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Genocidio
Blinken trata de empujar a Israel a su acuerdo de alto el fuego, las FDI responden con más masacres
La novena visita a Israel de Antony Blinken, secretario de Estado de EE UU, tiene como objetivo llevar al régimen de Benjamin Netanyahu a la aceptación de los términos de un alto el fuego aceptables para Washington. Este lunes, está prevista la reunión entre Blinken y Netanyahu, que transcurrirá con las cartas marcadas por Tel Aviv: no se acepta lo propuesto hasta ahora desde Doha, auspiciado por EE UU, su aliado Egipto, y el otro país mediador, Qatar. Israel quiere continuar su “guerra”, mantener tropas en Gaza y controlar la franja de tierra de 14 kilómetros de longitud que separa a Egipto y el territorio palestino, conocida como el corredor de Filadelfia. Las conversaciones seguirán esta semana en El Cairo.
Blinken ha manifestado que se trata de, posiblemente, la “última oportunidad” para que los prisioneros tomados por Hamás y las milicias palestinas el 7 de octubre, sean intercambiados con Israel, en un mensaje claro que se dirige a gran parte de la sociedad israelí.
Los ministros de la extrema derecha en el Gobierno de Netanyahu ya han manifestado en el pasado que la situación de los rehenes no es prioritaria, pero para el primer ministro hay un coste político en renunciar a la solución propuesta desde Doha. De hecho, en una reunión previa de Blinken con el presidente del Estado sionista, Isaac Herzog, este ha pedido el pronto regreso de los prisioneros.
Por su parte, desde la Casa Blanca se insiste en pedir a Irán que no tome represalias contra Israel después del asesinato de Ismail Haniyeh. Teherán ha permanecido, de momento, quieto, para dar una oportunidad a las conversaciones de alto el fuego, pero la situación de bloqueo por parte de Israel, y de Hamás, que acusa a los mediadores de haber endurecido el acuerdo en la parte a cumplir por el Gobierno gazatí, hace que la perspectiva de una (mayor) escalada regional siga abierta.
Aunque EE UU sigue siendo el principal avalista de Israel en su campaña de exterminio, parece evidente que busca ahora un alto el fuego que suavice la situación en Oriente Medio al menos en el periodo que queda hasta las elecciones de noviembre, en las que Kamala Harris debe vencer las críticas por la complicidad de los Demócratas con el genocidio, a través de la venta de armas y de inyecciones económicas con destino Tel Aviv.
Esta semana, la convención Demócrata de Chicago está siendo acompañada de fuertes protestas de militantes proderechos humanos. “Está clarísimo: para lograr un alto el fuego en Gaza, Estados Unidos debe dejar inmediatamente de armar a Israel”, se asegura desde la campaña Not Another Bomb, parte del Movimiento Nacional No Comprometido, informa Common Dreams.
Pero el régimen de Netanyahu no ha dado muchos signos de estar dispuesto a cambiar de rumbo. En las últimas horas, las Fuerzas Armadas de Israel (FDI) bombardearon una casa y un almacén adyacente en la ciudad de al-Zawayda, en el centro de la Franja de Gaza, matando al menos a 15 o 18 miembros de la familia al-Ejlah y otro ataque en el sur del Líbano mató a 10 refugiados sirios. Las cifras de asesinados desde el 7 de octubre de 2023 siguen creciendo: hoy, 19 de agosto, el Ministerio de Salud de Gaza ha dado la cifra de 40.139 palestinos muertos y 92.743 heridos en la ofensiva militar de Israel en Gaza.
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EE.UU, que no solo apoya militarmente sino también defiende el proceso colonial sionista, no es garante de nada. Los palestinos jamás lograrán recuperar ni un centímetro de tierras robadas con la negociación de este país imperialista.
Mientras tanto, le suministran millones de dólares y armas. ¡Qué no pare la "fiesta"!