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Ejército
Ruido de sables en el 2021
Según cuenta Paul Preston en su monumental biografía sobre Franco “Caudillo de España”, al futuro dictador le dolió sobremanera que Azaña, mediante decreto publicado en la Gaceta de Madrid el 1 de julio de 1931y en calidad de Ministro de la Guerra, cerrara la Academia General Militar de Zaragoza, que por entonces Franco, traidor en ciernes, dirigía, lo cual acrecentó su enconado rencor contra la Segunda República, un resentimiento voraz alentado, además, por su señora, Carmen Polo, según le narró al hispanista inglés Serrano Suñer, en otro tiempo “el cuñadísimo”.
La referencia viene a colación de la norma o disposición dictada hace unos días por la Ministra de Defensa y publicada en el BOD (Boletín Oficial del Ministerio de Defensa) del 11 de enero de 2021 que insta a fomentar los valores constitucionales en las escuelas militares, y “a evitar cualquier uso o exhibición de simbología que vulnere las normas, los principios y valores constitucionales”.
Régimen del 78
El artículo de la Constitución que hace soñar a los golpistas
Independientemente de que sorprende que una norma de este cariz sea dictada más de cuarenta años después de aprobada la Constitución (¿hasta ahora no se hacía, señora ministra?), a nadie se le escapa que en el ejército español y en su órbita se respira todavía cierto tufo a nostalgia franquista y patrioterismo fascistoide que se levanta con ganas cuando arrecian vientos propicios.
Todavía hay quien se topa, de vez en cuando, en algún que otro control de tráfico de la Guardia Civil con el clásico número u oficial chusquero que lleva colgando por fuera del bolsillo del pantalón el llavero con el escudo preconstitucional, con la bandera y el pollo fascista, bien a la vista del administrado. Y es que el espíritu o fantasmón de los espadones franquistas sigue flotando aún entre la tropa, sobre todo en la educada en los cuarteles de la dictadura, camisas viejas que hacen guardia junto a los luceros, donde se acostumbraba a fusilar al amanecer, de cara al sol, torturado y de espaldas a la tapia del cementerio.
Y es que el espíritu o fantasmón de los espadones franquistas sigue flotando aún entre la tropa, sobre todo en la educada en los cuarteles de la dictadura, camisas viejas que hacen guardia junto a los luceros
Basta echar un vistazo a las páginas web y publicaciones del Ministerio de Defensa para percatarse de que nunca se ha sido tajante a la hora de rechazar aquellos malhadados tiempos en los que toda España era un cuartel. Sin ir más lejos, la misma página de la Academia Militar de Zaragoza sigue tratando con mimo y delicadeza la figura y el paso de aquel fatuo director que acabaría sumiendo al país en una guerra fratricida y cometiendo crímenes durante más de cuarenta años seguidos. En el enlace referente a la historia de dicha institución se dice, sin más, que “El 14 de julio el General Franco se despide de sus alumnos con un emotivo discurso en el que resaltaba el valor de “la Disciplina, nunca bien entendida ni comprendida”.
Cuando acudimos al texto original de aquel discurso, descubrimos las referencias veladas al golpismo, a la agitación cuartelera, a la rebelión que habría de venir apenas unos años después: “¡Disciplina!, que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando” (discurso pronunciado en el patio de la Academia el 14 de junio de 1931) .
Poco antes Franco la había tenido ya con Azaña, cuando se negó a arriar la bandera monárquica y sustituirla por la tricolor tras la proclamación de la República. No lo hizo hasta que la orden le llegó por escrito, a pesar de que superiores suyos se la dieron de forma oral.
La timorata respuesta que acostumbra a dar el Gobierno español (gobierne quien gobierne) al constante ruido de sables que resuena en los cuarteles contrasta con la iniciativa llevada a cabo en otros países, como por ejemplo Alemania, donde recientemente se limpió de basura ultra a la tropa
La misma revista actual de la Academia Militar de Zaragoza, “Armas y Cuerpos”, fue motivo en febrero de 2020 de una pregunta a la Mesa del Congreso de los Diputados, dirigida a la Ministra de Defensa. En dicha revista se vertían elogios sobre la figura del dictador Francisco Franco, “cuyo gran prestigio era reconocido más allá de nuestras fronteras”. Dicha pregunta fue contestada por la subsecretaria de Defensa en comisión el 22 de octubre, echando balones fuera sobre el asunto y repitiendo que el código deontológico de los militares españoles estaba fuera de duda, y que la expresión vertida en la revista respondía al “devenir histórico de la Academia”, pues la misma había sido extraída de artículos pasados.
Quien quiera puede descargarse, a todo color, la “Revista de Defensa” y la revista “Armas y Cuerpos”, publicaciones mensuales del Ministerio de Defensa y de la Academia de Zaragoza respectivamente, meros artilugios de propaganda militarista que se llevan un buen pico de los presupuestos. En ninguno de sus ejemplares se podrá encontrar análisis histórico alguno que sea de fiar sobre la época que va desde 1931 a 1978, refiriéndose los artículos de carácter historicista en su mayoría al “glorioso pasado militar español” o a cuestiones como la guerra franco-prusiana o al imperio austrohúngaro. La crítica al papel represivo desempeñado por el ejército durante la Guerra Civil y la dictadura brilla por su ausencia. Es más, en los enlaces de la Academia Militar de Zaragoza, se redirige a otras publicaciones militaristas de carácter privado, como la revista “Ejércitos”, donde cada dos por tres se repite la monserga sobre el peligro de invasión a mano de los países del Magreb, con Marruecos a la cabeza.
La timorata respuesta que acostumbra a dar el Gobierno español (gobierne quien gobierne) al constante ruido de sables que resuena en los cuarteles contrasta con la iniciativa llevada a cabo en otros países, como por ejemplo Alemania, donde recientemente se limpió de basura ultra a la tropa. En 1931 a Azaña no le tembló la mano a la hora de cerrar una Academia que se intuía era el nido donde se incubaba la serpiente fascista, con su pollo gordinflón a la cabeza. En aquellos tiempos, como acontece ahora, la prensa y los partidos de derecha no hacían más que denunciar que el Gobierno estaba tomado por comunistas y masones. El decreto dictado por la Ministra de Defensa para que se inculque a la tropa valores democráticos viene tarde y mal, pero sobre todo viene flojo y mucho nos tememos que quede en papel mojado.
La semana política
¿Quién va ganando?
La Casa Real no emite ninguna señal respecto al ruido de exmandos intermedios militares en contra del Gobierno. El Partido Popular se pierde en sus contradicciones y la ultraderecha sigue explotando una situación de dislocación social respecto a la realidad.