Elecciones del 26 de mayo
Los últimos de la fila en las elecciones del 26M

Khristian Giménez figura en el último puesto de Alternativa d’Esquerres de L’Hospitalet (AELH) tras haber sido el primero hace cuatro años en otra lista. Violeta Carlavilla es la número 164 en la lista de Más Madrid en la Comunidad, pero también primera en Fuenlabrada. Carmen Manzano está muy ocupada en la protectora que preside pero apoya a PACMA cerrando la lista de las europeas. 

Violeta Carlavilla Más Fuenlabrada Portada
Violeta Carlavilla en un acto de campaña con Íñigo Errejón.

Khristian Giménez Màrquez ha pasado de ser cabeza de lista en 2015 a cerrar la candidatura con la que este año se presenta a las elecciones municipales de L’Hospitalet de Llobregat. En medio de este descenso meteórico ha vivido la experiencia de ser concejal durante cuatro años en esta localidad de 261.000 habitantes gobernada por el PSOE, donde ha liderado el grupo municipal de CUP Poble Actiu, candidatura municipalista que concurrió en 2015 y cuyo grupo municipal está compuesto por dos personas: él mismo y una asesora, Ana Vallina Bayón.

Sus nombres figuran en los puestos 26 y 27 de la lista de Alternativa d’Esquerres de L’Hospitalet, un cierre simbólico con el que quieren enviar dos mensajes: el primero, que la candidatura es continuista con la de 2015, dice Giménez, que integraban la CUP L’Hospitalet, Procés Constituent, Lluita internacionalista y activistas de la ciudad. El segundo, que consideran sano para ellos mismos y para los movimientos que haya rotación en las caras visibles. “Si no pones límites, es fácil acostumbrarse a vivir en el matrix de la institución”, dice el último de la lista, que confiesa haber perdido muchas horas de sueño en su puesto de concejal.

Khristian Gimenez Alternativa Hospitalet
En el centro, con jersey rojo, el número 27 de la lista de Alternativa d’Esquerres de L’Hospitalet Khristian Giménez.

—¿Los últimos son los peores?

—[Risas] Soy crítico con mi paso por el ayuntamiento, pero no creo que sea el peor. 

PRIMERA Y ÚLTIMA

Violeta Carlavilla Ruiz responde por teléfono después de un mitin de Más Madrid que acaba de llevar hasta Fuenlabrada a Íñigo Errejón, cabeza de lista de este partido en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid. Carlavilla ocupa el puesto 164 en la lista de Errejón: es la última de la fila.

“Mi nombre aparece el último en la candidatura de Íñigo Errejón porque apoyo su candidatura y he creído necesario que estuviera ahí, pero sobre todo me ha parecido necesario encabezar la candidatura de Más Madrid Fuenlabrada”, explica. Porque Carlavilla, asesora fiscal autónoma en excedencia de un puesto en el Ayuntamiento fuenlabreño, es candidata a alcaldesa en este municipio del ‘cinturón rojo’ madrileño: encabeza la lista hermana de Más Madrid tras un proceso de primarias y es la segunda cita electoral a la que concurre.

En 2015, el nombre de esta joven de 27 años bregada en movimientos estudiantiles y sindicales iba en las listas de Ganar Fuenlabrada, la candidatura municipalista que obtuvo 4 concejales con el 14% de los votos y que, ahora, ella da por agotaba. “Bajo mi punto de vista no tienen expectativas de gobernar ni de favorecer un cambio real en Fuenlabrada”, zanja, poniendo de manifiesto una situación que se ha repetido en otros municipios donde las candidaturas municipalistas de 2015 se han desdoblado en 2019.

Violeta Carlavilla Más Fuenlabrada
Íñigo Errejón, candidato a presidir la Comunidad de Madrid por Más Madrid, junto a Violeta Carlavilla Ruiz, última de la lista de Errejón y primera en la candidatura de Fuenlabrada.

