We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Residuos
El verano agrava los problemas con la basura de las ciudades españolas
La temporada estival supone un pico en la generación de residuos. A los peligros asociados a los incendios que generan los vertederos se une la saturación de las plantas a la hora de tratar la basura.
El verano es un estación poco propicia para la reducción en la generación de residuos. Más tiempo en la calle, más actividad económica derivada del turismo y el traslado a destinos vacacionales se traducen en el incremento de las toneladas que una planta de Tratamiento Mecánico-Biológico (TMB) puede gestionar. Las plantas de la costa son las que más se sobrecargan en la temporada: la basura estacional, estima Carlos Arribas, coordinador del Área Confederal de Residuos de Ecologistas en Acción, aumenta hasta un 50% en comunidades como el País Valenciano, que pasan de gestionar 500 a 750 toneladas diarias.
Esa saturación, indica Arribas, supone que muchas de estas plantas deriven directamente a vertederos aquella basura que en otros periodos se tratan para su bioestabilización, el proceso con el que se persigue eliminar los metanos y los lixiviados que convierten los residuos orgánicos en peligrosos ambientalmente y una amenaza para la salud pública. La práctica de derivar a vertederos ese material orgánico que conocemos como basura, no obstante, es frecuente durante todo el año en comunidades con bajos niveles de tratamiento, como las Islas Canarias.
Además, señala este experto, la falta de test oficiales para evaluar el grado de estabilización de esa materia orgánica genera dudas sobre la maduración del compost, que se hace en plazos cortos, de cuatro semanas, en lugar del mínimo necesario de dos meses, especialmente en temporadas de pico, como es la veraniega.
Mientras los vertidos son el destino de más de la mitad de la basura generada, el reciclaje se mantiene en el 33% o 34% desde hace años
Los datos, lanzados ayer por la oficina estadística Eurostat, señalan que España se estanca en los niveles de generación de basuras, que vuelven a situarse por encima de los 450 kilos por persona cada año. Una cifra que es mejor que la de la media europea pero que solo evoluciona según la coyuntura económica: cuando crece el PIB tiende a aumentar el volumen de basura generada por cada persona. Además, señala Arribas, la tendencia ascendente que muestran las últimas memorias de gestión de las plantas TNB indican que en los últimos años ha aumentado la cantidad de residuos que llegan, y se estanca el porcentaje de material que se recicla en ellas.
A partir de 2025, el material bioestabilizado, que actualmente supone un 15% del mix total —que incluye también vertidos e incineración— tendrá que ser desgajado del apartado de reciclaje según la normativa europea. Aún contando con ese material “falso compost”, como lo define Carlos Arribas, dos terceras partes de los residuos quedan fuera del circuito de reciclaje y van a parar a los vertederos o a la incineración, práctica que ha vivido un repunte tras la crisis de 2008 con la incorporación de plantas cementeras al circuito de quema de basuras.
Vertidos de verano
España sigue lanzando más de la mitad de sus residuos a vertederos. Ni las multas de la UE ni la acción de las fuerzas de seguridad son capaces de contener la presión de los vertederos incontrolados, que también encuentran en verano una época para su expansión. El 22 de agosto, el Grup d’Amics en Defensa del Medi Ambient denunciaba el último de ellos en Pollença, en Pollença (Mallorca). Unas horas después, el Ayuntamiento de Jaén realizaba obras de retirada y limpieza en los alrededores del Castillo de Santa Catalina.
En junio de 2015, un incendio generaba un ‘volcán’ en torno a varias toneladas de basura en un vertedero ilegal situado en Madrid junto a la A-3, muy cerca del vertedero de Valdemingómez. El incendio tardó 20 días en ser apagado.
Mientras los vertidos son el destino de más de la mitad de la basura generada, el reciclaje se mantiene en torno al 30% desde hace años, señala Arribas, pese a la publicidad institucional y del lobby Ecoembes, constituido por empresas con intereses en el sector de los envases. Por eso, este portavoz ecologista cree que las políticas públicas deben ponerse duras, más de 30 años después de campañas de sensibilización que no funcionan. “Tocar el bolsillo es una motivación instantánea”, señala Arribas, quien cree que las administraciones tienen que implementar el sistema puerta a puerta para cubrir el gran agujero de los residuos: los hogares.
El 82,6% de los residuos se recogen mezclados en los hogares, lo que imposibilita prácticamente aumentar los niveles actuales de reciclaje en las plantas. De la basura que no llega separada solo es posible obtener un rendimiento de entre el 5 y el 6%, explica Arribas. “Si no se separa es imposible reciclar”, indica, de forma que el sistema puerta a puerta es la única garantía para superar los problemas del modelo actual, que sitúan a algunas Comunidades al borde del colapso, con pocas instalaciones, desbordadas o con bajo rendimiento.
La falta de Gobierno operativo está suponiendo también el parón en la reforma de la Ley de residuos y suelos contaminados, una adaptación a la directiva 2018/851 del Parlamento Europeo. Mientras todo está parado, al albur de las políticas autonómicas que, con notables excepciones —como las leyes balear y navarra y el plan del País Valenciano— siguen operando bajo un sistema que no está funcionando.