Elecciones del 26 de mayo
¿Gobernar para todos? La cuadratura del círculo

No creo posible gobernar para todos. La presunción anterior es atrevida y carece de fundamento.

Barcelona
Vista de la Torre Agbar en Barcelona desde los bunkers del Carmel. Álvaro Minguito

@Fluengoe
Economista

30 may 2019 12:59

Antes, durante y después de las contiendas electorales, la expresión “gobernar para todos” es uno de los lemas aireados por buena parte de los políticos, tanto los situados en la derecha como en la izquierda del arco ideológico; y los que consiguen conquistar posiciones de gobierno lo invocan como si fuera el eje articulador de su programa. En las líneas que siguen quiero reflexionar sobre lo que, desde la perspectiva de la izquierda transformadora, oculta y revela esa declaración.

Lo primero en lo que conviene reparar es en la errónea y sesgada utilización del lenguaje. Se habla con frecuencia de “todos”, utilizando un genérico que, supuestamente, incluye hombres y mujeres, cuando sería más apropiado emplear una denominación más inclusiva, como, por ejemplo, “todas las personas”, “la población” o “la ciudadanía”. El lenguaje es una piedra angular de cualquier relato y la izquierda tiene que ser muy consciente de ello.

Dando un paso más en la reflexión, me pregunto cuál es el mensaje que pretenden trasladar los políticos que hacen suya esa declaración y que intentan ponerla en práctica. Comparto, por supuesto, la necesidad de hacer política reduciendo la crispación, tendiendo puentes, apelando al diálogo, aplicando la persuasión, generando consensos. Avanzar en esta dirección no es poco, representaría un cambio en la cultura política, muy necesario, para sacarla del lodazal donde ahora está instalada.

No resulta viable conseguir mayor justicia tributaria sin perseguir y eliminar los paraísos fiscales y sin implantar un sistema impositivo más progresivo, donde los ricos tributen a la hacienda pública en proporción a sus fortunas y patrimonios

Pero pretender “gobernar para todos” apunta, en realidad, en una dirección muy diferente; contiene un mensaje de gran calado que, quizá, pasa desapercibido. Es una declaración que presupone la existencia de una comunidad de intereses donde el conjunto de la población se puede reconocer, que recorre transversalmente la sociedad y que, en consecuencia, admite una articulación política.

¿Existe esa comunidad de intereses, ese espacio de convergencia donde todos y todas ganan? Soy consciente de que contestar esa pregunta nos introduce en un debate complejo que no puede zanjarse de una tacada. Con todo, mi respuesta corta es negativa: no creo posible gobernar para todos. La presunción anterior es atrevida y carece de fundamento.

Algunos ejemplos al respecto. No resulta viable conseguir mayor justicia tributaria sin perseguir y eliminar los paraísos fiscales y sin implantar un sistema impositivo más progresivo, donde los ricos tributen a la hacienda pública en proporción a sus fortunas y patrimonios. Si no se avanza en esta dirección, ¿dónde obtendrán los gobiernos progresistas los recursos necesarios para reducir la fractura social y para mejorar y dotar adecuadamente los servicios públicos?

Una política económica progresista (sin entrar aquí en los detalles de la misma) no puede ni debe ignorar los intereses diversos y hasta contradictorios que están presentes en nuestras sociedades

Me pregunto, asimismo, cómo luchar contra el cambio climático y revertir la degradación de los ecosistemas sin impugnar los intereses y privilegios de las grandes corporaciones que operan en el sector energético o que se lucran con un modelo productivo, de consumo y urbanístico intensivo en la utilización de recursos naturales; o cómo avanzar en las reivindicaciones de los movimientos feministas sin cuestionar la masculinidad dominante, las relaciones patriarcales y los privilegios asociados a todo ello; o, por mencionar un hecho reciente, cómo enfrentar la sobreexplotación de la fuerza de trabajo (horas extraordinarias no pagadas por las que no se cotiza a la Seguridad Social) sin poner coto a la lógica depredadora y desreguladora en lo laboral del capital.

Una política económica progresista (sin entrar aquí en los detalles de la misma) no puede ni debe ignorar los intereses diversos y hasta contradictorios que están presentes en nuestras sociedades. El universo capitalista, la Unión Europea, la zona euro y la economía española están atravesados de profundas disparidades sociales (también productivas y territoriales) que los años de crisis han hecho más pronunciadas, pero que ya tenían un largo recorrido. Estas disparidades tienen que ver con las muy desiguales relaciones de poder económico, político e ideológico entre las clases sociales, los grupos y los colectivos, con las lógicas concentradoras y excluyentes de los mercados y con las políticas económicas oligárquicas aplicadas por los gobiernos, las instituciones comunitarias y los organismos internacionales.

Me preocupa el mensaje del “todos”, reflejado en la frase que estoy comentando y la interpretación política que habitualmente se hace de la misma, pues diluye, infravalora o incluso ignora las inevitables diferencias que existen en una estructura social compleja.

Resulta preocupante que, apelando al “todos”, las políticas y los políticos se plieguen a una parte que, aunque minoritaria, cuenta con el poder formal e informal para imponer sus intereses… y lo ejerce

Identificar estas y otras diferencias, reconocer su carácter estructural (sistémico), lejos de debilitar los procesos y los espacios del cambio, los fortalece. Los hace conscientes de los desafíos y las resistencias que habrá que vencer, al tiempo que también proporciona claves importantes de las políticas que es necesario implementar.

