Elecciones del 26 de mayo
Hay acuerdo en Madrid (y un largo camino que recorrer)

El acuerdo de la noche del 12 de abril entre Podemos, IU Madrid y Anticapitalistas no soluciona los problemas de la izquierda política madrileña pero cierra, al menos temporalmente, un largo ciclo de división.

Isa Serra 2
Isabel Serra. David F. Sabadell
Pablo Elorduy
13 abr 2019 14:45

Hay acuerdo en Madrid. Sobre la bocina, con suspense y rumores de último minuto de que todo estaba en un tris de romperse. Poco antes de la madrugada, Podemos, IU Madrid y Anticapitalistas anunciaban que concurrirán en la misma candidatura a las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo. Un alivio para algunas decenas de miles de madrileños, agobiados ante una circunstancia que, aunque en lo esencial se remonta años atrás, estalló este mes de enero, cuando Íñigo Errejón anunció su proyecto.

Isa Serra será cabeza de lista de la fusión fría alcanzada ayer que, tras la negociación, tendrá el kilométrico nombre de Unidas Podemos Izquierda Unida Madrid en Pie. Todo estaba bajo discusión. A priori, todo impedía el pacto: no solo el nombre —de ahí lo kilométrico— sino también la presencia de Serra, hasta hace algo más de un año integrada en Anticapitalistas y ahora confrontada con su anterior organización.

La disputa interna de IU Madrid, que se ha transformado en el tiempo, ha marcado las últimas horas previas al anuncio. La ruptura de la federación en 2015 sigue siendo un factor determinante para entender las suspicacias al planteamiento de pactos generales, tanto en el nivel regional como en el local. El acuerdo de la noche del 12 de abril, no obstante, no tiene solo un alcance electoral sino que puede ser el comienzo de una recomposición en todos los niveles de la izquierda madrileña. Lo lógico es que, al menos en campaña electoral, se presente de esa manera y no como la simple suma de debilidades ante un panorama demoscópico catastrófico para las opciones de todos.

No solo egos

A menudo se presentan las divisiones de la izquierda como el fruto de egos desmesurados, incapaces de ceder, que arrastran a militantes anónimos en sus proyectos personalistas. Ese relato reduce la complejidad del debate político real que se ha dado realmente en el ecosistema de la izquierda madrileña. Si el acuerdo de cara a las autonómicas ha sido complicado, hasta el punto de que ha podido no ser, es por toda una historia reciente y no tanto de desencuentros políticos de última hora.

El ejemplo claro es Izquierda Unida, una organización capaz de agregar a personas de toda la región, cuadros, currantes y activistas, que tiene, sin embargo, parte de su historia ligada al desarrollismo de la burbuja inmobiliaria. El “marxismo-ladrillismo” encarnado, en líneas generales (pero no solo) por Ángel Pérez y Moral Santín fue uno de los motivos de la salida de Espacio Alternativo, hoy Anticapitalistas, y del desencanto —posterior al desencanto con el Eurocomunismo de Carrillo— de una masa de sectores populares. Aquella que veía a IU, en el mejor de los casos, como una muleta para un PSOE que nunca ganaba las elecciones en la Comunidad —y si las ganó, ya se ocupó el empresariado de que no gobernase (caso Tamayo y Sáez)— y que, en los municipios donde gobernaba, apostó por el modelo inmobiliario de la burbuja y el crédito.

Crisis económica, 15M y Podemos fueron un revulsivo para esa Izquierda Unida que languideció durante un par de décadas. Sin embargo, la ambigüedad del último de los actores, Podemos, en su desembarco en la Comunidad de Madrid, dificultó un encuentro programático y real. Podemos se había hinchado de balón y no podía abarcar la construcción de una organización que desplazase a IU. El hecho es que, ante esa realidad, optó por ni siquiera intentarlo. La organización del siglo XXI se pensó como una estructura ágil, sin tantos cuadros y con muchos menos currantes y currantas, más como un partido marca que como una organización. La marca atrajo a un espacio dentro de IU llamada Convocatoria por Madrid —a última hora proclamaron que “siempre habían estado” contra las inercias de la coalición— y algo dentro de Izquierda Unida Madrid se volvió a romper.

Por su parte, Podemos obtuvo una representación amplia en la Asamblea de Madrid. Era un partido —y su nombre en las papeletas así lo atestiguaba— con un mínimo de cuatro sectores. A saber, el oficial, representado por Ramón Espinar; el “errejonista”, encarnado en el primer portavoz en la asamblea, José Manuel López; el de Anticapitalistas y afines, encabezado por Lorena Ruiz Huerta hasta la designación de Errejón como candidato en 2019, y el de Convocatoria por Madrid. Cuatro fracciones en la asamblea que daban una imagen fiel de lo que ocurre en muchos municipios: desconfianza, suspicacia, división.

