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Violencia machista
Cinco claves sobre la estrategia contra las violencias machistas que ha presentado el Ministerio de Igualdad
El Ministerio de Igualdad ha presentado esta semana la Estrategia Estatal para combatir las violencias machistas 2022-2025, un instrumento de ordenación de todas las actuaciones de las políticas públicas destinadas a prevenir estas violencias que contempla 266 medidas en cuatro ejes y más de 2.000 millones de euros de presupuesto.
Con la publicación de este plan, presentado el martes 17 de enero por la ministra de Igualdad, Irene Montero, la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez Pam, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, se materializa una estrategia que fue aprobada por el Consejo de Ministros el 22 de noviembre de 2022, pero en la que el Ministerio ha venido trabajando desde antes.
El documento se presenta después de que, en el mes de diciembre, se activara por primera vez el comité de crisis ante la alerta por la acumulación de feminicidios cometidos en el ámbito de la pareja o expareja.
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Contra todas las violencias
La Estrategia Estatal para combatir las violencias machistas 2022-2025 es la segunda estrategia estatal de estas características que existe. El único antecedente es la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer 2013-2016.
Sin embargo, el plan presentado esta semana por el Ministerio de Igualdad es el único que aborda todos los tipos de violencia machista, ya que el anterior —previo a la ley de libertad sexual, la reforma de la ley del aborto o el Pacto de Estado contra la Violencia de Género que han supuesto un cambio del enfoque de las políticas públicas contra la violencia machista— ponía el foco en la violencia de género que se produce en el ámbito de la pareja y la expareja.
En el proceso participativo que ha servido para elaborar este documento se han constituido grupos de trabajo específicos sobre mutilación genital femenina, violencia obstétrica así como violencia sexual y trata. Además, se han celebrado mesas sobre educación, medios, masciulinidades, ciberacoso, victimización secundaria, coordinación de recursos, reparación, violencia vicaria y mujeres supervivientes, tal y como explicó este martes Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, todo ello con el objetivo de ampliar el foco a todas las violencias.
“Si no acabamos con el machismo no podremos acabar con la violencia contra las mujeres”, justificaba Irene Montero para explicar que la estrategia apueste por incluir varias medidas dirigidas a hombres
Este enfoque oye las recomendaciones del Grupo de Expertos en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (GREVIO) que, en su informe de 2020, anima a las autoridades españolas a mejorar la implementación del Convenio de Estambul —el tratado europeo que marca las directrices para actuar contra las violencias de género— “en relación con aquellas formas de violencia que reciben en este momento menos atención en la legislación, las políticas públicas y programas españoles”. El informe pide poner especial atención a “la violencia sexual, el acoso sexual, el matrimonio forzoso, la mutilación genital femenina y el aborto o esterilización forzosos”.
Más de 2.000 millones
La segunda clave de esta estrategia es presupuestaria. La estrategia irá acompañada de un presupuesto de 2.308 millones de euros cuatro años. En 2023, serán un total de 320 millones los destinados a la lucha contra las violencias machistas.
El Ministerio de Igualdad explicó durante la presentación que esto supone más del 56% del presupuesto del Ministerio, lo que según Rodríguez Pam,compromete toda la estructura del ministerio en la lucha contra estas violencias.
Y, aunque el Ministerio lidera la puesta en marcha de las medidas y la cantidad del presupuesto que se destina a ello, las cifras incluyen también a otros ministerios, sobre todo al de Interior y Trabajo, explicaron.
El foco también en ellos
Las medidas están estructuradas en cuatro ejes: actualización y consolidación del marco de responsabilidades y obligaciones de los poderes públicos; sensibilización, prevención y detección de las distintas formas de violencia machista; protección, seguridad, atención y reparación integral; y, por último, una respuesta coordinada y multiagencia para la protección y garantía de los derechos.
El segundo eje incluye un apartado específico de masculinidades, una línea de trabajo en la que el Ministerio viene trabajando desde que en octubre de 2020 empezó a planificar lo que entonces iba a ser la Estrategia 2021-2023. “Si no acabamos con el machismo no podremos acabar con la violencia contra las mujeres”, justificaba Irene Montero este martes.
El 10 de septiembre de 2020, durante la rueda de prensa en la que se presentaba la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer elaborada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, el ministerio anunció que había comenzado a trabajar en la estrategia que serviría de hoja de ruta a partir de 2021 y que complementaría el Pacto de Estado. Entonces, Igualdad fijaba como estratégica una línea de trabajo específica orientada a niños, adolescentes y hombres adultos.
Entre las medidas en este sentido está la realización de encuestas dirigidas a obtener datos estadísticos sobre la percepción de los hombres con respecto a diferentes aspectos de las violencias machistas o la consolidación, refuerzo y seguimiento de los talleres y programas de intervención para hombres condenados, entre otras.
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Una estrategia paraguas
Esta estrategia constituye un instrumento de planificación y ordenación de todas las actuaciones de las políticas públicas destinadas a prevenir y combatir todas las violencias contra las mujeres y en ese sentido Igualdad lo entiende como una forma de ordenar políticas que ya existen y que, en ese sentido, sirve de paraguas para diferentes políticas públicas.
Además, debe servir para coordinar por un los tres niveles de la administración —local, autonómico y estatal—, y por otro lado, a los diferentes organismos implicados en la luchas contra la violencia machista. Para ello, el documento atribuye la responsabilidad de cada medida al organismo correspondiente.
El Ministerio espera que esta estrategia posibilite no solo poner en marcha políticas públicas sino también hacer un seguimiento de ellas. Rodríguez Pam explicaba en la presentación que los 80 millones transferidos a las Comunidades Autónomas de los Presupuestos Generales del Estado para dar cumplimiento a las medidas Pacto de Estado no siempre son fáciles de rastrear, o no con la minuciosidad esperada, algo que esta estrategia tiene el reto de solventar.
Una nueva foto de la violencia
Contemplar todas las formas de violencia machista que recoge el Convenio de Estambul es uno de los objetivos de esta estrategia y una de las recomendaciones del GREVIO a España. Según este convenio, son formas de violencia machista la violencia física, psicológica y sexual, incluida la violación; la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada.
Sin embargo, la estrategia presentada por el ministerio pretende no solo incluir estas violencias sino adaptar la lucha contra las violencias machistas a una nueva situación: “Aunque la violencia es la misma, la foto no es la misma hora que en 2004 [año de aprobación de la Ley Integral contra la violencia de género]”, según Rodríguez Pam.
Así, las medidas de la estrategia incluyen la violencia vicaria y el síndrome de alienación parental con, por ejemplo, formación para operadores judiciales ya que es a través de los juzgados como se impone este falso síndrome que acusa a las madres de alienar a sus hijos contra padres maltratados, muchas veces con consecuencias irreversibles para las madres.
Las medidas de la estrategia incluyen actuaciones contra la violencia vicaria, el síndrome de alienación parental, las violencias digitales o la violencia política en un intento de adecuarse a la nueva foto de la violencia machista
En esa nueva foto estaría también la violencia digital contra mujeres, una violencia para la que el Ministerio quiere que haya estadísticas al mismo nivel que en otros tipos de violencia. Stalking, grooming o porno venganza son asuntos que motivan algunas de las 266 medidas.
Además, la estrategia considera como violencia machista la violencia política y simbólica.