We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Elecciones del 26 de mayo
Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie
Desde hoy, 4 de abril, hasta el próximo domingo se celebran las primarias de Madrid En Pie Municipalista, la candidatura formada por Anticapitalistas, La Bancada Municipalista e Izquierda Unida Madrid para las elecciones municipales de mayo. Los tres cabezas de lista contestan a El Salto sobre el proyecto para Madrid que defenderán durante la próxima legislatura.
Puede sonar a cachondeo, pero el proceso de trabajo de Madrid En Pie Municipalista ha sido un aterrizaje suave para una parte importante del tejido social y político de la ciudad. La reunión de tres espacios políticos —IU Madrid, Anticapitalistas y la Bancada Municipalista— ha fluido con naturalidad en varios encuentros y jornadas de trabajo. Encuentros en los que se ha podido echar en falta militancia por debajo de los 40 años, pero que han servido para llegar a un proceso de primarias consensuado en sus métodos y que no se ve como un punto de ruptura entre los espacios políticos que componen Madrid En Pie Municipalista.
Las resignadas bromas sobre el “frente judaíco popular” para caricaturizar a la izquierda madrileña no se ajustan a la realidad de lo que está pasando a un mes y medio de las elecciones. Después de los derrapes que los espacios de la izquierda sociológica madrileña han protagonizado en los últimos años —especialmente desde enero—, el proceso de En Pie está funcionando en concordia, ajeno en gran medida al proceso tormentoso que está teniendo lugar alrededor de las candidaturas autonómicas.
Sin embargo, el camino de Madrid En Pie Municipalista no será sencillo. Aunque las tres candidaturas dan por hecho que se superará el 5% de votos en las elecciones locales —porcentaje que garantiza la presencia en el Ayuntamiento—, la competencia con Más Madrid será dura. La figura de Manuela Carmena, principal activo de Más Madrid, se ha desligado del proyecto original de Ahora Madrid y vuela en solitario o acompañada de su equipo de confianza, en términos mediáticos y comunicativos. Carmena es un activo electoral, qué duda cabe, y las encuestas —y la división de la derecha— la sitúan como principal candidata a ganar las elecciones. El primer paso de Madrid en Pie Municipalista, por el contrario, será explicar que existe como alternativa y que su proyecto para la ciudad diverge del que ha encabezado la actual alcaldesa en lo fundamental: las políticas a desarrollar. La candidatura se plantea huir del marco habitual de “división de la izquierda” para presentar un plan de trabajo que transforme la ciudad, que con un 20,6% de tasa de pobreza, sigue siendo una de las más desiguales de Europa.
Curtidos en la pelea para reclamar otro modelo de gobierno municipal, tres concejales en el Ayuntamiento concurren como cabezas de lista en las tres candidaturas que se presentan a primarias en este proceso para la elección de las listas que concurrirán a los comicios del 26 de mayo. El exresponsable de Hacienda —y presidente de los distritos de Vicálvaro y Latina— Carlos Sánchez Mato (Madrid, 1970) se presenta como cabeza de lista de IU Madrid. Pablo Carmona (Madrid, 1974), que ha ejercido de presidente de los distritos de Salamanca y Moratalaz, encabeza la lista de La Bancada Municipalista. Por último, Rommy Arce (Lima, 1977), presidenta de los distritos de Arganzuela y Usera, es la número uno de la candidatura de Anticapitalistas. Las tres candidaturas han accedido a responder el mismo cuestionario para El Salto de cara al proceso de primarias, que comienza hoy, jueves 4 de abril y termina el próximo domingo.
Carlos Sánchez Mato
No creo que haya que gobernar para todos, sí que defiendo que hay que hacerlo para la mayoría social, que es algo bien distinto
El 18 de diciembre de 2017, la Cadena Ser informaba de que Carmena cesaba a Sánchez Mato, hasta entonces concejal de Hacienda. El pulso con el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, terminaban con la destitución de este economista, que había defendido la capacidad de la ciudad para emplear su superávit en gasto social, en contra de la normativa que impone que el excedente salga de las partidas destinadas a amortización de deuda. Un año y medio después, Sánchez Mato se ha incorporado a la candidatura que confrontará con Carmena en las próximas elecciones municipales.
Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
Me he incorporado a la candidatura hace muy poco, pero llevo meses participando en asambleas y procesos de debate para la elaboración del programa de Madrid en Pie. Me siento plenamente identificado con un proyecto transformador como el que se presenta.
Defendemos lo público, la inversión centrada en las necesidades colectivas, un urbanismo al servicio de los barrios y no de la especulación; queremos garantías de vivienda pública, que se reduzca el desequilibrio territorial entre distritos y que se afronte la crisis ecosocial. Priorizamos además el trabajo para superar brechas de género y hacer frente a las violencias machistas.
Creo que puedo aportar experiencia en esos campos en el Ayuntamiento de Madrid. Participé activamente en la remunicipalización de la Empresa Funeraria y di todos los pasos a mi alcance para avanzar en la de Madrid Calle 30. He sido muy claro en contra de pelotazos urbanísticos como la Operación Chamartín y Berrocales, impulsé la comisión de investigación y las acciones legales contra la venta de vivienda social a fondos buitre. Impulsé la inversión social para los distritos menos favorecidos. Con las cláusulas sociales en la contratación pública introdujimos criterios ecológicos y de género a la hora de adjudicar contratos, peleamos contra las grandes eléctricas para poder dar el contrato de la luz a quienes garantizaran energía limpia.
Nuestro objetivo en el Área de Economía y Hacienda fue poner las políticas públicas al servicio de la mayoría a la vez que se promovían auditorías de las políticas públicas y se saneaban las cuentas municipales. Creo que aportamos solvencia y hemos podido demostrar que la gente corriente también sabe gestionar bien. No traemos másters en Harvard, pero sí mucho compromiso con las vecinas y vecinos de Madrid.
Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que, en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
No creo que haya que gobernar para todos, sí que defiendo que hay que hacerlo para la mayoría social, que es algo bien distinto. Para eso es imprescindible mantener los pies en el suelo y no tener miedo a los de arriba.
Vivimos en una ciudad donde la esperanza de vida depende del distrito en el que vivas, hay un desequilibrio territorial, social y ambiental tremendo entre el sur y el norte, pero también en el interior de muchos distritos. Es cierto que ese desequilibrio no es superable en una legislatura, pero lo cierto es que la única manera de hacerle frente es colocarlo como prioridad absoluta, gastar cada céntimo a nuestro alcance en inversiones para los barrios, sin que nos tiemblen las piernas ante ministros Montoros ni Monteros y conseguir así reducir las diferencias entre barrios.
Creo que hay un importante sector de votantes que necesita percibir valentía e ideas firmes para no volver al abstencionismo. Muchas y muchos de ellos viven en distritos del sur.
Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
Hay tres pilares básicos de respeto: el primero es el respeto al programa electoral con el que se concurre a las elecciones, el segundo es respeto a los procesos de debate internos, que pasa por los órganos de coordinación y decisión. Y el tercero es el respeto a las personas más allá de la institución, para hacerlas partícipes del trabajo en el Ayuntamiento y no solo pedir su voto cada cuatro años. Diría que esa es la fórmula más sensata para garantizar un proyecto y evitar que la gente esté descorazonada, para asegurar la diversidad y dar espacio a todas las opciones.
Las tres organizaciones que confluimos en Madrid en Pie hemos colaborado en los últimos años en la defensa de un urbanismo social y sostenible, de la protección del patrimonio público, de la defensa de la vivienda como derecho básico, hemos luchado juntas frente a desahucios y hemos trabajado posturas políticas que defienden, en esencia, el proyecto de Ahora Madrid. Hemos preservado la esencia del debate y las decisiones colectivas y, sobre todo, la defensa de los principios que nos llevaron a la alcaldía en 2015.
Cuando haya decisiones conflictivas, deberán someterse al debate de los órganos designados. Para eso nos hemos dotado de herramientas de decisión. En Ahora Madrid también existían esas herramientas, el problema es que no se utilizaron con tal fin.
