Protestas Cierre Nissan - 3
Protestas por el cierre de Nissan en la provincia de Barcelona el 29 de mayo de 2020. Sira Esclasans

La semana política
Estado profundo

Semana marcada por el cese del jefe de comandancia de la Guardia Civil y la presión sobre Fernando Grande-Marlaska, un hombre al servicio del Estado. Escalada retórica y aumento de la violencia en el ambiente. El Gobierno aprueba el Ingreso Mínimo Vital pero a partir de junio vuelven a estar permitidos los desahucios.
Pablo Elorduy
30 may 2020 06:28

Eran los noventa. Concretamente, 1994. Éramos tres buenos chicos con trazas impostadas de jóvenes macarras. Hacíamos pintadas que llamaban a la huelga. Casi al final de la noche, serían las cinco o las seis de la madrugada, oímos el derrape de un coche de policía. Salimos corriendo. Dos de nosotros nos pudimos esconder. Al tercero lo cogieron. Sin mediar palabra le metieron un puño en el ojo. En las semanas después lo veríamos evolucionar: del rojo filete al morado, del verde acelga al amarillo pálido del pómulo. Esa noche se lo llevaron en el coche patrulla. 

Sus padres, que venían de la lucha antifranquista, lo recogieron en comisaría sin hacer aspavientos. El caso coleó un tiempo. Fue denunciado y denunció brutalidad. Fuimos a declarar que éramos tres buenos chavales que se habían despertado de madrugada para hacer pintadas que llamaban a la huelga. Todo quedó empantanado entre las declaraciones de unos policías que declararon que habían temido por su vida y las de un adolescente al que le habían reventado el ojo por hacer pintadas. Seguramente el juez decidió que con el puñetazo ya había quedado claro el mensaje: tienes suerte de salir sin multas y con solo un ojo a la virulé. Bienvenido a la realidad. 

En los noventa, los medios del poder habían cortocircuitado toda posibilidad de que Felipe González perdiera más votos a su izquierda, desollando a Julio Anguita y cortando con cualquier crítica al modelo liberal. España entraba dando saltos y sin intención de causar molestias en el libre mercado europeo.

Más tarde leeríamos que el momento clave de la década había tenido lugar antes en los despachos que en las calles. Que el partido alfa, el hegemónico PSOE de González, no había valorado la posibilidad de que otro grupo político entrase en la sala de mandos del Estado. Hubo una campaña para considerar ilegítimo al nuevo Gobierno de Aznar, que era visto como un elemento sospechoso por los servicios secretos, la judicatura y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la columna vertebral de lo que hoy llamamos el Estado profundo. Sus medios afines se esforzaron en que ese nuevo presidente fuera rápidamente sustituido por una “figura de consenso”.

El arreglo de los recién llegados con esa estructura de poder en la sombra vino con el nombramiento de Eduardo Serra al frente de Defensa. El nuevo ministro, con pasado en la administración socialista, quedaba como guarda y custodio de los llamados papeles del Cesid: aquellos documentos en los que se detalla la relación de la inteligencia española y los cuerpos de seguridad con el terrorismo de Estado de los GAL. Se sellaba un pacto que, en lo esencial, ha durado hasta hoy. Atado y bien atado, ta, ta, ta.

2020, guerra jurídica

En 2020, el ensueño de un Gobierno de concentración ─cualquier Gobierno menos el que forman la primera y la cuarta fuerza más votadas─ aflora en casi cualquier emisora o periódico. “Las derechas están muy próximas al Rey y están apostando por un Gobierno de unidad nacional, que acabe con esa cosa rara que es el Gobierno de coalición, que es muy poco Estado, y que una parte del Estado percibe como un Gobierno 'okupa'. Este Gobierno no le mola a una parte importante del Estado profundo”. La cita es una respuesta de Guillem Martínez en una entrevista publicada en la revista asturiana Nortes. 

Suspendidas temporalmente las guerras de dosieres ─el que fuera su capitán general, José Villarejo, está en la cárcel y hay que suponer que reserva la munición que le quede para no estar en prisión mucho más tiempo─ queda el lenguaje viciado de los informes policiales y los editoriales incendiarios. Y en primer lugar el lawfare, la judicialización de cualquier iniciativa política fuera del consenso del 78.

Hay una novedad en esa mezcla de bulos, informaciones no contrastadas y estados de ánimo: el hecho de que afecte y se dirija contra el ministro de Interior

Esta semana, undécima del estado de alarma, un informe elaborado por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil, en la “Operación Sanitario” que ha resultado en la imputación del delegado de Gobierno en Madrid, ha servido para levantar de nuevo algunos velos sobre la presencia siempre inquietante del “Estado profundo” en la vida política.

