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Derecho a la ciudad
Turistificación, Airbnb y el problema de Málaga
Paseando por el centro de Málaga en verano, una puede dudar dónde se encuentra realmente. Aunque las macetas siguen colgando de las farolas y las calles siguen luciendo la mezcla del paso de las culturas que es Málaga, el ronroneo de la ciudad es ahora distinto. Las terrazas no dan abasto y los camareros tampoco, es difícil pasear por la calle Larios y la plaza de Uncibay, así que frenar el paso al caminar, es necesario. La mezcla de los olores del resto de peatones embriaga a las narices más sensibles e intentar no chocar con alguno es complicado. Las tiendas del centro son las mismas que las de Madrid, Barcelona o Nueva York y a veces al ojo le cuesta distinguir en cuál de ellas se encuentra. El deje andaluz no se oye por ningún rincón, parece un acento en peligro de extinción disimulado por el alemán o el inglés, que ya forman parte del zumbido de la capital de la Costa del Sol. La Catedral de la Encarnación, la Alcazaba y el Teatro Romano siguen distinguiendo a la ciudad y recuerdan a los transeúntes del centro histórico que siguen en Málaga, aunque no haya malagueños por sus calles.
¿Gentrificación o turistificación?
Este fenómeno, ya característico de muchas de las grandes ciudades del globo, se conoce como turistificación. Hugo Castro Noblejas, profesor de Geografía Humana de la Universidad de León, afirma que la gentrificación y la turistificación son conceptos que a menudo se confunden. Ambos procesos suelen ir de la mano y comparten la característica del desplazamiento de la población residente original. En el caso de la gentrificación se genera un reemplazo de esta población por parte de una de mayor poder adquisitivo. En cuanto a la turistificación, es algo más complejo, pues se produce un proceso de vaciado que no implica una recuperación de las zonas residenciales, sino que estas cambian su uso y se convierten en espacios dedicados al alojamiento de corta duración. Estos espacios se complementan con otras funciones económicas orientadas al turismo, como pueden ser el comercio y la hostelería de restauración. Se pierden servicios como supermercados, tiendas locales, bares, induciendo así en la pérdida de habitabilidad del lugar y en sus características originales.
Seguida de Bangkok y Sidney, Málaga se queda tercera en la clasificación de las diez ciudades más buscadas en Airbnb en 2022. Este año asciende al puesto número uno de destinos más buscados en la plataforma en 2023. No sólo al centro histórico le envuelve la pluralidad de idiomas, al puerto también, aunque más que las voces, resuenan los pasos de la apresurada salida de los turistas de los cruceros. Siguiendo la línea de los rankings, Málaga se sitúa como el segundo puerto peninsular por número de turistas en cruceros, en concreto, más de cuatrocientos mil turistas se bajaron de un crucero en el Muelle Uno en 2019.
El turista de corta estancia es ahora el dueño de la ciudad, ocupando un 98,2% de las reservas de Airbnb. Actualmente, se encuentra activo el debate de si la turistificación parte de las organizaciones políticas y su gestión de la ciudad o de si verdaderamente nacen de una forma “espontánea” generada por los recursos de la ciudad y su atractivo.
Muchas veces la turistificación tiene que ver con el cambio de función de la ciudad. En la década de los cincuenta el turismo fue tomando cada vez más protagonismo en la Costa Occidental, en detrimento de la ciudad de Málaga, que no es hasta los años ochenta cuando arranca. Cuando la industria dejó de ser la función principal de las ciudades, encontraron en el turismo la suplencia perfecta.
Derecho a la vivienda
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga exige soluciones al problema de la vivienda
Es entonces cuándo se produce una amplia promoción turística de la ciudad y una nueva equipación de las estructuras de la misma (museos, puesta en valor del patrimonio local, equipamientos de ocio…) que ofrecen esa nueva experiencia y convierten en parques temáticos al centro histórico. Por la tematización de los centros de las ciudades, este proceso ha sido descrito en ciertas ocasiones como “Disneyficación”. En el caso de Málaga podemos hablar de ambos procesos, ya que muchas zonas sufren propiamente gentrificación, como la zona de El Perchel y en otras, como el caso antiguo, es más característica la turistificación.
Según un estudio de Savills de 2023, una de las principales consultoras inmobiliarias del mundo, Málaga, se posiciona segunda detrás de Dubai en el ranking de las ciudades preferidas de los digital nomads.
Una de las consecuencias de la turistificación y del uso de los alquileres de corta duración es la subida del precio de alquiler. El precio del arrendamiento en Málaga se encuentra en un máximo histórico, llegando a los 12.8 € por metro cuadrado en septiembre de 2023, un 20% más caro que en agosto de 2022, según datos de Idealista.
