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Energía nuclear
Los últimos estertores de Berkeley Minera
Debido a las noticias de las últimas semanas sobre el futuro de Berkeley Minera en España se ha producido una gran confusión sobre si su aventura aquí ha terminado o no. En este artículo repasamos cuáles han sido sus planes, los escollos que encuentran y si toca despedirse de ella o no.
En las últimas semanas se han sucedido una serie de informaciones acerca de los proyectos de Berkeley Minera en Salamanca que han sido recibidas con alborozo por los que nos oponemos a las minas de uranio previstas, pero también han creado confusión al creer muchos que por fin habíamos acabado con la multinacional australiana, y esa realidad está todavía lejos de producirse.
Conviene saber que lo que Berkeley denomina “Mina Salamanca” son distintas minas de uranio en esa provincia y una en la de Cáceres, Gambuta, de la que no sabemos nada desde que solicitó la concesión minera en el año 2013.
Todo el proyecto gira en torno a la planta de tratamiento de uranio de Retortillo, donde se llevaría el material extraído en las diferentes minas para que sea realizado el proceso de concentración necesario para comercializar el uranio mediante la obtención de la denominada torta amarilla. Esta planta tiene que ser autorizada por el Ministerio para la Transición Ecológica tras un informe preceptivo del Consejo de Seguridad Nuclear, pero ese procedimiento está suspendido porque al CSN le faltan datos de la instalación prevista que no han sido aportados por la empresa promotora.
Conviene saber que lo que Berkeley denomina “Mina Salamanca” son distintas minas de uranio en esa provincia y una en la de Cáceres, Gambuta, de la que no sabemos nada desde que solicitó la concesión minera en el año 2013.
En Retortillo también se construiría una mina de uranio que englobaría terrenos del vecino término municipal de Villavieja de Yeltes, en una zona llamada Santidad. Esta mina es la que se encuentra en un estado de tramitación más avanzado, pues en 2014 la Junta de Castilla y León le otorgó la concesión minera, pero no se puede abrir porque le falta la Licencia Urbanística del ayuntamiento de Retortillo, que a pesar de ser favorables a la minera no le pueden dar la licencia por la existencia de un informe negativo de la Diputación Provincial de Salamanca. El mayor escollo que tiene Berkeley para obtener esa licencia es que la mina afecta a una carretera comarcal que no ha sido desdoblada ante la negativa de los propietarios a vender los terrenos necesarios para ello.
El segundo proyecto de mina de Berkeley en Salamanca estaría situado en el término municipal de Alameda de Gardón, limítrofe con Portugal. Aquí la Junta de Castilla y León no interviene puesto que esta mina es territorio denominado reserva del Estado, que fue donado a Berkeley tras frustrarse un pacto con ENUSA en el año 2012. Berkeley inició los trámites para obtener la Declaración de Impacto Ambiental de esa mina, pero ahora sabemos que no prosiguió con los trámites de evaluación ambiental ante la perspectiva de tener que someter a información pública el proyecto en el país vecino. Según la información proporcionada por la empresa minera este yacimiento sería más rico que el de Retortillo-Santidad, obteniendo en él una producción de 21,1 millones de libras de óxido de uranio mientras que en Retortillo-Santidad sólo serían 14,5.
El proyecto estrella de mina para Berkeley es el que denomina “Zona 7” y se encuentra situado a escasos 100 metros del núcleo urbano de Villavieja de Yeltes. La empresa solicitó en el año 2016 la concesión minera, pero todavía no se ha sometido a información pública el proyecto y no hay visos de que eso se vaya a realizar en poco tiempo. Las dificultades a las que se enfrenta la empresa en este caso son innumerables, con un pueblo tan cerca de la explotación y la afección de un Bien de Interés Cultural tan reseñable como la antigua vía del tren La Fuente de San Esteban-Barca d’Alva. En teoría este yacimiento es el más rico de todo el proyecto, aquí se obtendrían 30,2 millones de libras de óxido de uranio.
Según la página web de la empresa también cuentan en Salamanca con otras 11 minas menores más, que sumarían entre todas ellas un depósito de 12,4 millones de libras de óxido de uranio, estando su tramitación en un estado muy inicial.