Nada nuevo para quien ha seguido casos como el sumario del Procés ─y el uso del documento Enfocats─ o el caso Alsasua: informes con más sentimiento que pruebas, que predisponen al razonamiento circular. Pero hay una novedad en esa mezcla de bulos, informaciones no contrastadas y estados de ánimo arrojados sobre la mesa de una jueza para que estire el chicle hasta donde pueda: el hecho de que una insubordinación torpe (como torpe es un documento cosido con cuatro datos incorrectos y un par de bulos) afecte y se dirija al ministro de Interior. 

8 de marzo
Testigos del informe de la Guardia Civil: “Mi declaración se ha tergiversado”
Dos de los cinco integrantes de CGT que aparecen en el informe de la Guardia Civil que culpa al Gobierno de no haber tomado medidas pese a conocer la situación de emergencia por el coronavirus aseguran que se han manipulado sus declaraciones. El sindicato estudia emprender acciones legales por lo que considera un “montaje” para desacreditar al movimiento feminista.


“He defendido a cientos de personas que han denunciado torturas con Grande Marlaska como juez instructor. Solo en un caso conseguí que se repitiera una declaración”, explicaba la abogada Amaia Izko al periodista Alejandro Torrús en 2018. Marlaska, el primer juez que envió a Arnaldo Otegi a prisión, el que dictaminó que la responsabilidad del accidente Yak-42 no correspondía a Defensa, quien abrió juicio oral por injurias a la corona a los dibujantes de El Jueves, el mismo que envió a prisión provisional a 40 jóvenes vascos absueltos dos años después por la Audiencia Nacional, etc, etc. Si ese Marlaska es enemigo del orden y la ley, si es el blanco de los ataques no ya de Vox sino de la comandancia de la Guardia Civil, es que, o bien a los poderes no electos se les está yendo la olla definitivamente o bien estamos ante un movimiento que pretende sacar al PSOE —y no solo a Pedro Sánchez— de los resortes no ya del Gobierno, sino del Estado (es decir, se les ha ido la olla completamente). 

Altsasu -manifestación 24 de marzo
Miles de personas se manifestaron el 24 de marzo de 2019 en Altsasu para protestar por la condena de entre dos y 13 años de cárcel a ocho jóvenes a causa de una pelea de bar con guardias civiles de paisano. Gessamí Forner

el viento antes de la tormenta

La polarización, el desquiciante ruido en las redes sociales y el efecto de retroalimentación que ha tenido ese informe de la Guardia Civil destinado a debilitar al PSOE quizá solo sea el viento que precede a la tormenta. Un viento que a veces acaricia como una suave brisa al Gobierno de Coalición, que puede relajarse mientras la retórica del golpismo sea eso, pura retórica. 

Un respiro: ayer, viernes 29 de mayo, se presentó por fin el Ingreso Mínimo Vital, que debe sacar a cerca de un millón de personas de las peores situaciones de pobreza

No obstante, ese ruido, por momentos ensordecedor, tapa la realidad de una crisis que va quemando etapas antes de lo previsto. El Boletín Oficial del Estado del 23 de mayo eliminaba la suspensión de los desalojos de vivienda decretada con el estado de alarma. Desde el 4 de junio vuelven los desahucios. El 28 de mayo llegaba otro trueno: en diciembre, Nissan cierra su planta de Barcelona, la más grande de las que tiene en España, de hecho la única que produce coches. Es una rotura del 1% del PIB de Catalunya, en uno de los sectores a priori menos amenazados por la crisis. No han servido las promesas de nuevas subvenciones, como tampoco el chorro de millones inyectado en subvenciones ha servido para que la multinacional Alcoa anunciara otro cierre esta semana. 

La agitación de los “cayetanos” y el aroma a golpismo es apenas una señal de la problemática que espera. Un respiro: ayer, viernes 29 de mayo, se presentó por fin el Ingreso Mínimo Vital, que debe sacar a cerca de un millón de personas de las peores situaciones de pobreza. Una medida que pone de acuerdo a ocho de cada diez personas. Un derecho que debe ir seguido de otros.

Las nubes para la tormenta del paro se juntan y prometen descargar en otoño. Sin un plan de transformación integral de la economía, los 77.000 millones a fondo perdido que la Comisión Europea ha aprobado poner a disposición de España, y que no llegarán hasta 2021, apenas servirán para cubrir las primeras medidas aprobadas durante esta crisis.