Para explicar cómo y por qué se metió en política, se remonta a su adolescencia. Con 14 años se vio en la tesitura de crear una organización que agrupara las asociaciones de estudiantes de los diferentes institutos de la localidad, una organización “en la que nos pudiéramos poner de acuerdo y fraguar movimientos estudiantiles”, explica. Así fue como acabó presidiendo la Plataforma de Estudiantes por la Solidaridad. Después, ha sido durante siete años responsable de UGT.

“He nacido de una familia humilde, mis abuelos vivieron en las chabolas del Pozo del Tío Raimundo, mi bisabuelo fue asesinado en la Guerra Civil… Creo que, sobre todo, por él, por mi bisabuelo, me veo en la obligación de luchar por la libertad y la democracia en nuestro país en movimientos políticos”, asegura.

EXPERIENCIA PARA CERRAR LISTA

Para Carmen Manzano, cerrar la lista que PACMA presenta a las elecciones europeas es un honor. Esta jubilada de 65 años tiene mucho lío, explica, y figura en el puesto 54, el último, de la candidatura al Parlamento Europeo del partido animalista. El lío del que habla se debe, sobre todo, al trabajo que realiza como presidenta de la Protectora de Animales de Málaga, donde reside esta mujer de Cartagena.

Manzano cree que el activismo en defensa de los animales lo trae de serie. “En Cartagena había en el centro lo que se sigue llamando la Posada de los Carros; allí iban los carreteros con caballos y burros, y a las niñas nos prohibía ir pero yo buscaba pan y se lo llevaba a los burros y los acariciaba”, recuerda Manzano, que cree que su activismo en defensa de los animales le viene de nacimiento y luego ha ido creciendo.

Carmen Manzano PACMA Europeas
Carmen Manzano, última de la lista de PACMA a las europeas, con uno de los habitantes de la Protectora de Animales de Málaga, de la que es presidenta.

Al refugio del que hoy es presidenta acude a diario desde que está jubilada, aunque es voluntaria desde 1990. El trabajo es ingente: gestión burocrática, reuniones con el ayuntamiento, búsqueda de convenios para mantener la actividad. “Nuestro refugio no es pequeño, hay 13 fijos y 400 voluntarios y solo la gestión ya es muchísimo trabajo”, especifica. El refugio también atiende a un grupo de AMAPACE, la asociación de personas con daño cerebral de Málaga que acude una vez a la semana para cuidar de los perros más mayores. Y luego están, por supuesto, los rescates. Su marido se queja de que, incluso cuando se van de vacaciones, el móvil de Manzano no deja de sonar.

A esta actividad se suma ahora la de la campaña, en la que participa con reparto de propaganda, pegada de carteles y lo que haga falta. Lo hace porque “el PACMA es el único partido que puede llevar a Europa la voz de los animales de España y trabajar para que acabe el maltrato”.

A unos 200 kilómetros, en Jerez de la Frontera, de José Mejías algunos dirían que es la cabeza pensante y un maestro en hacer y cuidar las redes que sustentan Ganemos Jerez. Él lo explica de otra forma: “Mi trabajo es discreto”, cuenta a El Salto. Mejías tiene 55 años, no está jubilado como Manzano pero cree que, como en el caso de la candidata animalista, su nombre en el último puesto es un reconocimiento a su experiencia.

Mejías pertenece a la agrupación de electores (que no partido, insiste) que se presentó a las elecciones locales de 2015 y obtuvo cinco concejales, y repite como último en la lista.

José Mejías Ganemos Jerez
José Mejías, a la izquierda, junto a compañeros de Ganemos Jerez, lista que cierra por segunda vez.

Entre las tareas que realiza dentro del partido enumera las de cuidar la estructura de la organización, dinamizar la asamblea, dar soporte al grupo municipal o coordinarse con la gente de comunicación. “Trabajo de base”, resume.