Resulta preocupante que, apelando al “todos”, las políticas y los políticos se plieguen a una parte que, aunque minoritaria, cuenta con el poder formal e informal para imponer sus intereses… y lo ejerce. Me inquieta, igualmente, que, haciendo bandera de la sensatez, el realismo y la integración, se persiga, en realidad, un “mínimo común denominador”, orillando aquellos asuntos que colisionan con los poderosos o bien ofreciendo alternativas que resulten aceptables para sus posiciones de privilegio; pretendiendo que, actuando de esta manera, se ensancha el espacio del cambio, cuando en realidad se le vacía de contenido.

Razonar en las coordenadas que propongo es compatible con trabajar para ampliar y fortalecer ese espacio; una necesidad, pues solo una mayoría social activa y politizada hará realidad el cambio necesario. No cabe ignorar, en cualquier caso, que esa mayoría está atravesada de intereses diversos y hasta contrapuestos.

Precisamente, el gran desafío de la izquierda consiste en crear las condiciones para que de esa diversidad emerja un actor con potencial transformador, que, más allá de las diferencias, se reconozca en lo común, en lo colectivo. En este sentido, resulta inaplazable la elaboración de un relato consistente, a partir del que articular la acción política, cuyas piedras angulares son el feminismo, la sostenibilidad y la igualdad, en el que necesariamente tienen que participar el resto de actores sociales que están empujando para que el cambio se haga realidad y donde la ciudadanía no puede ser un convidado de piedra.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Partidos políticos
El evitable ascenso de Vox en 2019

El año ha estado decisivamente marcado por la emergencia del partido de Santiago Abascal. Hasta cinco elecciones han puesto a prueba la crisis de representación que vive España.

Pista de aterrizaje
María ‘La Paparachi’: “Andalucía está hecha por los barrios y sus gentes”

A María Valencia, vecina del Polígono Sur de Sevilla, todo el mundo la conoce como ‘La Paparachi’. Hace teatro, tiene un libro de cocina y quiere escribir otro sobre su vida; participa en varias asociaciones del barrio y tiene dos programas de radio.

Badajoz
Y la extrema derecha volvió a entrar en Badajoz

Badajoz será, con el paso del tiempo, el prototipo de muestra en el que se inspiren las derechas que pueblan toda la península sobre la manera en que se hacen las cosas.

#35222
1/6/2019 11:51

No nos derrotan por ser buenos si no por ser débiles. Lo dijo Bertolt Bretch, no recuerdo la cita exacta.

1
0
#35156
30/5/2019 14:06

Estoy cansado del puto os/as, acomplejados, que parecéis que lleváis el pecado original y tenéis que llevar penitencia, por si alguien se ofende... Os parecéis a la religión católica del pecado, la culpa, la expiación. Qué pesados con tener que adoctrinar cómo tenemos que hablar y escribir... Meteos el lenguaje ese tan (in)correcto, y más hechos, que todos somos iguales. El movimiento se demuestra andando. Lástima que los argumentos (buenos, por otra parte), se vayan en las formas. Por lo demás, bien. Un saludo.

11
3
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Poesía
Poesía La generación beat sigue latiendo
La generación beat es la del ritmo, del golpe, la de superar, la del latido en el papel y fuera de él. La del sentimiento desgarrador que sale del individuo, pero llega a la sociedad.
Literatura
Literatura ‘La santita’ de Mafe Moscoso: para escribir sobre el fin del mundo
‘La santita’, libro de relatos de Mafe Moscoso, es el método pero también es el fin: pone a convivir lo precolonial con las formas de nuestro presente ultracapitalista, ultramuerte, sin exclusiones ni jerarquías.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.

Últimas

Industria
Transición industrial Mecaner, un cierre injusto o cuatro alternativas con mirada ecosocial para mantener la fábrica de Urduliz
ESK y LAB han presentado el ‘Plan de Transición Ecosocial’ que ha elaborado la cooperativa Garúa como una herramienta para la búsqueda de soluciones al ERE propuesto por la multinacional Stellantis.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
Más noticias
América Latina
Caribe Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”
La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia.
El Salto Twitch
El Salto TV Economía y titulares de guerra
En el programa en directo de Economía Cabreada del 26 de marzo se hizo un análisis de la deriva bélica de la Unión Europea, sus gobiernos y de los grandes medios con Tica Font y Miquel Ramos.
Sidecar
Sidecar Soluciones bonapartistas
Las turbulencias en el seno de los dos partidos estadounidenses dominantes refleja el problema más amplio de un sistema capitalista cada vez menos capaz de proporcionar ganancias materiales a la clase trabajadora.
Memoria histórica
Memoria histórica Las nuevas leyes de memoria histórica recuperan la “concordia” franquista
La ofensiva legislativa de gobiernos autonómicos como el de Castilla y León y el País Valencià, adoptan un enfoque revisionista que amenaza los avances en el reconocimiento memorialista.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.

Recomendadas

Investigación
Investigación O Goberno galego repartiu 4.000 millóns de euros en contratos a dedo en só seis anos
Desde 2018, a Xunta asinou 1.034.964 contratos sen sacalos a concurso: algo máis do 30% do diñeiro do que dispón para o exercicio de 2024. Ademais, 35.362 deses contratos teñen un importe entre 14.000 e 14.999 euros, o límite legal.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Cine
María Alché y Benjamín Naishtat “El cine puede proponer imágenes y reflexionar, y por eso Milei necesita destruirlo”
María Alché y Benjamín Naishtat dirigen ‘Puan’, una película optimista y amarga, entre la comedia y el cine social, que ofrece nuevas lecturas tras los primeros cien días de gobierno de Milei en Argentina.