Incluso si tuviera ese plan, el Gobierno se enfrenta a la perspectiva de un ajuste con mayúsculas, un ajuste que puede venir bien por el puro recorte social ─salida fácil, suicidio político─ o bien por una rebaja de las expectativas de beneficio que afectará, y esto es nuevo, no solo a las grandes fortunas sino a los pequeños y medianos rentistas inmobiliarios. Una clase que está vinculada íntimamente al capital financiero de los Blackstone, BlackRock o Goldman Sachs, en una doble relación de dependencia y competencia.

Cualquier intervención sobre el mercado de la vivienda, por fuerza, ya no es un enfrentamiento entre ideologías sino entre dos realidades sociales. Esto supondrá a corto otro problema de supervivencia para el Gobierno en cuanto el ataque a esos pequeños rentistas ha sido algo inconcebible para la política en España.

Detener la tendencia que ha hecho que los precios de los alquileres aumenten un 50% en los últimos cinco años, según el Banco de España, implica ese enfrentamiento, indisociable y simultáneo a la disputa por llevar la democracia a la estructuras del Estado copadas por un poder en la sombra que no es blanco ni negro ni tiene color… salvo cuando se siente amenazado. Y ahora se siente amenazado.

No se tratará ya de la vampirización de la bandera o de los zarpazos que puedan dar todavía las cloacas del Estado, sino del enfrentamiento por ampliar la democracia sobre bases materiales: renta básica, vivienda como un derecho, un sistema público de cuidados y todo ello bajo el nuevo paradigma de sostenibilidad ambiental. El enfrentamiento que se prefiguró con esa entrada dando saltos en la UE del Tratado de Maastricht. Un conflicto de época, que se tendrá que dar más en la calle que en el Parlamento; menos soterrado que en los 90 pero, a cambio, en mitad de un ruido ensordecedor. Un ruido en el que, por momentos, se distingue el sonido ronco de algún sable.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
#62234
2/6/2020 12:13

Da coraje e impotencia que hablen de "bulos" aquellos los medios mamporreros del gobierno... cabrea, mucho. Que quien miente acuse de mentir a otros es algo que me cuesta mucho soportar, ésta hipocresía y éste sectarismo son insoportables...

4
2
#62233
2/6/2020 12:11

Las cloacas del estado a día de hoy están formadas por El Cloacas y Marlaska. Otro artículo acrítico con el gobierno, y extremadamente sectario. Contribuyendo al encanallamiento de la política, estáis haciendo bueno a Franco, honestamente cada vez entiendo mejor su "obsesión" contra el marxismo y la masonería, no debería ser un tabú preguntarse ¿qué es peor, lo que hizo Franco, o aquello de lo que nos libro?. En países ex soviéticos es visto como un referente en la lucha contra el comunismo y la masonería. Es que basta con ver a ésta prensa, éstos medios, éste nuevo orden abominable, y luego ver a Franco, y parecer casi un santo... Qué hartazgo de periodismo al servicio del poder y de las élites que encima se hacen pasar por medio independiente y/o disidente. Estámos en una guerra cultural, y parece que queréis incitar a algo más, ya se vieron las provocaciones de El Cloacas. Vuestros tentáculos hermanos monitorizan las redes, censuran lo que no les interesa y sobredimensionan lo que sí, el nivel de deshonestidad y maldad que atesoráis parece algo sobrenatural. Dejad de hacer bueno a Franco, cada vez que lo mencionáis le hacéis más bueno.

3
5
#62229
2/6/2020 11:33

O se afronta ahora el “derribo” del “Estado profundo” aunque sea poco a poco, pero con determinación y valentía, o nos quedan otros cuarenta años de involución, miedo y sobresaltos.

18
2
#62244
2/6/2020 13:08

La segunda opción. Porque la primera, desafortunadamente, es imposible. Tampoco si el PSOE quisiera.

0
0
#62084
30/5/2020 17:00

Pero si nuestro ministro del interior es tan cabronazo como los de Rajoy! No os metáis con él!

Esto era lo de asaltar los cielos?

15
19
#62278
3/6/2020 0:16

Hay que aprender a leer más allá de los primeros párrafos.