“Ir el último no comportan muchas obligaciones, o ninguna, aunque sí hay una serie de obligaciones en el terreno moral que son las que yo mismo me impongo”, zanja Mejías, psicólogo y funcionario en el ayuntamiento, que lleva el puesto con orgullo. “Sinceramente, no me planteo ir en puestos más altos, ni en 2015 ni ahora”, confiesa.

Además de figurar por segunda vez en las listas de Ganemos Jerez, Mejías recuerda otra experiencia en su carrera política: en los años 90 se presentó en una lista de un partido de izquierdas que partía de movimientos sociales de la ciudad. “Eran otros tiempos”, asegura.

DESCONOCIDOS Y NO TANTO

Claudio Ramírez nunca ha estado en ninguna otra lista electoral ni se ha planteado en esta ocasión ir en los primeros puestos. Tampoco es posible saber mucho de él poniendo su nombre en Google. Informático de 43 años, confiesa que su nombre figura en la lista de las elecciones municipales de Cádiz por su amistad con el coordinador del partido, Jorge Serrano. “Llevo desde años siguiéndoles y siempre me ha gustado su programa; cuando me planteó la posibilidad de presentarme como candidato en estas elecciones me pareció una forma de ayudar dentro de mis posibilidades”, explica a El Salto.

Desde esa posición, se siente “orgulloso de aportar mi grano de arena para que un partido como Por Un Mundo Más Justo tenga opciones de obtener una representación y así tener más herramientas para ir logrando poco a poco sus objetivos”, explica por correo electrónico en el que cuenta que no es afiliado y que colabora con el partido por simpatía.

Pese a que los nombres que ocupan los últimos puestos suelen ser desconocidos, en los últimos puestos también hay caras y apellidos fácilmente identificables. Es el caso de Eduardo Garzón, economista y hermano del diputado de IU Alberto Garzón que cierra la lista de un pueblo de La Rioja: es el número 11 de IU en Cenicero, un municipio de unos 2.000 habitantes. “Lo hago como gesto de apoyo a la candidatura del pueblo natal de mi madre, que falleció hace cinco años”, cuenta por teléfono en medio de un viaje. Su madre, Isabel Espinosa, falleció a los 52 años en Málaga y fue enterrada en Cenicero, municipio con el que Eduardo Garzón conserva un vínculo sentimental y algunos familiares.

“Obligaciones, ninguna; posibilidades de salir elegido, cero”, resume para subrayar que su apoyo es simbólico y que se animó porque se lo propusieron unos primos. Y, por mucho que su nombre esté fuertemente asociado a la vida política en los últimos años y se haya significado por sus ideas en tertulias televisivas, es la primera vez que figura en una lista electoral, asegura.

últimos y orgullosos

El jerezano José Mejías lleva con orgullo ser el último de la fila: “Los compañeros me piden que vaya porque tengo una trayectoria en Jerez, pero mi papel es ese y por eso voy el último”. “Hay gente muy válida que cierra listas de manera simbólica, que tienen legitimidad y no quieren meterse en el embolao”, resume Khristian Giménez desde L’Hospitalet donde, esta vez, prefiere un puesto en segundo plano y asegura que realiza, como Mejías, más gestión interna que de cara a la galería. Para Violeta Carlavilla, ser la última y la primera tiene que ver con lo mismo, con “intentar hacer la vida de los ciudadanos más sencilla y más amable”. 

Eduardo Garzón en ningún caso, aclara, se plantearía ir en los primeros puestos. Tampoco se lo plantea Carmen Manzano, quien dice no tener la preparación ni la fuerza suficiente para ello, pero sí para ir en el último puesto y mostrar su apoyo al partido (y su admiración por quienes ocupan los primeros puestos, añade).

A las ocho y media de la noche del viernes, Manzano envía un mensaje de WhatsApp y varias imágenes: “galgo rescatado”.

Ya lo dijo al principio. Está muy ocupada.

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