En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Este proceso electoral que se avecina es clave. El auge de la extrema derecha, más o menos hinchado por encuestas y medios, ha provocado que PP y Ciudadanos giren aún más hacia la derecha. Si llegan al gobierno en Madrid no van a dudar en entregar la ciudad a las élites económicas que provocarán un recorte masivo de servicios públicos y derechos sociales.
Me comprometo a actuar con la máxima responsabilidad para evitar un gobierno de derechas. Creo en todo caso que la trayectoria de esta legislatura demuestra que no tenemos apego a los sillones y así va seguir siendo.
Pablo Carmona
En La Bancada se agrupan aquellos actores independientes del municipalismo madrileño que tradicionalmente no han participado de los procesos electorales y que desde 2015 aparecen como un nuevo actor
Conocido por su trabajo en el proyecto Traficantes de Sueños y por su larga militancia en espacios autónomos de los distritos de Retiro o Vallecas, el historiador Pablo Carmona se distanció pronto de la línea mayoritaria de Ahora Madrid. Su llegada a las listas en 2015 se produjo desde una candidatura “outsider”, Madrid en Movimiento, acompañado de Montserrat Galcerán y Rommy Arce. Sus votos en contra de proyectos como el derribo del taller de artillería (TPA) de Chamberí o de las operaciones de Chamartín y Berrocales, así como sus artículos críticos con Carmena y su equipo, lo han situado como una voz crítica en el Palacio de Cibeles. En paralelo a la desintegración de Ahora Madrid, el nacimiento de la Bancada Municipalista ha agregado a personas desenganchadas del casi desaparecido Ganemos Madrid.
Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
La candidatura de La Bancada expresa cierta tradición del municipalismo libertario. Con esto hablamos de una organización horizontal desde donde articular una herramienta de contraponer real y efectiva donde los movimientos de lucha y la política hecha desde los barrios son los protagonistas. En La Bancada se agrupan aquellos actores independientes del municipalismo madrileño que tradicionalmente no han participado de los procesos electorales y que desde 2015 aparecen como un nuevo actor en la política madrileña. Gente llegada de posiciones autónomas desde centros sociales, el movimiento ecologista, feminista o colectivos antirracistas y de barrio ahora aportan una nueva perspectiva y su programa a los procesos electorales a nivel local. Todo ello se ha condensado en los nueve ejes políticos de La Bancada. Trabajamos por una ciudad que no privatice sus espacios públicos, por un Madrid antirracista, sin pelotazos urbanísticos, con servicios públicos remunicipalizados, feminista, ecologista, centrada en los barrios y donde la participación ciudadana condicione de verdad la labor de gobierno, sin que nadie la limite a votar entre el proyecto A o el proyecto B.
Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
Es curioso que una candidatura que nació en el sur, en las periferias de la sociedad y que fue votada y apoyada mayoritariamente por vecinos y vecinas de los barrios más desfavorecidos, acaba su legislatura volcada con la aprobación de Madrid Nuevo Norte, la Operación Chamartín. De nuevo los grandes desarrollos y las grandes inversiones han sido para el centro de la ciudad y para el norte de la misma. Los 62 millones para la remodelación de Plaza España, la Operación Chamartín, el TPA o Las Cocheras de Cuatro Caminos son todas operaciones que han tenido como denominador común dañar el patrimonio histórico o territorial de madrileños y madrileñas, pero también beneficiar a las clases más privilegiadas de la ciudad. Casi como una constante, Ahora Madrid ha tenido en contra a Ecologistas en Acción, la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) o Madrid Ciudadanía y Patrimonio.
Por muchas razones el sur y las periferias se han visto agraviadas y lo han hecho saber, aquellas zonas donde la abstención y el voto desencantado volvió a la urnas con ilusión hoy cuentan con mayores cotas de desencanto. Aun con esto, no debemos caer en la generalización ni olvidar que la principal oposición a la Operación Chamartín se da en colectivos vecinales del norte de nuestra ciudad, desde barrios como Begoña o Prosperidad a Tetuán, Hortaleza o el Barrio del Pilar, que serán los principales afectados si se da luz verde a este pelotazo urbanístico. En campaña y en su programa político Madrid en Pie debe saber mirar a los ojos a los habitantes y decirles: somos de los vuestros, venimos a pararles los pies a las élites financieras que gestionan y planifican nuestra ciudad.
Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus posibles errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
De la experiencia de 2015 hemos aprendido que el mayor de los peligros es la concentración de todo el poder en unas pocas personas, por no decir una. Es cierto que la Ley otorga plenos poderes a la alcaldesa y esta tiene la oportunidad de independizarse de los acuerdos colectivos, como ha sucedido en Ahora Madrid. El reto en 2019 está en la construcción de espacios sólidos y bien organizados que eviten las situaciones en que una parte se desvincula de los principios que motivan el proyecto. Hemos trabajado en nuevos mecanismos de control para evitar esto y desde el inicio hemos priorizado la constitución de ese espacio horizontal.
La Bancada se presenta a las elecciones con muy buenos aliados como son Izquierda Unida y Anticapitalistas, pero sabemos que la solidez del espacio va a pasar por seguir construyendo procesos organizativos y de lucha dentro y fuera de las instituciones más allá del 26 de mayo. Sólo así podremos construir los contrapoderes y contrapesos necesarios para no repetir los errores de los últimos cuatro años.
Sobre el trabajo en la coalición, solo después de las primarias sabremos si hay mayorías y minorías en la lista. En todo caso, entendemos que el espacio de trabajo que se abre funcionará con escrupuloso respeto a las minorías y de manera democrática. Somos tres organizaciones que venimos cooperando desde Ganemos Madrid, donde no ha habido ninguna opinión que se haya quedado aislada y donde siempre hemos intentado funcionar de manera democrática.
En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Planteamos que esta decisión la tomen, a través de una consulta, las personas que participen en las primarias. Nos parece que es la mejor forma de plantearlo. Pero nadie va a olvidar que nuestro principal objetivo es evitar que Vox ponga a nuestras instituciones a perseguir inmigrantes o acabar con los derechos conquistados por el feminismo, tampoco que nuestros enemigos centrales son las privatizaciones y la corrupción del Partido Popular o que Ciudadanos no es capaz de hacer políticas que no sean las de la alarma securitaria y el señalamiento de los barrios con menor renta, por poner algunos ejemplos. Pero tampoco se lo vamos a poner fácil a la izquierda del pelotazo y de la sonrisa fácil con las élites financieras.
Madrid en Pie tiene como objetivo redistribuir la riqueza y el poder, remunicipalizando los servicios urbanos estratégicos y de cuidados, planificando la ciudad contra los pelotazos, acabando con el racismo institucional y las violencias machistas, donde haya orgullo LGTBI y orgullo de barrio. A esta ciudad hay que darle un giro de 180 grados.
ROMMY ARCE
Entiendo estas primarias más bien como un momento no tanto de competencia sino de cooperación y de refuerzo del proyecto común
La concejal Rommy Arce, nacida en Perú, ha sido objeto de ataques teñidos de racismo por parte de la oposición municipal, especialmente a raíz del caso de Mame Mbaye y de la denuncia del despacho vinculado a la candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís. Arce, de profesión bibliotecaria, llegó a la lista de Ahora Madrid desde la lista de Madrid en Movimiento. Desde su puesto de concejal se ha opuesto a las operaciones urbanísticas que han marcado la legislatura —TPA, cocheras de Cuatro Caminos, Chamartín— y, como los otros dos candidatos, defendió que la alcaldesa mantuviese el pulso con Montoro que se resolvió a finales de 2017. En 2019 encabeza la lista de Anticapitalistas, organización que se mantiene dentro de Podemos pero que está enfrentada en el nivel organizativo con la dirección, una disputa que es más evidente en la Comunidad de Madrid, ya que el sector mayoritario de Podemos ha optado por no presentarse a las elecciones municipales en la capital.
Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
Tenemos un acuerdo de programa y de proyecto político muy sólido entre los tres espacios. Un acuerdo fruto del trabajo compartido y las posiciones que hemos sostenido durante toda la legislatura. Así que entiendo estas primarias más bien como un momento no tanto de competencia sino de cooperación y de refuerzo del proyecto común. De hecho, desde su propia especificidad, creo que la suma de los tres proyectos va a multiplicar las posibilidades de esta candidatura.
En el caso de Anticapitalistas, nuestros ejes de programa se centran en tres ámbitos. Por un lado, la incorporación de la impugnación al modelo de ciudad y, en concreto, del modelo urbanístico que se ha impulsado desde el gobierno del ayuntamiento. Necesitamos revertir las operaciones urbanísticas y plantear un modelo contrario al de la especulación y el ladrillazo. Creo que necesitamos incorporar un enfoque alternativo que nos permita a todas ejercitar el derecho a la ciudad.
Por otro lado, la remunicipalización de los servicios públicos debe ser prioritaria en nuestra agenda y acabar con la externalización de servicios esenciales como la limpieza, atención a la dependencia, educación infantil, etc. Debemos ser ambiciosos en esto y plantear que hay que poner orden y recuperar los servicios y convertirlos en servicios de gestión directa, 100% públicos y que permitan formas de gestión que incorporen realmente a los y las trabajadoras, no sólo sus derechos y su fuerza de trabajo, si no también sus saberes y capacidades.
Por último, y por señalar sólo tres aspectos, creo que necesitamos un impulso ambicioso y valiente contra la desigualdad en nuestra ciudad y en nuestros barrios. Una desigualdad que nos remite a diferencias entre barrios y entre clases sociales pero que afecta particularmente a las mujeres y las personas migrantes. La cuestión de la vivienda en esto es central, pero también los servicios sociales que necesitan de una profunda reforma. Para que la prestación de ayudas económicas deje de estigmatizar a la población más golpeada, la herramienta de la renta social municipal es una herramienta necesaria para devolver autonomía e independencia a ese 30% de vecinas que se encuentra al borde de la exclusión en distritos como Usera, Vallecas, etc.
Creo que en la interrelación de estos tres ejes se conjuga una propuesta para Madrid con un claro carácter feminista y ecologista que trata de devolver el poder a la gente de abajo frente a los grandes poderes económicos y financieros.
Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que, en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
Es evidente que en esos barrios populares es donde se concentra el espíritu de cambio y de transformación social en Madrid. El problema es que la ilusión (en sentido positivo) que se pudo crear en 2015 es posible que se haya marchitado, en gran medida por la decepción que han supuesto algunas de las políticas insuficientes de Carmena. El reto en este ciclo electoral para la izquierda transformadora es si somos capaces de reconectar y removilizar a ese sector de gente que se ha ido alejando de la política electoral. Un alejamiento que, en realidad, ha significado el final de todo un ciclo político que abrió muchas ventanas pero que ha terminado cerrando otras muchas.
Yo creo que esos sectores populares, trabajadores y excluidos por el sistema, son imprescindibles para recomponer un campo político propio que sea el dique central para frenar a una derecha desatada. Por eso creo que debemos tratar de removilizar a ese sector abstencionista que ha podido caer en el desánimo, en el cinismo o en considerar, no sin falta de razones, que “todos son iguales”. Creo que solo desde unas posiciones que polaricen fuertemente con la derecha y los poderosos, que aparezcan como honestas, recuperando una cierta posición también moral, será posible esa necesaria reconexión.
Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus posibles errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
Yo creo que se trata, no sólo a nivel municipal si no a todos los niveles, de aprender de las experiencias de estos últimos años. Las lógicas de las construcciones colectivas han mutado, mayoritariamente, en proyectos personalistas vaciados de democracia y espacios comunes de encuentro, deliberación y decisión. Los programas políticos han derivado en una suerte de pastiches sujetos al vaivén de las encuestas y el marketing. Creo que toca recomenzar desde otras lógicas: cooperación, recuperar formas de trabajo colectivas, mecanismos claros de rendición de cuentas, apertura, espacios reales de encuentro entre diferentes, recomponer confianzas. Y también ofrecer “confianza política”. Esto es: hacer lo que se dice y vivir como se piensa.
