). También su papel como secretario de Estado de Asuntos Exteriores con Adolfo Suárez, como el hombre que trajo el Guernica de Picasso a España. Asimismo, se han sacado a relucir sus diferentes medallas e insignias. Entre otras, obtuvo la Gran Cruz de Carlos III, las Grandes Cruces del Mérito Civil y Mérito Naval y la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio y del infante don Enrique El Navegante de Portugal.
Incluso el expresidente Aznar ha declarado: “Lamento muy profundamente el fallecimiento de Carlos Robles Piquer, del que quiero destacar su admirable carrera como servidor público y su contribución a la Transición democrática y a la consolidación de una gran fuerza política de centro-derecha reformista. Siempre admiré en él su vastísima cultura y su inquietud por el fomento de la cultura y el cultivo de las ideas”. Sin embargo toda esta prensa y partidos políticos se han negado a hablar de que, durante los años del tardofranquismo, Robles Piquer se dedicó a censurar la cultura que Aznar dice que tanto admiraba.
Él fue la persona dedicada a hacer el trabajo sucio a Fraga en la campaña publicitaria para justificar el fusilamiento de Julián Grimau
Entre 1962 y 1969, de la mano de Manuel Fraga (que era su cuñado, ya que estaba casada con su hermana, Elisa Fraga Iribarne), fue director general de Información y de Cultura Popular y Espectáculos. Desde dichas direcciones se dedicó a censurar tanto periódicos, como libros, obras de teatro, música y cine. Con la Ley Fraga de Prensa de 1966, (en la que se suprimió la censura previa, pero en cuyo segundo artículo delimitaba los límites de la “libertad de expresión”, cuya demarcación era tan ambigua que se dejaba a la total interpretación de las autoridades), se incoaron más de 1.270 expedientes hasta 1975 contra diarios, de los cuales la mitad acabaron en sanción. Muchos de estos expedientes fueron llevados a cabo por Robles Piquer, que apoyaba dicha Ley.
En estos años, también se censuraron varias obras del “boom” latinoamericano. Novelas como Rayuela, de Cortázar, escrita en 1967, o Los Nuestros, de Carlos Fuentes, escrita en 1966, sufrieron los tachones de la censura o no fueron publicadas hasta años después. Todo ello pasaba por las manos de Carlos Robles Piquer. De hecho, en México, tras no publicarse la obra de Fuentes, se acusó a España de “retornar a los métodos de la Inquisición”. Así describían los censores la obra El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, en 1964: “Se aprovecha toda oración para denigrar a la Iglesia con irreverencias y a España por su catolicismo. Como esto está repartido por toda la obra es difícil señalar páginas. Hay también descripciones obscenas. Por todo ello, nos parece que no es autorizable”.
También pasó lo mismo en teatro y cine. Autores como Arrabal y Alfonso Sastre vieron como muchas de sus obras no pudieron publicarse en nuestro país y películas de directores de fama mundial como Pasolini, Godard o Fellini no se pudieron ver en España hasta finales de los años setenta. Hasta un total de más de 500 películas fueron prohibidas durante los años de la dictadura y miles sufrieron los cortes de la censura. En cuanto a la música, se crearon centenares de listas negras y más de 4.000 canciones fueron censuradas en televisión y radio.
En 1981, 'El País' le llamaba “Jefe de la Censura” por haber sido censor durante la dictadura
Este trabajo de censura lo realizó Robles Piquer en los años sesenta, que tenía bajo su mando una Junta de Censura en la que había representantes de la Iglesia, del Ejército, Falange y otros estamentos. Para los censores, la cultura no debía tras pasar tres límites: chocar con la moral sexual, repugnar el dogma católico u ofender a sus representantes, socavar los principios políticos del régimen o atacar sus instituciones. Es decir, estaba prohibido todo aquello que cuestionara al franquismo, al Ejército, a la Iglesia Católica y su moralidad.
Él fue la persona dedicada a hacer el trabajo sucio a Fraga en la campaña publicitaria para justificar el fusilamiento de Julián Grimau. Lejos de arrepentirse o de pedir perdón por aquello, en sus memorias, Robles Piquer se llena de orgullo al recordar aquella campaña, ya que “todos los funcionarios entendieron lo que estaba en juego”. Y justificó su asesinato, diciendo que “Grimau no había sido aquel inocente que la propaganda comunista y sus compañeros de viaje estaban presentando”. Con los estudios históricos posteriores se ha analizado que incluso para la imparcial justicia franquista el juicio contra Grimau era ilegal (se le condenaba por delitos de la Guerra Civil, que habían prescrito seis años antes). Nunca renegó de su condición franquista, ni de sus principios ideológicos y religiosos reaccionarios.
De hecho, tampoco renegó de su papel de censor. Así contaba lo que hacía en una entrevista en La Razón en 2011: “Después de esa ley (la de Prensa de Fraga), como cuento en el libro, un editor, que llegaría a ser concejal socialista en un pueblo de León, presentó una antología del pensamiento marxista impecablemente bien hecha y por tanto peligrosa. Estaba todo lo discutible fuera y todo lo evidente dentro. Y a mí me pareció muy mal porque aquello era marxista-leninista y nos opusimos, pero el juez decidió que el señor tenía razón y nos tuvimos que aguantar”. En dicha entrevista se declaraba franquista cuando vivía Franco, un régimen al que consideraba “que no era desmontable mientras Franco estuviera vivo”, para después convertirse en demócrata en los años de la Transición. Un cambio de chaqueta.
“Grandes demócratas”
En los últimos años hemos visto como, a raíz de la muerte de varios de los prohombres de la Transición (Fraga o Suárez, por ejemplo), los grandes medios de comunicación se han dedicado a hacer simples alabanzas como “grandes demócratas”, sin hacer un balance de su etapa durante la dictadura franquista, donde la gran mayoría fueron altos cargos e incluso ministros de Franco y apoyaron y justificaron la represión franquista. Incluso durante los años de la Transición, fomentaron la violencia policial y de la extrema derecha contra la oposición política (La matanza de Vitoria de 1976, por ejemplo).
Carlos Robles Piquer no ha sido una excepción, y todos los grandes periódicos, radios o televisiones se han dedicado a alabarle, sin hacer una crítica de su papel durante el franquismo. En 1981, El País le llamaba “Jefe de la Censura” por haber sido censor durante la dictadura. ¿Qué ha pasado en los grandes medios de comunicación para que ahora Robles Piquer parezca casi un santo?
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Muy buen artículo, solo una cosita. Al parecer, Los Nuestros es de Luis Harss, no de Carlos Fuentes. Una compilación de entrevistas a varios representantes del boom cuando aún estaban en sus comienzos.
Con comprobar que participó muy activamente durante el régimen franquista (especialmente como censor) está todo dicho). En una hipotética balanza pesa más lo negativo que lo positivo.
yo no diría que era franquista, puesto que él se adaptó al R78 y se consideraba "demócrata", viene de una familia que ha gobernado durante todo el siglo XX, primero con la II república, con Franco y luego en Alianza Popular... creo que era cuñado de Fraga, o estaba casado con un familiar muy cercano de él
Como muchos,fraquista con Franc,demócrata en la democracia,republicanos en la república,lo que sea con tal de estar en el poder,trepas sin ideologia ni escrupulos.