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Conflictos bélicos
Los Estados gastan un 10% del PIB global en hacer del mundo un lugar más violento
“El mundo está en guerra. Hace unos años se me ocurrió decir que estamos viviendo la tercera guerra mundial a pedazos. Para mí, hoy se ha declarado la tercera guerra mundial”. Así hablaba ayer, 14 de junio, el papa Francisco en un encuentro con fieles de la Compañía de Jesús. Hoy, un informe le da la razón. El Índice de la Paz Global (IPG) mide la paz en tres ámbitos: la “seguridad” de las sociedades, su grado de militarización y la existencia de conflictos internos o externos. Para ello, se evalúan 23 indicadores que van desde el grado de suicidios, el gasto militar hasta las manifestaciones violentas.
Por decimocuarto año consecutivo, el nivel de paz en el mundo ha descendido. Sudán del Sur, Rusia, Yemen Afganistán y Siria marcan el top de países con menos paz, mientras que hay pocas novedades entre los países menos violentos.
Islandia sigue siendo el país que encabeza el ranking de la paz. Entre los diez primeros países, siete son europeos. Portugal se mantiene como el sexto país con menos violencia, España está en el 29º lugar, aunque asciende tres puestos en la anterior clasificación como consecuencia del momento político en el que se ha entrado en Catalunya.
En el informe destaca el impacto económico de la violencia en la economía mundial. El impacto de la violencia es el equivalente al 10% del producto mundial bruto o, lo que es lo mismo, 2.117 dólares por persona van destinados a alimentar la maquinaria de violencia. El incremento del año pasado, dicen los autores del IPG, fue de 1,3 billones de dólares (trillones, según la nomenclatura estadounidense), esto es de un 12,4% con respecto al año pasado. Por el contrario, el gasto en mantenimiento y fomento de la paz representa un 0,5% del gasto militar.
Los indicadores que permiten estimar el precio de la violencia son de tres tipos. Los costes directos incluyen las consecuencias sobre salud, justicia o seguridad; los costes indirectos calculan la bajada de productividad causada por la violencia y los efectos físicos y psicológicos de la exposición a la violencia, el efecto multiplicador es el último de los indicadores evalúa que el dinero destinado a armamento o a los tratamientos sanitarios por accidentes y ataques con armas detrae recursos de la salud, la inversión empresarial, la educación o las infraestructuras.
La guerra de Ucrania y el incremento de la capacidad de la OTAN requerido por Estados Unidos para cumplir sus objetivos ha influido en el aumento de presupuestos militares en Europa, pero no ha sido una excepción a la regla: solo 29 países redujeron el gasto militar en 2021, mientras que 132 lo aumentaron. El aumento el pasado año ha sido de un 18,8% sobre el gasto de 2020. Está previsto que, de cumplirse el compromiso de los países de la OTAN de aumentar el gasto militar el 2%, el conjunto del gasto militar mundial se incrementará un 7%.
El impacto también se mide por el aumento del número de personas desplazadas y refugiados, así como las pérdidas en términos de Producto Interior Bruto que acarrean los conflictos. Ese impacto ha sido estimado en 559.300 millones de dólares, y ha crecido un 27% en un año. El 80% de la economía de Siria o el 41% de la de Sudán del Sur está lastrada por la guerra. El coste económico de la violencia en los diez países de la parte baja de la clasificación es del 34%.
Militarismo
La conflictividad en el mundo aumentó un 244% en la pasada década y seguirá creciendo tras el covid-19
Algún dato positivo
Hay, sin embargo, reducciones positivas según el IPG, como la del número de soldados en el mundo, que ha bajado de 460 soldados por cada cien mil habitantes —los que había en 2008— a 389 en 2022. Asimismo, el porcentaje del PIB destinado a gasto militar cayó en América del Sur y Central, donde se produjo un descenso de el 18% y el 15%, respectivamente.
En la otra orilla, Estados Unidos ha seguido una dinámica de deterioro de la tranquilidad ininterrumpida desde 2008. El informe reporta un aumento del terrorismo —con casos como el de la escuela de Uvalde aun en la retina— y de la inestabilidad política. EE UU es el país que encabeza las exportaciones mundiales de armas: 30 de cada cien armas que se venden en el mundo proceden de ese país. En 2021 solo hubo 16 países en todo el planeta que no importaron armamento.