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Laboral
Mujeres migrantes en la encrucijada laboral: el atasco en la homologación empuja a miles a la precarización
Hay una treintena de profesiones que, al ser reguladas, necesitan homologación de aquellos títulos de fuera de la UE para poder ejercerse en España (por ejemplo, medicina, ingeniería, arquitectura, enfermería u abogacía). En los últimos años, un atasco burocrático prolongado ha generado un colapso en la tramitación de los expedientes de homologación, provocando que miles de profesionales extranjeros estén atrapados en un limbo administrativo a la espera de la resolución.
Racismo
Migración Homologaciones: entre la frontera administrativa y el limbo vital
Actualmente, el Ministerio de Universidades acumularía unos 100.000 expedientes pendientes de tramitación, según estimaciones que hace la plataforma Homologación Justa ya!, un movimiento creado por diferentes profesionales migrantes que lucha por la homologación de títulos en nuestro país y que lleva meses convocando manifestaciones por todo el territorio español para visibilizar su situación y reclamar que se agilice el proceso.
Homologar en España: una odisea moderna para miles de migrantes
Dariia, ucraniana, llegó hace algo más de un año a España huyendo de la situación en su país. Es licenciada en psicología y magisterio, y habla cinco idiomas. Sin embargo, por el momento, aquí eso es papel mojado. Para iniciar los trámites de la homologación de sus títulos universitarios necesita antes acreditar que tiene un nivel B2 de español y someterse a un examen. Como aún no puede optar a homologar sus carreras, ha optado por hacerlo primero con su título de Bachillerato, una opción que le permite al menos acceder a realizar un certificado de profesionalidad.
“Para el proceso de homologación hay que tener mucha paciencia, hay compatriotas que ni siquiera empiezan los trámites por el tiempo de espera”, cuenta Dariia
Ha sido una auténtica odisea en el caso de Dariia, que cuenta cómo tuvo que pasar hasta 28 citas con la administración para conseguirlo. “Tuve muchas dificultades para saber cómo tenía que hacer para homologar mi bachiller, tuve que llamar al consulado de mi país y escribir una carta al Ministerio de Educación de Ucrania para que me dieran un justificante. Estuve casi nueve meses entre que averigüé cómo proceder para homologar, luego hacer el papeleo, contactar con traductores jurados…”, rememora. “Para el proceso de homologación hay que tener mucha paciencia, hay compatriotas que ni siquiera empiezan los trámites por el tiempo de espera. Yo quiero trabajar de lo mío, pero no puedo esperar tanto tiempo sin más, tengo que ir haciendo algo hasta que pueda ejercer”, señala.
“Se hace muy cuesta arriba cuando vienes acá. Alguna colega me dice que parece casi como analfabeta, porque no te reconocen nada si te falta la homologación. Y estamos hablando de personas con un doctorado y con 35 años de experiencia”, cuenta en una entrevista telefónica Milagro Mendoza, psicóloga hispano-venezolana que forma parte de la mesa de coordinación del Movimiento Psicólogos Migrantes. Se trata de una plataforma que lucha por el reconocimiento de los títulos extranjeros de psicología y que denuncia las trabas para la homologación, formada actualmente por 1.900 personas procedentes de 28 países en la que “alrededor del 80% son mujeres”.
Un colapso administrativo que no deja de aumentar
El atasco en la tramitación de las homologaciones es una problemática que viene de largo y que en los últimos años ha ido a más, a pesar del Real decreto de octubre de 2022, que establecía en seis meses el plazo máximo para la resolución, en un intento de agilizar el proceso, pero que en la práctica no ha surtido efecto. El informe de 2023 del defensor del Pueblo así lo constata, habiendo recibido más de un millar de quejas por este motivo durante el pasado año. Tampoco se cumple la recomendación de la Comisión Europea del pasado noviembre que fijaba en dos meses la resolución a partir de la fecha de presentación. De hecho, los plazos reales están muy por encima.
El caso de los sanitarios es especialmente flagrante. “En 2018 el tiempo de espera para la obtención de la homologación era de un año para los de medicina y dos para el resto (odontología, enfermería, psicología), pero actualmente medicina ya está llegando a los tres años de espera y el resto unos cinco años” explica Mendoza.
En 2021 el 22,6% de las mujeres migrantes tuvieron problemas para encontrar un trabajo adecuado a su nivel de formación. El principal motivo fue no tener reconocidos los títulos obtenidos en el extranjero
En palabras de esta psicóloga, hay principalmente tres factores que influyen en el atasco burocrático de expedientes. En primer lugar, la falta de personal técnico funcionario. En segundo, los sucesivos cambios de ministerios encargados del proceso de homologación —en un principio era competencia de Educación, luego pasó a Universidades—. “Estos cambios hacen que los expedientes se vayan cambiando de edificio y provoca el extravío de alguno de ellos. Nos encontramos casos de personas que después de cuatro años reciben una carta diciendo que falta un documento, y tienen que volver a pagar la tasa porque el pago no aparece”. En tercer lugar, la falta de unas directrices claras a seguir por los evaluadores de Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) durante los últimos años.
