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Residuos
Tenemos microplásticos en los testículos
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
El material plástico nos rodea, hasta límites insospechados. Si es ya conocido el hecho de que el registro fósil de nuestra era se podría diferenciar debido a la cantidad de plástico existente en el medio ambiente, el ser humano parece no ser consciente de la ingente cantidad de material plástico que tenemos alrededor, partículas que penetran en lugares que jamás hubiésemos pensado.
Residuos
Contaminación Hallan 240.000 partículas nanoplásticas en un solo litro de agua embotellada
Nos vestimos con prendas hechas de poliéster, un polímero que ya supone más de la mitad de las fibras totales de toda la industria textil global; comemos en tuppers de polipropileno (PP); sacamos la comida de envases de polietileno de alta densidad (HDPE) y bebemos líquidos de botellas de tereftalato de polietileno, más conocido como PET, uno de los termoplásticos más resistentes, utilizado por ejemplo en la fabricación de botellas.
Esos materiales, omnipresentes, se descomponen, y como señalaba a El Salto el doctor Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada y médico en el Hospital Clínico San Cecilio de dicha ciudad, “el medio ambiente de tu casa son fundamentalmente micropartículas y la mayoría del polvo de tu casa hoy es plástico”.
“Estos hallazgos resaltan la presencia generalizada de microplásticos en el sistema reproductivo masculino con posibles consecuencias en la fertilidad masculina”, concluye el equipo investigador
Los seres humanos no tenemos una barrera invisible para frenar esas partículas: entran en nuestro cuerpo por vía oral o nasal. Si conocer que han llegado hasta la placenta humana, como destapó un estudio italiano en 2021 —lo llamaron Plasticenta— y Olea, especializado en los efectos de las sustancias químicos en la salud humana, ha repetido en numerosas ocasiones que “los niños españoles mean todos los días plástico en la orina”, un estudio publicado ahora ha encontrado microplásticos —partículas de un tamaño entre de 0,1 a 100 micras (μm)— y nanoplásticos —de 0,001 a 0,1 μm— en testículos de dos tipo de mamíferos: perros y humanos.
“Cuantificamos 12 tipos de microplásticos en 47 testículos caninos y 23 humanos”, indican los autores del estudio, una decena de científicos de la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, EE UU). Esas cifras suponen la totalidad de la muestra de testículos analizada, lo que deja poco lugar a dudas de la presencia de estos en la población.
De los polímeros a la fertilidad
Desde hace años existen estudios sobre la presencia de micro y nanoplásticos en el sistema reproductivo hechos con el fin de analizar cómo afectan estos a la fertilidad humana. Sin embargo, como destaca el equipo investigador, “existe información limitada sobre los microplásticos dentro del sistema reproductivo humano y sus posibles consecuencias en la calidad del esperma”. Por ello, el objetivo de la investigación era “cuantificar y caracterizar la prevalencia y composición de los microplásticos en los testículos caninos y humanos e investigar posibles asociaciones con el recuento de espermatozoides y el peso de los testículos y el epidídimo”.
La calidad del esperma, medida mediante la concentración de espermatozoides, ha bajado a la mitad entre 1973 y 2018
Numerosos estudios vienen alertando del descenso de la calidad del esperma en los machos humanos. En 2022, un estudio recopiló toda una serie de investigaciones previas y se basó en trabajos realizados en 53 países de los cinco continentes para obtener sus conclusiones. No fueron buenas: la calidad del esperma, medida mediante la concentración de espermatozoides, ha bajado a la mitad entre 1973 y 2018. Y la previsión es peor. “Los datos sugieren que este declive mundial continúa en el siglo XXI a un ritmo acelerado. Se necesitan con urgencia investigaciones sobre las causas de este continuo declive y acciones para prevenir mayores alteraciones de la salud reproductiva masculina”, señalaban los integrantes del equipo responsable del trabajo, adscritos a centros universitarios de media docena de países.
En el análisis publicado ahora, el equipo de Nuevo México investigó la asociación de los microplásticos con las funciones reproductivas aplicando análisis estadísticos, “incluidos análisis descriptivos, análisis correlacionales y análisis de regresión lineal multivariados”. Si bien los datos revelaron la presencia de microplásticos en todos los testículos analizados, esta tuvo una variabilidad interindividual significativa. “Los niveles medios de microplásticos totales fueron 122,63 µg/g en perros y 328,44 µg/g en humanos”, apuntan los investigadores, indicando que tanto los humanos como los caninos exhiben proporciones relativamente similares de los principales tipos de polímeros, siendo el polietileno (PE) —utilizado en bolsas de plástico, papel film, envases de alimentos y detergentes, y hasta en pañales— el dominante.
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Salud Plasticenta: parimos plástico
“Además, se observó una correlación negativa entre polímeros específicos como policloruro de vinilo (PVC, con usos que van desde la elaboración de ventanas hasta el envasado o tuberías) y PET, y el peso normalizado de los testículos”, señalan.
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Aunque el equipo de la Universidad de Nuevo México mantiene la necesidad de una mayor investigación para demostrar que las partículas plásticas disminuyen la calidad del esperma en perros y humanos, afirma que “estos hallazgos resaltan la presencia generalizada de microplásticos en el sistema reproductivo masculino, tanto en los testículos caninos como en los humanos, con posibles consecuencias en la fertilidad masculina”.