Las provincias costeras, las islas y la provincia de Madrid son las zonas en las que, por lo general, se concentran más viviendas turísticas. En concreto, las cinco provincias con más viviendas turísticas son Alicante (33.376), Málaga (31.737), Islas Baleares (29.211), Girona (21.438) y Las Palmas (21.097). La densidad de viviendas turísticas se relaciona estrechamente con la subida del alquiler, desalojando muchas veces a la población residencial e imposibilitando la opción de las viviendas permanentes a precios asequibles.
Los nómadas digitales
Para comprender estos datos es importante conocer que Málaga no es atractiva únicamente para los turistas culturales y playeros. Muchos de los habitantes temporales que abrazan la ciudad son trabajadores a remoto. Los nómadas digitales son una tribu que acampa sola, a sus anchas, sin necesidad de una manada o grupo. Para cobrar un sueldo, no necesitan espacios físicos, sólo un dispositivo electrónico e interconexión. Sin un trabajo que les ate a la tierra, los nómadas digitales, viajan con sus dispositivos portátiles descubriendo los distintos parajes de las tierras a los que a muchos sí les ata el trabajo.
Desde el Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Málaga demandan un acceso a la vivienda estable y asequible. “En los últimos años el precio de la vivienda ha crecido más del 17% y hay más de 11.000 viviendas vacías".
Airbnb se convierte en la tienda de campaña favorita de los nómadas digitales, que pliegan y despliegan en cualquier ciudad del mundo. Según un estudio de Savills de 2023, una de las principales consultoras inmobiliarias del mundo, Málaga, se posiciona segunda detrás de Dubai en el ranking de las ciudades preferidas de los digital nomads. El sueño del trabajo en la playa con el ordenador en las rodillas y el mojito en la mano se ha hecho realidad para muchos de los trabajadores a remoto y lo cumplen a las orillas del Mediterráneo.
No es casual el puesto de Málaga en este ranking, pues en el de 2022 ni siquiera aparece posicionada entre los veinte primeros. El visado de residencia para teletrabajo o la Visa de Nómada Digital impulsada por el Gobierno de España de 2022 es uno de los alicientes que engalana a la ciudad para atraer este tipo de turismo, además de su clima y gastronomía. La Ley 28/2022, de 21 de diciembre, de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, más conocida como Ley de startups, entró en vigor en diciembre de 2022, con el objetivo, entre otros, de facilitar la entrada de “nómadas digitales” en España.
Según datos de Airbnb, el volumen de reseñas de los huéspedes que en su reserva especifican home office o trabajo remoto, desde el inicio de la pandemia, se ha casi triplicado respecto al mismo período del año anterior. Cada vez más anfitriones ofrecen estancias mensuales, y sigue aumentando el número de huéspedes que reservan viviendas adecuadas para el trabajo remoto.
Aunque las estancias de los nómadas digitales son más largas que aquellas del turista promedio, siguen siendo de corta duración. “Si ya estás cansado de tus mismas cuatro paredes en donde has estado viviendo por más de ocho meses, el mejor tip es trabajar y vivir en un lugar diferente, aunque sea solo por unos días.” Explica José Antonio Pontón, nómada digital, en la web de Airbnb para promover consejos sobre la vida de los trabajadores en remoto. Finalmente, aunque se mantenga un arrendamiento constante, siguen viajando y promoviendo el alquiler de poca duración. Aun así, según datos de InsideAirbnb, plataforma destinada a revelar información sobre los alquileres de corta duración, en Málaga solo el 2.1% de los alquileres de Airbnb son de larga estancia, destacando sobre el total las estancias de solo una noche.
La ciudad centrífuga
Para 2028, el objetivo de Brian Chesky, cofundador y CEO de Airbnb, es llegar a los 1000 millones de viajeros. Teniendo en cuenta la posición de Málaga como ciudad más buscada de Airbnb es fácil imaginarse el futuro de Málaga como modelo de ciudad centrífuga. Si la situación del turismo sigue descontrolada, los residentes seguirán desplazándose hacia las afueras y los parques temáticos o centros de las ciudades quedarán sin apenas residentes y servicios locales, lo que generaría una pérdida de identidad de la ciudad y su modo de vida. El foco de turistas sería cada vez más grande y la expulsión de los residentes más hacia las afueras, lo que incrementaría el proceso de suburbanización, explica el experto en planificación territorial. Este proceso implica un incremento del consumo del suelo, un riesgo de pérdida de densidad de población y la consecuente reducción de cobertura de servicios públicos como el transporte, yendo contra los objetivos de la sostenibilidad marcados por los Acuerdos de País sobre el Cambio Climático y la Agenda 2030.
