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Maternidad
“La jerarquía hospitalaria dificulta el parto normalizado”
Isabel Zabalza Goñi (Pamplona, 1984) matrona de Loratzen, un centro sanitario dedicado al acompañamiento de la mujer y la pareja, critica las políticas obstétricas y denuncia la falta de apoyo público al parto en casa.
Isabel Zabalza Goñi, hija de agricultores, nació en 1964 en el pamplonés barrio rural de la Magdalena. La mayoría de sus ocho hermanas vive del campo. Ella estudió enfermería y se fue a trabajar al Hospital de La Paz de Madrid. Luego se formó en Cuba, referente mundial en atención primaria. Pasó tres años en Mozambique con Médicos sin Fronteras, recién acabada la guerra civil. La mortalidad infantil y la pobreza extrema que vio la llevaron a formarse como matrona en Inglaterra. Más tarde puso sus conocimientos al servicio de las comunidades zapatistas en Chiapas y, a la vuelta, trabajó en el Hospital Virgen del Camino de Pamplona pero, desencantada con su política obstétrica, decidió montar su propia consulta de preparación.
¿Por qué te hiciste matrona?
No hay una razón especial pero sí un momento, en África, que fue decisivo. Fue por una mujer que trajeron en una camilla artesanal. El bebe asomaba la cabeza y estaba muerto: no había podido hacer el giro completo, lo que se llama una distocia de hombros. La madre sobrevivió, pero su cara de tristeza en los días siguientes me dejó una huella profunda.
No trabajas en la sanidad pública...
La defiendo, pero tienen que cambiar muchas cosas y creo que aporto más desde otro lugar.
¿Qué pasó?
Cuando volví de México en 2005 me puse a trabajar en el Hospital de Navarra y me encontré con que a la madre se le daba una hoja en la que tenía que dar su consentimiento al profesional para que hiciera lo que considerase oportuno. Se le pedía que delegara toda responsabilidad, se le negaba la autonomía y no se respetaba su ritmo. No tenía nada que ver con la formación que yo había recibido ni con mi experiencia. Intercalé el trabajo con colaboraciones en los campamentos saharauis y en Guinea Ecuatorial, pero no conseguí adaptarme y en 2011 lo dejé todo.
¿No han cambiado las cosas?
Se ha avanzado, sobre todo gracias al Observatorio de la Mujer y a las asociaciones El parto es nuestro y Nacer en casa. Es verdad que hay menos medicalización que, por otra parte, nadie niega que salve vidas. Hay menos cesáreas, episiotomías, oxitocina, epidural, y está atenuándose la violencia obstétrica, es decir, el trato es más humanizado, pero se siguen aplicando protocolos que la Organización Mundial de la Salud ha aclarado que no responden a la evidencia científica. Los acompañamientos respetuosos son la norma en la mayoría de nacimientos del Hospital de Navarra, pero en Tudela o Estella se va más despacio. En Bizkaia y Gipuzkoa tienen más alternativas: hay hospitales mejor equipados, con piscina y mejores ratio matrona/mujer, lo cual facilita una atención más cercana.
¿Cuál es la alternativa?
Lo ideal es garantizar un parto respetuoso. Que la mujer pueda decidir dónde, cómo y con quién desea dar a luz.
¿Y eso qué supone?
La sanidad pública tiene que ofrecer la posibilidad de parir donde se quiera, como recomienda la OMS. Ahora el seguimiento y la posibilidad de hacerlo con matrona en casa es privado. Varios países europeos ofrecen tres espacios para parir: la casa, los centros habilitados para el parto llamados casas de nacimiento o el hospital. La presencia médica tiene que darse cuando el parto deje de ser normal. El parto en casa es tan seguro como el parto hospitalario, siempre que el embarazo sea de bajo riesgo, no sea prematuro, se esté cerca de un hospital y haya atención profesional. Es más, cuando no es el primer parto, los resultados son mejores que los hospitalarios.
¿Se caricaturiza a las parteras empíricas?
Aquí no pueden ejercer, las organizaciones internacionales tampoco las recomiendan, salvo en partes del mundo donde no hay posibilidades de formación y regulación de la profesión. Históricamente, su actividad ha sido muy cuestionada, pero en algunos países se está haciendo un gran esfuerzo para facilitarles su formación y que puedan convertirse en profesionales con base científica.
En noviembre, a raíz del fallecimiento de un bebé cuya madre decidió parir en casa, el jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces dijo que “dar a luz en tu domicilio es jugártela, carece de todo sentido”.
Es un juicio moral porque carece de soporte científico y, en el contexto de una desgracia como esta, muy injusto con la madre. También mueren bebés durante los partos en los hospitales, todos los años y en todos los sitios. Pero en esos casos la prensa no trata la noticia de manera sensacionalista y culpabilizadora. No hay ningún estudio que haya acreditado que la mortalidad neonatal, la que se produce durante los primeros 28 días de vida, sea mayor en los partos en casa que en los partos hospitalarios. Eso es lo relevante.
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https://vimeo.com/68196686
Un video inspirado en el libro "Por un nacimiento sin violencia"
El autor fue un médico francés, Laboyer, que se ha interesó por disminuir en el niño el trauma del nacimiento. Laboyer plantea ¿quien ha pensadoen evitarle al niño la tortura de su primer contacto con el mundo? La hiriente luz, los agudos sonidos, la brusca entrada del aire en los pulmones, el vértigo, el frío, el contacto con la ropa o telas e incluso con metales (cuando lo que necesita es el contacto de todo su cuerpo con el cuerpo de la madre)... todos estos son suplicios innecesarios de un sistema sanitario opresivo, ideado desde el poder. Apartar al niño de la madre, con la excusa de medirle y pesarle, etc. es lo que de hecho puede asegurar enfermedades, inmunodeficiencias o o trastornos psicológicos en el futuro. Aplicarle liquidos médicos en los ojos abiertos a la fuerza es directamente una tortura propia de sádicos.
En su obra el doctor Laboyer sugiere un nuevo método para ayudar al niño a nacer disminuyéndo su sufrimiento. Siguiendo su sistema, a los pocos minutos del parto, el recién nacido abre los ojos, sedespereza, juega con sus manos, sonríe y se duerme placidamente.
Cuando un niño llega al mundo, lo primero que hace es llorar, ¿acaso el llanto del recién nacido no es un símbolo de dolor? Ante el llanto los asistentes: ¡llore! ¡llore! Exclama alguien; por que para ellos el llanto es símbolo de bienestar; indica que el cuerpo esta funcionando bien. Pero recordemos que el hombre no es solo un cuerpo. El llanto es la expresión del sufrimiento; sin embargo nadie se preocupa por esto y aun mas el niño es tratado casi como un objeto. Hay que hacerle una serie de procedimientos de rutina sin pensar en lo que él está sintiendo. ¿Por qué?
Yo creo que disponemos de hospitales y tecnologia y es ridiculo jugartela intentando un parto en casa. Si hay complicaciones ( porque siempre hay una posibilitdad) tienes que esperar al translado al hospital. Y puede se prejidicial para ti y sobretodo para el niño. Hay un porcentaje importante de niños con descapacidades a causa de la tardancia de intervención y del traslado a hospitales mejor preparados. Asi que no solo opino que sea mejor parir en un hospital, sinonque habria que eligir uno bieno con bienos equipos de infantil y neonatal por si algo va mal... Sino cargarás en tu conciencia con los problemas de tu hijo por toda la vida... Obviamente seria ideal que los hospitales fueran respectuosos pero si debo elegir yo prefiero que me "violen" a este punto.