El proyecto que hemos puesto en marcha a nivel municipal retoma muchos de esos aprendizajes y tiene el aval tanto del camino recorrido estos años (el compromiso firme con el programa, por ejemplo) como del propio proceso puesto en marcha estas semanas que recoge los mecanismos y compromisos para que eso se garantice. Creo que las fórmulas de cooperación entre iguales que hemos puesto en marcha en la confluencia son el mejor indicador de que hay una voluntad real por construir desde el respeto a la diversidad y la pluralidad.
En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Nuestra idea es la de mantener una posición propia en la próxima legislatura. Esto es, frente a las derechas ninguna concesión, ni un respiro frente al peligro de la reacción. Pero máxima exigencia también frente a las opciones que se sitúan en lo que ellos llaman el campo progresista. En este sentido, nuestra posición no debe estar supeditada al eterno chantaje del voto útil y la llegada del “coco”.
De hecho, no nos engañemos, el proyecto de Carmena ha transigido con la imposición de políticas austeritarias aceptando un Plan Económico Financiero al dictado de Montoro que ha causado enormes perjuicios a todos los madrileños porque nos ha impedido cumplir con una parte de nuestro Plan de Gobierno o ha vendido como buenos proyectos urbanísticos especuladores que ha acabado votando con el PP y Ciudadanos, el urbanismo de consenso del que hablaba el concejal José Manuel Calvo era esto, aceptar el chantaje del BBVA.
Así que el dilema va a ser más bien para el proyecto de Más Madrid: ¿con quién van a tener voluntad de poner en marcha un diseño estratégico de la ciudad: con los partidos que representan los intereses de la banca y el Ibex 35 o con las reivindicaciones de los movimientos sociales y los sectores populares? Si las políticas se dirigen con valentía a enfrentar a los poderes financieros podremos ponernos de acuerdo en muchos asuntos, como por otra parte también ha ocurrido durante la experiencia de Ahora Madrid. Pero ahora con una diferencia sustancial: desde la autonomía de proyectos políticos diferentes. Es decir, si quiere nuestro apoyo tendrá que negociarlo como ha hecho esta legislatura con el PSOE, ya no valen las imposiciones ni los “trágala”.
Si, por el contrario, la posición de Más Madrid va a querer contentar a “los de arriba” y “gobernar para todos”, nos tememos que ahí no nos vamos a encontrar muy a menudo. En todo caso, no queremos ser un simple proyecto de presión por la “izquierda” a Más Madrid, nosotras tenemos vocación de gobernar. Aquí se está configurando una opción política para construir un polo con proyecto propio, autónomo y con la idea de que los avances en Madrid van a ser fruto de una dinámica real de conflicto desde fuera de las instituciones, para ello tener un pie en las instituciones también es clave, somos altavoz de las demandas de la mayoría social.
Relacionadas
Ayuntamiento de Madrid
Especulación urbanística El Ayuntamiento de Madrid planea la urbanización de Huerta de Mena, el “pulmón verde” de Hortaleza
Hortaleza
Distrito de Hortaleza El concejal de Hortaleza, David Pérez, vuelve a enfrentarse al tejido asociativo del distrito
Operaciones urbanísticas
Urbanismo en Madrid La ‘Operación Campamento’ sigue adelante: “No ha cambiado nada, en el barrio estamos muy enfadados”
El ahorro de los hogares en España se hunde y es ya un 60% más bajo que en Europa... qué medidas tiene Podemos o IU frente a eso? Ya se lo digo yo:ninguna, solo carriles bici
Ni siquiera eso; el carril bici ya estaba de antes de entrar Podemos a gobernar el ayuntamiento de Madrid
Pueden darse un paseo por Moratalaz para comprobar como los hechos son mas tozudos que la sinrazón. Vean sus parques y sus nuevos carril bici y la limpieza de sus aceras.