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Maternidad
Parir hoy
Muchas mujeres quieren lugares donde se respete al máximo la fisiología del parto, con el mínimo de intervenciones médicas necesarias y con un acompañamiento profesional seguro y respetuoso.
“Soy mujer y un entrañable calor me abriga cuando la vida me golpea. Es el calor de otras mujeres de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero” . Alejandra (Pizarnick)
Gestar es un proceso vital transformador para el cuerpo de las mujeres, de una intensidad psíquica inmensa, un interesante cóctel de miedos, hormonas, posibilidades e incertidumbres variable según cada cuerpo que gesta. Parir es fisiológico para el cuerpo de las mujeres, aunque precisa acompañamiento y cuidados específicos. Ambos pertenecen a un campo de la medicina en el que en los últimos años se han producido numerosos cambios acompañados y precedidos de no pocos calurosos debates.
Cada vez más lejos de “toda la vida se ha hecho así” y de delegar el cuidado de los nacimientos a manos de ginecólogos/as y/o matrón/as sin más, hoy en día una gran mayoría de las mujeres embarazadas se interesan, se informan y son parte activa del proceso de múltiples maneras (leyendo mucho, elaborando un plan de parto, eligiendo como y donde y con quien parir, buscando las estadísticas de cada centro hospitalario…). Muchas de ellas quieren lugares donde se respete al máximo la fisiología del parto, con el mínimo de intervenciones médicas necesarias y por supuesto con un acompañamiento profesional seguro y respetuoso, aun sabiendo que el parto es un proceso vivo con múltiples posibilidades y posibles desenlaces.
En todo este torbellino es necesario destacar dado su interesante ejemplo a la asociación El parto es nuestro (EPEN) y donde quiero detener la mirada. Quince años de activismo y participación activa dentro del sistema sanitario logrando generar múltiples cambios (colaboración en Estrategia parto normal 2003-2008) y múltiples campañas (¡Que No os separen! , Unidos en Neonatos, Stop kristeller, #Yorespeto), así como la puesta en marcha del Observatorio de Violencia Obstétrica. Su principal plataforma es una web con mucha información de calidad aunque también tienen un trabajo en forma de grupos locales con reuniones mensuales que permiten acercar toda esta experiencia a pie de barrio.
El objetivo fundamental de la asociación es que todas las mujeres sin distinción puedan parir de acuerdo a la evidencia científica, de forma segura y garantizada. Poner a la mujer en el centro, informada y protagonista. Busca partos dignos y nacimientos seguros. Apoya el parto atendido por profesionales. No te dice ni como ni donde parir. No es una asociación de profesionales ( aunque hay muchas que participen). Al contrario de lo que muchas veces se piensa, no recomienda el parto sin asistencia ni formas de parir ni profesionales concretos. Sus líneas rojas están claras (no habla de crianza, no habla de educación, no se puede vender nada...) posiblemente eso le haga más sólida.
EPEN es sororidad, feminismo y participación activa. EPEN es trabajo colectivo. EPEN es eso que tantas veces se nos llena la boca que queremos conseguir. Haciendo trabajo de hormiguitas con muchas experiencias y años a las espaldas. Ellas han conseguido, con el trabajo de otras muchas profesionales, que se pueda ir dejando atrás la visión del parto patologica, intervencionista y jerárquica, así como protocolos obsoletos, y que los partos en España puedan ser más gozosos y seguros para todas las mujeres sin distinción.
En esos diálogos inacabados que a veces tienen las redes sociales entre feminismo y maternidad, la existencia de un grupo horizontal, sin protagonismos, que busca el empoderamiento de la mujer y su capacidad de informarse, decidir y protegerse, así como la búsqueda de apoyo mutuo, nos hace reflexionar una vez más en que este es un camino para poder habitar la maternidad feminista. Y que son compatibles. Y que se puede.
Por otro lado poner en el centro la necesidad de establecer un diálogo bidireccional usuarias-profesionales, con el buen trato y la escucha en el centro, desde la evidencia científica actualizada y en continua revisión, respetando los deseos de las mujeres en los márgenes de seguridad, hace que necesariamente se reajusten fuerzas y se equilibren poderes, ambos pasos necesarios para construir una sistema sanitario moderno y equilibrado. Los y las profesionales sanitarios tenemos que estar a la altura de este diálogo.
Nota a pie:
Dado que decidir ser madre en el momento de plena ascendencia profesional es un alto en el camino, quiero pensar que, como médica, todo lo aprendido y vivido en el cuerpo con mi experiencia propia me permiten ser una profesional más informada, formada y empática. Como mujer médica y feminista parir ha sido todo un viaje de transformación en el que tengo que agradecer al trabajo de años a las activistas y socias que son EPEN, en especial a mi amiga Ibone Olza.
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Dos libros imprescindibles recien publicados a este respecto:
Partos arrebatados https://www.viruseditorial.net/es/libreria/fondo/8250/partos-arrebatados
La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente https://cauac.org/libros/la-represion-del-deseo-materno-y-la-genesis-del-estado-de-sumision-inconsciente/
https://vimeo.com/68196686
Un video inspirado en el libro "Por un nacimiento sin violencia"
El autor fue un médico francés, Laboyer, que se ha interesó por disminuir en el niño el trauma del nacimiento. Laboyer plantea ¿quien ha pensadoen evitarle al niño la tortura de su primer contacto con el mundo? La hiriente luz, los agudos sonidos, la brusca entrada del aire en los pulmones, el vértigo, el frío, el contacto con la ropa o telas e incluso con metales (cuando lo que necesita es el contacto de todo su cuerpo con el cuerpo de la madre)... todos estos son suplicios innecesarios de un sistema sanitario opresivo, ideado desde el poder. Apartar al niño de la madre, con la excusa de medirle y pesarle, etc. es lo que de hecho puede asegurar enfermedades, inmunodeficiencias o o trastornos psicológicos en el futuro. Aplicarle liquidos médicos en los ojos abiertos a la fuerza es directamente una tortura propia de sádicos.
En su obra el doctor Laboyer sugiere un nuevo método para ayudar al niño a nacer disminuyéndo su sufrimiento. Siguiendo su sistema, a los pocos minutos del parto, el recién nacido abre los ojos, sedespereza, juega con sus manos, sonríe y se duerme placidamente.
Cuando un niño llega al mundo, lo primero que hace es llorar, ¿acaso el llanto del recién nacido no es un símbolo de dolor? Ante el llanto los asistentes: ¡llore! ¡llore! Exclama alguien; por que para ellos el llanto es símbolo de bienestar; indica que el cuerpo esta funcionando bien. Pero recordemos que el hombre no es solo un cuerpo. El llanto es la expresión del sufrimiento; sin embargo nadie se preocupa por esto y aun mas el niño es tratado casi como un objeto. Hay que hacerle una serie de procedimientos de rutina sin pensar en lo que él está sintiendo. ¿Por qué?
Gracias por este artículo. Me uno al saludo a las asociaciones y personas que llevan años luchando por embarazos, partos y puerperios respetados. Y, humildemente, animo a quienes, como yo, somos una parte masculina en familias heteroparentales a que nos informemos e impliquemos en esta lucha, que como tantas otras, es una deuda pendiente que tenemos tras tantos y tantos años de prácticas que han dañado los cuerpos de mujeres y criaturas.