Escisión, explosión y reagrupación

El castillo de naipes se deshizo el 17 de enero de este año. Una de las fracciones, dirigida por el que iba a ser candidato de Podemos en la Comunidad de Madrid —elegido en un proceso interno en el que Anticapitalistas no participó— se transformaba en escisión. Convocatoria por Madrid se sumaría porque a última hora proclamaron que “siempre habían estado” contra las inercias dentro de Podemos. Errejón se amarraba al mástil del “carmenismo” —la capacidad de arrastre de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena— y dejaba a Podemos dos opciones: o bien expulsarle o reconocer su subalternidad, plegar velas y aceptar que la organización en Madrid iba a funcionar en las coordenadas impuestas por Errejón. La solución ya se conoce.

La ruptura, no obstante, no tuvo una función curativa, no, al menos, hasta el acuerdo alcanzado este viernes. La carrera por el nombramiento de la sustituta de Errejón, finalmente Isa Serra, fue también la evidencia pública de que el caos organizativo era obvio para la opinión pública, y no solo un secreto a voces para entendidos e izquierdistas. Los puentes, que ya estaban rotos, entre aquellas fracciones, partidos y coaliciones que integraban la cosa llamada izquierda política madrileña —excluidos Más Madrid y PSOE—, no se podían recomponer solo bajo una demanda de “aparcar los egos”. Han sido necesarios varios encuentros, y que el proyecto municipal Madrid en Pie haya hecho su propio camino (y el aviso a navegantes que ha supuesto la poca participación de las bases de IU Madrid y Anticapitalistas en esas primarias), para que el desastre no se plasmara en las famosas “cuatro” papeletas en mayo de 2019.

Así las cosas, con la conciencia de que será el resultado de las elecciones generales del 28 de abril lo que determine el futuro inmediato del acuerdo alcanzado ayer, el trabajo por recorrer en la Comunidad de Madrid por ese espacio político acaba de comenzar. La desconfianza, la suspicacia y la división no se terminan con un nombre kilométrico, y la desconexión que aquéllas generan en los tejidos vivos de los barrios y municipios, tampoco. Independientemente del resultado de mayo, del electoralismo imperante, para que las candidaturas sean útiles es necesario que permitan —la mayoría de veces no interfiriendo— que las demandas de esos tejidos vivos se desarrollen y, finalmente, se reflejen en el trabajo legislativo y las políticas públicas de distritos, ciudades y pueblos.

Para eso, quizá sea necesario hacer un borrón y cuenta nueva de los periodos pasados, mirando sin demasiada ira hacia lo que hicieron los distintos espacios y afrontando la necesidad de que, independientemente de los resultados, el camino hacia una nueva fase de encuentro político será largo y fatigoso. Es una proposición tan inocente que no tiene pinta de que vaya a poder ser posible, y sin embargo, es lo que debe transpirar en las próximas semanas. Porque cualquier otro mensaje sonará tacticista y, en definitiva, triste.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Partidos políticos
El evitable ascenso de Vox en 2019

El año ha estado decisivamente marcado por la emergencia del partido de Santiago Abascal. Hasta cinco elecciones han puesto a prueba la crisis de representación que vive España.

Pista de aterrizaje
María ‘La Paparachi’: “Andalucía está hecha por los barrios y sus gentes”

A María Valencia, vecina del Polígono Sur de Sevilla, todo el mundo la conoce como ‘La Paparachi’. Hace teatro, tiene un libro de cocina y quiere escribir otro sobre su vida; participa en varias asociaciones del barrio y tiene dos programas de radio.

Badajoz
Y la extrema derecha volvió a entrar en Badajoz

Badajoz será, con el paso del tiempo, el prototipo de muestra en el que se inspiren las derechas que pueblan toda la península sobre la manera en que se hacen las cosas.

#33201
19/4/2019 14:55

Elourdy es el periodista empotrado en podemos.

1
1
#33129
17/4/2019 0:46

lo que no se puede hacer es votar al PSOE, porque votar PSOE es votar Ciudanos, van a pactar 100 por 100 seguro

2
3
#32976
14/4/2019 10:52

El silencio de los medios habla por sí mismo de la importancia del acuerdo.

3
3
#32967
14/4/2019 0:13

como ganen los de vox, vamos a echar de menos a los del PP

2
4
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto como el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Más noticias
Pontevedra
Ecoloxismo Unha investigación revela alta contaminación por nitratos en augas superficiais da comarca do Deza
Os resultados da análise de Ecoloxistas en Acción, con máis de 80 puntos de mostraxe, reflicten concentracións xeneralizadas e moi altas de NO3. Só o 19% das augas superficiais analizadas están “fóra de toda sospeita”.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Comunidad de Madrid
Violencias machistas Huelga en la red de atención a la violencia de género de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid el próximo 25N
Las trabajadoras de ambas redes se unen para reivindicar mejoras laborales y de atención a las mujeres víctimas en un paro de 24 horas. “Te sientes impotentes porque no puedes ayudar como deberías”, explican.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.

Recomendadas

Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.