La situación de la tramitación de los permisos para las tres grandes minas, Alameda, Retortillo-Santidad y Zona 7 es de parón administrativo por dificultades técnicas, dudosa viabilidad y complejidad en los procedimientos de concesión.
Desde el Consejo de Seguridad Nuclear han mostrado dudas acerca del planteamiento realizado por Berkeley para la gestión de los residuos radiactivos que generará la planta de tratamiento de Retortillo. La intención de la empresa minera es devolver esos residuos a los distintos huecos mineros, por lo que nos encontraríamos con 15 instalaciones radiactivas de primera categoría del ciclo de combustible nuclear correspondientes a las minas previstas. Esa situación es muy difícil de gestionar, puesto que esas zonas requieren una vigilancia especial, como ocurre con las antiguas instalaciones de la empresa ENUSA en Saelices el Chico (Salamanca) o La Haba (Badajoz), ya que esos residuos radiactivos no pierden sus dañinos efectos hasta pasados cientos de años desde su procesamiento.
La situación de la tramitación de los permisos para las tres grandes minas, Alameda, Retortillo-Santidad y Zona 7 es de parón administrativo por dificultades técnicas, dudosa viabilidad y complejidad en los procedimientos de concesión.
En todo este embrollo procedimental de los permisos tiene buena parte de culpa la empresa minera, pues es capaz de presentar solicitudes de las que luego desiste en un primer momento, por ejemplo en el caso de la planta de tratamiento de Retortillo, o de presentar la documentación preceptiva sin firmar ni estar visada por técnico competente y colegio profesional correspondiente (en el caso de la Licencia Urbanística como señala el informe de los técnicos de la Diputación de Salamanca).
Las distintas noticias negativas para Berkeley que se han venido conociendo han dado como resultado la debacle en Bolsa de las acciones de la empresa minera, que en agosto septuplicaban su valor de salida y que ahora mismo no valen ni la mitad de esos 0,47€ en los que fijó su precio la multinacional australiana.
No podemos cantar victoria todavía, pero el negro panorama que se atisba a la empresa Berkeley Minera nos hace ser optimistas en cuanto a la posibilidad de que nos veamos libres en Salamanca de que sea reabra el negocio de la minería de uranio en nuestra provincia.
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Yatevale, ya te vale de decir gilipolleces, para hablar de este tema informate antes un poquito. Si lo tuvieras a la puerta de tu casa lo habrias hecho
Pues son precisamente los que lo tienen a la puerta de casa los que forman SÍ A LA MINA y los que la reclaman, mientras que los de NO A LA MINA vienen en bicicleta desde sus urbanizaciones en la capital. Y una de los ataques al proyecto era que iba a perjudicar al balneario... de AGUAS RADIACTIVAS. ¿O acaso las aguas son sulfurosas?
¿Por qué no ponéis una foto de la gente que dice SÍ A LA MINA? ¿Por qué la mina de uranio es tan mala mientras que en el balneario de al lado SE BAÑAN EN AGUAS RADIACTIVAS y eso es "economía compatible" con los usos y costumbres tradicionales.? ¿Por qué siguen existiendo esos pueblos y sus gentes SI ANTES YA HABÍA MINAS DE URANIO -ENRESA-, y en consecuencia debería haber todos mutado?
La torta amarilla se le daba yo bien dada a esta empresa radiactiva que quiere dejarnos aquí la radiactividad y el cáncer.
En Guijuelo tenéis la mina de Wolframio al lado y bien que va. Nadie se queja. Los mismos que trabajan en la mina atienden sus explotaciones ganaderas. Ni hay nubes de polvo ni ríos contaminados ni acuíferos envenenados. Y Guijuelo sigue a plena producción jamonera. Cuando la querían abrir hace unos años, bien que era el Apocalipsis. Nadie ha venido a decir "lo siento, me equivoqué por luchar contra la mina".
La antigua ENRESA, con menos tecnología y legislación, ni dejó radiactividad, ni dejó cáncer, ni acabó con la ganadería ni con nada, pero fue el motor económico de una amplia comarca. Tras su desaparición sólo dejó promesas de políticos, cierre de empresas y emigración. Pero ningún ecologista vino a dar soluciones tampoco.