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Madrid
Almeida destina menos recursos para la limpieza en el sur y aumenta las desigualdades entre territorios
Las políticas públicas tendentes a la gestión, limpieza y recogida de residuos en los distintos barrios de Madrid han contribuido, en los últimos cinco años, a incrementar la brecha socioeconómica entre centro y periferia. Así lo evidencia el último informe de Más Madrid, Abandono del sur. La desigualdad en la limpieza, presentado este miércoles por la portavoz de esta formación en el Ayuntamiento, Rita Maestre. En él se analizan los múltiples desequilibrios territoriales en relación al saneamiento de los barrios por parte del Consistorio de José Luis Martínez-Almeida. Entre otras muchas cuestiones, el documento aborda parámetros como la forma en que se lleva a cabo la limpieza de las calles, la intensidad del saneamiento en función del distrito o la ubicación de las infraestructuras de gestión de residuos.
Mientras que los distritos del sur y este de Madrid reciben el 39% del presupuesto total en saneamiento, los pertenecientes al centro y norte (Arganzuela, Salamanca, Chamberí o Tetuán), reciben el 61% de las partidas del Ayuntamiento. Más específicamente, como muestra el informe, por cada habitante del distrito de Latina se invierten tan solo 50 euros al año para limpiar sus calles, frente a los 102 euros por vecino en Chamartín o los 81 euros de Salamanca. Esta marcada diferencia incide directamente en las condiciones de vida de la clase trabajadora, que debe lidiar diariamente con unos niveles más elevados de acumulación residual que los residentes en áreas pudientes. Los servicios de este tipo son, en las zonas alejadas del centro de la capital, más deficientes y limitados.
Por cada habitante del distrito de Latina se invierten tan solo 50 euros al año para limpiar sus calles, frente a los 102 euros por vecino en Chamartín
En palabras de Maestre durante el acto de presentación del informe, “Madrid está sucio en función de los barrios, la ciudad se limpia en función del código postal”. Otro marcador que refleja la discriminación ejercida hacia las áreas más vulnerables de la ciudad en términos de limpieza es el modelo de recogida, que también experimenta acusadas distinciones en función de la localidad. Así, el llamado sistema de recogida “puerta a puerta”, es decir, de proximidad, se lleva a cabo únicamente en los distritos de la almendra central de la ciudad. Por contra, en la periferia el sistema funciona en base a la instalación de contenedores gigantes en la vía pública (lo que se conoce como “recogida en áreas de aportación”). Esto implica, por tanto, que los barrios del sur sufren de manera directa y diferenciada el impacto visual y de convivencia cotidiana con los residuos en las calles. “Mientras unas vecinas tienen que, como mucho, bajar al portal para depositar sus residuos, otras tienen que buscar algún contenedor cerca de su casa que no esté lleno”, denuncia Más Madrid a través del documento.
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El presupuesto en concienciación sobre residuos se desploma
Todo ello mientras el Ayuntamiento destina cada año menos esfuerzos en poner en marcha campañas efectivas de concienciación ciudadana sobre gestión de residuos. Éstas deben, según lo estipulado en la Ley 7/2022 de 8 de abril sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular, educar e informar sobre el impacto de las actividades ciudadanas sobre el medio ambiente. También promover acciones para el cuidado del entorno y el manejo de los residuos sólidos. Sin embargo, el presupuesto destinado a este tipo de campañas tan solo supone el 3% del total, contrastando con otras campañas como las destinadas a fomentar el turismo, que este año han obtenido el 32% de la inversión pública. La realidad es que el Consistorio cada vez invierte menos en concienciación sobre residuos, concretamente un 40% menos que en 2018.
La paradoja reside en que aquellas áreas más densamente pobladas son, al mismo tiempo, las que son limpiadas más superficialmente y con menos regularidad
La despreocupación de las instituciones frente a la limpieza del sur se refleja igualmente en la intensidad del saneamiento de las calles en función de la zona geográfica, es decir, el número de veces que se barren semanalmente las calles (entre otros factores). “En los distritos del sur y este, cuyas calles suponen un 46% de toda la ciudad, se limpia al máximo nivel sólo el 6% de las mismas, mientras que, en el resto de los distritos, se limpian con esta intensidad el 12% de sus calles. Este porcentaje es mucho mayor en el distrito Centro (40%), Chamberí (32%), Retiro (28%) o Salamanca (27%)”, revela el informe. La paradoja reside en que aquellas áreas más densamente pobladas son, al mismo tiempo, las que son limpiadas más superficialmente y con menos regularidad. Ante esta asimetría que lleva ya años cebándose con los barrios de rentas más bajas, Maestre ha criticado “los contratos diseñados, presupuestados y planificados del Partido Popular bajo el Gobierno de Almeida” que, a su juicio “han mantenido la desigualdad estructural obligando a los vecinos del sur a tener que reclamar lo que es básico: que sus calles se limpien con frecuencia, se vacíen los contenedores y se mantengan las vías dignas”.
La periferia, el vertedero de Madrid
Pese a que, como se ha demostrado, las áreas céntricas reciben una mayor atención pública en limpieza y saneamiento, las infraestructuras de tratamiento residual se ubican mayoritariamente en la periferia. Es decir, de los 10 vertederos identificados en toda la ciudad de Madrid, 8 de ellos están concentrados en los distritos del sur, además de estructuras como depuradoras. El Parque Tecnológico de Valdemingómez, que concentra todas las instalaciones de tratamiento de residuos domésticos generados a diario en la ciudad de Madrid, se ubica asimismo en Villa de Vallecas. Un reciente estudio europeo advirtió de altos niveles de contaminantes orgánicos persistentes (COP) y sustancias químicas derivadas de la actividad de estas instalaciones.
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Se produce así una deslocalización de los sistemas implicados en la limpieza de la ciudad, desplazándose cualquier tipo de impacto ambiental, de salud y visual lejos de las áreas céntricas. “No solo se limpia más o menos en función del código postal, sino que tienes más o menos cerca un vertedero, una incineradora o una depuradora de aguas residuales en función de este factor. La limpieza es tan desigual como lo son las tasas de desempleo, la falta de equipaciones o la renta per cápita”, ha señalado la concejala. Todo ello incide directamente en la calidad de vida de la población, como ya se refirió recientemente la Comisión Europea en relación a España. Este organismo determinó que el Estado español incumple las directivas que obligan a un tratamiento que garantice que no hay perjuicio para la salud humana ni daños para el medio ambiente.
Así pues, el estudio parece esclarecer que las áreas sureñas y pertenecientes a la periferia madrileña sufren una manifiesta desventaja respecto a las del centro y norte. Tanto es así que más del 70% de las reclamaciones por la gestión pública de los residuos se ponen en los barrios que se encuentran fuera de la M30, mientras el 27% se dan en los distritos interiores. En este sentido, la Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los servicios públicos 2023 ya mostró que todos los distritos del sur valoran la calidad de vida en sus distritos por debajo de la media de la ciudad, lo que permite dar cuenta del peso de estas desigualdades territoriales en la vida diaria de las poblaciones. Incluso si comparamos la ciudad con otras del entorno europeo, encontramos que ésta ocupa el puesto 34 de 48 ciudades del mundo en porcentaje de residuos reciclados. Por ende, “la aplicación de mecanismos para mejorar la gestión de la limpieza en la ciudad de Madrid deberá tener en cuenta la situación actual para no ahondar en la desigualdad que atraviesa y divide nuestra ciudad”, concluye el escrito.