Asociaciones vecinales, sindicatos y medidas contra la turistificación La vida de un vecino del centro de Málaga se ve condicionada por el turismo y su fluctuación. Cada vez son más los edificios donde las familias y particulares comparten comunidad con los viajeros de corta estancia. Desde el Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Málaga demandan un acceso a la vivienda estable y asequible. “En los últimos años el precio de la vivienda ha crecido más del 17% y hay más de 11.000 viviendas vacías; además, apenas contamos con vivienda pública propia. Actualmente se producen desahucios a diario, de los cuales una gran cantidad son producto de la especulación con los alquileres.” afirman en su página web.
Entre las demandas del Sindicato de Inquilinos se encuentran la petición de una modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos para defender los contratos de arrendamiento de larga duración. Además, solicitan una paralización de los desahucios, una movilización de las viviendas vacías para crear un parque de VPO para los colectivos vulnerables y una regulación del mercado de viviendas. “Exigimos la moratoria de las licencias de apartamentos turísticos hasta el consenso de un nuevo marco legal garantista con los derechos de la ciudadanía local y el incremento de los recursos destinados a la inspección y sanción de los alquileres turísticos ilegales”.
Por su parte, desde la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga, enviaron un documento a los principales grupos políticos de la ciudad para representarlos en el Consistorio de las elecciones del 26 de mayo de 2019. La asociación lleva ancla sus inicios en 1992 y lucha por la defensa de los derechos de los vecinos de la almendra central de Málaga, menos de 5.000 , y la recuperación de su calidad de vida.
Tras enviar este documento, solo recibieron respuesta de Málaga Ahora, Vox y Adelante Málaga (IU-Podemos), ni el Partido Popular, ni Ciudadanos ni el PSOE otorgaron una respuesta a la asociación sobre los principales problemas que atravesaba la ciudadanía del centro histórico de Málaga. La asociación elaboró varias tablas basadas en las respuestas de los partidos políticos y en su defecto, con la información de sus programas electorales y declaraciones públicas que se pueden consultar públicamente en su página web.
Por el momento no se han tomado medidas en Málaga contra los alquileres de corta duración, aunque sí se han regulado algunos problemas generados por la turistificación como la delimitación de Zonas Acústicamente Saturadas, que comprenden más de noventa calles de la ciudad. Esta delimitación permitió la creación de planes zonales por parte del Ayuntamiento para proteger a la población de la contaminación acústica y regular las horas de ruido en la calle.
Remitiendo de nuevo a Hugo Castro Noblejas, plantea como medidas el estudio de medidas como las que ya se ha a implementado en ciudades como Barcelona, Lisboa y Nueva York. También destaca la regulación de un parque de viviendas en las que se ofrezca un modelo mixto residencial para evitar la segregación espacial. Además destaca un control efectivo sobre la llegada de visitantes no pernoctantes, principalmente los que llegan en crucero, afectando a la congestión de la ciudad. Como última medida, reformar la promoción de la ciudad mediante un marketing de calidad que la defina y busque la llegada de turistas de calidad. “Son necesarios aquellos viajeros que apuesten por los productos locales y las características concretas de la ciudad, y no solamente aquellos que buscan la fiesta, playa, cultura y consumo rápido”.
Elecciones
Elecciones 28M Málaga, resort internacional y cumbre de desahucios
El paseo por Málaga puede cambiar mucho si de mano de las administraciones pertinentes se consiguen paliar los efectos de la turistificación y gentrificación que afectan a la ciudad. Quizás en el centro resurjan las pequeñas floristerías y pastelerías de la gente de toda la vida. Los vecinos se conozcan, sean de la nacionalidad que sean y compartan un espacio residencial habitable, estable y seguro. Las calles sean transitables y los edificios que las flanquean casen con la arquitectura original de la ciudad en la que los restos fenicios, romanos, árabes y púnicos se mezclen con el arte contemporáneo, eso sí, siempre respetando su estética y visibilidad. Quizás la comida sea la de la tierra y los productos también, quizás la playa se despeje de hamacas y tumbonas y se llene de toallas y sillas de los más jóvenes y los más ancianos. Quizás en la ciudad se deje de vivir en el anonimato y se viva en comunidad.
La turistificación no afecta únicamente a los precios de alquiler, si no a la forma de sentir, ver, percibir, vivir y compartir la ciudad. Al medio ambiente, a la habitabilidad y al derecho a la vivienda. A la cultura y patrimonio de un lugar y a la comunidad residencial. Por eso es necesario cuidar y proteger la esencia de nuestras ciudades, en este caso, la esencia de Málaga.