3
2
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.
Comunidad de Madrid
Fin a la privatización Un tsunami marcha por Madrid por la gestión totalmente pública de los servicios a la ciudadanía
La plataforma Tsunami por los Servicios Públicos nace este domingo para aglutinar a decenas de organizaciones sociales que quieren hacer frente al “modelo neoliberal de destrucción masiva de los derechos humanos y sociales”.
Opinión
Opinión ‘Severance’ o la decadencia audiovisual de Estados Unidos
La segunda temporada de la serie estrella de Apple TV abandona el conflicto laboral y se centra en el amor como principal eje argumental.
México
Hallazgo en Teuchitlán Crisis de desaparecidos en México: los buscadores, entre el narco y las omisiones del Estado
El hallazgo del cementerio clandestino en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a todo México. El país que vive una crisis por la desaparición de más de 120 mil personas, que en 18 años solo han aumentado frente a una pasmosa impunidad.

Últimas

Medio ambiente
Medio ambiente Galiza volve á rúa contra Altri, Greenalia e a celulosa da Xunta: o desastre natural en cifras
Espérase que centos de embarcacións e decenas de miles de persoas participen nunha manifestación este sábado na Pobra do Caramiñal, un dos concellos da ría de Arousa, onde desemboca o río Ulla, o máis afectado pola fábrica de celulosa.
Tribuna
Tribuna Carta aberta a José Soares de Pina, CEO de Altri: “Paren este proxecto que Galicia nin quere nin necesita”
Os argumentos para apoiar o que dicimos son moitos. Situaríanse nun terreo no bordo da ZEC Serra do Careón; provocarían un novo ciclo de plantación masiva de eucalipto ou de importación de países do Sur; e o máis importante: non teñen licenza social.
Sanidad pública
Aragón La Atención Primaria de Zaragoza, en huelga
Los sindicatos convocantes denuncian el ‘decretazo’ autonómico, por ofrecer más servicios a la ciudadanía sin aumentar el personal contratado. Hay convocado un segundo día de paros el próximo 31 de marzo.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo reclama al Ayuntamiento de Madrid que cierre y sancione los 15.200 pisos turísticos ilegales
El Ministerio de Derechos Sociales y Consumo, que dirige Pablo Bustinduy, entrega un listado de los 15.200 pisos turísticos sin licencia que operan en Madrid y pide a Martínez-Almeida que actúe contra ellos y sus propietarios.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Represión La Policía cita a seis activistas que participaron en el escrache a Espinosa de los Monteros en la Complutense
Acusan de delito de odio a activistas que participaron en una protesta en la Facultad de Políticas contra el exportavoz parlamentario de Vox. Fueron citados por la Policía el pasado 21 de marzo, más de un mes después del escrache.
Ni hablar
Ni hablar La clase obrera no va al paraíso
La explotación se aligera con el relato torticero de la explotación y de los héroes del capital, y con la asunción íntima de que capitalismo y democracia son conceptos sinonímicos.
Opinión
Opinión Los eufemismos y el gasto militar
Los profesionales en la confección de los mensajes políticos y manipulación de la opinión pública han debido apreciar que el termino “rearme” era demasiado explícito y contundente y que podría provocar cierto rechazo.
Opinión
Opinión El último capítulo del genocidio
Israel ha comenzado la fase final de su genocidio. Los palestinos se ven obligados a elegir entre la muerte o la deportación. Lo que estamos presenciando eclipsa todos los ataques históricos contra los palestinos.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Milleiros de persoas enchen A Pobra do Caramiñal para berrar contra a celulosa de Altri e a mina de Touro
Unha grande multitude por terra e centos de embarcacións por mar esíxenlle ao Goberno de Alfonso Rueda que “recúe” ante o potencial desastre ambiental que sobrevoa Galiza.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un rayo de esperanza tras cinco años de los protocolos de la vergüenza
A punto de prescribir los posibles delitos, un avance judicial abre la puerta a conocer quién decidió no derivar a hospitales a ancianos en residencias en la Comunidad de Madrid.
Medio ambiente
Oliver Franklin-Wallis “La industria de los residuos deja una cicatriz enorme en nuestro planeta”
El periodista británico Oliver Franklin-Wallis recorre en ‘Vertedero’ (Capitán Swing, 2024) las prácticas ocultas de la industria de residuos, exponiendo el papel de las grandes corporaciones, en connivencia con autoridades e instituciones públicas.
Siria
Siria Siria, de la euforia por el fin del régimen al examen de la transición
Las matanzas en el litoral sirio y las dudas acerca de las nuevas autoridades dejan atrás la alegría por la caída de al Asad y enfrían el aniversario de la revolución, el primero tras la huida del dictador.