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Residencias de mayores
El riesgo de deshidratarte si vives en una residencia de mayores de la Comunidad de Madrid
La madre de Julia Martínez ingresó en el hospital hace un año con una deshidratación. Denuncia que las temperaturas en el interior de la residencia pública de Madrid Francisco de Vitoria, donde reside, son “inhumanas”. La ausencia de un sistema de refrigeración en la totalidad del edificio hace que las personas mayores que allí residen se enfrenten a temperaturas superiores a los 30 grados. Y este año el mapa se dibuja igual. Así lo describe Martínez: “En la planta baja no se nota apenas el aire acondicionado. En cada planta hay dos galerías con un ventilador pequeño en cada galería. En el 90% de las ocasiones hace muchísimo calor".
La situación de esta residencia pública no es un hecho aislado. Tal y como denuncian plataformas de familiares y sindicatos estamos ante un escenario generalizado en las residencias que dependen de la Comunidad de Madrid. “La Comunidad de Madrid, un año más, no se ha anticipado a este problema recurrente”, se quejan desde Marea de Residencias y desde el sindicato MATS en un comunicado conjunto.
Las personas mayores cuentan con una menor sensación de sed, cosa que les vuelve especialmente propensos a sufrir golpes de calor
Por un lado, denuncian, las habitaciones, que se encuentran en torno a los 30 grados, hacen imposible el descanso reparador tan necesario a cualquier edad. Y, por otro, un adulto mayor entre 60 a 80 años tiene un 10% menos de agua sobre el total del peso corporal en comparación con una persona de 30 años. Además, las personas mayores cuentan con una menor sensación de sed, cosa que les vuelve especialmente propensos a sufrir golpes de calor, expresan estas organizaciones.
“Las residencias más antiguas donde no se ha hecho ninguna reforma no tienen aire acondicionado en las habitaciones. Residencias públicas como La Gran Residencia, la Residencia de Mayores de Alcorcón o Parque de los Frailes, que es pública de gestión externalizada”, enumera Carmen López, portavoz de Marea de Residencias, para dar tan sólo algunos ejemplos.
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Pilar Torres, delegada del comité de empresa de la residencia Parque de los Frailes precisa que en las zonas comunes y en los pasillos sí hay aire, pero no así en las habitaciones. Para paliar esta situación, bajan las persianas y abren las puertas de las habitaciones para que entre el aire desde el pasillo. Pero en ocasiones esto no es suficiente. “El sistema de refrigeración nunca ha llegado a las habitaciones”, se queja quien piensa principalmente en los residentes, pero también en los trabajadores y trabajadoras.
“Las habitaciones están sin aire acondicionado, las familias les traen ventiladores desde sus casas. Esto pasa en una residencia cien por cien pública. Es una vergüenza”
Desde la Residencia pública de Mayores de Alcorcón una trabajadora confirma a El Salto esta situación. “Las habitaciones están sin aire acondicionado, las familias les traen ventiladores desde sus casas. Esto pasa en una residencia cien por cien pública. Es una vergüenza”, se queja esta trabajadora, que prefiere mantenerse en el anonimato. A esto hay que añadirle que las ventanas no se pueden abrir totalmente, clausuradas por intentos autolíticos. “En las habitaciones se alcanzan los 30 grados fácilmente, especialmente en una ola de calor como esta”, destaca.
Denuncias ante Inspección de Trabajo
Ante esta situación, desde la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC OO Madrid avisan que han pasado al acción. Así, en algunos centros los delegados y delegadas del sindicato han empezado a presentar denuncias. “CCOO pide la intervención del Gobierno de la Comunidad de Madrid para exigir a las direcciones de las residencias una adecuada climatización y el refuerzo de las plantillas que garanticen la salud”, explican.
En el 90% de las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid las profesionales de la lavandería trabajan en condiciones límites que comprometen su salud
Las altas temperaturas afectan a las residentes pero también a las trabajadoras, con plantillas aún más mermadas durante el verano. Y algunas tienen niveles de exposición extremos. Según datos de CC OO en el 90% de las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid las profesionales de la lavandería trabajan en condiciones límites que comprometen su salud. “En la lavandería tienen cinco lavadoras con tres secadoras con sus motores a tope emitiendo calor y ni siquiera tienen un ventilador. Ahí se alcanzan de 35 grados para arriba”, explica Juani Peñafiel Heras, responsable de residencias de CC OO, mientras añade que no es la primera vez que desde su sindicato recurren a la Inspección de Trabajo.
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Según la Ley de Riesgos Laborales, la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 ºC. Peñafiel explica que no es la primera vez que desde su sindicato recurren a la Inspección de Trabajo para denunciar el incumplimiento de esta legislación. Explica que en la residencia de Peñuelas, pública de gestión privatizada, la inspección llegó a personarse en la residencia, les dio como fecha límite para climatizar las instalaciones abril de este año “y a esta fecha no han empezado a arreglarlo”. “Esta residencia tiene instalaciones lamentables, salas enormes donde no hay ningún aparato de refrigeración”, explica la delegada de CC OO.
“Te dicen que te tienes que ir a tu médico de cabecera y los tres primeros días de baja te descuentan el 100% del salario. Prefieren seguir trabajando con un golpe de calor”
Peñafiel describe un trabajo plagado de cargas físicas para los trabajadores y trabajadoras, que han de levantar a usuarios enfermos de Alzheimer, algunos en posición fetal. "Sin aire acondicionado, tienen que duchar con agua caliente a un enfermo de Alzheimer tras levantarse a 16 residentes en 2 horas“, explica. Por ello asegura que han registrado golpes de calor entre las plantillas ”pero ni siquiera van al médico“, empujados por la precariedad y porque les cuesta demostrar que estamos ante accidentes laborales. “Te dicen que te tienes que ir a tu médico de cabecera y los tres primeros días de baja te descuentan el 100% del salario. Prefieren seguir trabajando con un golpe de calor porque no se lo pueden permitir con sus bajos salarios”, advierte la delegada de CC OO.
Mientras Julia Martínez espera que llegue el ansiado sistema de refrigeración a toda la residencia Francisco de Vitoria. Y que estas decisiones se tomen de manera anticipada, antes de que una nueva ola de calor vuelva a amenazar la salud de su madre. Eso sí, expresa, “en el despacho de la doctora se está de lujo de fresquito”, zanja.