“Hay gente que se ha ido porque ya llega un momento que emocionalmente te afecta. Estás viendo que tu carrera profesional se ha destruido por esta espera, y pasan los años… Conocemos casos de médicos que recientemente se han vuelto a sus países”, señala Mendoza. “Por otro lado, hemos visto también vídeos de decanos de algunos colegios profesionales de psicología que han declarado que están luchando en contra de las homologaciones. Si tienes el título reconocido pero el Colegio no te colegia porque te está haciendo la guerra solamente porque eres extranjero… Claro, una persona migrante que está viviendo una situación precaria, sobreviviendo, no puede gastar dinero en reclamar. Es una vulnerabilidad generada por una situación administrativa ya existente y por una creada por los colegios profesionales, que va generando a su vez más vulnerabilidad a las personas que no encuentran cómo defenderse, bien sea por desconocimiento o falta de recursos monetarios, emocionales o sociales”, denuncia.
Sobrecualificadas pero precarizadas
Según recoge el Informe sobre la Integración de la población extranjera en el mercado laboral español, elaborado por el Ministerio de Inclusión, la presencia de personas extranjeras siempre tiende a ser más relevante en los niveles de cualificación más bajos, lo que induce a pensar necesariamente en un problema de sobrecualificación generalizada, algo especialmente llamativo en el caso de las y los trabajadores extranjeros con formación superior en ocupaciones elementales: es casi siete veces superior (12%) a la de los españoles (1,8%).
Por otro lado, en este informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), dependiente del Ministerio de trabajo, se reveló que en el año 2021 el 22,6% de las mujeres migrantes tuvieron problemas para encontrar un trabajo adecuado a su nivel de formación y el principal motivo que generó estos problemas fue no tener reconocidos los títulos obtenidos en el extranjero (el 28,9% de las mujeres frene al 24,4% de los hombres). La diferencia entre sexos evidencia la mayor discriminación que sufren las mujeres migrantes en el acceso a empleo cualificado.
Juana P. (que prefiere ocultar su nombre real) es dominicana y reside desde hace un año y medio en Valladolid, casi el mismo tiempo que lleva a la espera de la homologación de su título de enfermería. “Hace más de un año que realicé la solicitud y desde entonces no he vuelto a recibir ninguna notificación, desconozco cómo está el proceso”, apunta con resignación. “La incertidumbre es lo peor”, añade.
“Con esto de la homologación se nos ha ido nuestra propia vida, y a eso se suman nuestras circunstancias personales”, sentencia Mendoza
Mientras espera, trabaja como empleada de hogar, “siempre sin contrato”. “He sufrido vulneraciones repetidas de mis derechos, de las condiciones establecidas y despidos repentinos. Se pasan muchas cosas por salir adelante. Se aprovechan de ti y por la situación en la que te encuentras no puedes hacer nada” explica.
“Sí, sé de muchas colegas psicólogas que están trabajando en los cuidados para salir adelante”, comenta Mendoza, corroborando también esta realidad. Y es que se calcula que en España el sector doméstico está integrado en un 95% por mujeres, de las que más de la mitad son migrantes.
En el III Informe de Atención psicosocial a mujeres migrantes, elaborado por Red Acoge en 2017, ya se apuntaba esta potente e histórica vinculación de las mujeres migrantes con el sector del hogar y los cuidados: “El empleo de las mujeres inmigrantes se encuentra extremadamente vinculado al empleo doméstico. Las razones de esta situación son diversas, pero un mercado laboral segregado ha ido arrinconando a las mujeres de origen extranjero en este tipo de puestos, independientemente de niveles formativos más altos que los requeridos”.
Medicina
Sanidad Médicas atrapadas en la homologación
Asimismo, en el IV Informe, publicado en 2020, se recogía: “Es una realidad en muchas mujeres migrantes el desajuste existente entre capacidades, habilidades, formación y el tipo de trabajo que desempeñan. Otro de los motivos que provocan ese desajuste es la falta de homologación de los títulos y certificados de estudio del país de origen (…) El proceso de homologación supone una inversión de tiempo y esfuerzo siendo en muchos casos bastante dificultoso el hecho de obtener ciertos documentos en determinados países de origen. Estos factores hacen que muchas personas migrantes desistan de homologar sus títulos y tengan que aceptar trabajos precarios muy por debajo de sus capacidades, de su formación y de su experiencia laboral previa”.
“Con esto de la homologación se nos ha ido nuestra propia vida, y a eso se suman nuestras circunstancias personales. Colegas que por esta lucha han perdido el empleo. Cada cual lleva su viacrucis como mejor puede. Tratas de encontrar empleo, pero emocionalmente no estás para enfrentarte a una entrevista. Hay gente incluso con tratamiento farmacológico”, sentencia Mendoza, quien colabora también prestando apoyo emocional en Psicovesp, psicólogos venezolanos en España. “Nos apoyamos en la medida de lo posible, es un apoyo mutuo”.
Afirma convencida que continuarán peleando junto al resto de compañeros y compañeras para conseguir su objetivo, y más ahora que están sumando más adhesiones que nunca. “El movimiento está teniendo una progresión imparable, ingresan tres o cuatro personas al día, y eso que hay muchos profesionales que no saben de nosotros todavía”.
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Excelente artículo que visibiliza la lucha, injustisima, que tienen que llevar a cabo miles de migrantes cualificados en nuestro país. Todo este entramado burocrático tiene el objetivo de convertirlo en mano de obra sobreexplotada para empresas y familias ricas del país.