El Salto
La información que importa

Hay otra historia que merece ser contada.

Desahucio 2
Desahucio en Leganés (Madrid), en 2011 Olmo Calvo
27 jul 2017 09:50

Los nombres de Vera, Gloria y Dara no han abierto ningún telediario. Sus historias son solo unos apuntes en los márgenes de la crisis. Historias de desahucios, de ocupación y de batallas contra las cajas rescatadas o contra ese trampolín de ejecutivos llamado Banco Malo, historias de darse contra el muro de la Administración. Son también relatos de apoyo mutuo, de las relaciones establecidas en uno de los nodos de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Historias que hemos publicado en junio en el blog de este proyecto, Saltamos.net.

Vera, Gloria, Dara son tres nombres entre los más de 34.000 desahucios por impago de alquiler que se produjeron en 2016, a los que hay que sumar quienes fueron desahuciadas años antes y se reagruparon en otros pisos, decidieron emigrar u ocupar una casa. Sus casos no se incluyen en el argumentario del Gobierno, el que dice que ya no hay crisis. Desahucios que han provocado, entre enero y marzo de este año, el repunte de los lanzamientos registrados: un 2,2% más respecto al primer trimestre de 2016.

La “recuperación” fue el tema implícito de la moción de censura en el Congreso. Recuperación que deja atrás a cientos de miles y que se cimienta en los vientos favorables llegados del BCE. Es un mensaje que ha calado y que distingue entre quienes han sobrevivido al naufragio de las clases medias de la primera fase de la crisis y unas clases populares sin expectativas de mejora. Es un mensaje que recupera el concepto de Estado de bienestar en su versión más clasista. Bienestar para los trabajadores-consumidores, malestar para los trabajadores pobres, las madres solas, las personas dependientes.

Es posible que el próximo curso la economía siga siendo un asunto secundario. Que la crisis se dé por superada. Nadie quiere ser la Cassandra de un presente continuo desolador, con incertidumbres de largo aliento: cambio climático y desigualdad galopante. Pero no sirve esconder la cabeza en la arena.

Desde El Salto nos proponemos no olvidar tampoco el próximo curso nuestro compromiso con Vera, Gloria, Dara y los más de dos millones y medio de personas que viven en situación de extrema pobreza. Ese es el sentido de frases como “la información que importa” o “un medio para los de abajo”.

Sobre o blog
El Salto es un proyecto formado por cerca de 200 personas y 10.000 socios/as que apuesta por un periodismo radicalmente diferente: sin financiación de empresas del Ibex35, democrático, descentralizado y de propiedad colectiva
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Minería
Galicia Investigada por delito contra el medioambiente la multinacional a la que la Xunta permitió reabrir una mina
Organizaciones ecologistas y representantes del sector del mar convocan una concentración en Noia, coincidiendo con la declaración del representante de la minera Tungten San Finx. Será el próximo 1 de febrero frente al juzgado local.
El Salto
El Salto Rectificación de Ignacio González
En cumplimiento de la ley Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de rectificación, publicamos esta nota enviada por Ignacio González a la redacción de El Salto.
Sobre o blog
El Salto es un proyecto formado por cerca de 200 personas y 10.000 socios/as que apuesta por un periodismo radicalmente diferente: sin financiación de empresas del Ibex35, democrático, descentralizado y de propiedad colectiva
Ver todas as entradas
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.